. Capítulo 28 .
-¡Mi vida hermosa! – el fuerte llamado de mi madre provocó que comenzara a despertarme. - ¡Yoonie bonito, despierta corazón! – su aroma a jengibre fue más cercano a mí. – Yoonie, hoy tendrás que salir con Jungkook a un lado.
Adormilado, colocaba de nuevo las sábanas sobre mi cuerpo cuando estas fueron arrebatadas. Las repetidas caricias sobre mi cabello, me llevaron abrir mis ojos.
-¿Qué hora es? – pregunté.
-Son las once de la mañana, dormilón. – me respondió y pude escuchar una suave sonrisa. – Siempre eres el primero en bajar a preparar el café en las mañanas, pero parece que alguien está cansado. ¿Hay algo que le quieras contar a mami?
Yo negué con mi cabeza.
-Bueno en ese caso toma un baño y baja, porque Jungkookie ya te está esperando. – avisó separándose de mí. – Y amor, hidrata bien tu carita porque te pondré un poco de maquillaje, solo para que te veas más bonito de lo que eres. – acarició mi mejilla y yo la aparté pausadamente.
- En un momento bajo. – por fin pude pronunciar bien.
-Este bien corazón. – dijo y los pasos alejándose con el sonido de la puerta cerrarse.
Sin problema pude levantarme, pero mi cuerpo seguía cansado. Llevé mis manos a mi cara y tras de ellas sonreí ampliamente. Los recuerdos vivían aun tan latentes y la emoción que ni el sueño lo había podido contener.
Fui directo a la entrada de mi baño, toqué el maneral de la regadera y dejé caer el agua hasta que esta se templara. Tanteando mis manos, buscaron las toallas y al encontrarlas decidí quitar mi conjunto de dormir.
Con cuidado metí un pie sobre la tina medio llena del agua que ya había caído, dejé que el agua resbalara por mi cuerpo en pequeñas gotas refrescantes y el ambiente calurosamente húmedo me se dio la tranquilidad que necesitaba desde el día de ayer. Al encontrar mi esponja, derramé un poco del jabón corporal sobre ella. El aroma fuerte del jabón me hizo recordar, al aroma cercano de Jimin y, es que, este era tan similar que los pensamientos y sensaciones relacionados con el alfa fueron igual de vaporosos.
Sonreí grande, recordando cada momento escuchado, percibido, opinado y probado. Pasé la esponja por mi cuello, clavículas hasta llegar a mi pecho, bajé por en medio de mis pectorales y llegué hasta mi ombligo. Mi aroma combinado con la loción del perfume, llevó a mis sentidos a estremecerse con lo que mi mente jugueteaba, las memorias de sus labios, sus toques compartidos en mi cuerpo y el sabor de su boca, no estaba ayudándome a controlarme, y es la emoción que aún se guardaba en mi, quería salir y exhibirse de alguna forma.
No había miedo hasta donde mis evocaciones podrían exponerse y dar resultados en mis manos, pero sentía cada roce suave de la esponja sobre mi piel, la necesidad del toque necesario, el calor subió por mis mejillas y todo mi cuerpo tenía esa sensación de excitación; que aumentaba con cada gota de agua caliente sobre mi espalda. La baja voz de Jimin me gustaba mucho y más cuando esta se pegaba en mi oído y estaba seguro que las palabras indecorosas sonarían mucho mejor, más eróticas.
¡Por la luna!
Me exalte yo solito cuando mi mano masajeaba mi entrepierna sin pudor y sin un solo respeto, más que con un solo deseo.
Dejé de lado mis pensamientos intensos, y es que solo había una explicación para eso; el aviso de mi celo estaba cerca, pero lo curioso era que por primera vez lo deseoso de mi cuerpo tenía la infortuna de pensar en alguien.
Durante días me había enfocado en otras cosas, que no tomé en cuenta las fechas de este, tendría que ser completamente precavido y sigiloso en cuanto llegara ese día.
Recargado sobre la pared de mi baño, suspiré intranquilo y con piernas temblorosas. El agua dejaba de lado las impurezas y con ellas las malas ideas.
Cerré intranquilo la llave de la regadera y el silencio en función del vapor solo me resguardaba de toda mi erizada piel. Salí de la tina y tomé la toalla, la coloqué sobre mi torso y abrí la puerta del baño para adentrarme de nuevo a mi habitación.
Los sonidos de los pájaros y la poca ventilación de mi cuarto aun tenían esa presunción de ser una mañana soleada y despejada.
Me posé sobre la orilla de mi cama y me fui hundiendo conforme me iba secando el torso y mis piernas.
Mis sentidos se agudizaron, cuando una leve nota de aroma del alfa me resguardo, relamí mis labios y mis vellos de nuevo se crisparon. Mi lobo se emocionó cuando presintieron esa existencia cerca de mí. Volteé rápidamente y llevé mis manos a tantear el lugar que estaba vacío, di un suspiro. Lo único que había encontrado era una almohada, la tome y la lleve directo a mi nariz y ahí fue donde reconocí el aroma del alfa impregnado.
-¡Yoongi! – los toques sobre mi puerta, me espantaron aventando la almohada sobre mi cama. - ¿¡Por qué tardas tanto!? – la voz impaciente de mi madre, me levantaron para dirigirme e ir directo a mi closet.
-¡Voy, solo no sé dónde dejé mis pantalones! – mentí mientras me colocaba mi bóxer.
-¡Apúrate, ya se tienen que ir! – mandó.
-¡Sí, en un momento salgo!- seguí avisando.
Sin detenerme mucho; coloqué las prendas sobre mi cuerpo, acomodé mi cabello húmedo, y volví asentarme en mi cama para solo cubrirme con calcetines y mis deportivos.
Salí apresuradamente y bajé con cuidado las escaleras tomando el barandal, di un salto y fue directo a la cocina. Los ruidos de los trastos y los mandatos de mi madre hacia Jungkook, me recibieron.
-Buen día a todos. – saludé, pero nadie me respondió.
-Ya te lo he dicho Jungkookie, al parecer un gato se filtró por la ventanilla y tiró el vaso a noche. – informó mi madre. -En la barra esta tu café Yoonie.
Mis dedos nerviosos se movieron sobre mi pierna, llevé mi mano a mi cabeza y la rasqué.
-Bueno tendrás que dejarla cerrada a partir de ahora. – le sugirió mi hermano. – No queremos más incidentes.
-Exacto, Yoonie se quedó solo – dijo mi madre –, podría estar en peligro con la ventanilla abierta o..., ¿escuchaste cuando se cayó el vaso, Yoongi?
Pasé saliva nervioso, pero bajé la taza de mis labios para responder.
-No madre, ayer llegué directo a dormir. – le respondí.
-Bueno como sea. ¿terminaste Yoongi? Tenemos que salir, ya te dijo mi madre.
-¿A dónde? – pregunté. –, solo me falta un poco.
-Apúrate, iremos a la plaza. – respondió a ambos comentarios. – Mamá y yo te hemos notado decaído y queríamos disculparnos con lo de ayer. – dijo bajo.
-No es necesario.
No quería salir con Jungkook, esa era la verdad.
-Bueno amor, no era una pregunta. – me dijo mi madre. – Quiero que lo acompañes.
-Pero... - suspiré arrepentido de contradecir, pues no quería más problemas. – Esta bien, talvez salir me anime un poco. – acepté.
-Así me gusta. – beso mi cabeza. – Las lecciones son buenas, ¿verdad? – se dirigió. – Ahora déjame cubrirte esto. – el dedo frío de mi madre se resbaló por mi mejilla con un poco de brusquedad. – No cubre mucho, pero ayudara a que no se noten. – dijo. – Yoonie, no me hagas enojar más, podríamos evitar tantas cosas.
Yo asentí, termine de tomar mi café y Jungkook quitó de mis manos la taza.
-Ya vámonos. – mandó.
Sin decir una sola palabra, nos encontrábamos en el auto, hasta que Jungkook decidió hablar.
-Supe de tu cita. – dijo llamando mi atención. - ¿Cómo te fue?
-Bien. – dije cortante. – Nada interesante.
-Oh. Desde hace días Hoseok, me había dicho que te llevaría a comer... - me informó. – Por lo visto no te fue muy bien.
-No quiero hablar de ello.
-Vaya. – dijo riendo.
-¿Cuándo llegaremos? – le pregunté. – Desearía llegar temprano a casa.
-Como sabía que no querías hablarme. Invité a Taehyung. – avisó.
-No entiendo el porqué, si me prohibiste estar con él. – le dije confundido.
-Tengo mis razones. – habló rápido.
¿Sería que Taehyung se había prestado a otro mandato del alfa?
-En realidad, él no sabe que te llevo. – dijo. – Solo quiero que te diviertas. Te noto muy triste desde hace días.
-Como no estarlo, si pareciese que solo he estado metiéndome en problemas.
-Es el costo de ser libre. – me dijo. – Y pueden pasar cosas mucho peores. - las últimas palabras sonaron más como una amenaza, pero yo podría mal interpretarlo.
Y el silencio volvió a nuestras bocas, ni una sola palabra salió de estas hasta que llegamos a la típica plaza.
Salí del auto sin cuidado, pero pegué mi frente cuando recordé que no había traído mi bastón.
-Yo olvide mi bastón. – le avisé, este solo me tomó del brazo jalándome un poco en camino.
-No pasa nada, yo lo entiendo. – dijo con voz suave.
Para lo delicado que ha estado nuestra comunicación entre mi hermano y yo, su comentario me sorprendió, pues era más probable que este me reclamara y me dijera cosa como lo torpe que era.
Su mano tomó la mía y la comodidad que había sentido últimamente no se asemejaba en el encaje perfecto con cierto alfa.
Caminamos por la plaza ruidosa y común.
-Adentro de la heladería esta Taehyung, yo vendré en un momento. Cualquier cosa que pase, él se quedara a tu lado. Solo pasare a dejarte. – dijo y los olores dulces del caramelo y la galleta fueron muy fácil de sentirme feliz.
-Hola Tae. – dije al sentir su aroma.
-¡Yoongi! – Taehyung me saludó. – Jungkook, solo tenías que decirme que pasara por él y ya. No hay porque hacer tanto drama.
-Si, bueno. En un momento regreso. – dijo soltándome.
Fui soltado por completo y solo esperé un momento para que Taehyung me jalara y me sentara.
-Ayer te estuve marcando como loco. – me reclamó con voz baja. – Y ni una llamada contestaste.
-Perdona, es que no tenía el celular cerca. – dije.
-Yoongi toda la noche me quede pensando en que pudo pasar para que no me contestaras ni una sola vez. – sus palabras sonaban rápidas y constantes ante su reclamo.
No sabía si creerle, pues recordaba lo de anoche y su voz en la carrera. Y el lugar no precisamente se prestaba para preocuparse por las personas alrededor.
-La verdad no supe ni en donde lo dejé. Llegué tan cansado anoche que solo quise ir a dormir. – le mentí.
-Uy. – dijo con picardía. – Alguien paso una buena noche. – su voz aguda me hizo sonreír.
Claro que había pasado una noche muy buena, pero no con el beta.
-Nada de eso, solo me llevó al cine y de ahí a casa. – le dije.
-¿¡Que!? – se impresionó. – Debe ser una broma, me estuvo jodiendo todo el mes con preguntas y me sale con que solo fue un maldito cine. – se quejó.
-Bueno, soy de gustos simples. – dije encogiéndome de hombros.
-¿Tu es cogiste el lugar?
-En realidad, solo tenía dos opciones: ir al cine o ir a un restaurante. Y yo no me siento cómodo en restaurantes, a parte de que eso me comprometía mucho más.
-Un cine, debe ser un chiste. De tantas opciones escogió un cine o un lugar donde comer. Ósea básicamente, sin ofender, pero no puedes ver que es lo que pasa.
-No, pero me gusta escuchar. – le sonreí. – Y así fue.
-¿Y luego? – me pidió que siguiera. – No pudo acabar ahí.
-Le dije que no quería nada romántico con él y no lo tomo muy bien. – hice media sonrisa. -Creo que lo lastime.
Omití el trato final de la cita. Era mejor dejarlo así y evitar por un largo rato al beta. A veces insistir tanto no era lo mejor y llegar al desprecio no era algo con lo quisiese llegar con el beta. Simplemente no me enfocaría a lo de anoche.
-El amor es egoísta. – dijo dando un suspiro. - Escoges tu tranquilidad o escoges la de él y lo engañas en un mundo de mentira; donde es correspondido con una base de infelicidad que no quieres demostrar y luego ese mundo se cae por tener que aguantar cosas con un simple hilo. – dijo bajo, busqué su mano sobre la mesa y la tomé con fuerza.
-Suenas a que ya has pasado por eso. – le dije.
-Sí, pero eso ya fue hace mucho. – dijo un poco más animado. – Hubiera preferido que te fueras conmigo anoche, te aseguro que pudiste pasarla mucho mejor.
-Sí lo note. – dije rápido y mordí mi lengua ante mi respuesta.
-¿Qué? - preguntó confundido.
-Bueno, me refiero..., a que con nuestra compañía la hubiéramos pasado mucho mejor, que con la compañía del beta.
-Ah, sí. – dijo riendo. – Ayer casi me llevan detenido, pero nada que no pudiera evitar.
-No me gustaría ir a un lugar así. – mordí mi labio.
-Ni lo digas. Seria espantoso. - terminó de hablar Taehyung
Los helados habían pasado uno tras otro, pues según mi amigo omega tenía mucho antojo, pero el suspiro de insatisfacción lo contradecían.
-No debí pedir el cuarto. – me dijo. – Me va revolver el estómago.
-Entonces solo déjalo. – le sonreí. – Para mí solo son suficientes dos.
-Lo tendré que desperdiciar. – hice mohín.
-Lo siento mucho, pero necesito ir al baño. – le avisé.
-Oh, espera yo te llevo. – me paré y sus manos fueron a mis hombros.
-Tendremos que ir a los que está fuera del local, porque estos no están funcionando.
-Está bien. – le sonreí.
Él me enganchó a su brazo y con pasos seguros me deje guiar por el camino. Las risas, los gritos de los niños y también varios aromas mezclados; nos rodeaban haciendo un ambiente tranquilo y común.
-Oh lo, siento. – se disculpó. – No fue mi intención pegarle con la puerta.
Yo me quede un poco confundido y alcé la ceja. El bonito aroma a flores y cerezas; me provocaron una sonrisa inconsciente y que pronto se amplió, pero el problema es que no sabía porque.
-No se preocupen muchachos. – la dulce voz de una señora mayor me envolvió en calidez. – Sé que no fue intencional y menos viniendo de tan bonitos omegas. – halagó. – Al contrario, me da gusto de toparme con una bonita sonrisa. – dijo bajo.
-¿Se encuentra bien? – la pregunta de Taehyung me extraño.
-¿Pasa algo malo? – pregunté igual, pues el aroma cálido se empezó a tornar triste.
-No, nada. – dijo con muy poca seguridad. – Es solo que me recordaste a alguien muy especial para mí. – dijo.
-¿A quién le dice? – preguntó Taehyung.
-A él – me mencionó.
Alcé mis cejas en una grata sorpresa.
-De seguro dirás que estoy loca, pero..., ¿me dejarías abrazarte? – preguntó.
No sabía que contestar, pues nadie de la nada me pide un abrazo y mucho menos a mí, todo estaba siendo muy extraño, pero como no sabía decir no...
-No lo creo. – dijo Tae. – No...
-No te preocupes Tae, solo es un abrazo. – dije sin importar.
Los brazos me envolvieron de inmediato y el aroma más potente en emoción me hicieron reír. La señora me abrazaba con tanto esmero, que no podía evitar que mi corazón sintiera cierto alivio. Fue un abrazo sincero lleno de amor, que no imaginaba a que se debía.
-Eres tan precioso. – me dijo.
El abrazo estaba durando mucho más de lo que había imaginado, pero no me estaba incomodando. Su dulce olor llegaba hasta mis fosas nasales y trataba de vagar hasta mi conciencia de recuerdos y no pude lograrlo cuando la señora se despegó de mi al momento que Taehyung carraspeo.
- Oh, lo siento. No quise sobrepasarme, debes pensar que estoy loca. – dijo, y ella no soltaba mis hombros.
-No pasa nada, un abrazo a veces es necesario. – le sonreí.
-Qué bueno fue encontrarte. – no me aleje cuando ella acaricio mi mejilla. – Es mejor que me vaya.
-Está bien, vaya con cuidado y espero haberla confortado. – dije.
Los pasos se fuero alejando y Taehyung solo me tomó para meterme al baño.
-¿Pero que acaba de pasar? – preguntó el omega. – Ha sido lo más extraño.
-Solo fue un abrazo, no hay por qué incomodarse.
-No me incomoda el abrazo, sino, por qué lloraba. – dijo.
-Tal vez es muy sentimental. – dije.
La sonrisa no se quito de mis labios durante todo un buen rato, todo fue extrañamente familiar y tan íntimo. Ser abrazado por extraños era más alentador, que los que había estado recibiendo últimamente por mi familia.
Holaaaa casi buen día y aun siendo buena noche.
Espero que tengan un hermoso fin de semana.
Les dejare un capítulo más y espero que les guste y lamento los errores.
También espero que las ideas de los personajes queden claros jajaja
Dudas o preguntas --> aquí.
ALICIELITO.
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