. Capítulo 29 .
Sábado: Un día lleno de locuras, fiesta y arrabalerismo.
Mis ojos solo se dirigían a los omegas y betas que bailaban sin pudor enfrente de mí; sus hermosos cuerpos se movían en exóticos pasos para que los alfas y uno que otro beta se excitaran y ofrecieran una buena dotación de dinero.
Las luces neones brillaban en la oscuridad que refugiaban no solo entrepiernas fogosas de placer, sino, también caras tristes que eran consoladas por los omegas de piso, caras preocupadas que se despejaban con el sorbo mínimo de un buen trago y caras felices llenas de alegría que se regocijaban en el disfrute de la música.
Y luego estaba yo; un alfa que miraba sin castidad los culos de los bailarines, sin una gota de lujuria, al contrario, mi frustración me atacaba y daba paso a mi desesperación por la necesidad de al menos llegar a sentirme nervioso, cada que estos ponían una sola mano en mi pecho y se metían entre mis piernas para que sus culos gordos rozaran con mi entrepierna, pero el aburrimiento era más fuerte.
Supe que estaba cruzando la fina línea entre cierto omega y yo, al momento que su único toque me ponía intranquilo, vigoroso y ... feliz.
Solo estaba perdiendo el tiempo en una apuesta que era más fácil de ganar que perder. Yoongi era un omega fuerte y hermoso, pero con muros frágiles y fáciles de derribar con palabras bonitas, y con hechos simples que lo aliviaran de su cruda existencia.
Sí, Yoongi era un omega necesitado de amor y comprensión, pero también era un omega lleno de vida, que reía, que sentía, que era atrevido, confiado, altanero y... sumamente especial. Ese omega me tenía dependiendo de su sonrisa y era tan fácil saberlo, porque mientras dos hermosos omegas me bailaban; yo estaba aquí, viendo a la nada con el fondo de sus ojos blancos como su alma, sus labios dulces, sus interminables pecas con ese lunar cerca de su nariz, su cuerpo fuerte y delicado, y ese esplendido aroma de omega apetitoso.
Mis suspiros me delataron; delataron esos sentimientos que estaba empezando a tener por el omega, lo que había iniciado como una atracción negada, paso a ser un gusto culposo y prejuicioso de lo que yo no era.
-Aléjense. – mandé a ambos omegas y estos se detuvieron. – Dije largo. – hablé más fuerte cuando estos se negaban a separarse de mí.
Me paré empujando a ambos omegas y me fui apartando de la silla que me sostenía.
-¡Jefe, podemos hacerlo mejor!
Uno de los omegas que me bailaba gritó detrás de mí, volteé a verlo y le di media sonrisa y estos automáticamente también lo hicieron.
-¡No lo dudo, pero el problema es que no son él! – les dije y de nuevo volví a caminar para dirigirme a otra parte del club.
Me colé por los balcones del segundo piso, miré a mi alrededor y pude notar la soledad, al parecer nadie ha solicitado algún privado. El frescor de la noche se filtró por mi camisa y mi piel se erizó. Me recargué en el barandal dorado, apoyándome con mis codos mientras mis manos opresaban mi cara en cansancio, la oscuridad al tener mis ojos cerrados solo pudo imaginar las facciones del omega.
Suspiré de nuevo y mis manos se recorrieron hasta mi cabellera haciéndola para atrás, estaba preocupado y miedoso. Mis manos flojas sacaron de mi pantalón mi cajetilla llena de cigarrillos tomé uno y lo prendí, el humo embargo mi boca y traté de que este se completara hasta mis pulmones, la nicotina no relajo nada si no hasta casi la tercera calada.
Y así fue como el miedo pegó casi como el viento a mi rostro, el volátil humo se unió a la intemperie y solo por un momento pensé en otros ojos.
Aquellos ojos que amé con locura desmedida, con los que compartí todo, cada primera vez, cada latido, cada marca, simplemente todo...
No había necesidad de comparar, pero la soledad que se escondían en ambos pares de ojos eran completamente diferentes; uno cubierto de lágrimas y los otros con una manta blanquecina... y que al final, ambos solo demostraban sentimientos miedosos guardados que no podre quitar.
Di otra calada al pequeño cigarrillo, evitando que me quemara los dedos; el final agrio de este, me disgustó y pronto avente la colilla por los aires.
Durante años soñé muchas cosas, un buen trabajo, un omega a quien amaba y un pequeño cachorro o tal vez muchos cachorros. Después soñé con riqueza, apuestas y quería ser grande e incluso mejor que mi padre. Pero de pronto los sueños fueron lo mismo, convirtiéndose en pesadillas interminables del cadáver de mi prometido, tirado en la carretera como el día de su accidente.
Di un suspiro cansado.
-No quiero soñar mil veces lo mismo...- dije a la nada.
El sonido de mi celular, me sacó de mis pensamientos y dejé que sonora por un buen tiempo, pues no tenía ganas de hablar con nadie, pero la segunda insistencia me hizo mirar la pantalla.
Fruncí mi ceño y mi corazón se desbocó cuando mi bello omega se aprecia en llamada, nervioso oprimí la pantalla en la señal verde.
-Si me dices que te equivocaste, iré directo a tu casa. – sonreí.
-Un hola suena mejor. - dijo.
-Hola lindo omega. – le saludé. - ¿Cómo amaneciste? – su risa baja sonó por la línea.
-Cansado, pero es más a un muy bien. ¿Y... tú? - Preguntó.
-Quise llamarte más temprano, pero supusé que estarías cansado, así que me alegra que marcaras. Y yo... —mordí mi labio—, amanecí de maravilla. – dije.
-Es bueno saberlo.
— ¿Y puedo saber a qué se debe tu llamada. – sonreí tal como un niño emocionado.
-Yo solo... - guardo silencio. – Yo solo quiero agradecerte por lo de esta madrugada.
- Estoy seguro que no tienes que agradecer nada. Solo quería que la pasaras bien. – la pequeña risilla del omega, achicaron mis ojos por mi sonrisa mas grande..
-Y sí que lo hice...- terminó.
Sabía que el omega quería seguir la plática. Éramos tan malos para entablar una llamada y no tenía la certeza si eso era bueno o malo, pero lo que si sabía, era que prefería ver cada expresión cuando hablaba.
-¿Y qué haces? – me preguntó. –Puedo escuchar la música, ¿te estas divirtiendo?
-Yo...
¿Cómo lo explicaría?
-Si tardas tanto, es que no sabes cómo decirlo... - paro de hablar. -, tranquilo, no me gusta pedir explicaciones.
-Pero quiero decírtelo, solo que no sé cómo lo vas a tomar.
-Todo tiene una explicación.
"Frase típica del omega"
-¿Y si no te gusta?
- Bueno estoy seguro que lo haces por una razón.
<<Por eso te ven la cara>>
-Prefiero decírtelo en persona.
-¿Y vendrás a decírmelo? – su pregunta fue entonada en débiles nervios. Mi estomago se comprimió.
-¿Quieres que vaya? ¿Tan pronto me extrañas? – dije burlón.
-No lo arruines. – dijo. – Ya no quiero nada. – sabía que estaba sonriendo detrás de la línea.
-¿Entonces si querías? – deduje divertido.
-Solo fue una pregunta... - dijo.
-Amaría ir y decírtelo, pero tengo trabajo omega bonito – le avisé—, aunque, todo puede pasar.
-Recuérdame preguntarte de nuevo sobre el tema de esta platica. – dijo.
-Estoy seguro que lo harás sin la necesidad de recordarte. Pues he logrado que te intereses en mi. - su risa fue más sonora.
-Sueñas Park... - tanteó.
-Sueño..., contigo besándote – le dije. – y frotando tu hermosa piel.
-¡No digas esas cosas! - se quejó.
-¿Te pongo nervioso? Creí que no movía ningún nervio en ti.
Esperé su respuesta, pero este solo se escuchaba su respirar.
-¿Omega, sigues ahí? – pregunté.
La respuesta no llegaba.
-Te hablo luego. – dijo y colgó.
Fruncí mi ceño en completa confusión, solo volteé a ver los iluminados edificios cuando la pantalla de mi celular se apagó.
-Solo estas pensativo cuando subes a los balcones a fumar. – la voz de Namjoon me quitaron mi sorpresa. - Pero ahora también para hacer llamadas interesantes.
-¿Desde cuándo estas ahí?
-Lo suficiente para saber lo necesario.
-¿Ahora te dedicaras a espiarme?
-Mi vida no gira entorno a ti, Jimin. – se fue acercando. - Pero es interesante el ver cómo te enamoras.
-¿Qué te hace pensar en eso? Tal vez solo estoy fingiendo.
-También lo he pensado, pero desgraciadamente conozco perfectamente; tu sonrisa y el tono de voz de perro con cola entre las patas, te delata de pies a cabeza.
Yo sonreí sarcástico y le di la espalda.
-¿Quieres pagar tu deuda con él? – yo volteé a verlo de nuevo. Mis hombros se tensaron con solo imaginar la presencia de Jae.
-Yo no le debo nada. – dije serio.
-Claro que sí, lo dejaste con las esperanzas rotas, humillado y triste. – dijo y mis sentimientos salieron poniéndome en pánico.
-Ambos cometimos errores. Él se lo busco.
-Pero él no busco su muerte y aun así la encontró pensando en ti.
-No fue mi culpa. – dije tratando de componerme. – Nunca lo fue.
-Pero esta vez sí lo será. – dijo sin rodeos. – Jugaras de la misma forma como la que jugaron contigo y lo peor es que; es la persona más inocente que has conocido, y le harás daño y no conforme también a ti.
-Namjoon, no sigas. – le advertí. – No hables más.
-Jimin déjalo por la paz, deja a ese omega. – dijo tomando mi hombro. – Quiero irme pensando que eres feliz y no te hundirás más de lo que ya estas.
-Soy feliz así. – dije renuente a sus palabras.
-Entonces hazlo feliz a él. Jimin, ese omega no necesita más problemas en su vida. – dijo de repente. – Si lo que sientes por él es apenas mínimo, déjalo.
-¿Por qué lo defiendes? – pregunté. - ¿Por qué te importa a ti?
-Porque, aunque me reúse a no pensar en eso, tu y Jungkook solo me han hablado de él. – dijo cansado. – Y lo peor de todo es que Jin también lo hace cuando Tae le cuenta sobre él. – dijo.
Yo solté una risa.
-No te rías. – sonrió. – Hasta yo siento que me estoy enamorando con solo escuchar su nombre y lo lindo que es y no hablo de su físico, que por cierto, le une muchos puntos. - dijo pensativo.
Mi risa se quitó de inmediato.
-¿Te imaginas esa carita sonrojada al estar entre sus piernas? – dijo sin pudor. – Sus pecas sobresalientes de esa rojez agitada mientras esta sobre la cama, con sus mechones de cabello pegados a su frente y esa boquita abierta babeando por las explosiones de emociones nuevas mientras le otorgan placer, de sus piernas temblorosa...
Lo tomé fuerte del cuello de la tela y lo miré severo.
-No te expreses así del omega. – dije.
Namjoon solo comenzó a reír.
-Para tu fortuna en el único que pienso así es en Seokjin. – quitó mis manos del cuello de su camisa. – Jimin, si aun tienes ese corazón latente, déjalo en paz.
Yo estaba tan confundido.
-Pero si estas sintiendo algo por él y aun así le vas a quebrar el corazón, entonces mínimo ayúdalo. – apretó sus labios. – Ábrele lo ojos que no pueden ver lo que su alma solo busca.
-¿De qué hablas? – dije aún serio por sus comentarios.
-Sálvalo de su familia. – dijo firme. – Tal vez yo diciéndote y tu ayudándolo, nos evitemos unas cuantas quemadas en la penitencia. – rió y suspiró. – Yo sabía que Jk tenía un hermano desde hace mucho, pero nunca me imaginé que ese hermano era el "cieguito" - lo miré mal una vez más. – Y yo creía muchas cosas de Jk, pero nunca paso por mi cabeza que lucraran con el omega. Le negaran tantas cosas y que pues ya sabes lo demás...- se calló. – Inevitablemente lo he estado observando últimamente y sus fachas viejas, su falta de cuidado físico y puede que hasta su propia salud y más la de sus ojos.
Mis cejas se hicieron ceñudas en desagrado y apreté su mejilla. Claro que he notado su precariedad, pero de un tiempo para acá me atreví a siquiera criticarlo, no desde que me importa tener mas su atención.
-¿De qué manera lucran Namjoon? – le pregunté.
-Prométeme que si lo ayudas todo será calculado y que tus impulsos no van a ser lo primero que hagas. – me dijo, suspiré.
-Dime. Lo prometo.
- En realidad no es tan grave... - pensó muy bien sus palabras. – Jk y su madre cobran una pequeña cuota por parte de la familia paterna, obviamente, solo lo usan para su beneficio dejando de lado al omega y claro que todo es bajo la manipulación y la mentira.
Mis manos se hicieron puño provocando la sudoración en la misma, mi quijada se apretó mucho más y solo dejé que mis cabellos fueran movidos con el viento. De un momento a otro, pensé en varias cosas que había pasado por alto. Los moretones en sus muñecas, pequeños rasguños, ojeras debajo de sus ojos, esos rasguños en su mejilla y su baja autoestima.
-¿Sufre maltrato? – le pregunté.
-Es lo más probable.
Cerré mis ojos y llevé una mano a mi boca.
-Ahora solo piénsalo Jimin. – el golpeo rápidamente mi hombro en señal de despido. – Y ya no me platiquen más sobre ese omega o me volveré loco por él. – dijo sonriendo mientras dio pasos grandes hasta que desapareció por las cortinas rojas que daban paso al interior de las salas privadas.
-Yoongi. – dije a los aires. - ¿Qué voy hacer?
"¿Qué te paso?" pensé en cómo había colgado.
[...]
Holaaaaa. Como están? Yo espero que muy bien.
Les pido disculpas grandes por los errores y también quiero decirles como siempre que les agradezco por su tiempo, comentarios y votos.
Les mando besotes, abrazotes y todo mi amors
ALICIELITO.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top