. Capítulo 35 .

Capítulo largo.

-No es necesario que estés nervioso- me dijo el alfa.

-No estoy nervioso. – le dije y di otro trago. 

¿Por qué el alcohol era tan infinito? Las botellas eran tan baratas.  

-No se nota. -- no escuche ni un rasgo de ironía. 

-T- tú crees – le dije tropezado.

-Sí, casi no pareces retraído. -- su risilla traviesa no me agradó. 

La mano del alfa sostenía desde hace un buen rato la mía, el pretexto más cercano era que si me soltaba yo me caería y la verdad es que no estaba tan lejos del hecho.

Entonces no contaba al final como excusa. 

En la terraza se podía sentir esa agobiante atmosfera, de la cual había tratado de huir con torpes pasos, pero el alfa que me acompañaba evitó que cayera estrepitosamente. Y ahora el ambiente se ha convertido en comentarios banales y sin sentido.

Por un momento sentí lastima por el alfa, acompañándome sin garantía de nada. El alfa ha tenido oportunidades de déjame tirado y poder ir por alguien más, pero él simplemente ha estado aquí, esperando a que Taehyung y su amigo aparezcan repentinamente.

--Los tragos aquí son muy buenos. – habló. Yo solo asentí y di otro trago a mi botella.

--Pero tan malos para quitar los nervios. – le dije sonriendo.

-No hay razón del porque estarlo – contradijo –.  Si el alfa no es tu novio, no tienes por qué ponerte preocuparte.

-Ya te había dicho que no sé qué decir al respecto – fruncí mi seño-- . No hagas que me confunda mas. 

-Si llega, yo me comprometo a explicar que no ha pasado nada y que solo la pasamos bien.

-Tienes razón. No hemos hecho nada y no tendría por qué reclamar. – dije seguro.

-¡Exacto! – dijo animado.

-También no tendríamos que explicar nada. – dije haciendo mohín. – Yo no le reclamo que hable con la tal Soi, la señorita de lindo cabello y piel hidratada. – dije tocando mi cabello.

-Omega, básicamente hace un rato dijiste lo contrario. – pude escuchar su risa, pero también ignoré su comentario.

-He sido tan fácil con el alfa. – le dije a la nada. – Ósea, Park pasó de tratarme del asco, para después pasar por mis piernas. – seguí hablando de acuerdo a mis pensamientos. – Juro que no es resentimiento, pero..., ¿por qué temer a algo que él ha hecho por mucho tiempo? – hablé irónico. - ¿Quién se creé que es? No puede simplemente decir "Viy imidiati pir ti" – fingí su voz. -No estoy en problemas ni tampoco estoy haciendo cosas malas.

-Omega, ¿estas bien? -- sonreí y mordí mi labio.

-Mejor que nunca. – le dije firme y comencé a reír. – ¿Dónde está mi teléfono?

-Lo tienes en el bolsillo. – indicó. -Nunca es buena idea llamar a alguien en estado de copas...

-No tengo copas; son botellas, así que no es lo mismo. – me reí por mi mal y pésimo chiste. – Estoy tan ebrio que no sé qué botón apretar, ¿puedes? – le otorgué el celular a donde fuera que se encontrara.

-No es buena idea. --me insistió.

-Te daré mi número a cambio. --le ofrecí. 

-Está bien. Aunque ya no estoy muy seguro de quererlo...

-También el de mi amigo. – le ofrecí. 

 A Taehyung no le molestaría o eso es lo creía. 

-Respeto que este con mi amigo. – dijo. – No quiero que hagas tonterías, no es buena idea.

Sus palabras trataban de convencerme, tal vez él era la personificación de mi razón. Pero no, hoy quiero seguir con mi osadía incomprendida. 

-Te daré un beso. -- le brindé. 

-Hecho. – dijo rápido. - ¿Cómo está registrado? ... espera sé cómo esta.

-No tengo idea, solo sé que es el primer número. – dije y el alfa comenzó a reír.

-Dice "Park ardiente dueño de tus sueños Jimin" – dijo rápido.

-Tenía que suponerlo... ¿Cómo creía que me enteraría de eso algún día? - froté mi frente. – Como sea... Llámalo, por favor.

-Es todo tuyo. – dijo y me lo dio en mi mano.

Los pitidos de espera me dieron tiempo para dar un sorbo de nuevo, la diferencia es que me dio el valor de seguir con este reclamo.

-¿Yoongi? – dijo por la línea.

-¡Claro que soy yo! – le dije alto por la música.

-Ya estoy yendo por ti y Taehuyng. – dijo serio. Sin una pisca de humor.

-Taehyung y yo nos podemos cuidar solos. No es necesario que vengas. – le dije. – Ni se te ocurra venir.

-No lo vas a impedir. – me dijo. – O es ... por que la estas pasando demasiado bien, ¿es eso? – aquella ironía si la entendí.

-Como lo esté pasando. – le mencioné. – No puedes simplemente hablar y decirle al alfa "voy inmediatamente"

- ¿Qué, lo he espantado? – dijo. – Porque yo tenía la idea de que solo habían salido TU y Taehyung – remarco el "Tu"Y de pronto me contesta un desconocido tu celular. Y me dice:

"El omega está ocupado y lo estará el resto de la noche"

>> Y más vale que ese tipo ya no esté ahí, Yoongi.

-No, de hecho, él está aquí a mi lado y sus conversaciones profundas me han hecho caer en cuenta de que no tienes porque controlarme.

Una risa a lo lejos se escuchó.

-Yo no te controlo. Yo menos que nadie intentaría controlarte, pero no me agrada mucho la idea de que estés con un desconocido.

- Dejamos de ser desconocidos desde hace un buen rato. – contesté. – Y claro que si Park, te las ingeniaste para que cayera en tus manos y controlarme. – le dije un poco exaltado y también la risa de Jimin sonó por la línea.

-Es porque soy irresistible.

-¿Sabes que también es irresistible? El alfa.

-¿Yoongi, que diablos te pasa?

-Me pasa que estas en mi mente todo el jodido tiempo y básicamente no sé nada de ti. Eso es lo que me pasa. Y eso me, me, me... ¡enoja! – dije tartamudo.

-Ok es suficiente... - las manos ajenas tomaron mi mano y apartó el teléfono. – te dije que no era buena idea marcar.

-¡No, espera... - dije y el alfa me quito el teléfono. - ¡Aun no terminaba!

-Lo sé, pero te estoy haciendo un favor. Están discutiendo sin razón y eso el primer paso para una relación impertinente.

-Es que él me hace enojar.

-Tu solo te estas enfureciendo y sin motivo.

-Le echare la culpa al alcohol. – le respondí.

-Eso es más fácil o porque no simplemente le preguntas algunas cosas, obviamente sin presionarlo. Dale tiempo, él debe estar igual de confundido. – me dijo tranquilo. – Tener paciencia no es lo mismo...

-Que dejar pasar el tiempo. – terminé por él.

Un consejo muy diferente que el que le había dado a Taehyung.

-Tienes que ser paciente y simplemente dejarte llevar más de lo que le has permitido.

-Siento que esa es una faceta que ya superé... el déjame llevar.

-Bueno entonces pasemos a la faceta de imponer a la felicidad de ambos, ¿no crees? – sonreí. – Pasar a la fase en donde disfruten estar juntos sin etiquetas o señalizaciones. Al fin y al cabo, vida solo hay una y debes arriesgarte sea como estés. – dijo quitando mis lentes. – Y sea como sea.

-¿Desde cuándo te diste cuenta? --bajé mi rostro. 

-Desde hace rato. – dejó los lentes en mis manos. – Desde que tienes los lentes casi por la nariz.

-Tu, no... - no dejó que terminara.

-¿Por qué lo haría? Piensas y haces cosas iguales a todos, talvez con un poco de ayuda, pero al final todos somos humanos. Y de vez en cuando no está mal mandar a la mierda a quien no lo acepte. Toma esto como un consejo si así lo deseas, y espero que te ayude algún día; En tu vida habrá personas que te dirán lo que eres y lo que sientes, pero nunca dejes que se sobre pongan a tus deseos. Nunca te detengas por los deseos de los demás y si te hacen daño, reponte y demuestra que eres más fuerte que todos.

-¿Cómo terminamos hablando de esto? – pregunté. – Y ¿por qué siento que esas palabras ya las se?

-Porque hay veces en las que nosotros tenemos la respuesta, pero es más fácil hacerles caso a otras a personas desconocidas que a tu propia conciencia.

-Eres muy amable. – estaba a punto de llorar.

-Es lo que dicen. – le sonreí. – Ahora creo que alguien me debe un beso.

-Oh, creí que lo habías olvidado.

-No, eso nunca. Tal vez este sea el único momento en la vida que nos topemos y no pienso dejar de lado el trato. – tomó mi mano.

-Está bien... -

Mi mano fue directo a su cara, la piel tersa me hizo cosquilleos en mi palma y le sonreí. Al final nada se comparaba con Jimin. Al menos lo había intentado.

El alfa dirigió mi cabeza cuando su mano la posó en mi nuca y me fue guiando. Claro que al final el solo había puesto otra parte menos sus labios. Aun así, sus manos se engancharon de mi cintura  y su toque me hizo cosquillas provocando una sonrisa. 

--Que lindo eres cuando sonríes.  --me dijo en mi oído--. Ese tipo debería asegurarse de ser tu novio, porque no sabe el sufrir que nos hace padecer a los otros alfas. 

El cosquilleo en mi vientre, me hizo avergonzarme porque me sentí bien con sus palabras. Tanto fue así que me acerqué solo un poco mas. Me gustaría recordar su aroma a lima y a menta. Cerré mis ojos al sentir su leve toque en mi mentón.

-- Supongo que este ya no será en la mejilla.– su risa no me dio paz.

--Siempre y cuando tu lo quieras...

--¡Él no quiere nada! 

¡Uh~!

En coro sorprendido se escuchó. Los hablares y mormullos entre la música y toques de botellas me pusieron alerta.

El alfa me soltó brusco y la voz de Jimin... No tenía palabras para siquiera saber que decir.

--¡¿Que te pasa maldito idiota?! 

--¡Ni siquiera intentes pararte! -- mandó Jimin -- ¡Te lo advertí!

Los gritos de las personas fueron solo un descontrol de la comparación de mi adrenalina. Cubrí mi boca porque no tenía ni una idea que es lo que estaba pasando. 

¡Sepárenlos!

¡Manden a los de seguridad! 

Los cristales romperse me espantaron. Y fueron lo empujones que me hicieron moverme de mi lugar. Las manos ajenas en mi cuerpo las trataba de quitar de mi, pues deseaba saber que rayos estaba pasando. 

--¡Basta! ¡Sáquenlos de aquí! ---hablaron.

--¡Él es que llegó a violentar, sáquelo a él! 

--¡Estabas a punto de besar a mi omega! ¡¿Escuchaste bien?! ¡Es mi omega y nadie puede siquiera olerlo! ¡Suéltenme, hijos de perra! ¡Yoongi! ¡Yoongi!

Sus llamados no me estaban dando un alivio. 

-¡Jimin! ¡¿Cuándo llegaste?! – la pregunta llegó directa en voz de Tae -- ¡Por la luna, cálmate! 

--¡No voy a calamar hasta que venga Yoongi! 

Moví por todas partes mi cabeza hasta encontrar el aroma del alfa, pero este aún se escuchaba lejos de mí.

-¡Hace un minuto! ¡Los estuve buscando por todo el lugar y ahora noto que la terraza es un cómodo lugar! –siguió hablando el alfa. - ¡Pero creo que llego justo! ¡¿De que te ríes, imbécil?! ¡¿Quieres morir?!

-¡Maldita sea Jimin, contrólate con un carajo! – le gritó Taehyung-- ¡Si no te calmas, voy a dejar que te echen a la calle! -- lo amenazó. 

Mi corazón latía fuerte y mis palmas se sentían húmedas por la expresión de los nervios.

- ¡Prefiero llevarlos a sus casas ahora! ¡Ve por Yoongi ahora mismo!

Sin pensarlo busqué la mano del alfa a mi lado, pues el aroma a lima me hizo reconocerlo. 

--Ven, debes calmarlo. -- me dijo. 

Odiaba no saber que mierda estaba pasando. 

--Yo, yo... --dudé acercarme. 

--Tranquilo yo te voy a proteger si te hace algo. Pero debes calmarlo, su lobo esta apunto de hacer presencia. --pasé saliva. 

Mis pies lo siguieron torpemente y mi lobo se alegró al momento de sentir la presencia del alfa de Park.

--¡Yoonie! ¡¿Estas bien?! ¡¿Ese hijo de perra se quiso aprovechar de ti?!

Era clara que la presencia de su lobo solo quiera protegerme.

Sus manos en mis mejillas fueron cariñosas. Pero su esencia enojada no me distrajeron.

--Estoy bien alfa. Él no quiso hacerme daño. 

--¿Qué? --dijo confundido. 

--¿Pueden soltarlo? -- Taehyung intervino. 

--Una pelea mas y voy a echar a todos de aquí, ¿entendido?  -- nos advirtieron. 

--Todo fue un mal entendido -- dije-- . No hay nada de que alterarse. -- mi muñeca fue apretada con persistencia. 

La música continuo y todos los murmullos alrededor de nosotros también.

-Tae, baby ¿Por qué no mejor los dejamos solos y vamos a seguir a donde estábamos? – la voz desconocida de pronto interrumpió.

-¡Nadie se va a ir a ninguna parte! – dijo Jimin. - ¡Son casi las doce de la noche, así que nos vamos ahora! – sabía que Jimin se estaba conteniendo.

-Amigo, esto apenas empieza. Consigue una pareja y divirtámonos todos. Olvidemos todo este vergonzoso suceso. --habló simple. 

-Lamento estropear tus planes, amigo – remarcó la palabra. -, pero resulta que estos dos están a mi cargo, así que si tienes tantas ganas de coger, te invito a que busques a alguien más o vayas al baño y te hagas una paja.

-¡Jimin basta! – hablé buscando su otra mano.

Al parecer su alfa ya no estaba con nosotros. 

-¿Qué o es que te quieres quedar? – me dijo serio. - ¿O hago mal tercio? ¿No quieres que te moleste?

-No es eso, pero ...

-Pero nada, quiero a ambos caminando directo al auto.

El que debería irse eres tú! - dijeron.

-Junseo, ya no te metas. – dijo el alfa a mi lado. – Yoonie, tienes mi número por si un día quieres marcar y desahogarte, con gusto te atiendo.

El alfa fue soltándome y me apretó ahora de la cintura. 

-Me asegurare que te marque, si es que quieres otra paliza. – dijo Jimin.

-Jimin, basta. – le dije.

Pero este no contesto y sus feromonas se mostraban amargas.

-Dejaremos tu auto Tae. – dijo. – Vámonos.

-Adiós Choi. – me despedí y el jalón no brusco, nos hizo caminar.

-Caminen ambos. - dijo filoso.

Caminaba entre tropiezos y algunos choques; Jimin al darse cuenta, este me sostuvo más fuerte.

-¿Puedes bajar bien, Tae? – le preguntó.

-¡Por supuesto! – Taehyung casi lo regañaba.

-En ese caso baja con cuidado. – le indicó. – Y tu...

Sus brazos me acogieron y me alzaron. No tenía ni una idea de cómo podía estar posado, sus toques estaban por todas partes. Solo supe que su cuello estaba en mi nariz y me pegué más a él.

Sus celos estaban entre sus feromonas. 

>>No tengo el maldito tiempo para lidiar con esto. – sabía que estaba molesto.

Traté de ocultar mi sonrisa, pero había una satisfacción en mi pecho que disfrutaba solo un poco de la situación que no era oculta por las feromonas de mi alfa.

Sus brazos con tranquilidad me bajaron y casi el momento de cambio de canción quedo tan bien, pues la melodía lenta me hicieron abrazarlo más fuerte cuando mis pies tocaron el piso.

>>Nada de cursilerías, omega. Mas vale que camines. – dijo tajante.

Con un pequeño puchero en mis labios me separé y este me sostuvo de la muñeca.

-¡Jimin, puedo caminar solo! – se quejó Taehyung.

-¡Guarden silencio!

Los pasos siguieron siendo flojos y torpes, pero el viento del frescor clima pegó con fuerza en mi cabello y en mi cuerpo, que fue inevitable no soltarme del alfa y frotar mis hombros. El viento no era el mismo que en la terraza.

-¡Mierda, el viento me hace que me mareé más! – Taehyung se convirtió en un mundo quejumbroso, y eso solo hizo que Jimin gruñera más.

-¡Señor, los omegas no han pagado! – la voz femenina nos alcanzó.

-Sus compañeros siguen adentro. Cóbreles a ellos, estoy seguro que se divirtieron por mucho tiempo y tendrán la decencia de pagar tan agradable compañía, ¿verdad Yoongi?

-Pero... ellos.

-Sabe qué. – se detuvo y apretó más mi muñeca. – Yo también debería de pagar por tan agradables compañías. – dijo. - ¿No lo crees, Yoongi? De todas maneras, también he disfrutado de tus diversiones.

Eso me había dolido. Estaría borracho y él enojado, pero tampoco tenía que decir estupideces. Porque yo si valoraba el tiempo con él.

-¡No seas hijo de perra! – reclamó Taehyung justo cuando iba a hablar. - ¡Yoonie, puede hacer lo que quiera y no tienes por qué insultarlo así!

-Cuando pida tu opinión Taehyung me la das. Ahora toma a Yoongi y suban al auto. – mandó ignorando todo. - ¿Cuánto es?

La mano de Tae, tomó mi otra muñeca y me alejo del alfa con cuidado.

-No le hagas caso, Jimin es un idiota.

-Prácticamente dijo que mi afecto solo es un servicio.

-Yoongi, solo está enojado.

-Tae... - mi voz se entre corto --¿Primero se preocupa y luego ya no? -- comencé a llorar.

Mis sentimientos estaban muy débiles y mi cerebro también.

-Yoongi, no. No le tomes importancia. Y se preocupa es por que su lobo se altero y la sabes que lo único que desean es protegernos -- Taehyung se escuchaba con voz entre cortada. 

Sin poder detener una lagrima, me deje llevar por el sentimiento atragantado de la tristeza.

>>No, no, no... - dijo rápido Tae.

El viento paró al momento que la sensación cálida del auto lleno del aroma de Jimin me envolvió.

-Solo sube ya. – mandó rápido Jimin y el azote de la puerta me espantó.

Otra puerta fue cerrada y después otra. Muchos aromas estaban dentro del auto y estos me confundían más.

-¡Puedes parar, Jimin! – se quejó. - ¡Estas inundando el auto con tu enojo!

Yo estaba moqueando y pasé mi manga por mi nariz y mi después froté mis ojos.

>>¡Lo haces llorar más!

-¡Quiero que ambos guarden silencio! – dijo medio fuerte. - ¡No quiero reclamos y tampoco lamentos de borrachos!

-¡No me vas obligar! --se alteró Taehyung

-¡Basta! – le dije a ambos entrecortado. – Hagamos en silencio el camino... así no pesara nada. – mi voz se afligió más que apenas pude terminar hablar.

-Que patético. – el alfa murmuro.

-¡Te escuché! – reclamó Tae.

Así pasamos un buen rato, las ventanas estaban abiertas que toda presión del ambiente se estaba bajando. Había dejado de llorar, pero mi pecho estaba afligido. Los ruidos de la carretera taparon mi oído y solo me mantenía pensativo en nada.

-Mandé a Namjoon que le dijera a Jungkook que Yoongi se fue contigo, Taehyung.

-¿Qué? – la voz del omega rompió más  con el silencio.

-Que Jungkook sabe que él se quedaría en tu casa. – informó. - ¿O quieres que llegue borracho y oliendo a otro alfa? Porque, si es así, le aviso y...

-¡Ay, ya cállate. Estas insoportable!– le habló fuerte. – Y claro que se va a quedar conmigo.

Que podía decir, mi lengua estaba pegada a mi paladar. Suponía que el yo que hace un rato le había prohibido todo, se esfumó y solo dejó al Yoongi perdido y débil.

De nuevo el auto quedo en silencio y pude suspirar. El sentimiento de las lágrimas me volvió a invadir; el solo saber que Jimin no le importaba que me regañaran me dolía más en mi corazón.

Después de sentir el camino más eterno, el frenado sin bullicios llegó y no pude sentirme más tranquilo.

-¡Al fin!- dijo Tae y se escuchó la puerta abrirse y cerrarse. – Vamos Yoongi, a descansar.

-Sí. – le dije y busqué la manija de la puerta para bajarme.

Pero ahí estaba su toque, sus dedos apretando débilmente el torso de mi mano.

-¿Puedo hablar contigo, Yoongi? – me preguntó.

Podía hacer lo que él pedía o simplemente ignorarlo.

>>Por favor...

La puerta se abrió y de nuevo el viento frío se coló por la ropa.

-No es momento Jimin- dijo Taehyung. – Vamos Yoongi.

-¿Cuándo vas a prender que Yoongi puede hablar y decidir?

-Cuando tú dejes de ser un idiota. – le respondió. -- Y no te comportes como un alfa con el que pueda correr peligro.

--¿Peligro? --preguntó sarcástico--. Lo has dejado con un alfa desconocido en una situación vulnerable y no me refiero a tu ceguera. Se emborrachan y se van con el primero que les atrae. ¿No pensaron en que pudieron hacerles daño? --mi garganta se apretó--. Hay mas alfas hijos de puta que les gusta sobre pasarse con omegas como ustedes. Así que, Taehyung no digas que esta en peligro conmigo por que no es así...

--¿Seguro que no lo esta? -- la pregunta de Tae fue tan seria. 

-Ya dejen de pelear. Solo serán unos minutos, no más. --dije ante el silencio.

-Ya oíste, Taehyung – habló socarrón.

-No lo quiero llorando, ¿entendido? – amenazó. – Dejaré la puerta abierta, para ti Yoongi. – la mano amorosa de Tae acarició con tranquilidad mi mejilla.

De nuevo el sonido de la puerta cerrándose me asustó y solté un suspiro. El ruido del echar seguro a las puertas y el cerrado de las ventanas, me pusieron más nervioso y sin pensarlo mordí mi pulgar.

El motor se prendió y el avanzado del auto se sorprendió.

-¿A dónde vamos? – le dije.

Espere una respuesta, pero Jimin se estaba haciendo el misterioso.

>>Sea a donde sea, no quiero ir.

-Solo quiero hablar, pero tu estado es deplorable. – dijo serio.

-Jimin, solo quiero ir a dormir.

De nuevo sin respuesta.

>>¿Me seguirás ignorando?

-Me resulta difícil con tu asqueroso olor.

-¿Ahora es asqueroso? – me estaba enojando.

-No el tuyo, sino, el del alfa combinado con el tuyo.

-No hicimos nada.

-No, claro que no. Solo que si llego más tarde, lo estarías besando.

-Eso no es verdad.

-¿No? Llegué y lo primero que veo es que estabas tan pegado a él. Y yo creyendo que se sobre pasaba contigo.

-Eso solo fue un agradecimiento.

-Veo que estas más consciente. – dijo riendo. - ¿Agradecimiento? No me hagas reír. Durante todo este tiempo también me das las gracias y después lo cerramos con un beso.

-Pero es diferente.

Era mil veces diferente.

-Entonces no se diferéncialo. – dijo sarcástico.

-Entonces no sientes lo que yo siento cada vez que estamos juntos.

-Solo puedo sentir lo esporádicos que pueden llegar a ser. – me dijo tenas.

-No quiero estar contigo, llévame con Tae.

Ya no quería llorar enfrente de Jimin.

-Ya te dije que no. – dijo. - Quiero hablar.

-Pero de nada sirve, si estas enojado y vas a desvalorar mis sentimientos.

-Es bueno que lo creas, así te darás cuenta de lo que estoy sintiendo. – guardo silencio. - Sí Yoongi, yo también siento.

-Entonces háblalo y deja de portarte como un patán.

-Si me estuviera portando como un patán, me hubiera olvidado de Taehyung y estuvieras gimiendo mi nombre hasta que ese olor se vaya de ti. Créeme me estado conteniendo mucho, aunque mi primera reacción fuera la violencia. 

-¿No estas acostumbrado a contenerte? – le dije. – Supongo, que todos los omegas por los que pasas te lo permiten.

-Ah, con que quieres cambiar la culpa.

-No quiero cambiar nada, pero es injusto que te sientas celoso cuando tu eres mucho peor.

-¿Cómo puedes saberlo?

-Tal vez Soi te pueda dar esa información.

-Ahora la metes.

-¿La vas a defender?

-¿Te vas a justificar con eso? – el alfa rió.

-No necesito justificar nada.

-Si tu no lo necesitas, entonces yo tampoco.

-Es ridículo. – le dije tajante. – Te pavoneas con ella por la universidad cuando por las noches estás conmigo.

-Eso lo he dejado de lado. Prácticamente he dejado a todos por ti.

-No tengo asegurado nada.

-¿Lo dudas?

-Sí. – dije seguro.

-Entonces deberías pedirme consejos de como estar con otros alfas para que yo no me dé cuenta. – el frenado del auto me hizo de enfrente de hacia atrás.

-No necesito consejos. – dije y el alfa rió más fuerte.

Sus feromonas se tornaron acidas y las mías le seguirían.

- Esto no nos llevara a nada.

-Nosotros no vamos a ninguna parte. – dije irónico y sonriente.

-Somos un desastre. – dijo y nos quedamos en silencio por un rato.

Su mano tocó mi pierna y yo por una razón dejé que la apretara.

-Yoongi... - dijo. – Yo solo no sé que hacer con todo esto que siento por ti.

Su toque no hacía que me concentrara en sus palabras.

>>Se que todo ha sido tan diferente contigo, pero todo también se siente tan frágil que no me gusta resguardar todo en mis hombros. Y verte ahí con él, solo me indicaron lo más débil que es nuestra unión...

Yo me estaba esforzando en tomar en cuenta sus palabras, de verdad que me estaba esforzando, pero el sube y baja de sus tenues toques, crispaban mi piel.

>>Y tienes razón, me estoy portando como un patán y estoy diciendo cosas estúpidas con tal de hacerte sentir mal. Pero solo soy un reflejo de lo desesperado que me estoy sintiendo, ¿tú lo sientes así?

-Aja. – le dije.

>> Debemos empezar el tema de la comunicación...

Dejé de escuchar cuando guie con mi mano sus toques un poco más adentro de la brecha de mi pierna.

Desde el principio había pensado que echarle la culpa al alcohol era una salida y esta vez estaba seguro que así era. El calor del auto, el alcohol que estaba en mi cabeza, el delicioso olor del alfa, mis hormonas que seguían expuestas, mi conexión con el alfa y mi omega, increíblemente todo tenía la culpa.

>>¿estás de acuerdo?

-Aja. – mordí mi labio.

-¿Seguro?

-Aja. – mordí mi mejilla por dentro.

-Entonces vamos a comer algo y después te llevo con Tae.

-Aja. – entrelace mis dedos con los de él.

-¿Yoongi?

-Aja...

Y si, me permitía dejar por un momento mi dignidad y ya mañana la reponía. ¿Quién me juzgaría? En realidad, nadie.

Por eso jalé la mano de Jimin a mis labios y besé el nudillo de él. Mi omega comprendió el permiso y las feromonas seductoras brotaron de mí. La risa de Jimin me hicieron sonreír.

-Esto es un "cállate Jimin y atiéndeme" – dijo para sí mismo. – De alguna manera tenía que quitar ese apestoso aroma de ti, así que no me quejo.

El movimiento ligero, pronto apresaron mis piernas y el aroma de Jimin estaba mucho más cerca, sus manos cubren cada una de mis mejillas y comienza un tierno beso, pero yo no quería que fuera tierno. Así que mi lengua busca la forma de poder entrometerse en la hendidura de sus labios y con permiso forzado, el alfa roza con frecuencia mi lengua.

Siento mi quijada débil al salivar y deseoso llevo mis manos a su cintura. Lo tenía en mis manos, y así fueron recorriendo la línea de sus caderas y con tanteo las llevé hasta sus glúteos.

El alfa, al sentir mi toque mordió con fervor mi labio inferior y un gemido salió de mi boca.

-Vamos a la parte de atrás. – me susurró en mi oído y sin pensar yo asentí.

El peso del alfa se quitó de mí y mi pecho por fin pudo subir y bajar con rapidez por la falta de aire, el cual no estaba consciente de que lo había retenido casi todo el tiempo.

Desesperado busqué el hueco que hay entre los asientos y tanteando me guíe para pasar por estos, a mitad de mi pequeño camino; las manos del alfa tomaron mi cintura y estas jalaron de mi para después posarme encima de él.

-¿Dónde he visto esto? – dijo y su risa atravesó mis oídos en vibraciones cosquilludas.

Mordía mi labio mientras formaba una sonrisa.

>>Como dije somos un desastre, pero tú siendo un caos es mucho mejor.

Su beso se intensificó y como si conociera cada punto erógeno de mi cuerpo oprimía mis cadera. Su saliva inundaba mi boca y la explosión de su aroma me hacía imaginar que su boca sabía exactamente igual.

Su beso fue decayendo y sus labios bajaron con rapidez a mi mentón y delinearon un lado de mi quijada. Amaba cada uno de sus besos, amaba su legua forjando un camino a mi cuello en donde bajaba y subía hasta morder el lóbulo de mi oreja.

-Oh. – dije.

-¿Qué debería de hacer con un omega precoz y que comienza a ser activo? – me dijo. – Tengo que resolverlo.

-Cállate. – le dije sonriendo.

-Oh, no mi amor. De alguna forma hoy recibirás un pequeño castigo. – dijo burlón.

-Qué triste por mí. – le dije. – Nadie puede salvarme y tampoco puedo yo.

-Al menos lo intentaste.

-Claro que lo hice. – dije y mis balanceos pegaban con tal vez la pelvis del alfa.

-Mmm. – dijo en mi oído. Sus manos se aferraban a mis caderas – Alza tu brazos.

Sus yemas apenas rozaron por mi piel, pero aun así, su toque me hizo vibrar. Sin pensarlo subí mis manos y este desprendió mi suéter con mi camisilla de mi torso.

En un movimiento brusco este me bajó de él y me sentó.

-Necesito acomodarme. – me informó.

Este de nuevo me jaló de las caderas y me posó encima de él. Me tomó de mi cuello por detrás y junto nuestros labios, en una mordida este abrió de ellos y se adentró con todo fervor su lengua. Ágilmente, el alfa me fue bajando hasta que mi espalda quedo sobre el asiento. Sus labios se fueron separando dejándome con la boca abierta.

Mis manos en fuerza bruta, abrieron su camisa.

-Qué suerte que tengo varias camisas negras. – me dijo alegre.

Mis codos cargaban el peso de mi torso y el alfa me tomó de entre mi quijada volviéndome a besar. El nervio de sentir una vez más su piel con la mía en completo desnudo, me hacía sentir flotar e invadido por la pasión de querer besar cada parte de él.

Mis toques ya no ajenos, me ayudaron a degustar con picardía sus músculos bien formados, sintiéndolo duros en mi vientre y entretenidos en mis dedos.

El alfa de nuevo dejó que me acostara en el asiento y yo lo acorralé con mis brazos a su cuello, para profundizando el beso.

Él se separó y desabrochó mi pantalón, deslizándolo por mis piernas y también dejando a mis pies sin zapatos y sin calcetines.

Su respiración y el toque caliente de su boca, se posaron en mi pantorrilla izquierda y lo húmedo de su saliva delinearon mi pierna por completo.

Una vez más, el sonido de su cinturón desabrochándose me excitaron y mis manos palparon mi piel caliente.

Después de un rato sus manos recorrieron mi torso y mordí mi labio.

Sus pulgares hicieron un círculo sobre mis pezones; este era un movimiento que no podía siquiera describir, sus dedos podían hacer lo que quieran con mi cuerpo y todo me gustaría. Le había dado el permiso adecuado al alfa para hacerme sentir ese estremecedor acercamiento en mi piel.

Su lengua lamió la punta de mi pezón y después lo acorraló con sus dientes al darle una suave mordida mientras su lengua lamia con fervor la punta de este. Su mano escurridiza se posó en mi otro pezón y lo aplastaba a su antojo.

Lo que daría por ver cada uno de aquellos movimientos, pero en su lugar, el sentido del tacto lo era todo. El alfa se separó de mi pecho y se dirigió al otro pezón que había mantenido entretenido con sus dedos, Jimin succionó de él y yo lo pegué más al poner mi mano en su cuello. El alfa se fue despegando de mi pezón y su lengua fue subiendo cada vez más por mi clavícula y empezó a besar mi cuello.

-Eres perfecto amor. – dijo, su aliento pegaba en mi boca extasiando mi interior.

Mis manos fueron a sus mejillas y con delicadeza lo fui bajando, tanteé su cara con el fin de buscar su frente y después pegarla a mis labios.

Daba tantas gracias al alfa por entender mis movimientos, que era participe en iniciativa de todo lo que haría. No sabría si algún día viera ese rostro que sudaba ante mis toques, pero por el momento no dejaría que mortificara ese pensamiento.

El alfa fue bajando más y presiono mis caderas. Con astucia, Jimin mordió mi mentón y de nuevo fue bajando por mi pecho y mi vientre hasta llegar a mi ombligo.

-Tendremos que abrir muy bien esas piernas. – dijo.

Sus manos con algo de brusquedad doblaron y abrieron alzando ligeramente mis piernas, dejándome completamente expuesto a él.

No había ningún pudor entre nosotros, solo dejábamos que nuestros instintos nos dejasen llevar y yo estaba más que satisfecho.

Jimin, besó mi tobillo izquierdo con tranquilidad el cual se quedó suspendido por los aires mientras sus besos bajaron a mi entre pierna, el nerviosismo y la excitación de que me besara en ese lugar me provocaban temblar mis piernas y apretar mis dedos de los pies.

Sus besos fueron recorriéndose hasta llegar en un rozón a mí ya lubricada entrada. Sin decir una sola palabra, su lengua comenzó a lamer.

-Oh~- dije a la nada, mientras llevaba un nudillo de mis dedos a mi boca y lo apreté con mis dientes.

Las lamidas sin piedad, me estaban volviendo loco, su lengua se entrometía en mi entrada sin dejar nada el que chupar. Ante la fuerza de su afilada lengua y mi debilidad; la mano del alfa sostenía mi pierna por debajo de mi rodilla y su otra mano mantenía con fuerza el que no se cerrara y la abría con algo de brusquedad. Mi mano se unió a una de sus manos para apoyarme.

Mis dedos se estremecían con cada lengüetada, mis dientes dejaron de sujetar el nudillo que me obligaba a callar cuando de mi boca se escapó un gemido.

-¡Humm! – se escapó de mis labios.

Su lengua se separó de mí y el sentir del vacío me estremeció, pero sus labios se pegaron en la hendidura que estaba entre mi entrada y mis testículos, su respiración en ese lugar me crespo mi piel y me hizo temblar. El vacío de mi cavidad se llenó, cuando uno de dedos suplantaron su lengua.

-¡Ah! – jadeé.

La fuerza con la que me penetraban su dedo me gustaba y me ayudaba a sentirme menos presionado y enseguida adentro otro, sus labios no dejaban de repartir besos por toda esa área, mis dedos se entrelazaron con los suyos y dejé de ya no permitirme el jadear.

Mi pirna se sentía cansada y temblorosa, la dejé caer, pero su mano la sostuvo y la pegó a lo que suponía era su hombro.

Sin dejar su trabajo en mi entrada. Este se movió y dio una fugaz lamida a mi erecto miembro.

-¡Oh, no! – jadeé. - ¡Ah!

Gemí al sentir lo húmedo de su boca al engullirlo. Mi torso se arqueó y sin pensarlo llevé mis dedos a hundirse a su cabello. Tal pareciera que mis movimientos cobraban vida sin saber específicamente a donde se dirigían, pero eran tan acertados.

Sus dedos se movieron más rápidos y sus engullidas también lo fueron. Y fue justo al tiempo que el rozón continuo en un punto, me encogió y llevé mi cabeza hacia tras disfrutando el montón de emociones que el alfa me brindaba, mis manos tiraban de su cabello.

-¡Ahah! – mis gemido salieron más fuertes. - ¡Oh!

Mi respiración rápida y mi boca abierta, provocaba la resequedad de mi garganta, pero esa euforia de estar sumergido en ese punto donde el alfa me daba las mejores evocaciones, me quería hacer explotar y embelesarme más de Jimin.

Sus dedos entraban y salían con rapidez y su boca chupaba con vivaz fervor, mi vientre se contrajo y el sudor en mi frente que de seguro se mezclaron con las lágrimas que salían ante tal placer.

-¡Espe- espera! – dije alto y apreté mis ojos. - ¡ah, ah!

Todo fue tan rápido, que tan pronto me sentí tan ligero, húmedo y dichoso. Mi risa cansada salió de mis labios, mi cuerpo tembloroso se dejó desparramar por el asiento.

-Mierda que bien sabes, omega mío!

El efecto de su voz rasposa me encantaba. Jimin tenía un algo que me volvió el omega más feliz de esta vida, me encantaba sus toques y tal vez sería la única persona a quien le permitiera tocarme y entregarme así. Jimin era único para mí y no importaba nada de su pasado, porque él me pertenecía y me gustaba tanto que estuviera conmigo en el presente.

-Se siente tan bien. – le dije en un susurro. El rilar de mi cuerpo no paraba y mordía mi labio.

Mi vientre se sentían cosquillas y mis músculos se destensaron.

El alfa entrelazó sus dedos con los míos y acorraló mis labios. Su risa durante el beso me dio alegría.

-Que afortunado soy el haberte conocido. – me dijo al separarse.

-Que afortunados somos.

El alfa me levantó y me tomó de las caderas hasta sentarme a horcajadas en sus piernas, acomodó mis brazos alrededor de su cuello y pegó sus labios a mi mentón el cual beso.

-Estas listo... - dijo. – Pero no tengo condones.

-Tomare la tableta de emergencia.

-¿seguro?

¿Qué si estaba seguro? La respuesta era sí. El alfa me estimulaba y el pensar bien las cosas no estaba en mente, pero tampoco era un ignorante en las consecuencias.

-Sí, Jimin. – le dije lento.

-Solo será por esta vez. – dijo en un murmuro en mi oído y yo asentí.

-Solo no anudes en mí. – le especifiqué.

-Tratare, amor. – beso mi hombro.

Le sonreí y busque su boca, el cual no tardo en corresponder al besarme.

Jimin, apretó mis glúteos y me alzó  para después alinear su miembro en mi entrada. Al encontrarla, este me fue bajando y sostuve un suspiro. Cada toque de su miembro cercano a mi piel me estaba estremeciendo con cierta emoción que cosquilleaba en mi orejas y mi vientre. 

Fruncí mi ceño por la intromisión y casi me forcé a acoplarme a su tamaño.

-Oh. – dije bajo. – Jimin, es mucho...

-Tranquilo, solo deja caer tu peso en el. – me dijo.

Y así fue, me dejé caer por completo y mi espalda se dobló con el fin de que mi cara se escondiera en su cuello y el inicio de su hombro. Su aroma me tranquilizo y los movimientos de su cadera iban en círculos.

-Mmmh. – casi fue un ronroneo.

-Shh. Solo déjate llevar. – me dijo.

Sus manos no soltaban mis nalgas y las masajeaba con delicadeza. Mis piernas se apretaron más a las suyas. Los círculos se quedaron de lado, y las pequeñas embestidas iniciaron.

Me fui alejando de su cuello y me enderecé.

-Tu cabello húmedo te hace ver tan pervertido. – me dijo. – Tu boca abierta y tu sonrojes solo me excitan a follarte duro.

Su nariz se rozaba con la mía y su movimiento de cadera fue más fluida. Nuestros alientos se juntaban y la humedad de nuestros cuerpos también. Sus labios de nuevo besaron con ternura mi hombro y después regresaron a mi cuello mientras sus manos dieron un apretón a mis glúteos y los separo para adentrarse más.

Una mano dejó mi nalga y la otra apretó tierno mi mano hasta entrelazarla. Su cara se pegó a mis labios y yo le di un beso en ella, al separarse, alzo nuestras manos, besó de ellas, y después las pegó a mis belfos en señal de que también tenía que besarlas.

-Yoongi, has provocado en mi lo que nunca había sentido. – me dijo.

-¿Qué es, alfa? Tal vez estemos igual.

-Miedo, provocas el que tenga miedo de perderte.

Mi mano tanteó su cuerpo y subió hasta que encontré su cabello el cual peine hacia tras.

-No te preocupes por el futuro y solo concentrémonos en presente, mi amor...

-¿Qué? – dijo feliz. – Repítelo...

-Mi amor. – le dije sonriendo.

-"Mi amor" ... que bonito suena de boquita. – dijo y juntó una vez más nuestras narices.

Mi cara buscó sus labios y de nuevo el apasionado beso comenzó, las embestidas subieron de tono mediante el beso y me aferré más a su cuello. El beso se forjo salvaje y su lengua se oprimía con la mía salivando en deseo.

Sus manos de nuevo bajaron hasta tomarme de los glúteos y desde ahí, subía y bajaba mi cuerpo.

Con cada tiempo, el alfa metía y sacaba con algo de brusquedad, pero pasaba desapercibido con sus besos en mi cuello.

Mi entrada lubricaba más con cada beso en mi oreja. Las embestidas eran más fáciles y el ardor se convirtió en placer para ambos. Los gruñidos en mi oreja me ponían a tope con mis deseos y pegaba mis labios en arrebatados besos. Me deje caer hacia atrás y choqué con el respaldo del asiento, pero Jimin ágilmente me atrajo hacia enfrente y hundiendo su cara en mi cuello el cual lamia.

Sus empujes son mas severos y mi cuerpo tiembla con cada roce en el punto de mis nervios. Mis gemidos iniciaban a ser sonoros y así como los suspiros y respiraciones.

Los labios del alfa, tomaron mis pezones y besaba con brusquedad, así como mordía y lamia cada uno de ellos, y la ternura se acabó en el momento el que yo decidí llevar los movimientos cada vez más rápidos.

El auto se empezó a mover junto con nosotros mientras lo cabalgaba y dejaba mordidas en su cuello. Sus dedos oprimían mis caderas y su cuerpo estaba resbaloso por su sudor picoso y salado.

Jimin en un movimiento llevó sus manos por debajo de mis rodillas y alzó mis piernas doblándolas, mi torso cayó de nuevo en el respaldo que estaba detrás de mí. Su miembro se sentía tan adentro que me estremecía de sobre manera.

-¡Ahh! – gemí fuerte. - ¡Ah, ah!

Se metía tan profundo que me extasiaba y me hacían lagrimear provocando que los dedos de mis pies se doblaban.

-¿Te incomoda?

-¡Mierda, no! – dije. – Ve más rápido. – mandé.

Jimin salió de mi e iba a protestar, pero pronto me acomodó y me dejo de nuevo a horcajadas, pero ahora mi espalda estaba en su pecho, llevó sus manos por debajo de mis rodillas y las alzó hasta que mis pies estaban por el aire.

Las embestidas fuertes y rápidas no daban tiempo de si quiera pensar.

-¡Ah! ¡Jimin! – gemí.

Embestía uno tras otro.

>>¡Jimin¡

-Agh. – su voz era baja.

Mi cabeza fue a su pecho y este lamio mi oreja y después la mordió. Junto mis rodillas a mi pecho y sus brazos abrasaron por debajo de ellas.

>>Solo mi aroma debe estar en ti, entendiste. – dijo. – Solo a mi puedes besar. – y yo asentí.

Los ruidos obscenos de las embestidas embargaban el auto y también mis gemidos.

>>Me perteneces, omega.

-¡Si jimin!

Su cadera se alejó un poco de mí, este me alzó y de una sentada entro mucho más profundo. Mi cuerpo estaba tan frágil que sentía cada lagrima bajar de mis mejillas. El "clap" continuo me mantenían en la realidad.

>>Aprietas tan rico, mi amor.

Mis manos buscaron de donde sostenerse y solo encontraron sus brazos.

-¡Oh~! – dije.

-Yo te sostengo. – me dijo

Mi vientre se sintió caliente y mi boca seca de cada inhalada que llevaba a mi organismo al buscar como parar.

-¡¡¡Ahhh!!! – gemí al sentir mi liberación. - ¡Al- alfa, para!

Dejó de oprimir mis piernas y estas se dejaron caer a los lados. Mi cuerpo estaba flojo que el pecho de Jimin servía también para desplomarme.

La respiración de Jimin pegó con fuerza en mi hombro y supe que este también había llegado a su orgasmo.

Con delicadeza me recostó sobre el asiento y fue saliendo de mí. Mi cuerpo estaba tan pesado que el temblor de mis músculos apenas eran sentido.

Mis oídos estaban tapados y mi respiración paso de rápida a lenta.

-¿Estas bien Yoongi?

No hable para nada y con debilidad alcé mi pulgar. Mis ojos se fueron cerrando y todo sonido se apagó, así como el delineado de mis caderas. 

Que ondi!! 

Yo pensé que se había subido el capítulo y ahorita que venía del trabajo me di cuenta de que no. :) 

La parte en donde jimin se agarra a golpes no estaba. antes me parecía innecesaria, pero ahora que lo pienso eso va con su escencia jajajaja. Es que yo antes era más violenta.

Tengan una hermoso día.

No olviden que las amo y las valoro mucho. 

¡GRACIAS POR EL APOYO!

ALICIELITO.

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