. Capítulo 32 .

-¿Aceptó el dinero? – le pregunté a Namjoon.

-No, dice que ya lo tiene. – Nam dejó el fajo de billetes en el escritorio.

-Solo deberías dejar de lado la apuesta. – Namjoon, se sentó en el sillón de cuero y se dejó llevar por la comodidad. — Pensé que hablarían con él.

-Quiero hacerlo, pero estoy seguro que Jungkook le dirá a Yoongi y lo que menos quiero es que se entere de su boca. Aparte de que no quiero arriesgarlo a otras situaciones. Yoonie no se merece nada de lo que estoy haciendo. – dije tomando el fajo de billetes y volviéndolo a guardar, pero antes de cerrar el cajón de madera,  miré a Namjoon. -¿Tu no necesitas el dinero? – le pregunté.

-Tienes razón, podriamos ariesgarlo y  no, al parecer Jin no quiere intentarlo.

Cerré el cajón, mordiendo mis labios.

-¿Cómo lo están tomando? 

El alfa llevó sus manos a su cara y dio un fuerte suspiro.

-Nada bien, piensa que es su culpa. Que es un omega inservible. – el aroma amargo de Namjoon estaba empezando a inundar la oficina. – Últimamente, cada que llego a casa lo encuentro encerrado en la habitación y se sumerge en su tristeza. Trato de siempre llenar sus prendas con mi aroma para que no se sienta solitario, pero siento que hasta mi presencia no le ayuda.

-Estoy seguro que ambos lo van a superar, pero solo hay que dar tiempo. – le dije. – Soy un asco dando consejos, pero estoy seguro que hallaran una solución, y si lo piensas bien no estaría mal adoptar. – le sonreí de lado.

-Solo quiero, que no crea cada palabra venenosa que le han dicho sus padres; que no crea que es menos porque no pueda concebir. Que en realidad, lo único que importa son nuestras vidas unidas, que no lo voy a dejar por ser "un omega hueco" – entrecomilló con sus dedos–, como le dijeron. Que somos una pareja estable y que tiene un futuro por venir lleno de mi amor, de éxito y que yo como su alfa fui, soy y seré su base para que logre cada cometido.

Sonreí al escucharlo, Kim NamJoon estaba completamente enamorado de Seokjin. Sus palabras, solo demostraban sentimientos confundidos y a la vez seguros iniciando por el  amor.

-Lo amas. – le dije medio sonriendo.

-Como un loco, podría encontrarme mil vidas con él y aún así lo escogería. Por eso me duele verlo humillado, triste y confundido. – Su voz se fue entrecortando y mi corazón se fue acelerando.

-Ve a casa Namjoon. No puedo dejar que en estos momentos dejes solo a Seokjin. – dije y fui sacando de nuevo el fajo de billetes. – Ten. – le arrojé el dinero en sus manos y él lo atrapó. – Ya has tenido demasiado como para que también lidies conmigo.

Namjoon con ojos cristalizados -los cuales fueron ocultados-, me dedicó media sonrisa.

-¿No harás una locura verdad? - me preguntó.

-No estoy seguro... - llevé mi cabello hacia atrás. – Y no me pidas prometer, porque si fuera por mi, Min Yoongi y yo ya estuviéramos perdidos en algún lado.

-Debo admirar a tu lobo que no se descontroló — me sonrió.— Y lo mejor fue que su celo llegó contigo y no con otros alfas...

—No quiero imaginar el peligro que corre Yoongi en un estado tan vulnerable. 

Mis manos temblaron con solo imaginarlo. Mientras yo este a lado de Yoongi el filo de mi daga daría en un punto vital, para aquel que quiera tan siquiera tocarlo con malas intenciones. 

—Un Jimin no enamorado, hubiera sido su peor riesgo. Pero ahora sólo quieres  defenderlo.

Yo metí un cigarrillo a mis labios.

Los ojos de Namjoon se achicaron y le di media sonrisa. El alfa viró sus ojos para después levantarse, tomar su chaqueta y solo posarse enfrente de mí.

-No quiero que ninguno de los dos me moleste en cada día de esta semana, pero si algo llegase a suceder; recuerda que tengo un pequeño departamento en Busan, aún no lo vendo, pero estoy seguro que se podrían refugiar ahí.

Alcé una ceja, apretó mis labios y moví mis dedos nerviosos.

-Debería decir..., ¿gracias? – dije irónico.

-Tal vez no ahora. Pero sé que lo harás...

Namjoon solo me dio una última mirada y se fue alejando hasta que el azote de la puerta avisó que se había ido ya.

Bufé y miré el techo cansado. El reloj marcaba la madrugada y solo de pensar en el omega, me enchinaba los vellos. Él..., ¿estaría bien? ¿le estaría doliendo mucho su celo? 

Quería estar a su lado ayudándolo, protegiéndolo y complaciéndolo.

Era inútil que le marcara, pues estoy seguro que este no contestaría. Pero los nervios me daban ansiedad de querer saber alguna noticia desde que Taehyung se lo había llevado en su auto apenas hace unas horas. Yo sentía un poco de miedo.

Me levante con el cigarro entre mis labios.

Caminé por los pasillos de la bodega y el retumbe de la música se escuchaba cada vez más cerca. La falta de clientes en el lugar era lógico, pues era inicio de semana y sobre todo un martes en la madrugada.

Me senté en la barra del bar y le pedí un trago a la chica que atendía.

-¿Día difícil? – me preguntó sirviendo en el vaso de cristal el cargado whisky.

Di media sonrisa, recordando los toques y besos del omega.

-Yo no lo describiría así... - le di un sorbo.

-Bueno en ese caso quiero un aumento. Hasta acá apestas a felicidad y es mejor aprovechar tu buen humor. – me dijo la alfa. – Mi pequeña quiere una bicicleta nueva y no estaría mal un aumento, aparte de que su madre quiere salir de vacaciones y los gastos de la casa cada vez son más altos.

Le sonreí y solo negué.

-Dile a Hyori que te aumente, solo el diez por ciento. – dije y de nuevo bebí.

-En serio me mandas con mi ex a pedir un aumento. – dijo irónica. – Y lo peor es que solo es el diez por ciento... que sea el veinticinco.

-De verdad estas negociando con el dueño del lugar. – le sonreí.

-¡Vamos, soy la mejor atendiendo la barra! – dijo feliz y llenándome el vaso de cristal. - Los clientes se van muy felices cada vez que lo atiendo yo, creo que es más que justo. Aparte de que me iré a humillar con mi ex para pedirle el aumento.

-Quince, tómalo o déjalo. - le dije de pronto.

-Lo tomo. – me respondió rápido. – Gracias, jefe... – me sonrió y me dejó la botella para después irse a atender a otra persona.

Saqué mi teléfono justo en el momento que me estaba marcando el omega, alcé ambas cejas en sorpresa y dejé pasar la llamada al tardar y no alcanzar a contestar. Me paré con mi vaso y me alejé lo más posible de la música. Me sentía preocupado, pues Yoongi estaba solo y no me gustaba la idea de que este se estuviera esforzando de más, para estar un poco consciente.

Justo iba a marcar al omega y la llamada entrante apareció en la pantalla.

-¿Te sientes mucho mejor mi amor? – dije sin pensar.

-¿Mi amor? – la voz de Taehyung resonó del otro lado de la línea. -Esto debe ser una maldita broma... - dijo y una fuerte respiración se escuchó.

-¿Estas con Yoongi? – le pregunté y también para cambiar el tema

Dame una buena explicación, para no llamar a las autoridades y no acusarte de violación! – se expresó de pronto.

-¿De qué diablos estás hablando?

Yoongi trae un chupete en el cuello y no deja de balbucear tu nombre! ¡Pero ahora lo entiendo!

-Si piensas que me sobrepase o pasó algo más... no fue así. – mordí mi labio. – Te lo puedo asegurar.

Maldita sea Jimin! ¡no sé qué tontería estés planeando, pero que su lobo te llame es por qué has llegado lejos...!

-Solo dale unos supresores... - dije.

-Que fácil es decirlo, verdad. – dijo serio. – Como el que no sufre cambios en el cuerpo, el que no está susceptible y el que no está doblemente retorciéndose del dolor eres tú, Yoongi tiene que hacerlo. – dijo enojado— Estúpidos alfas que no sufren cuando su perro está necesitado en calor.

-¿Entonces, que hacemos? – le pregunté.

Que muevas tu estúpido trasero hasta acá y llegues a darle apapachos. Un supresor solo dura una hora de tranquilidad, sin embargo, con tu aroma el omega se relajaría más con tu patética y tonta existencia, y con ello evitaremos que tome tabletas de más...!– me dijo. – Así que serias de mucha ayuda. O si tienes cosas más importantes, solo acerca una prenda con tu aroma, yo iré por ella. Al parecer tu sudadera no es suficiente.

-Voy para allá. – dije.

- Te mando la dirección.

-No hace falta, Taehyung – mordí mi lengua y cerré los ojos.

-Ay no... - su voz fue baja. – Solo no tardes.

"El omega me necesitaba"

 Al dar la vuelta para dejar el vaso de nuevo en la barra, fue inevitable chocar con un hombro, pero nunca me imaginé que fue con el de Hoseok.

-Que pequeño es mundo. – me dijo. – Justamente el día que no te quiero ver, es el día que te encuentro.

-Me gustaría atenderte, pero mi tiempo vale mucho mas que una charla contigo, así que nos vemos. – dije.

Pasé de largo y sin importar que la mirada de Hoseok casi fuera resentida por mi espalda.

Caminé por el pasillo de nuevo, fui directo al perchero que tenía en la esquina de la oficina, tomé mi abrigo y me lo coloqué.

Antes del salir del Club, miré a Hyori y le platiqué que estaba a cargo.

Tan pronto subí a mi auto, manejé lo más rápido posible para llegar con Yoongi. Mi alfa estaba emocionado y desesperado por llegar, el sentimiento de nostalgia brotó al notar el bastón de Yoongi en el asiento del copiloto. A partir de ahora ese era su lugar, estar a mi lado y yo al suyo.

Disfrutaría cada momento a su lado,  así sea poco o lo que fuera.

El camino cada vez se hacía mucho más corto y familiar -a pesar que antes había pasado a la farmacia a comprar todo lo necesario para el omega-. Mi corazón palpitó fuerte y se estrujo mi vientre por la emoción, ya quería tenerlo en mis brazos y apretujarlo.

Estacione mi auto una cuadra antes de llegar, y con mucho cuidado fui acercándome, pero antes llamé a Taehyung.

-Apurate, Jungkook  acaba de salir por supresores.

-Entrare por la ventana. – dije y colgué.

Corrí por la acera hasta llegar a la calle del omega, con tanta agilidad crucé el jardín y corte otra flor. Salí de los arbustos y subí lo más pronto posible mientras sostenía la flor y las cosas de la farmacia.

Di unos toques a la venta y Taehyung rápidamente abrió la ventana. El aroma del omega era muy bajo y gruñí por ello.

-¡Esto es una locura! – dijo medio alto.

-Lo sé. – le sonreí.

-¿Están jugando a ser romeo y julieta o esas cosas? – me preguntó.

-Algo así. – pase el umbral de su ventana. - Me resultaba difícil acercarme al omega en la universidad, no tuve más opción solo esta... -

Taehyung fue directo a la puerta y se aseguró que nadie estuviera alrededor, para después cerrarla y poner el seguro.

-¿Desde cuándo? –  el omega me miró.

-Hace semanas, pero nos acercamos hace poco. – me fui acercando al omega que estaba posado entre las sábanas con mi sudadera puesta.

-Necesito ponerte esto. --sacó el spray-- Tengo miedo que Jungkook perciba tu aroma.

-Estamos justo en la boca del lobo. – le dije.

-Me temo que sí. – el suspiró.

Se acercó y yo me quité el saco largo dejándolo sobre la cama del omega.

-Con cuidado, camina hasta el fondo de la habitación. Ahí te pondré esta cosa. – mandó Taehyung.

-¿Su madre no está?

-No, esa señora nunca está en casa. – me dijo.

-Pero no debe tardar en llegar.

-Prefiero que no lo haga.

Mis dudas surgieron de inmediato. ¿El omega también sabría sobre lo de Yoongi?

-¿Qué tanto sabes de su familia?

-Lo necesario.

-Se más específico, he estado investigando acerca de Yoongi. – le dije una media mentira.

No podría saberlo, su rostro se escondía perfectamente en las oscuridad, pues las penumbras al fondo de la habitación de Yoongi no existían.

-No me gustaría decirte cosas de más, Jimin. Solo no quiero problemas. – su voz estaba baja.

-Se que no tiene la mejor familia del mundo. – le dije de repente.

-Se lo mismo. – me dijo y yo mordí mi mejilla por dentro.

-¿Por qué no lo ayudas?

-No es fácil de hacerlo, Jimin. – dijo mientras roseaba el neutralizador.

-Callas aún las cosas malas de Jungkook. – quise que sonara como una pregunta, pero esto era una afirmación.

-Al igual que tú, quise dejar eso en el pasado.

-¿Sabías de Yoongi desde antes no es así?

-No como tal, solo sabía que tenía un hermano, pero el día que me contrató para ser su amigo, me enteré que era ciego. Jungkook es un caja cerrada hablando de su vida personal.

No sabía si creerle o no, su voz hablaba segura, pero una parte de mí no quería confiar de más.

Yo también tenía estragos y daños colaterales del pasado.

-¿Aún te paga Jungkook? – solo quería asegurarme.

-No, dejó de hacerlo desde el día de la fiesta. – de su celular brilló el flash.

El alumbrado me cegó por un momento.

-¿Estas jugando con él? – me preguntó. – No te creo que hayas caído rendido a los pies de Yoongi.

El rebote de la luz, iluminaba tenuemente la cara de Taehyung, su quijada estaba apretada y con una ceja alzada.

- Nunca dije algo al respecto de caer a los pies de Yoongi. – dije y fui acercándome. – Él... es una apuesta. – di un suspiro.

Taehyung soltó el spray y el golpe fue bajo gracias a la alfombra, su mano cubrió su boca y quedó con ojos abiertos.

-Lárgate. – me dijo. – Lárgate, no voy a dejar que lo dañen. No a él, nadie más va a pagar por su culpa, por su enemistad, por sus estupideces. – sus lágrimas salieron. – Ustedes solo quieren dañar y después culparnos. – señalo con su dedo. – Juegan con nosotros y nos utilizan. No te daré el maldito poder para que le arruines la vida, Jimin. – el omega se notaba rojo y las lágrimas no dejaban de salir.

-No voy a negar que lo quería hacer...

-No me des ninguna explicación. Solo lárgate, que maldito error hice en traerte. – dijo. – No te acerques...

-Mi lobo lo ama. – dije rápido interrumpiéndolo. – Y a mí me gusta, porque, él y yo tenemos una conexión. Me gusta su forma de ser, su físico, sus ideas, y eso que apenas hemos platicado unas semanas. Sabes, debe de tener un poder porque en poco tiempo me convirtió en el mejor títere para usarme a favor de Yoongi, y notar que tengo a mi lado a uno de los mejores omegas que he conocido en toda mi vida de mierda.

-No te creo. – dijo aun con ojos cristalizados. – No puedo creerte.

-Discúlpame si no me crees, pero no voy a dejarlo de lado solo porque tú lo defiendas. – dije seguro. – Nadie se va interponer, hasta que salga de los labios de mi omega. – hice énfasis. -- que me vaya lejos y que no regrese. Pero primero lucharé hasta sacarlo de esta maldita prisión que llama hogar y le demostraré que allá fuera no necesita ver el maldito cielo, porque él es el viento que se puede dirigir a donde se le pegue la maldita gana y que no necesita de nadie.

Taehyung seguía llorando.

>>Por primera vez tengo la oportunidad de hacer algo por alguien y no lo voy a dejare de lado. Solo para que te quede claro. – lo señale. – Si sale algo de tu boca, te aseguro que no solo tu y toda su maldita familia saldrá perjudicada.

-¿Me estas amenazando? – dijo.

-Tómalo como una advertencia. – respondí. – Te respeto Taehyung, pero si no lo vas ayudar, no estorbes en pocas palabras.

-No quiero ser testigo de cómo le vas a romper el corazón. – dijo con voz entre cortada.

-Si eres su amigo, lo apoyaras, estarás a su lado y lo sostendrás. – dije acercándome. – Se el hermano que no tiene.

-No puedes disponer así de él.

-Yo sé que no y por eso él lo sabrá, pero quiero decírselo yo – me señalé. – Solo hasta que este alejado de aquí. – mire alrededor.

-Jimin...- cubrió sus ojos y parte de su frente.

-Por favor.

Y ahí estaba, el primer ruego; tal vez tendría que prepararme iniciando desde ahora.

Los quejidos a lo lejos se escuchaban, la mano se estiró saliendo de entre las sábanas y fui directamente al omega, dejando atrás a Taehyung.

Llegué al borde de la cama y quité mis zapatos, pero la mano de Taehyung me detuvo.

-Te ayudaré. – dijo. – Pero más vale que todo ese palabrerío sea real, porque seré yo quien los perjudique. – me encaro.

Yo lo miré serio y solo pude asentir. El omega me soltó y yo apoyé una rodilla al borde.

Los toques en la puerta nos espantaron.

-Tae, abre. He traído los supresores. – avisaron desde afuera.

El omega se acercó a la puerta con rapidez.

-¡Déjalos ahí, no abriré ahora, estamos muy indispuestos...!– dijo tomando la manija de la puerta.

Yoongi se removía entre las almohadas, su cara sonrojada y sus cabellos cayendo por su pómulo, me hicieron sonreír.

El omega pestañeo rápidamente, tratando de despertar; estiré mi mano y sostuve la de él, de reojo pude notar como Taehyung se resbaló por la puerta hasta caer sentado al borde de ella. En una señal, él me pidió que no hablara y yo asentí.

La reacción tardada de Yoongi atrajó mi atención de nuevo, pues este entrelazó nuestros dedos.

-¿Alfa? – preguntó. – Alfa~ - dijo y una sonrisilla salió de sus labios, sus pequeños dientes y encías fueron demostradas después.

-Aquí estoy mi omega. – lentamente, me fui acostado a su lado.

Con mi pie acerqué el saco que estaba en el borde de la cama y solo estiré un poco mi mano hasta tomarlo. Lo amplíe y lo posé sobre el cuerpo de Yoongi con el fin de cubrirlo y pudiera tranquilizarse.

Mi brazo izquierdo pasó por debajo de su cuello para que su cabeza se acomodara sobre mi pecho y con mi mano derecha lo abrazara, el omega con una sonrisilla, posó una mano opresando mi cintura, al final quedamos de lado abrazándonos.

Taehyung se levantó y se fue apartando de la puerta, caminó directo a nosotros.

-Aunque me duela en el alma que tome estas cosas, debe hacerlo, o si no estaremos en problemas.

-Sí, está bien. Yo lo cuidare.

Taehyung se acercó a la silla cerca de la ventana, justo donde había dejado las cosas de la farmacia. Sacó de la bolsa de plástico las cajas de los supresores y algunas toallitas para limpiar al omega, así como otro spray de neutralizador. Sacó de la pequeña caja una tableta y me la acercó, y después de un rato, Tae trajo una pequeña botella de agua.

-Pase a comprar unas, lo que menos quiero es toparme con Jungkook en la cocina. – me avisó. – Al menos necesito hacerme la idea de que tendré que distraerlo para cuando te vayas.

-Descasa un poco Tae. – sostuve la botella. – Te veo cansado y ya es tarde. - miré el reloj de mi muñeca.

2:45am

-Mmm~ - se quejó el omega entre mis brazos.

-Moveré este asiento en la puerta, tengo miedo que vaya entrar.

-Déjame ayudarte ... - estire mi pierna para alejarme.

-No es necesario, mejor dale la tableta.

Asentí y con una mano abrí la botella.

-Uy~ - jadeo adolorido de nuevo.

-Yoongi bonito, abre tu boca. – le pedí.

A Yoongi le costó comprender, pero después de un rato abrió la boca y le dejé la tableta en su lengua, le acerqué le agua y bebió de ella.

Su cuerpo del omega se apretó más y me abrazo con más fuerza.

-Esta todo bien, amor. – susurré y besé su cabeza. – Todo está bien.

Su aroma incrementaba haciéndose mucho más dulce de lo quera y relamí mis labios.

Su mano, tanteaba el borde de mi camiseta y no la dejó en paz hasta que adentró su mano y deba suaves caricias a mi piel. Subió su pierna izquierda a las mías y este se acomodó prácticamente encima de mi cuerpo.

-Jimin... - suspiró. – Me gustas. – dijo.

-Tú también me gustas. – le respondí con una sonrisa. – me gusta, tu nariz, tus labios, tu piel, tus pestañas, tus ojos, tus bellas y hermosas pecas. Amo cada parte de ti.

El omega cerró los ojos.

-Descansa amor, debes estar muy adolorido y cansado. – besé su cabello y alcé su mentón para alcanzar su frente.

Mi mano se paseó por su cadera y le daba ciertos toques circulares con mi dedo.

Hasta el momento me preguntaba cómo era que me había detenido a tener pensamientos lujuriosos, si mi lobo moría por comerle los labios y hacerlo feliz en placer de nuevo al sentir sus piernas desnudas.

La respiración pesada de Taehyung, sonó por la habitación y sonreí al verlo completamente dormido. Agradecía que la noche fuera acalorada o de lo contrario, Tae tendría frio. Quería acercarme y ponerle una manta, pero estaba tan opresado por el omega que apenas me podía mover.

Con el bostezo de Yoongi, pude entender que aún no estaba dormido y que su lobito estaba presente.

-Eres muy tierno, omega. – le dije. – Me agradas mucho, deberías dejar que tu cuerpo descanse, mañana te sentirás mucho mejor. – mi mano siguió acariciando su cadera. - ¿Te gusta las caricias?

El omega asintió.

-A mí también. – le sonreí.

La pausada respiración de Yoongi también me dio a entender que estaba intentando ya dormir.

Toda la esencia del omega me llenaba de paz.

-Y si te digo que te amo, es muy apresurado, pero tampoco me sorprendería que ya lo sintiese. A estas alturas ya nada importa lo que pueda afectarme, mientras tu seas feliz, mi omega bonito.

Mis ojos se fueron siendo pesados y mis pestañeos cada vez fueron menos hasta que todo ruido a mi alrededor se esfumó.

Lo cálido del rayo del sol entrante, me despertaron o mínimo me hicieron abrir con lentitud mis ojos.

Abría y cerraba mis ojos, con el fin de acostumbrarme al ambiente y a la cantidad de luz que se esparcía por cada rincón de la habitación; un bostezo fue suprimido por la palma de mi mano que tenía en disponibilidad.

Los cabellos del cierto omega picoteaban en mi barbilla y el abrazador aroma dulzón, abarcaron mi buen humor.

Era la primera vez que veía a todo color el cuarto del omega; cada contraste de objetos y pinturas me enredaban y confundían, pues Yoongi tenía prácticamente un montón de todo. Todo se miraba diferente a la primera vez que había entrado, las flores, los cuadros, las artesanías, las esculturas, las telas y los muebles.

El cielo que estaba pintado en todas las paredes, pero en algunas partes; contenían manchones de pintura negra y uno que otros rayones de diferentes colores, los muebles viejos se mantenían en estado medio deplorable y algunas plantas marchitas.

Yoongi guardaba sentimientos que estaba seguro se mantenían resguardado en un mundo de agradecimiento.

Taehyung gruñó al despertarse y estirarse, sus ojos luchaban con mantenerse cerrados, pero sus pies del omega se movían, con el fin, de también estirarse.

Los ojos brillantes de Taehyung se abrieron y sus manos tallaron su cara somnolienta.

-Has aguantado el resto de la madrugada en la misma pose. – le dije.

-Ni lo digas, me duele todo el cuerpo. -su voz fue bajamente grave. - Necesito una ducha.

- Deberías ir a casa, yo me hare cargo.

-Te olvidas, que afuera esta su madre y su hermano.

-No te preocupes, solo ve y di que Yoongi necesita estar solo y que nadie lo molesté.

Taehyung no dijo nada y solo apoyo sus manos a las braceras del sillón, con pereza se alzó y se paró. El jadeo adolorido, afirmó solo lo cansado de su cuerpo.

-Definitivamente necesito acostarme y dormir todo el día. – estiró todo su cuerpo.

Los toques en la puerta, nos sorprendieron.

-Tae, ¿está todo bien adentro? – la voz de Jungkook nos preguntó desde afuera. – No saliste por los supresores...

-Sí, no hay nada de qué preocuparse. – dijo medio alto pegado a la puerta.

-¿Sigue durmiendo?

-Sí, así que deja de gritar. – mandó. – Necesita descansar.

-Si... bueno el desayuno está listo y mi madre le gustaría conocerte para agradecerte.

Taehyung viró sus ojos y mordió su labio.

-Si, bajaré en un momento.

-Esta bien, te veo abajo.

Sin palabras por parte del omega y los pasos alejados del pasillo; el omega se apartó de la puerta desgastada de madera.

-Tienes que convencer a su madre que no suba para nada. – le pedí.

-Le pondré seguro a la puerta antes de salir.

Este se fue alejando hasta llegar al baño de la habitación.

Con un poco de fuerza, saqué mi brazo adormilado por estar opresado en el cuerpo del omega. Yoongi se mantenía boca abajo con su cara hacia mi lado. Los bultos de sus mejillas, mantenían su boca abierta en solo un pequeño pico de sus labios.

Besé con delicadeza su nariz y después dejé leves toques en lo ancho de su espalda.

Taehyung salió del baño y fue directo a nosotros, se aplicó de nuevo el spray en un retoque. Sus cabellos medios largos y ondulados estaban mojados haciendo que  estos gateaban sobre su cara; con su manga retiró las gotas y terminó por hacer sus cabellos hacia atrás.

-Gracias de nuevo por ayudarlo. – le dije y este volteó a verme dedicándome una media sonrisa.

-Cuídalo. – mandó.

Se dio media vuelta y se apresuró a quitar el sillón que estaba atravesado en la puerta. Con algo de esfuerzo, el omega lo retiro, quito el seguro y abrió, no sin antes esparcir más spray.

Me dio una última mirada y puso el seguro antes de salir por completo de la habitación.
Y luego des cierto tiempo el grito se escucho:

-¡¡¡Pero si eres una cosa preciosa!!!

La voz femenina fue percibida hasta la habitación.

Con mucho cuidado quité la mano de Yoongi, que se mantenía en mi cintura; me fui deslizando hasta estar apartado y poder sentarme en la orilla de la cama.

Dirigí una mirada al cuerpo completo del omega, me paré y fui directo al baño. Después de un momento, me quedé embobado observando mi reflejo al espejo estrellado, mojé una vez más  mis cabellos y los hice para atrás.

De nuevo los toquidos de la puerta me alarmaron y en conjunto, el pitido de mi celular resonó en eco en el baño.

Sin pensarlo, saque mi celular y el texto de Taehyung fue abierto.

No hables y no abras la puerta, su madre solo fue a despedirse!

Entre abrí la puerta del baño y asomé solo mi cara. Los toques en la puerta fueron más incesantes y el ruido de la manija queriéndose abrir; provocaron mis nervios.

-¡¿Yoongi, aún no despiertas?! ¡Ya levántate o se hará tarde! – gritó por afuera.

Fruncí mi ceño y apreté el borde la puerta.

-Señora, creo que es mejor que Yoongi no vaya. Debe seguir dormido y eso solo refleja su cansancio. – agradecí que Taehyung tuviera una voz grave.

-¡oh, tienes razón! – habló alegre. – Debemos dejar que descanse y se despierte hasta que quiera.

Claro que había un sentido de ironía en sus palabras, ante eso yo viré mil ojos. Era un fastidio.

>>En ese caso te quedas en tu casa. Si necesitas algo, no dudes en pedírselo a Jungkook antes de que se vaya.

-Sí, no se preocupe. Yo también me iré con Jungkook. – dijo. – Estoy seguro que yoongi despertara mas tranquilo y mas consciente.

-Estoy segura de ello también. Bueno..., fue un placer conocerte Taehyung y muchas gracias por hacerte  cargo de mi omeguita favorito.

Aprete más mi agarre en la puerta.

"Ya lárgate"

-No hay de que.

Con esas palabras, la conversación detrás de la puerta se acabó.

Yo te avisaré cuando les  dejemos la casa a solas .

Leí el mensaje de Taehyung en cuanto me había llegado.

Yo directamente, fui hasta la ventana para abrirla. Solo basto un pequeño rozón a las cortinas para que pudiera darme cuenta; que la figura femenina estaba parada afuera desde abajo, observando fijamente la ventana de Yoongi. Pasos sumamente lentos, fui dando hacia atrás y poder ocultarme.

"Gracias a la luna, esta no pudo verme"

Mis nervios brotaron por la habitación y ahí me di cuenta que el neutralizador en mi cuerpo ya no estaba haciendo efecto.

Saqué mi teléfono y escribí directo a Taehyung.

Cuando te vayas, asegúrate que no esté nadie en casa.

La madre de yoongi está afuera en el jardín.

Mandé el mensaje, el cual no tardo ser respondido.

Saldré ya con Jungkook.

Leí, pero ya no respondí. Mi celular timbró.

Hemos salido, me he asomado y ya no hay rastros de ella.

Están solos a partir de ahora.

Suerte y no hagas idioteces, alfa estúpido. 

Hola!! cómo están?

Yo espero que bien. Si puedo subiré el siguiente capitulo en un rato.  

ALICIELITO

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