. Capítulo 32 .

Parte 2

Capítulo muy largo.









Después de que todos  se fueron me mantuve observando la habitación del omega, exploré con lujo de detalle sus pertenencias, y  entre en un estado de confusión,  solo fue así que me encontré con algo en que entretenerme. Mi cuerpo descansaba sobre el sillón y me distraje leyendo una revista que había encontrado debajo de la cama de Yoongi, pues casi todos los libros estaban en braille. 

"Que esperabas" 

Una larga hora pasó y Yoongi jadeó,  ladeé mi cara para observarlo atento a sus movimientos.

Sus manos se apoyaron en la superficie blanda y de un tirón paró su torso cubierto por mi sudadera. Acomodó su cadera y con ella su pose. Lentamente, frotó sus ojos, lanzó un bostezo soñoliento, sus manos se estiraron y dobló su cuello estirándolo.

Sonreí, tan pronto él se dejó caer de nuevo entre las almohadas y sus piernas lucharon que poco a poco, fueron quitando las sábanas dejando ver sus muslos pálidos en desnudez. 

 Relamí mis labios al momento que sus hermosas piernas se estiraron más y su aroma se intensificaba.

Su delicioso aroma volátil, contrajo mi vientre en complacencia. 

La cara confundida del omega, llamaron mi atención curiosa por ver como olfateaba al aire y lentamente iba de nuevo levantando su torso queriendo encontrar algo. 

Llevó su brazo directo a su nariz y en  una inhalada profunda le provocó una sonrisa apretada. 

—¿Ji- Jimin? – preguntó tartamudeando. 

 Dejé la revista de lado y con pasos lentos, me fui recargando a la orilla de su cama.

Mi presencia estaba ya tan cerca que los labios de Yoongi se separaron para hablar, aunque, ningún ruido salió de ella.  

-Creí que nunca te levantarías. – le hablé en su oído.

La sorpresa llevó al omega a voltear rápidamente hacia mí.

>>Buen día, cariño.

Yoongi tanteó con sus manos hasta acariciar mi rostro que estaba atrás de él.

-¿Cómo...- paró. - ¿Cómo llegaste aquí?

-Solo me avisaron que me necesitabas, omega.

-¿Nosotros... - sabía a que se refería.

-No, solo te cuidé y di un poco de mimos.

El puchero de Yoongi llamó mi atención.

-No sé qué decir...

-No digas nada. – me fui acomodando a su lado, para tenerlo casi enfrente. – Me hubiera gustado tener el desayuno listo, pero soy muy mal cocinero y no quiero dejar ninguna pista de que estuve aquí.

-No te preocupes, no tengo hambre. – me sonrió.

-¿Estas adolorido aún?

-Sí, aunque ya es menos. - mordió su labio y yo toqué su frente. 

-Solo estás sudando, así que, necesitas un baño. — le sonreí. — Iré a preparar el agua y llenar tu tina; no estaría mal que pases un rato remojándote hasta que quedes fresco.

—Gracias, Jimin. — él buscó mi pierna y la acarició. 

—No agradezcas. En un momento vuelvo. — me paré y fui directo al baño. 

 Dejé la puerta abierta y me aseguré que estuviera todo lo necesario para que el omega tomara una larga ducha.  

Abrí el maneral, templé el agua y rápidamente el vapor comenzó a esparcirse por el lugar. Dejé que la tina se llenara y tomé un jabón líquido que le pertenecía al omega. El aroma fresco resaltó y por el toque brusco del agua al caer surgió la espuma a las orillas. 

Salí y noté que el omega estaba sentado, moviendo sus pies de enfrente hacia atrás, perdido en sus pensamientos. 

- ¿Estás bien? – pregunté. 

-Sí, es solo... - acarició sus rodillas. – Que me agrada la sensación de no estar solo. Es mi primer celo en compañía y me siento tranquilo. – sus muslos dejaron de moverse. - Desde que me presenté como omega, creí que mi destino era que estos siempre se alargaran y estar muy adolorido cada que acabaran. Bueno, aún estoy adolorido, pero este ya no es tan intenso como la última vez.

 -¿No sueles desahogarte? – el omega se sonrojó cuando me senté a su lado.

 -No. - dijo. - Mamá, no me lo tiene permitido y tampoco lo he  pensado.

 -¿Qué? – dije algo alto. – Debe ser como una tortura. Al menos compra supresores. 

-Sí lo hace, pero solo deja que tome uno para los tres días. – hizo puchero.— Dice que mi lobo necesita acostumbrarse a que nunca será acompañado y corte de tajo la conexión que tengo con él en esos días.  

Me quedé viendo sus pies.

>>Y ahora me doy cuenta que con compañía es menos intenso... - su mano acaricio la mía y sus mejillas se sonrojaron.

-Sí. Es porque tu lobo fue saciado.

-Espero no haber sido muy duro y empalagoso.

-Nada de eso, solo dormiste. Uno que otro jadeo, pero nada fuera de lo normal.

La sonrisa de Yoongi me dio tranquilidad, sinceramente no esperaba que este lo tomara tan a la ligera.

-Debes estar cansado... - dedujo.

-Nada de eso, estoy con mucha energía. Taehyung es quien estaba cansado.

-¿Tae, estuvo aquí? – dijo demostrando confusión.

-Él fue quien te trajo. – su silencio, indicaba que siguiera hablando. – Después de que estábamos juntos en la universidad, tus dolores incrementaron y tu cordura estaba nula. Yo, llamé a Tae para que te recogiera y te trajera a casa.

-Qué vergüenza... - tapó su cara.

-Amor... Tae, fue quien me llamó para que viniera. Al parecer no dejabas de balbucear mi nombre.

-¡Oh, no! – dijo más apenado. - ¡Ahora lo sabe!

-Sí, pero afortunadamente no le dirá a nadie y solo me mando a decirte: que hablaría muy seriamente contigo. – dije mintiendo al final.

Destapé la cara de Yoongi, tomé su mentón y atoré dulcemente una hebra rebelde de cabello detrás de su oreja y lo miré.

- Todo estará bien, Yoongi. Creo que ya es hora de que vivas y experimentes.

Yoongi apretó las orillas de las sábanas.

>>¿Me permites ser tu base? – recordé las palabras de Namjoon. – Tu apoyo.

Los gestos del omega no eran confusos, sino, ilusionados y seguros.

-Sí Jimin. – dijo tembloroso. – Me agradaría que me ayudaras.

Tomé cada lado de su quijada y lo acerqué sin consideración a mis labios.

Los resecos labios de Yoongi, se movían con lentitud y profundidad que saciaba mi lengua. Sus manos frías tomaron mis antebrazos, hundiendo cada uno de sus dedos en mi piel apretándolos y jalándolos.

Bajé una de mis manos por su cuello y estas resbalaron ágilmente por su clavícula hasta llegar a su pecho. 

Abrí mis ojos y pude percatarme de las finas gotas de sudor que brotaban aún en su frente.

Yoongi se separó y juntó su nariz con la mía.

Su aliento golpeaba sin temor en mis labios mojados por su saliva y la calidez de su lengua me invitaron a comenzar el beso una vez más. Me acomodé y jalé de sus caderas para sentarlo en mi regazo y así profundizar el beso. Mi mano oprimió una de sus piernas y entre el beso, el omega gimió. 

Yoongi, colocó sus manos alrededor de mi cuello, motivando el sentirme seguro y se volvió a separar para juntar nuestras frentes.

 -Si así voy a despertar en cada uno de mis celos, no me importarían los regaños de Taehyung y mucho menos los de mi hermano. 

-Olvídate de ellos. – le dije.

 Mi mano pícara jugueteó con su pierna rozando el borde de mi sudadera, las yemas de mis dedos apenas se adentraron a está iniciando una leve tentación, hasta que el sonido del agua cayendo nos sacó de nuestro mundo.

 -Muy bien, señor Min; es hora de tomar una larga y potente ducha para que se quite ese mal olor. –bromeé

-No apesto. – dijo sonriendo, mientras yo lo cargaba de manera nupcial. – Y si apesto, es porque dormí contigo. 

-Yo diría que mejore su aroma. – le sonreí y froté nuestras narices. 

La risa de Yoongi era espléndida y sus feromonas me encantaron. Lo bajé de inmediato y este no se alejó hasta alcanzar de nuevo mi boca, la sonrisa pegada en sus labios era contagiosa.

 -Tú también apestas. – dijo y sus manos bajaron a mis caderas, tomando mi camiseta. 

-Pero yo prefiero mantener tu aroma en mí hasta que se den cuenta que estoy con el omega más bonito.

Yoongi rió.

-No puedo bromear, cuando dices la verdad. – dijo socarrón. 

-Olvidaba que estaba con el omega más vanidoso. – lo tomé de la cintura. 

-Pero como tu aroma también es horrible, deberías tomar una ducha.

 Una firme y directa proposición a que ambos nos bañáramos juntos, pero con palabras que servían para esconder toda relación con picardía. Achique mis ojos en una gran sonrisa. 

-Esperaré a que termines, mientras busco tu ropa para que te cambies. 

 -Podemos buscarla juntos. – sonreí un más.

 -Pediré algo de comer a domicilio. – busqué otra excusa. 

 -También podemos esperar. – dijo. – Para todo hay solución. 

-Entonces perderé el tiempo tendiendo tu cama y acomodando tu sillón – le dije y sus manos lentamente se deslizaron hasta enganchar uno de sus dedos en las tiras de mi pantalón donde se colocaba mi cinturón. 

-Y si..., ¿pierdes el tiempo conmigo?– dijo cerca de mi boca. – Para eso no hay solución. 

 -¿Estás seguro? 

 -Experiencias y vivencias nuevas... - dijo mis palabras.

 Lo pegué a mí y lo besé con pasión, su saliva se pasaba a mi boca con fulgor y toda la energía que aún nos mantenía parados en la alfombra,  pronto nos mantuvimos flotando en nuestro mundo. 

Un mundo de dos inadaptados que estaban apunto de caer enamorados y que se mantenía en la cuerda floja del deseo.

De un tirón quité la sudadera y la camisilla, dejándolo solo en bóxer, su hermosa piel una vez más se expuso ante mi vista, hasta sentir que mi lobo se acortaba por la presencia inocente del omega.
Él, también me despojó de mi camiseta y mi torso quedó desnudo frente a él. Mis dedos acariciaban y se paseaban en cada parte de su cintura y amenazaban con recorrerse hasta el borde de la ropa interior.

La piel de Yoongi se estremeció en mis manos y la mía también con cada toque de sus fríos dedos. ¿Cómo describir que a pesar de ser fríos, sus toques parecen cálidos y suaves?

Yoongi tiene la peculiaridad de hacerte sentir amado y comprendido, y sus toqué se describían en ser compensado del alma.

Sonreí entre sus labios, me divertía conocer mis opiniones.

Los jadeos medio sonoros inundaban mi oído, la respiración entrecortada del omega me enorgullece mientras dejaba besos con mi resbaladiza lengua, succionaba saboreando, chupaba y mordía sin lastimar su blanquecino y dulce cuello, él en pocas palabras; es una delicado manjar. Y como le había comentado, yo amaba las cosas dulces. 

 Lentamente, sus manos recorrían mis abdominales  y estas bajaron hasta llegar a mi vientre bajo con el objetivo de desabrochar mi cinturón. El ruido metálico del cinturón, se marcó como la más desesperante melodía, así como, sus nudillos al rozar con mi vientre desabotonando mi pantalón. 

Sus hombros se tensaron, al momento que de un tirón bajó aquellos. Nuestros besos en cada uno de nuestros cuellos nunca cesaron y me respingué, tan pronto al sentir sus dientes morder en este.  

-No provoques de más, amor. – le hablé bajo.

 -No tienes que contenerte... - me dio el permiso. 

 Bajé por completo mi pantalón y en pasos torpes nos dirigimos al baño húmedo de vapor y un enorme charco de agua que nos cubría los pies.

 Abrí mis ojos por completo para no perderme ni un momento de las expresiones de Yoongi. Necesitaba guardar estos recuerdos para siempre.

 Lo pegué al lavabo y en un movimiento el curvó su espalda, dándome el permiso debido de saborear su apetitoso pecho. 

Las gotas de sudor bajaban por su cuello y sus clavículas manchadas de lunares me invitaron a degustar cada uno de ellos, cubriéndolos con finas rojeces que dejaban mis mordidas y succionados. 

-Mmm- jadeó.

La poca luz que se filtraba del día, me señalaba la bonita postura de sus pezones erectos, por ello; fui dejando todo un camino delineado con mi lengua, hasta que me acerque peligrosamente hasta la orilla rosada de su pezón, Yoongi contuvo la respiración y su mano tanteó el lugar hasta sostenerse de la manija del lavabo. 

Ladeé mi rostro al mirar como su entrecejo se tensó y sus labios se entre abrieron.

Los ultimos efectos de celo, formaron a un Yoongi deseoso.

 Su mano derecha me tomó de la cintura y me hizo pegarme más a él, abriendo sus piernas y alzando hasta que su muslo pegó en mi cadera, logrando que nuestras entrepiernas pegaran comenzando leves roces. De repente me fui separándome en contra de sus deseos.

Era necesario parar o no habría vuelta atrás.

 -Tenemos que bañarnos. – le dije entrecortado y este solo asintió. 

 -¿Qué? – dijo aún ido. – Ah..., sí...

Yoongi se fue enderezando y en el transcurso de ello; aproveché para repartirle más besos, que fueron bajando desde en medio de su pecho, llegando a su ombligo hasta que yo quedara en cuclillas y justo deteniéndome en el borde de su ropa interior negra. 

 Fingiría si negara que no me gustaba su aroma excitado. Mis manos se posaron a los costados de su cadera sujetando el elástico de su bóxer, el cual, lo fui bajando. Sin apartar mi mirada de su cara que pronto fue cubierta por sus elegantes y hermosas manos.

 Debido a la obstrucción de sus manos en su cara, miré como estos estaban siendo bajados lentamente, dejando a la vista la apetitosa "v" del inicio de su pelvis. Sus manos se posaron en mi cabellera, al tiempo que sintió mi respiración y mi aliento muy cerca de su piel. Mis dientes tomaron el elástico y fui bajando de ellos, sus dedos del omega jalaron  y apresaron mis cabellos. 

-Oh. – solo pudo decir Yoongi.

Mantuve mi mirada en su cara, mientras bajaba cada vez más.

-Eres hermoso. – mis dientes soltaron el elástico y solo dejando ya mis manos con la misión de quitarlos por completo.

Mis besos fueron subiendo cerca de su miembro hasta llegar de nuevo a su vientre, y ahí dar un suave besito en su pezón izquierdo, mordí su mentón y dejé el beso de labios apretados sobre sus belfos. Yoongi seguía oprimiendo mi cabello.

>>Vamos a bañarte, omega.

Yoongi asintió con ojos apretados y respiración pesada.

Lo tomé de la cintura y lo cargué para después dejarlo caer en la bañera que se desbordaba de agua.

Mi entrepierna se apretaba fuertemente, pero como pude, me arrodillé hasta estar a la altura de Yoongi que se acomodaba dentro de ella.

Tomé una esponja y la llené de agua para después dejarla caer sobre su cabello.

-Deberías entrar...

-Sí, debería. – afirmé. Pues ya no me negaría.

Me paré como un resorte y quité mi ropa interior por completo. 

Primero metí un pie comprobando el agua y después el otro, Yoongi por inercia se hizo hacia enfrente y antes de que me sentara, sostuve el shampoo y lo mantuve en mi mano hasta que por fin me acomodé en la bañera dejando al omega entre mis piernas.

-Dejamos caer mucha agua. – le avisé.

-Deberemos limpiar o rogar para que este no se filtre y caiga desde el techo de la sala.

-Esperemos que no. – le sonreí.

Yoongi se dejó caer en mi torso y se acomodó sobre mi pecho. Con facilidad, unté un poco de shampoo sobre su cabeza y comencé a frotar su largo cabello provocando que sus hebras húmedas se alargaran  y cayeran hasta su cuello.

Yoongi gimió en placer por el masaje a su cuero cabelludo. El acumulo de la espuma se formó en su cabello y pude peinarlo hasta dejarlo en  una coleta espumosa.

La  demás espuma se resbalaba por su espalda aprovechando de esta para tomar la esponja y esparcir el jabón por lo ancho de ella. Pasaba por sus hombros, cuello, brazos, y hasta enfrente de su abdomen y por atrás de su espalda baja.

Le regalé un beso en su nuca y que se ampliaron hasta sus hombros al terminar de frotar.

-Dejaré que limpies tu entrepierna y tus piernas. – dije entregándole la esponja. – Mientras tallaré mi cabello.

-Sí está bien.

El agua corrió por mi cabeza al igual que la espuma. Cerré mis ojos y mis hombros se relajaron de toda tensión, olvidando completamente que estábamos solos en la casa del omega.

-Nadie había lavado mi cabello desde que era niño.

-Qué suerte que me tienes a mí.

El omega río 

-El baño era un lugar al cual le tenía miedo. Pues mi madre consiguió un buen trabajo y fue dejándome a un lado, me apena decirlo, pero yo aun no sabía andar solo por mi casa. Fue en un día cuando me intente bañarme solo y resbale con esta tina, y en consecuencia me abrí el labio. Ese mismo día mi madre me regaño y recibí unas puntadas ...fue realmente doloroso. - relató. 

-A mí me paso algo parecido. Cuando tenía ocho años y las vacaciones de invierno llegaban, mis notas escolares no fueron las mejores y desde que había llegado a esta ciudad, mi mejor refugio era una casa vieja que estaba en un árbol. Amaba ese lugar, ahí había encontrado un monto de cosas viejas, recuerdo que había cambiado mi discman, por un reproductor de cassette...

-Espera... ¿también tenías discman?

-Claro que sí, que niño no tenía uno en los 2000 – dije obvio. – Bueno, el punto de todo, es que mi madre encontró mis malas notas y yo corrí hasta esa casa y sin darme cuenta; pise mal una madera podrida y mi pie se rasgó. Necesite puntadas para cerrar la herida. – suspiré. – Ahora, guardo el reproductor de cassette como recuerdo.

-¿Y tus discman?

-No recuerdo bien si los deje en donación o los regalé. – reí un poco. – Tengo mala memoria, discúlpame.

-De eso no tengo duda. -Yoongi también río y me ofreció la esponja.

Frotaba con la esponja solo mis brazos y de ahí, la solté para seguir con mis propias manos.

-Sabes, puedes contarme lo que quieras, me gusta escuchar tu voz.

-Perdona que me quede callado, no estoy acostumbrado hablar mucho.

-Bueno practica conmigo. Creo que nuestra confianza dio un cambio completo.

La risa baja de Yoongi, demostraba lo avergonzado que se encontraba.

>>¿Tienes vergüenza? – le pregunté.

-Sí, no todos los días  me baño con alguien.

—¿Qué te parece la idea de que a partir de ahora te acompañe? — pegué mi mentón entre su cuello y su hombro.

—Me agrada la idea. Aunque muera de vergüenza, sí me gustaría ser mimado con tus manos a cargo.

Mis manos se deslizaron hasta abrazarlo por detrás y mis dedos se entrelazaron por enfrente opresando su cintura.

—Me encanta tu aroma con dotes de vergüenza.

—Creo que sería peor si te pudiera  ver.

Cerré mis ojos aspirando su la paz de su cuerpo.

-Yo no lo creo así. Y si te pudieras ver, sabrías el porque me gustas mucho.

-Todos hablan de lo lindos que deberíamos ser los omegas por naturaleza, pero siempre me hicieron entender que yo era un error...

Me detuvé y dejé de abrazarlo. Mi pecho se oprimió, al pensar que yo fui parte de esas burlas, y de inmediato me llené de un enojo incomprensible.

Pudé recordad la primera vez que lo miré y mi enojo estúpido por chocar con él, la segunda vez que lo topé y yo estaba en celo; su aroma profundo llegó a mi lobo y la necesidad de sexo era tan poderoso, que tuve que saciar mi deseo en otro omega y la tercera vez, que lo miré a lo lejos; sentado en un pequeño sofá en la casa de Taehyung, bebiendo de una botella de cerveza mientras las luces de neón brillaban en su piel, supe que era tan particular negándome a que venciera mi orgullo.

-Sabias que yo estropeé tu beso con Hoseok. – le dije de repente.

-¿Qué? – dijo.

-Sí, estabas apunto de besarlo y yo tropecé a propósito  los cables para apagar la música.

-Si te soy sincero, no recuerdo esa parte de la fiesta.

Yo más que nadie recordaba esa fiesta. Apoyé mi mentón en la coronilla del omega mientras este se enjuagaba las piernas.

-Yoongi. – lo llamé.

-Dime.- dijo.

-Perdóname por ser un idiota. – le dije sincero. – Entendería si me quieres mandar a la mierda por mi actitud estúpida y mis palabras venenosas.

-Aunque te perdone, sigues siendo un tonto. – el omega se fue volteando, hasta quedar completamente enfrente de mí y me sonrió. – Pero eres mi tonto favorito. – su mano busco mi mejilla y se inclinó hasta dejar un beso en ella.

—Debo estar agradecido, pero no me agrada la idea de que seas tan accesible con perdonar, Yoongi.

—¿Qué quieres decir? — su ceño se frunció en confusión.

—Me agrada tu personalidad y no quiero que la cambies, pero temo que las personas se aprovechen.

"Cínico"

Aplané  mis labios por mis pensamientos, pues era verdad el que era un cínico.

—Todos merecen una segunda oportunidad, al menos a mi gustaría que me dieran una segunda oportunidad cada vez que me conocen.

Pegué mi frente a la suya esperando que mi nudo en la garganta se desvaneciera.

—Yo decidí dártela a ti y no me arrepiento. Y eso solo demuestra mi teoría.

—¿Qué pasa con los que ya no pasan tu "teoría"?

—Entonces yo no insisto y ellos solo se van.

Lo abrazo con fuerza ante sus palabras, y el deseo de que nunca se vaya me invade de manera apasionada.

Aún así, cuerpo cálidamente mojado me hizo agua la boca. Obligándome a soltarlo, por sentirme insuficiente para él.

Me apoyé de las orillas de la tina y de un tirón, me paré y el agua se escurrió por mis piernas. 

-¿Dije algo malo? – preguntó.

Sin decir nada, salí por completo de la bañera y tomé una toalla para colocármela en la cintura, después tomé otra y la estiré.

Me acerqué hasta la orilla y lo sostuve del brazo con el fin de  pararlo. Mire su desnudes y supe que su vergüenza regresó atentando sus mofletes sonrojados.

"Es precioso"

-Perdón si no te gustó que te dijera tonto, pero yo creí que ...

Paré sus palabras cuando lo besé, tardo en seguirme el beso por la impresión, pero pronto sus ojos se cerraron y sus manos se engancharon en mi cuello.

Coloqué la otra toalla por detrás de su espalda y cuando la aseguré bien de que no cayera, lo cargué desde el borde de sus nalgas y de inmediato Yoongi opresó mis caderas con sus piernas.

-Nada de lo que salga de tu boca podría molestarme. – dije al separarme. – Yo también me incluí con palabras desagradables a tu persona, pero ahora quiero que sepas; que eres un omega hermoso, increíble, inteligente, creativo, extremadamente sensual y con un aura agradable que hace que mi lobo se emocione por completo.

-Jimin, yo no soy como los omegas que te gustan. – dijo.

-No lo eres... - bese su cuello. – Porque tú eres especial, nadie se compara a ti. Eres el ser a a quien mi lobo ha esperado y que no dudara de protegerte hasta de mi.

Yoongi me besó arrebatadamente y yo me separé. Su ceño se frunció en confusión.

>>Una vez te imaginé de la mejor manera y desde ahí supe que me haría adicto a ti.

-Y yo lo confirmé también en nuestro primer beso, Jimin. - dijo interrumpiéndome y sus ojos se achicaron en una sonrisa de dientes. - No eres el único que tiene pensamientos el uno con el otro. 

Yoongi quitó de encima la toalla que lo cubría.

>>Vamos Jimin, demuéstrame que yo no soy como los demás omegas y que soy especial; de lo contrario solo son palabras vacías.

Suspiré y mi lobo se emocionó.

Y así fue, mis pasos apresurados recorrieron la alfombra de la habitación dejando la humedad en ella hasta llegar al borde de la cama.

Recosté a Yoongi y este se hundió entre las sábanas y edredones. Con sumo cuidado y detalle, miré su cuerpo desnudo, él era mas de lo que imaginaba.
Relamí mis labios y lentamente fui quitando de mi dedo medio el único anillo que siempre cargaba; lo aventé a un lado dejándolo en el buro del costado y el toque metálico al pegar con la madera hizo cerrar los ojos del omega y comenzar una pesada respiración.

Yoongi seguía tan sensible por el celo, pero con la diferencia de que estaba muy consciente de sus acciones y eso no solo le agradaba a mi lobo, sino, también a mí.

Troné las articulaciones de mis dedos y ladeé mi cara al pretender el cómo iniciar. Jamás me había sentido tan nervioso.

-Dejaré que lo pienses bien, omega. – dije bajo. – Te daré un minuto.

-No hace falta. – dijo. – Quiero que fundas tus manos en mi piel. No hay pensamientos, más que solo el deseo de hacerlo contigo.

Me agaché hasta él y lo acomodé en su cama. A parte todo en un movimiento  y el edredón quedó en el suelo alfombrado y las almohadas solo a nuestro alrededor. El ambiente se hizo tan íntimo de un momento a otro, que la sencillez de nuestras bocas, se guiaban en un beso osado y sin un pudor.

Fui bajando por su quijada, por su mentón y me separé de su cuerpo que temblaba por mi toque coqueto en su pecho y abdomen.

El omega cerraba en puño las sabana debajo de él, demostrando sus nervios y trataba de acomodar su cabeza en las almohadas acojinados y blandas.

-Tranquilo, todo será tan suave o de acuerdo a tu ritmo. —él paso saliva por un segundo y solo me dedicó  pestañeos de sus lindos ojos.

Sin miedo quite la toalla que seguía amarrada a mi cintura y esta resbaló por completo hasta hacerse pliegues en mis pies.

Me subí por completo a la cama y me arrodillé enfrente de él, Yoongi cubrió su cara y yo en un movimiento tomé uno de sus pies y los llevé a mi aboca. Besé el torso de estos y pausadamente fui subiendo por sus tobillos, su pantorrilla y por detrás de su rodilla. El omega ya había quitado sus manos de su rostro y de nuevo opresaba las sábanas en puño.

La imagen de Yoongi con su cabello húmedo y su cara sonrojada; era la perfecta descripción de mis fantasías y aunque fuera con él mismo, la realidad superaba todo.

Mi lengua lamió su pierna dejando un camino directo a su entre-pierna, Yoongi desprendió feromonas excitadas causando que abriera solo un poco sus piernas y formando un arco en cada una de ellas, facilitándome el acceso.

Desde abajo miraba las manos de Yoongi y las tomé.

Sus palmas libres, acariciaron su piel mientras yo las guiaba.

-Conócete mi amor. – dije. – Conoce tu perfecto cuerpo y date cuenta de no tienes que envidiar a nadie y también de lo único que eres, mi amor.

Mis labios seguían besando de manera apasionada su entrepierna, mis manos guiaban los toques de Yoongi sobre esta y su vientre. Al separarme di un pequeño salto, para estar un poco más entre las piernas del omega.

Desde arriba miré los toques que le daba a través de nuestras manos y la dirigí por completo a su miembro.

-Mmm~ - jadeó bajo.

-Justo así, omega.

Alejé mis manos, al tiempo que Yoongi entendió como debía mover su mano. La forma erótica de mirar a Yoongi dándose un poco de placer, acumuló toda mi sangre en mi miembro. Mis ojos se nublaron al instante de que Yoongi gemía sin importarle el ritmo que mantenían su manos.

Mis manos tiemblan ante la lujuria imperdonable del omega y desesperado detengo su toque. Sonrió observando su expresión lasciva del omega, sus labios rojizos por las mordeduras y mojados y al final entre abiertos.

La desembocadura de su boca, me acumulaba la necedad de quedarme pegado a sus labios de cereza.

Mi contacto visual a su torso desnudo se formaba en magnetismo, era más fácil mirarlo que tocarlo. Pero igual de magnético, fueron las manos del omega que sin permiso llevó mis manos a sus pechos.

-Por favor...

Mis dedos, recorrieron cada areola con dotes de seguir inflamadas por el celo, al ser tocados Yoongi mordió su labio. Mi aire se retuvo al jalar suavemente cada uno y pudé notar como el omega aprieta sus labios para no soltar ni un solo sonido.

Mis manos ya no ajenas al tocarlo, recorren hasta su cintura y también lo tomé con fuerza hasta hundir mis dedos la lechosa piel.

-Uy~ - gimió.

Me agachó de nuevo y tanteó en sus labios decidiendo si besarlo de nuevo o ir directo a sus pezones necesitado desde hace horas.

Tomo la mejor decisión y besó con una amplia necesidad de estremecer al omega, mis labios besaba con fervor su pezón erecto, mientras que mi mano no deja de acariciarlo al de alado y dar leves apretones.

Mi saliva era tan fluida que no abarcaba la resequedad en su bonito botón. Me fui despegando y un fino hilo de saliva me unía a su piel. Sin desentender al otro, comencé con pequeñas lamidas avergonzadas y la cara del omega mortificada en deseo, se acariciaba con tersura y curiosidad. Saqué mi boca de su pecho y sonreí al notar su cara contraída en desacuerdo.

-Solo tienes que pedir omega y yo te lo daré.

Sus manos tantearon mi cuerpo hasta encontrar mis mejillas, sorprendido de sus acciones, su lengua se asomó tenuemente y la pegue a la mía, soltando chasqueos obscenos que deleitaban mi oído y estaba seguro que también los de él ante en fogoso beso. Había una diferencia a todos nuestros besos, Yoongi manejaba el ritmo y el deseo de como lo quería, sus pequeños dientes opresaron mi labio inferior y lo soltó en un rebote.

-Tu boca sabe deliciosa. – le dije en su oreja. – Pero quiero probar una cosa más.

Mi lengua de nuevo traza  un camino degustando sus clavículas, llegando directo a sus  rosadas areolas, que en concentración bajo hasta su ombligo y me detengo hasta su pelvis, dobló sus piernas y las abró para tener más acceso, pues Yoongi las había cerrado por inercia.

-¿Q- que ha- haces? – pregunta tartamudo.

-Déjate llevar.

Mis últimas palabras antes de acomodarme y sostener con mi mano su miembro erecto; mi dedo medio juega con el líquido preseminal y lo esparcía por toda su glande.

-Oh~- gimió

Todos esperarían que los gemidos fueran agudos, pero simplemente escucharlo en suaves y gruesas notas me excitaban a un grado alto de éxtasis.

Delicioso.

Abrí mis labios y con timidez di una lengüetada.

-Oh, es- espera...

Dos lengüetazos y pasé por debajo de mi lengua su glande para comenzar a dar giros alrededor de su punta; sin aviso, lo decidí engullir casi en totalidad.

-Mmm~ - jadeó en voz rasposa.

Mis dientes daban leves apretones mientras subía y bajaba mi boca.

-Oh~

Mantenía mus piernas abiertas con fuerza mientras succionaba con vigor su miembro; dirigí una mano a sus testículos y comencé a masajearlo.

-¡Pa-para! – dijo con sus manos oprimiendo mi cabello y guiando cada que tragaba.

Su mando no duro mucho, al iniciar mi ritmo y hacerlo más rápido.

-¡Ji-jimin! – dijo en casi un grito.

Concentrado, no dejé de engullir y succionar. Sus caderas se movieron lentamente tratando de penetrar más mi boca.

Abrí mis ojos y la imagen de Yoongi en placer era increíble, su cabeza se echó para atrás hundiéndose  en su húmeda almohada, pero pronto su esencia se esparció por mi boca.

El sabor salado y dulce me dio la mejor sensación de tragar cada gota de ella. De los bordes de mis labios se podría escurrir, pero evité cada blanquecina mancha al momento que lamia de cada una.

Las respiraciones del omega eran rápidas, notando su cuerpo vibrante, manteniendo su boca abierta. Subí por su cuerpo hasta llegar a sus labios y sin importar que su cuerpo estaba aún crispado por su reciente orgasmo, aspirando su piel.

-Prueba lo delicioso que es cada parte de ti.

Acumulé en saliva lo sobrante y dejé que esta se desvaneciera en la expansión de su boca. Sus manos acunaron mis nalgas y sus toques tímidos no se asemejaban a los besos desesperados que manteníamos, sus piernas opresaron mis caderas.

-Besa mi cuello. – pidió.

Y en un instante yo ya lo tenía entre mis labios; mis caderas simulaban embestidas lentas y con un amplio roce en su miembro con el mío.

Sus manos acariciaban mi espalda y mi mano derecha recorrió todo su cuerpo hasta llegar a sus nalgas. Manoseé una de ellas y jadeos fueron soltados de su boca cuando tanteaba uno de mis dedos en hallar su entrada.

Su cuerpo caliente se contraía en nervios.

-Tengo que prepararte.

Mis besos, bajaron por todo su torso y me quité de entre sus piernas para hacerme a un lado de él.

Sus feromonas invadían toda la habitación en combinación con las mías que ya habían tardado en presentarse.

De rodillas en la superficie blanda; ladeé el cuerpo del omega y me dejó ver esas bonitas nalgas respingadas, que brillaban por un poco de su lubricante que se goteaba.

Mi brazo lo cargó por su abdomen y lo sostuve hasta colocarlo boca abajo, estiré sus piernas a los lados para darme la facilidad de nuevo colocarme en medio de ellas.

Arrodillado con mi torso parado, miraba con lo lujuria ambas nalgas, Yoongi tenía sus manos por arriba, oprimiendo las almohadas y su cabeza volteada hacia un lado.

Notar todo su cuerpo desnudo era casi un lienzo inmaculado, sonreí al mirar su espalda delgada que dejaba ver no al extremo sus huesos de sus vertebras, una fina cintura que se desvanecía en la anchura de sus caderas y a pesar de todo,  también eran finas, sus glúteos redondeados y respingones sin exagerar y esas piernas delgadas que poseían elegancia y también sería justo llamarlas esbeltas. Min Yoongi era precioso de cabeza a pies.

Mis ojos ardían con la cantidad de calor que cada vez más se acumulaba en mi vientre. Mi curiosidad se marcaba al masajear sus glúteos que termino en un apretón, y un jadeo en gozo se le escapo al omega.

Un momento se para en el tiempo de nuestro mundo, un mundo que poco a poco encontramos a base de nuestra soledad y nuestra atracción.

Sin más me agaché hasta sus nalgas y besé cada una de ellas, mis manos ayudaba en estirarlas y meter mi lengua entre su  separación.

En un arranque de deliro y deseo, abrí casi por completo sus glúteos y mi boca se llenó de saliva en lo apetitosa de su entrada. La perversidad del acto, dejaron en gemidos y piernas temblorosas a Yoongi.

Mi lengua sin aviso, se adentró en la mojada entrada y el sabor exquisito de su lubricante me hizo explotar mi cabeza, las feromonas existentes se aumentaron al tiempo que entraba y sacaba mi lengua del reducido espacio, mis labios succionaban su entrada con el fin de seguir llenando mi boca con magnifico elixir.

Yoongi se movía y apretaba más sus almohadas con sus ojos apretados cerrados y su boca abierta. Sus piernas fueron acomodándose con el fin de ir levantando sus nalgas y su torso acostado.

El omega estaba más que dispuesto y me facilito la posición para sumergirme con más fervor.

-Oh~  —gimió. – S-si. —siguió hablando.

Sonreí y lentamente me fui alejando para sustituir mi lengua por un dedo. Mi dedo se adentró con facilidad y lujuria que era un sentimiento de alto impacto.

-Ah~ - jadeó.

Sonreí con sorna.

Mi dedo medio, entraba y salía.

-¿Quieres que hunda otro dedo en ti? – mi voz salió rasposa.

El omega apenas y asintió.

>>Alza un más tus caderas, amor. – mandé.

Mi segundo dedo se resbalo con más facilidad y observé como Yoongi apretó sus labios evitando tal vez un gemido.

Mi otra mano acariciaba sus testículos con el fin de relajarlo. Comencé a mover mis dedos un poco más rápido, y estos destensaban abriendo paso en su cavidad anal con el fin de que se acostumbrara a un grosor.

Sin imaginarlo, Yoongi comienza a mover sus caderas al tiempo que observo como su boca abierta dejaba salir hilos delgados de saliva.

Sonreí en satisfacción.

-¿Te gusta mi amor? – le dije sin esperar respuesta. – Pronto te sentirás mejor.

Jadeo extasiado de observar como Yoongi aumenta su vaivén, dejando que se autopenetre con mis dedos, mi otra mano tantea en subir a su miembro casi igual que besaba sus nalgas y también daba limitadas mordidas sobre ellas.

Mis dedos se curvean hacia abajo y Yoongi no esconde el ruidoso gemido de sus labios.

El punto exacto de su próstata, y mi objetivo creció con deseo de estimular y sacarle a mi antojo.

-¡A-ah! – gimió. – Y-yo...

-Tu- le dije.

Mis dedos no dejaban de moverse y notar las que uñas del omega que se clavaban en sus cojines, me aliviaban.

-¡Ngh~! – jadea cada que golpeo su próstata con agilidad.

Mas hilos de saliva caen de la comisura de su boca y con apenas fuerza este acomoda su torso sobre la cama, meto un brazo sobre su vientre; evitando que este se esfuerce para voltearse y quedar boca arriba.

Abro bien sus piernas y me dentro entre ellas sonriendo. Meto de nuevo mis dedos en su cavidad y con facilidad froto su próstata de nuevo.

-¡Y-yo! ¡A-ah! – gimotea. – ¡N-no!

-Si amor, si vas a poder. – termino por él, al notar su dificultada de hablar.

De nuevo su pene estaba erecto. Quería bombearlo, pero no me gustaría que este tuviera un segundo orgasmo.

Amaba ver al omega rendido entre mis manos, su cabello era un completo desastre y su piel poco a poco iba resaltando las mordidas y los apretujes que hacían mis dedos.

Yoongi era esa imagen sensual que se descubría por primera vez en la vida, gracias al sexo y que por fortuna era brindado por mí.

Nadie merecía ver el desastre más perfecto que era el omega en estos momentos.

Mi pene dolía y palpitaba en desesperación, el pre-semen se desprendía de mi glande y goteaba alrededor de él, pero yo necesitaba que él fuera quien disfrutara, que aprendiera como los sentimientos delirantes del orgasmo lo hacían apretar sus ojos y dejar libre el nudo de su garganta.

Sus manos llegan a mis hombros y sus largos dedos aprietan mi piel. Yoongi estaba listo para recibirme.

La resbalosa entrada, expulso más lubricante al sacar mis dedos.

-Mmh~ - jadeó.

-Relájate. – le indiqué.

Rápidamente me paró y me alejo de la cama. Mis piernas picotean por estar tanto tiempo arrodillado y aun así luché para acércame a mi pantalón y sacar de mi bolsillo la billetera con el fin de  buscar el condón que había comprado durante la madrugada. No estaba dispuesto a usarlo, pero tampoco quería descartarlo.

Con cuidado rompí el plástico y saqué el látex, lo estiro y doy un leve soplo para revisar que no esté roto.

Todo estaba bien y con ello, cubrí mi miembro erecto.

Subí de nuevo a la cama, y sorprendí al omega con un beso profundo que nuestras lenguas se enredaban con facilidad en  una desbordada pasión.

La respiración delataba los nervios por parte del omega y por mi parte mi emoción.

Me posé entre sus piernas y sonreí.

-Tranquilo, amor. – dije. – Yo te cuidare.

Yoongi dio un suspiro profundo.

Aliené mi pene en su dilatada entrada y deje que este se adentrara muy lentamente.

Yoongi estaba tan agitado que su respiración era rápida, su pecho subía y bajaba, y sus hombros estaban tensos.

Mi palpitar era lo mismo que su cuerpo.

Sus piernas temblorosas, trataban de mantenerse estables con sus plantas de los pies sobre la cama, pero estas fallaron al desplomarse a los lados dejando más acceso.

Mi punta apenas se estaba adentrando; con delicadeza deje que toda su extensión de mi pene completara su cavidad.

Solté un gruñido, cada que mi miembro era apretado deliciosamente. La inmaculada entrada del omega se sentía como un paraíso eterno de sensaciones nuevas y agradables que se fundían en mi pecho.

- Oh Yoongi... - dije sin pensar.

Miré la cara del omega, y sus labios apretados me daban la impresión que seguía luchando para acostumbrarse. Mis palmas fueron a su pecho y dieron caricias relajantes, estas se movieron por todas partes hasta tomar sus manos que estaban a sus costados.

Mis dedos se entrelazaron con los de él con el fin de darle confianza.

Me solté de ellos y me fui agachando, hasta quedar justo enfrente de su cara y mis codos a los costados apoyados sobre la base acolchonada.

-Me moveré cuando estés listo. – le avisé.

Su boquita abierta y su ceño contraído me agobiaron. Le brinde un besito en su mejilla y después en su frente.

-Eres muy hermoso, Jimin. – me dijo. – Gracias por hacerme sentir especial.

Su lagrima recorrió su sien y mis ganas de acompañarlo también se presentaron.

-No agradezcas amor, porque realmente eres especial.

-No sé si pueda acostumbrarme a esto.

-Solo trata dejarte llevar y si no puedes tampoco hay prisa. – le sonreí. – Con el simple hecho de tenerte así, me brindas el mejor momento de mi vida.

Sus mejillas se sonrojaron más y peine su cabello hacia atrás.

-Hasta tus gotas de sudor son preciosas. – besé sus labios. - ¿Dónde estuviste todo este tiempo?

El omega sonrió y le regalo a mis labios otro beso.

Sus manos abrazaron mi torso, pegándome más a su pecho. El frenesí de nuestros corazones palpitantes nos mantenía unidos no solo en cuerpo.

- Puedes moverte, alfa. – susurro en mi oído.

Suspiré y las suaves embestidas, eran pausadas ante el cuerpo inerte. Balanceaba mis caderas entrando y saliendo del omega hasta que este soltara suspiros pesados.

-Oh. – dijo bajo, al tiempo que mordí su hombro.

Mi manos escurridiza fue directo hasta su miembro que comencé a frotar con delicadeza.

—¿te gusta así, omega?

>Sí, alfa. – comenzó a decir.

Las embestidas son más alargadas y menos pausadas. Yoongi entre abrió sus labios.

>>Veme a los ojos, alfa. – mandó y yo obedecí. – Finge que te puedo ver.

-No necesito fingir, omega. – deje ahora mis belfos abiertos y nuestros aromas se combinaron.

Mi mirada penetrante, no dejaba de ver esos ojos esplendorosos llenos de pasión y bondad.

Mis penetraciones se hicieron tortuosamente constantes, la lengua de Yoongi relamió su belfo y con nervios, finalmente inicie otro beso; uno donde sacara de los pensamientos razonables al omega y dejase llevar por el éxtasis que tiene que conceder primero a su deseo.

Mordió mi labio inferior, sus uñas peligrosamente comenzaban a ruñar en finas líneas mi espalda.

-Un poco más...

Mi cerebro se desconectó de la razón y las embestidas pausadas solo pararon para acomodarme mejor y comenzar a ser profundas.

-Mmh. – dije en su oído.

Su entrada era más resbaladiza y con facilidad se podría entrar y salir.

Me sentí cansado y pausadamente fui parando mi torso hasta enderezarlo. El omega levantó sus caderas y se dejó caer. Sus labio dejaron gemidos que aún se seguía acostumbrando a mi anchura; aun así, este encorvaba su espalda cada que golpeaba el punto de placer que le otorgaban mis estocadas.

Me acomodé mucho mejor, abrí más sus piernas y oprimí sus pezones en un jalón.

-Ngh~ -

-Tan delicado, tan mío...

Balbuceé. Apreté mis dedos en su cadera y aunque tuviera el látex, su interior era tan cálido, mojado y estrecho.

-Joder... Yoongi, eres una delicia.

Las caderas de Yoongi me acompañaron a balancearse con entretenimiento y placer.

-¿Puedo moverme más rápido? – le pregunté.

-Sí. Solo un poco más. – habló entre cortado.

Tomé fuerza desde sus muslos y lo penetré más fuerte, sus labios se abrieron y casi soltando una sonrisa que fue ocultada por su jadeo.

-Mmh~- gemía bajo y grueso. – Me siento lleno, alfa.

-¿Te gusta así? Guíame mi amor.

-No sé... - dijo en un suspiro.

Todo mejoro después de eso, todo se marcaba con facilidad y gozo. Nuestros cuerpos estaban mojados por el sudor del esfuerzo.

Mis manos fueron directo a su cabello, y como lo pidió, lo mire directo y su agarre fue más fuerte.

Su entrada se contrajo.

-Me gusta este ritmo... - dijo en un suspiro.- Así, justo así...

Tomé de las cadera a Yoongi y las levanté solo un poco.

>>¡A-ah! – gimió alto. – Sí ahí es...

Mi pulgares se hundían en su carne, marcando de rojeces su piel blanquecina. Los movimientos de mi pelvis aumentaron solo un poco más.

-¿Así?

Pero las palabras del omega fueron nulas y solo comenzó a babear contra su mano que cubría sus labios. La sonrojes de su cara era solo el placer recorrido que me contagiaba cada vez que se contraía su entrada y pegaba ese dulce punto.

Sus pestañas se humedecieron en gotas de lágrimas que dieron un giro completo a la situación de hace un rato. Lo penetraba con esmero permitido y una vagues a solo sentir el goce y el aprovechamiento de que aún estaba sensible.

La habitación, el aroma, la luz, las cosas, su cuerpo con brotes de gotas aperladas de sudor, sus cabellos desordenados y pegados a su frente, su boca abierta, sus labios maltratados por el montón de besos dados, sus pezones chupeteados, el camino de chupones en su cuerpo, sus fluidos en mi miembro, sus manos, sus piernas, sus caderas maltratadas ... Todo, me llevaron a que dedujera a que Yoongi, era mi hogar, mi futuro, mi presente y mi cielo. Él era a quien había estado esperando todo este tiempo.

-¡J- jimin! Ya no ¡ngh~! – gemía y yo me acerque hasta sus labios, los bese y sus uñas se enterraron con fuerza en mi espalda.

>>¡Jimin! – gritó en mi labios y sonreía complacido.

Mis estocadas se incrementaron hasta cansarme y sudar mucho más.

-¡Ah! – el omega me aprisionó con sus caderas.

Gruñía y le dejaba balbuceos en su oreja. Me sentía mareado

-¡Mierda, park! – no dejaba de jadear.

No quería hacerlo, pero la pecaminosidad me llevó a soltarle una bofetada a su nalga. Yoongi alejo sus manos de mi espalda y apretó las sábanas en puño, el leve aumento de mis estocadas me estaban desviando en plenitud.

Mis labios mojados se apretaron a los suyos a la vez que se contraía debajo de mí, sus manos no dejaban las sábanas y sus ojos apretados se mantenían en su mundo del orgasmo.

-Lléname más Jimin... - dijo en un jadeo y su cuerpo rilando.

Me permití usar el cuerpo del omega y mis balanceos no marcaban ritmo alguno.

Sus dedos se posaron en mis mejillas y besó mi nariz.

-Eres mío alfa.

-S-si lo...

No acabe de hablar y miles de luces brillantes se aparecieron al cerrar mis ojos. Mi boca se abrió y deje salir un gruñido airoso de placer.

La explosión de olores nos abarcaba hasta la coronilla y la conexión de nuestros lobos simplemente era única.

Salí del omega antes de que el nudo se formara sin ser necesario y tan pronto extrañe su cuerpo. Yoongi dejó un suspiro al aire y juntó sus piernas cerrándolas. 

Agotado, me dejé caer a su lado, sus brazos no tardaron en abrazarme y hundirse en mi pecho que se contraía aun en un orgasmo pleno y deseoso. 

La risa airada de Min fue mi recompensa más grande.

 Hoolaaa!!

Se que les dije que lo subiría, pero mejor tarde que nunca.

Este momento tenía que llegar tarde o temprano y pues ahí se van a dar más cosas para que comencemos la recta final, pero mientras yoongino, le va a dar vuelo a la hilacha...

Ya sé, super largo, y es que nunca escribir en primera persona se me ha hecho fácil y mucho más el lemon. Lamento si ustedes esperaban mucho con respecto a este momento, pero tengo que saber redactar el sex jajajaja, me hubiera gustado que fuera más explícito y no tan enredado. 

bueno lamento mis errores horrograficos y también que tengan un buen día, noche o tarde...

ALICIELITO.

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