. Capítulo 26 .
Parte 2
-No cierres el ojo - me mandó-. O el rímel se correrá y me costó mucho ocultar esas ojeras.
-Taehyung ya te dije que esto es ridículo. No sirve de nada si no puedo verme. - le hablé desanimado.
-Tú no, pero el beta y cualquiera que se tope contigo, lo notara y dirá: "Mira ese candente omega." - dijo fingiendo una voz más gruesa - Y así solo sabrás que mi trabajo, no pasó desapercibido.
-Tu trabajo se debe notar con solo verte. - le sonreí.
-No lo voy a negar, tengo mis cualidades. Pero créeme que esta noche quedaras hermoso - me dio un pequeño manazo cuando estaba a punto de frotar mi ojo-. Ni te atrevas. - me advirtió.
-Perdón - le volví a sonreír-, ¿estás seguro que no es demasiado el conjunto? Así como lo describiste siento que es...
-Perfecto. Desde anoche me la pasé buscando en los suburbios de mi clóset y créeme, te ves radiante - dijo -. No te das cuenta, pero estoy guiñándote un ojo. - se rió.
El eco de nuestras risillas resonaba en el baño de la universidad.
-Creo que todo el conjunto te da carácter, es justo para mandarlo a la zona de amistad, y en dado caso de que no sea así y te confundas; queda estupendamente cómodo para fingir que te quedaste dormido en su auto.
-¿Algún otro consejo? - le pedí.
-No le sigas el coqueteo - dijo rápido -. No aceptes todo lo que te ofrezca, así no te sentirás más comprometido, y de preferencia solo trata de platicar de cosas interesantes y no más las personales, esto solo en caso de que no acepte tu amistad - guardo silencio-. En serio odio con tanta fuerza esos rasguños.
-No te fijes, Tae.
-No es fácil dejarlos de ver -dijo enojado, sus feromonas lo delataron-. Se notan desde lejos.
Eso explica lo de esta día.
Mi pecho sintió el vibrado de mi corazón.
Ambos seguimos platicando y compartiendo chistoretes inocentes de lo que podría pasar esta noche, así como las indicaciones de la llamada de emergencia.
Salimos por completo de la facultad, y nos quedamos esperando justo afuera de la entrada principal. Algunas personas murmuraban y Taehyung solo saludaba con alegría.
-Entonces, yo estaré disponible toda la noche por si pasa algo. Llevas algunos billetes en la bolsa dentro del saco y un papel con mi número.
-¿Saldrás alguna parte? No me gustaría que estés solo esperando.
-¡Claro que saldré! - rió-. Hoy es viernes , que de hecho si no existiera tal cita, tú y yo saldríamos de casería extrema con un aullido a la luna llena. - dijo alegre.
-Creo que prefiero aullar a la luna que ir esta noche, me siento nervioso. -el viento golpeo mi cara y provocó cosquilleo en mis mejillas.
-Pues ya no lo estés, porque ahí viene. - anunció Taehyung.
Mordí mi labio preocupado.
-Mis ojos acaban de ser bendecidos, por la presencia de un ángel.
Esperaba que mis mejillas demostrara una sonrisa.
Sin embargo, una risa ajena llamó la atención casi de inmediato, pues por donde fuera la reconocería.
- No hagan caso. - dijo Hoseok.
-¡Que idiota! - volvió a casi gritar, esa voz - ¿entonces no pasaras por mí en la entrada?
Supuse que el alfa hablaba con alguien.
-Es mejor que nos vayamos - volteé hasta donde creía que estaba Hoseok -. Nos esperan muchas sorpresas. - habló con optimismo el beta.
Su mano tocó la mía, y poco a poco me fue acercando a él.
-¡Espero que te diviertas, pero no demasiado! ¡Sí Namjoon, esta noche tampoco te escaparas de mí! - el alfa seguía gritando cerca de nosotros.
-Puedes caminar un poco más rápido. - me pidió Hoseok.
-Lo cuidas mucho Hobi - le pidió Taehyung - ¡Que se la pasen bien! - dijo y yo lo escuché más lejano conforme íbamos caminando.
-¡Y más vale que sea así! - Jimin también habló, pero no sabía si se dirigía a nosotros, pero era más que obvio que estaba hablando con alguien.
Los sonidos alarmantes de la película, retumbaban por todo el cine. Llevé mi cabello hacia atrás con tranquilidad.
-Abre. - mandó.
-Ya no quiero más palomitas, gracias.- le dije.
-¿Entonces quieres más nachos? Son deliciosos. - me sugirió.
-Sí. - afirmé y el sabor del nacho invadió mi boca.
-¿Te gusta la película? renté los asientos desde hace días. - habló animado.
-Suena interesante - le sonreí-. Estoy tardando en entender, pero se escucha muy buena. - le sonreí.
Las películas no eran mi fuerte, pero estaba intentando de verdad seguir la secuencia.
Llevé mi mano hasta la parte de lado para recargar mi brazo por completo.
-¿Otro nacho? - dijo de repente.
-Sí, pero preferiría que yo los pueda tomar.
-No, quiero consentirte.
-Yo es necesario. - le sonreí.
El suspiro de su boca fue sonoro. Pude sentir el calor posarse sobre mis dedos y el olor del queso fue más cercano.
-Gracias, así ya no te molestare.
-No me molestas, me encanta consentirte.
Yo no seguí la plática, primero porque no sabía que responder y segunda; quería seguir escuchando la película.
Los minutos pasaban completamente largos entre risas y suspenso de las personas a nuestro alrededor.
-¿Cómo te sientes?- me preguntó justo en el momento que la película estaba más interesante.
-¿Mande? - le pregunté, ya que había puesto más atención a los diálogos de los actores.
-Siempre tan perdido. - no pude deducir su voz.
-¿Qué están haciendo? - le pregunté en el momento en el que todos se callaron y el instrumental apasionado se alzó en volumen.
Mi corazón vibro al ritmo que marcaba los violines y la intensidad del piano.
-Se están besando. - dijo directo.
-Al fin. - sonreí.
-Su beso es muy intenso. - siguió describiendo. - Y ahora la omega le está quitando la camisa a la alfa.
-Pero ellas no pueden hacer eso. - llevé otro nacho a mi boca.
-No, ellas no deberían, pero así es el amor. - dijo cerca de mi oreja.
Me removí incomodo, pero este no permitió alejarme más al pasar por mis hombros su brazo.
-Esta noche te ves precioso - dijo aún cerca de mí-. Me alegra mucho que te arreglaras así por mí.
La idea de que pensara que lo hice por él, me desagradaba y aunque así fue; seguía sin parecerme algo como un cumplido.
Su otra mano se posó en mi pierna, yo tragué saliva nervioso y mis mejillas de inmediato sintieron ese calor, pero la sensación de estar completamente suprimido por el beta, fue desagradable.
-Ahora ella besa con eficacia su cuello. - su toque fue subiendo por mi pierna.
La banda sonora, dejó de ser inmensa cuando, las acciones de Hoseok estaban robando toda la atención y yo trataba de no hacerle caso.
Y no fue hasta que, por el estruendo de la acción y los gritos en la cinta; me sorprendí saltando en mí mismo asiento, aprovechando para soltarme y alejarme.
El quejido de Hoseok llamó mi atención y yo mordí mi labio.
- Empiezo a creer que fue mal idea venir al cine. - me dijó
-No lo creo - dije bajo aún sin reponerme de su caricia de mi pierna-. Nunca había venido con un amigo al cine. - le aclaré.
-¿Amigo? - pregunto con un ligero "ja" al final.
-Sí, esto es lo que lo amigos hacen. - le sonreí tratando de fingir que quería estar cerca de él.
-¿Piensas que te he traído aquí, con el afán de ser tu amigo? - su voz sonó un poco alta. Y los "shhh" salieron a callarlo.
-No es momento, deja que acabe y podremos platicar libremente.
De nuevo los minutos se hicieron eternos conforme pasaban, la solución del problema llegó en la película y con ello muchas lágrimas
"hasta en la película la vida es injusta"
La canción final y los movimientos sonoros de las personas, señalaron que todo ya había acabado.
-Vamos. - dijo directo.
Yo le hice caso y con pereza me estiré aun sobre mi asiento.
Él me tomó del brazo y me ayudó a pararme. Salimos con cuidado de entre el angosto pasillo y con cuidado bajamos los escalones. Arrebató de mis manos el plato de nachos y la gaseosa.
Los pasos los cuales ya no eran amortiguados por la alfombra me indicaban el final de los pasillos de las salas y el bullicio de la gente y el olor a palomitas se combinaba por los aires.
Sonreí recordando cuando mi madre me traía junto a Jungkook, cuando éramos más chicos, aún podía acordarme de la forma en que mi hermano me jalaba por todo el cine con tal de que conociera cada rincón del mismo.
-¿Qué te pareció la película? - le pregunté.
-Aburrida y sin chiste. - dijo directo.
-Oh, yo de verdad la disfrute. - sonreí de lado.
Traté que su actitud no fuera tan tensa.
-¿Ah, si? - dijo sarcástico. - No creí que pudieras entenderle.
-Te dije que estaba muy entretenida y le estaba poniendo mucha atención.
-Sí, pero en fin ya hay que irnos.
-¿Tan pronto?
-Le prometí a Jungkook que te llevaría a casa antes de las once y son las diez y media. - dijo cortante.
-Oh, entiendo. - le dije.
El camino dentro de la plaza fue rápido cuando el beta me llevaba un poco descuidado, pero preferí no quejarme.
El viento fresco me erizo la piel al primer contacto con ello. Hoseok me siguió guiando sin detenerse y sin mencionar una sola palabra, y tampoco me sentía preparado para hacerle la plática cuando todo se tornó en un estado tenso, claro que este era más de su parte.
-Si quieres, puedes dejarme aquí y yo le llamare a Tae. Dijo que él podría recogerme.
-No pienso hacer eso, a pesar de todo, no te expondría - dijo serio-. Así que no insistas con eso.
La idea de estar encerrado en un auto con el beta me ponía inquieto.
-Solo no quiero molestarte más de lo que ya estas. - le dije.
El beta no dijo nada al respecto, al contrario, solo seguimos caminando. El sonido de la alarma del auto me hizo saber que tal vez ya podríamos estar en el estacionamiento.
-No hay seguro, puedes entrar sin problema. - indicó.
-Gracias. - dije entrando y cerrando la puerta.
El asiento cómodo no tenía ningún parecido con el ambiente. La otra puerta fue cerrada y el olor de Hoseok era un vibrante aroma artificial ocultando su típico olor de manzanilla.
Encendió el auto y este arrancó en una sola velocidad.
Los ruidos de la ciudad y los pitidos de los autos eran nuestra única compañía, apreté mis labios y fingiendo una sonrisa le sugerí:
-¿podrías prender la radio? Tal vez suene una canción agradable que nos guste a ambos.
-No me gusta la música en carretera. - cortó el tema y suspiré cansado.
-Jungkook, escucha mucho la radio mientras maneja - insistí-. Dice que lo relaja y no deja que le cause una jaqueca por el sonido del claxon.
-Interesante - fue lo único que dijo -. Pero estoy seguro que no es por el ruido del claxon.
Mis dedos quitaban cualquier pellejito que estuviera sobre estos. Nervioso, llevé a mi boca los que no podía quitarme con los dedos.
-Supongo que te agradan las actividades más emocionantes. - después de un rato Hoseok habló.
-No lo creo. - dije.
-¿Entonces tu cita fue igual de aburrida que esta?
-No fue ninguna cita. - dije seguro.
Traté de no sonreír ante mis recuerdos con el alfa. ¿Qué estaría haciendo? ¿Su platica repentina afuera de la universidad habrá sido cierta?
-Para no ser una cita, tu sonrisa resplandece por todos lados.
-No sonreía. - le dije.
-Yo pude verla.
El mutismo volvió a embargarnos dentro del auto, pero la velocidad cada vez iba bajando.
-No sabía que vivías en un vecindario algo alejado.
-Sí, desde niño vivo aquí -le confirmé, mordí mi mejilla por dentro-. Yo lamento no haber sido tu compañía ideal.
-Estamos por llegar. - me dijo tratando de no tocar el tema.
Yo tampoco mencioné nada en lo que faltaba de camino y el ruido del motor se apagó.
-Llegamos. - avisó.
-Gracias, me gusto la película. - le dije.
-No tienes que mentir. - dijo duro.
-No miento - dije serio-. Hoseok yo lamento no corresponder a lo que debió ser una cita, pero de verdad no puedo hacerme la idea de que esto sea romántico cuando te quiero como un amigo.
Una parte de mi deseaba darle explicaciones.
-¿Por qué no? Es porque no te secuestro y te llevo a un lugar a quien sabe dónde.
Se supone que Hoseok no sabía nada con respecto a mi salida.
-¿Quién te dijo?- le pregunté.
-No hace falta que lo diga, pero ese día un chico te vio caminando en dirección al estacionamiento. Yo fui sin pensarlo y de inmediato noté tu bastón tirado.
Quise golpear mi frente, durante todo ese tiempo yo lo había olvidado por completo.
-Tal vez desde ahí debí suponer que no tenía que insistir con esto - su voz fue baja -. Que te gustan otras cosas que no pude creerlo por tu fachada inocente.
-¿Qué quieres decir con eso?
El sentimiento de ofensa llegó a mi.
-Lo que entendiste. Vamos, no eres tonto y yo tampoco.
-Se más claro. - le exigí.
-Que necesitas solo un poco de atención para que te vayas con el primero que se te acerca, primero fui yo y como no se dio en los primeros días te largaste con otro. -se fue exaltando.
-No pienso responde a eso - dije quitando el cinturón de seguridad, tomé el bastón de mi lado y palpé con intención de abrir el auto.
-No pienso dejarte ir hasta que me lo aclares - me sostuvo de la muñeca -. Durante todo este tiempo me lo he reprimido, pero eso se acabó.
-No tengo que aclarar nada - dije tratando de no enojarme-. Eso solo lo guardo para mí.
-¿Tan preciados son esos recuerdos?- reclamó -. Debes de ser tan fácil, tan necesitado de atención...
Abrí mis labios y trate de zafarme de su agarre, pero este me soltó y sus manos fueron directo a mi nuca, con brusquedad me acerco a él.
-Fácil o no. No pienso quedarme con las ganas. - me dijo cerca de mis labios.
Presionó con fuerza mi nuca y sus labios se apresaron con los míos. Él me obligó con más violencia cuando no le di seguimiento al beso y prácticamente me forzó abrir mis labios con un mordisco en mi labio inferior.
Yo me quejé al sentir que su diente que mordía con más intensidad mi labio, sus manos pasaron a mis mejillas sin importar el dolor que ya no estaba tan latente del rasguño y solo por un impulso de querer lograr que yo abriera la boca, oprimió sobre estos para ceder.
Con brusquedad y cansancio, él prácticamente me aventó al separarnos.
-Bájate. - me corrió.
Con mi respiración rápida le hice caso, pues mi mano derecha nunca había soltado la manija del auto.
Tan pronto la abrí, di un gran paso y me bajé sin importar que podía caerme en el momento. El cual el azote de mi cuerpo no importó.
-Te aseguro que me vas a buscar. - dijo y el portazo sonó, así como el rugir de su auto.
Mis manos fueron directo a mis labios tocándolos con cuidado de no presionar demasiado, el sabor metálico me disgusto por completo. Palpé el suelo y con dificultad me paré apoyándome con las manos.
Enojado, di pasos seguros hasta subir las escaleras de la entrada de mi casa, y mi dedo se movió ágilmente siguiendo en mi recordatorio de cómo debía sonar la clave de la entrada.
Sin detenerme, fui directo a mi habitación, abrí la puerta y pronto la azoté cerrándola.
Con brusquedad, pasé el torso de mi brazo por mis labios quitando todo rastro de labial, sangre y ese asqueroso sabor.
Las lágrimas llegaron a mí en impotencia y es cuando todo lo acumulado me dejó en una fortaleza nula.
A tropezones caminé hasta mi cama y me aventé boca bajo. Tomé una almohada con el fin de abrazarla y solté todo pesar, como mi tristeza que he guardado desde hace días. Mis hipidos no eran sonoros gracias a la opresión de la almohada y todos mis sentidos estaban bajos.
No sabía cuánto tiempo había pasado, pero los punzares en mi cabeza me daban la idea de que mi llanto fue duradero. Alcé mi cara y frote mis ojos cansados, me volteé hasta quedar boca arriba dando limpiando mi nariz.
Pero los golpes en mi ventana, me llevaron a parar mi llanto solo un poco, traté de ignorarlos, pero la insistencia me motivaron a pararme. No sabía si Jungkook estaba dentro de la casa o si él estaba fuera, pero dado al último caso, era muy temprano para que el llegase. Aún así, decidí abrirle, lo que menos quería era un reclamo.
Caminé directo hacia la ventana a regañadientes.
-Jungkook, la ventana de la cocina está abierta. - le dije.
-Gracias por el dato, pero es muy tarde para intentarlo. Creeme que lo intentare la proxima vez, entrar por esta es mucho más difícil.
La voz del alfa me sorprendió y de inmediato la cerré. Mi respiración se descontrolo y mi corazón lo siguió.
Los toques en el vidrio se hicieron más frecuentes, mis manos sudaron y mi apreté mis labios.
-Abre - dijo-. Yoongi se me está acalambrando una pierna y estoy seguro que si caigo podría morir y todos te culparan de asesinato.
-Con gusto me iría a prisión -dije abriendo de repente la ventana -. Toma mi mano.
Con queja, el alfa entrelazo nuestras manos y a jalones lo fui metiendo a mi habitación. El azote de su cuerpo fue un ruido hueco dentro del cuarto.
Rápidamente, fui a mi puerta y puse el seguro.
-¿Estás loco? -le reclamé- Alguien pudo verte.
-¿Te crees princesa para que tu habitación este en un lugar tan alto? -también preguntó - Y claro que me fije antes de trepar para no ser cachado- dijo quejumbroso a lo que su voz fue alta.
Entre en pánico, pues en dado caso no sabia donde estaba Jungkook.
-¡Cállate! - le dije reclamando bajo. - Alguien te puede escuchar.
-Oh, tranquilo. Se que no hay nadie en casa.
-¿Desde a que horas llegaste? - pregunte.
-Desde las nueve estuve esperando aquí - dijo simple -. Así que no te preocupes.
Su mano tomó la mía y me fue acercando más, guiándome directo a lo acolchonado de mi cama.
- ¿Qué haces aquí? - volví a preguntar.
-Vine a ver a mi omega. - respondió y yo me solté.
-No soy tu omega. - dije firme.
-Eso es lo que tú crees - habló-. Pero si no lo fueras, yo no estaría tan preocupado por verte.
Pestañee confundido.
-No deberías de estar aquí. - dije bajo.
-Nadie me lo impide - sus dedos rozaron con los míos - Y la verdad, es que las llamadas no son lo mío, solo para preguntar como te fue - paro de hablar -. Voy a prender la luz.
-En realidad, solo tengo una lámpara de cuando era niño - dije-. Las luces no son necesario aquí.
-Pues ahora hay una necesidad y es que quiero ver cada detalle de tu rostro mientras me cuentas como te fue. - su voz fue apacible.
-No quiero hablar de ello. - le dije pronto.
-¿Tan feo estuvo?
-Ya dije que no quiero hablar.
-Está bien, está bien - se conformó-. Entonces... ¿de qué quieres hablar? Dejaré que tu elijas el tema y te sientas cómodo.
Sonreí levemente.
-De nada, en realidad. - traté de sonar fuerte, pero mis ánimos no lo eran.
Todo a mi alrededor se quedó en silencio, pero las acciones fueron las que robaron toda la tranquilidad que nos acompañaba.
El alfa se posó a mi lado, pude sentir como nos hundíamos por la misma orilla de mi cama y su cabeza se inclinó en mi hombro con delicadeza.
Su aroma fuerte me hizo temblar, el frio que se colaba por la ventana abierta llegó a cada punta de mis dedos dejándolos inmóviles, pero encontraron la calidez cuando su dedo se entrelazó con mi meñique, un toque tan lejano a una caricia, pero la quietud se apodero de ambos.
-El contacto de tu piel es lo que una llamada no me puede dar - dijo-. Tu aroma es tan fácil de entrañar.
-Es muy común. - le volví a decir, recordando el como se refería a este.
-Y ya te dije que no lo es para mí - dijo -. E incluso lo deseo.
-No digas esas cosas. - mis mejillas se calentaron.
-Solo lo digo para molestarte - bromeó -. Me gusta molestarte.
-¿Cómo supiste que esta era mi habitación? - cambié el tema.
-Supongo que fue la intuición y también porque es la única que tiene una pequeña escalera para subir.
-¿Todo este tiempo estuviste casi colgado afuera de mi ventana? - una sonrisilla se escapó de mí.
-Lo que uno hace por amor. - inevitablemente, mi frente sintió transpirar por la palabra.
-Y sigues molestándome.- dije, mientras nuestros dedos se desenganchaban y sus dedos fueron acariciando lentamente cada uno de ellos.
-Solo quiero lograr conquistarte. - dijo, pero yo no contesté.
Su tacto me estremeció al tiempo que la sostuvo con gracia y delicadeza, sus dedos recorrieron cada parte de ellos, apretándolos subiendo y bajando. Su terneza pasando sobre el dorso de la mía, recorriéndola hasta llegar a mi muñeca, dejando un leve apretón y haciendo que yo soltara un suspiro. Juntó su palma con la mía, reaccionado a la tensión necesaria de nuestras respiraciones a punto de agotarse, de entregarse a una tregua cuando sus dedos se entrelazaron con los míos con fuerza segura y doblando mi voluntad a la vez.
Parecía eterna una caricia con poco señalamiento, pero con tanta necesidad que nunca había experimentado.
Abrí mi boca, cuando este llevo mi dedo medio a sus labios, su carne cálida me estremeció sin compasión a la sorpresa cuando se deslizaban por estos mismos, su voluminoso labio inferior que era tan húmedo. Con lentitud, bajó mi yema hasta hacer círculos en lo que fuera su mentón, cambiando el rumbo directo a su quijada prominente y recta.
Pronto entendí lo que quería, sin poderlo evitar me acomodé subiendo mi rodilla a la cama y volteándome para quedar justo enfrente de él.
-¿Puedo? - era tonto preguntar, pero aun así podría equivocarme.
-Puedes hacer lo que quieras. - dijo completamente seguro.
Sin que él me soltara, lleve mi otra mano directo a su rostro.
Mis pulgares recorrieron sus ojos, sintiendo las espesas pestañas y sus parpados alargados, remarqué cada hueco de entre la nariz y sus lagrimales, los fui bajando delineando con facilidad los bordes su pequeña y recta nariz, rozado tenuemente con cada orificio hasta llegar a la punta.
Con mis dedos índices pude tocar sus pómulos marcados, sin pensarlo me fui acercando; trace con mis otros dedos sus mejillas un poco abultadas y deje completamente mis palmas sobre ellas.
Después de dos besos, hasta este momento sabía a base de mis dedos y mis palmas la forma de rostro, lo terso de su piel y las proporciones adecuadas para reconocerlo.
Y que por pura intuición lo fui acercando, abriendo mis labios absorbiendo por mi boca su aroma y también por mi nariz.
Sus manos me soltaron las muñecas para tomar mi cintura y solo se removió un poco, tal vez, acomodándose y quedar también frente a mí por completo.
Sin pereza y deseo, mis manos fueron bajando por toda su cara hasta llegar al borde de su cuello, mis dedos medios bajaron con cuidado trazando su manzana de adán, dejándolas caer por todo su cuello hasta llegar a sus clavículas, el fino rose de la tela me indicaba que su camisa estaba abotonada. Sin embargo, este no fue un obstáculo cuando desabroche un botón.
Su suspiro salió continuos a sus respiraciones y el vapor pegó gustoso a mis labios temblorosos.
-Solo uno. - mando.
-Pero dijiste que podía hacer lo que quiera. - dije con aire entre cortado.
-Si tan solo pudieras ver como estoy, te detendrías.
-No necesito verlo, cuando lo estoy sintiendo.
Su mano directa a mi mejilla me hizo cerrar mis ojos. Mi mano derecha subió con cuidado hasta ponerlo en su labio inferior.
Pude sentir lo resbaloso de su lengua sobre mi yema, sus dientes mordieron a penas con fuerza mi uña y su boca se movió con el fin de que este estuviera de manera horizontal y solo la punta estuviera entre sus dientes; succiono con ligereza hasta llegar a mi nudillo, lo caliente de su cavidad lo envolvió y lo apretó entre su lengua y su paladar.
Su lengua daba la vuelta por mi dedo chupando hasta que llegara por completo. Su mano recorrió mi pierna sin pudor y no me sentí incomodo, al contrario, me conforme a la descripción de la excitación. Sin imaginarlo llevó también mi dedo anular a su boca y jugueteo con ellos imitando un beso como el que habíamos compartido.
-El ambiente es cómodo. - dije aún sin saber a qué me refería. El sacó mis dedos de su boca.
-Es perfecto.
Sus belfos deliciosos se pegaron a los míos; me quejé solo un poco cuando estos chocaron con fuerza y con facilidad olvidé lo brusco con los que fueron violentados.
A diferencia desde nuestro primer beso, la simpleza con la que correspondí fue necesitada. La pasión de nuestros chasqueos combinados con nuestras lenguas y labios, demostraban solo el poder de las feromonas excitadas. Llevé mis manos alrededor de su cuello y él me cargo con facilidad posándome sobre sus piernas, ambos nos separamos en busca de aire, aunque no ayudaba en nada por lo sofocante del momento.
- Tus labios están salados - dijo aún muy cerca de mí, uniendo su frente con la mía - No están dulces como en día y como el otro día - confirmó cuando paso su legua sobre mi labio superior- ¿Te hizo llorar? ‐me besó la mejilla.
-No me lo recuerdes. -le dije bajo
Él no respondió porque yo lo besé suavemente, me acomode más entre sus piernas y junté nuestros pechos, la boca del alfa era tan cómoda, acida y compleja. Mi lobo se sintió satisfecho después de un día tan malo, tan vacío y tan desgastante.
Sus dientes mordieron mi labio y un gemido se escapó, este había sido un dolor placentero.
-Tus besos me llenan.
-Creo que se nos va hacer una costumbre, a partir de ahora. - le confirmé.
Amonos recio compa!!!
Las quiero, las amo y le agradezco mucho por leer e invertir su tiempo en este intento de Fanfic.
ALICIELITO.
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