. Capítulo 23 .
Sentado sobre mi cama, me encontraba sobrecargado en pensamientos continuos de emociones entrelazadas. Era inevitable que la euforia y la confusión de mi pecho no ayudaran.
Lo único que mantenía presente era la música baja y el soplar del viento que mantenía fresco dentro de la habitación, pero la calidez en mi alma era imperceptible ante la frescura.
Seguía con mis dedos cada punto del libro en braille. Con dificultad a la sensibilidad de la yema de mi dedo, penas punteaba cada parte de los relieves saltados, que por la rapidez con lo que seguía me el tema de estudio pasaba por alto. El aroma intenso de Taehyung me trajó de nuevo de vuelta y caer en cuenta que no estaba solo y que su debido a su compañía no podía emanar esa exaltación que por minutos ha querido salir en gritos y brincos sobre mi cama.
—¿Te quedarás ahí fingiendo en que haces tus deberes? —se removió Tae a mi lado, sentían como la cama se iba hundiendo a mi lado.
—No finjo, estoy leyendo. — dejé que mis dedos siguieran avanzando, pero aún no podía entender nada.
—Yoongi —habló y un pequeño suspiro cansado fue detrás de él —, ¿recuérdame por qué estamos aquí y no tomando tragos con los chicos de artes? —dijo irónico.
—Porque ya perdí demasiado en clase y porque tienes un proyecto que entregar. — le contesté.
—Yoongi, la vida universitaria es para que disfrutes tus últimos años de locura interminable — me dijo aburrido—. Tal vez tu los estas empezando, pero yo, soy un académico que esta apunto de salir a la jungla de la adultez — yo sonreí ante sus quejas —. Además, tu forma de estudiar no es la misma, hasta se puede decir que es más sencilla.
—Eso no es verdad. Todo dependerá que tan interesado estes por aprender. – le sonreí.
—Tienes razón yo no puedo opinar contra eso — los toques en mi pierna fueron en son de rendimiento—¿Tu mamá siempre llega tan tarde? —me preguntó cambiando de tema.
Me hundí un poco más en la cama y después sentí que la presencia de Taehyung estaba más cerca.
—Casi siempre. – le dije.
—¿Y no te sientes solo? – preguntó, pero antes de que continuara mi respuesta, él se adelanto —. Sé que estas más unido a Jungkook, pero sé que a veces él también te deja.
—Lo de Jungkook es normal, le gusta salir como a todos durante la noche y yo solo lo incomodaría. Y respecto con mamá, solo trabaja —le expliqué —. Mantener la casa siempre ha sido su responsabilidad y exigirle atención estaría de más si ella hace todo lo posible para que estemos bien —le respondí —. En pocas palabras yo los entiendo y créeme que mi gratitud es muy grande, a veces me gustaría apoyarlo mas...
Dejé de hablar y poco a poco fui quitando mi sonrisa cuando el silencio se hizo más pesado.
—¿Pasa algo, Tae? – pregunté — ¿o te dormiste? – sabía que aún estaba a mi lado, pero el sonido de succión de su nariz me preocupó y más cuando se escucharon pequeños hipidos — Oh Tae, ¿pero qué pasa?
Él tomó mi mano y las apretó entre las suyas.
—Yoongi, me gustaría decirte algo, - dijo con voz baja. – pero no sé cómo lo vayas a tomar.
—Se que la forma en como le hablé a Hoseok no estuvo bien, pero te aseguro que tratare de no reaccionar así —le sonreí —. Además por eso siempre quise un amigo, para escucharnos, comprendernos y darnos consejos; puedes confiar en mi libremente.
El aroma del omega no era aquel, con notas libres y despreocupadas como siempre.
—Pero trata de tranquilizarte. Y si duele mucho, podremos asaltar la cocina —le traté de sonreír y busqué su mano, cuyo agarre se apretó un poco a mí. Con cuidado yo me volteé hacia donde pensaba que estaba su persona. Con mi otra mano busqué lentamente su cabello y lo comencé acariciar como mi mamá solía hacerlo —. Solo dilo.
Él quito mi mano de sus cabellos, para pronto tomar mis hombros y también acostarme.
—Así esta mejor. – me dijo.
Me acomodé entre su cuerpo y las muchas almohadas que tenía.
—Me gusta tu habitación —me dijo y yo sonreí —. Desde que mi hermano se mudó, mi casa parece tan vacía y claro que mi presencia no es suficiente. Al contrario de ti, todo lo haces sentir... hogareño aun en esta soledad.
En muchas de nuestras conversaciones Taehyung, me había contado un poco de su vida y de su hermano.
Me redactó que cuando tenía ocho años y su hermano nueve; sus padres sufrieron un trágico accidente automovilístico y que desde ese entonces sus hábitos de trabajo fueron constantes para sobrevivir como un extra del seguro de vida que aun sus padres lograron otorgarles, pero como fueron creciendo la necesidad de ganar mucho mas fue indispensable. Que su forma de crecimiento fue gracias a los constantes cuidados entre hermanos y que ahora que se había mudado su mayor; la necesidad de no estar solo era grande.
Taehyung era un omega rebelde y con tanta simbología de creer en sus principios para sobrevivir. Era inevitable no saberlo con solo oler su fresa volátil de sentido primaveral, tal vez, como lo era la frescura del agua dulce y simplicidad de la sensación de la relajación. El omega era aquello que lo podría nombrar como una compañía compartida de lo ajeno del mundo y lo realista.
Quería que la platica fue amena antes de que me contara eso que le pasaba. Solo deseaba que la comodidad fuera suficiente para él.
—No sé, si los colores estén correctamente colocados y la pintura este bien hecha —sonreí —: Cuando tenía trece años, mi madre me dio esta última habitación —alcé mi mano tratando de señalar—. Me dijo que este era un buen lugar en donde yo podría hacer todo, ubicarme y no molestar a nadie; que sería mi refugio —bajé mi mano y volteé mi cabeza a donde pensé que estaría su cara —. Nunca había traído a alguien aquí.
—¿Tu pintaste las nubes en tu cuarto? – su pregunta aún fue baja.
—Sí —le afirmé orgulloso —. Mi maestra me dijo como eran y me guío durante todo el tiempo, aún puedo recordar lo viscoso y lo picoso del olor de la pintura fresca.
—Son muy bonitas, todo aquí es muy bonito – me dijo –, ¿pero, por qué el cielo?
—Por qué sueño ver algún día bien el cielo; un sueño simple, pero es imposible para alguien como yo —Taehyung opresó con fuerza mi mano.
—Tus palabras duelen —me dijo aun con voz ahogada —. Es tan injusto, las personas que lo tiene todo... somos de lo peor.
—Tae, las personas no son malas, solo se equivocan —le sonreí —. Pero obvio hay límites.
—¿Cuál es tu limite? – me preguntó.
—No lo sé —dije fácil —. Nunca he salido y cuando lo hice pareciese que la palabra rechazo es mi sinónimo —me reí —. En fin... hay personas que la pasan peor, ¿no?
—Sí. – me confirmó no tan seguro.
—¿Pero que querías decirme? - le pregunté.
—Yo... - escuché el tronido de su dedos tal vez– Yoongi... yo —suspiró —, entiendo si después de esto no quieres hablarme.
—Solo dilo. – cerré mis ojos.
—Jungkook... - paró de hablar –, él me pagaba por ser tu amigo, pero dejó de hacerlo. Te aseguro que yo ya no recibo nada. —de repente sus palabras fuera rápidas tratando de explicar.
Me quede callado y el nudo en mi garganta se sintió pesado, mi vientre se contrajo y la decepción me golpeo con cada palabra que repetí a conciencia. La necesidad de llorar estaba pegada a mí, pero no dejaría que alguien lo notara.
¿Dolía? Bastante, pero estaba seguro que había una explicación.
Siempre la hay.
—Yo, lo hice porque necesito el dinero, pero Yoongi te aseguro que tu hermosa forma de ser y tu amistad no tiene ningún precio. Desde hace días te lo he querido decir, pero por alguna razón no me atrevía – me explicó –. Soy un tonto por aceptar cada trato, pero es que...
—Tranquilo – le hablé interrumpiendo y aparté mi mano de la suya —. Solo quiero decirte algo y espero que quede muy en claro.
Suspiré con profundidad, ¿cómo afrontar algo así?
—Taehyung no te preguntaré el como pudiste, y tampoco te correré por que espero que tengas el valor de escuchar lo que te diré, si es que esto te importa, así que solo seré directo —dije —. Si tu amistad es sincera quédate, pero si no lo es y ya te canse, solo vete. Puedo cuidarme solo, así que no hay culpabilidad que te ate a mí.
Las cosas se cortan con una delgada espada llamada lengua y los lazos afectivos dolerían, pero no marcarían. Las amistades así lo eran, nunca tuve una, pero podía siempre escuchar mi alrededor, lo poco y lo mucho que puede dar una persona que te demuestra amor y después te alejan sin importar o dar explicación.
—Yoongi yo lo si...
—No Taehyung , no digas lo siento por favor —le dije rápido. Mi corazón se dobló solo un poco y me decepción salió en mis feromonas —. No lo digas, porque no todo se soluciona con una palabra, no toda confianza se acomoda en un "lo siento" —le pedí —. Se que fuiste valiente en decirlo, pero no hay necesidad de humillarme mas.
—Me siento avergonzado contigo, créeme que tu presencia cada vez me llena de una vida vacía.
Mi lagrima no se mantuvo firme, pero yo le sonreí. No iba a evitar el tema, pero tampoco fingiría que no estaba decepcionado. Por segunda vez en el día mi felicidad se había esfumado.
—Si te quedas, concentrémonos en dar en vez de pedir y si te vas; no habrá rencores, pero no me vuelvas hablar. – mi voz salió entre cortada.
-Eres el mejor —él me abrazo aunque me costó corresponderle el abrazo —. Prometo que no lo volveré hacer Yoonie, te lo prometo – él se separó y pronto beso mis manos — Te lo juro.
—No cometamos el error de prometer...
En realidad, su "amistad" estaría en duda. Pero la confianza se tendría que reconstruir, así apenas el tiempo sea poco.
—Me siento un mierda, haciéndote llorar Yoongi.
—Es inevitable, Tae. – le dije limpiando mi mejilla.
—Lo sé – su voz refleja algo de tristeza — ¿Quieres que te deje solo? Lo entendería completamente, pero mañana no me niegues tu palabra.
—Tae, te dije que no te la quitaría si a partir de ahora todo es genuino —le confirme —. Si fuera por mí, te podrías a quedar a dormir. Supongo que mamá no le molestara, ella siempre quiso esto.
La única razón por la que había comprendido tan pronto, era por el simple hecho de que estaba cansado de siempre ser el perdedor que todos decían que era. Que era la persona que siempre se tenía que resguardas sus pensares y la soledad me estaba cobrando facturas al ya no querer esta hablando solo.
Los brazos de Taehyung me envolvieron y ambos nos recostamos de nuevo.
La calidez de sus brazos me ayudaron a controlarme, no podía estar siempre solo. En el fondo de mi, necesitaba ese reconfortamiento, pero había algo más como el enojo que de pronto sentía en contra de mi hermano.
<<Él no tenía derecho de hacer tal cosa.>>
—¿Aun necesitas el dinero? —le pregunté de repente.
—Yoongi, no me preguntes por ello —me dijo —. me siento mal.
—Solo dime si aún lo necesitas, tal vez necesites ayuda.
—Si, pero no quiero la tuya, me siento afortunado que tu reacción no fuera mala. Créeme que con eso estoy bien y todo estará bien.
—¿Seguro? – le pregunté.
Mi querido Yoongi, siempre se bondadoso y bueno. Ayuda a todo aquel con quien puedas y nunca sobajes con actos de bajeza. Se recio con tus ideales y tu el espíritu de tu omega.
Nunca comprendería el por que los recuerdos de las palabras aprendidas me perseguían.
—Estoy muy seguro – me confirmó y limpió la mejilla — Prefiero solo seguir platicando. – me dijo.
Yo asentí y me levanté para buscar mis libros que se habían hecho a un lado.
Pero a pesar de lo dicho por el omega, las palabras no salieron de nuestra boca. Ambos seguimos en nuestro mundo, perdidos en nuestros pensamientos; de alguna manera nos estábamos apoyando en silencio y aunque fuera algo incomodo ambos estábamos peleando por no hacerlo lo más pesado posible.
Las malas intenciones siempre pueden ser perdonadas cuando el daño no sea tan insano y pueda justificar.
"A partir de ahora nada será lo mismo"
Las palabras del alfa vinieron a mí y la sensación cómoda de mi suéter me hicieron sonreír, cortando solo un poco el ambiente desvié mis labios formando una media sonrisa.
—¿Tae, entonces a partir de ahora puedo confiar en ti?
El sonido de las almohadas y el rozar de las telas, me hicieron entender que se estaba acomodando.
-Sin dudarlo Yoonie —tocó mis manos —, ¿dime que pasa?
La realidad es que si dudo un poco y era por ello que no le contaría del todo; bueno, nadie debía enterarse.
—¿Cómo fue tu primer beso? – le pregunté.
—Mmm... - lo dudo –, Si te soy sincero, no lo recuerdo muy bien – se rió–. Tenía once en aquel entonces y solo recuerdo labios apretados.
—¿Y tú primer beso- p- pasional? – tartamudeé y sin querer mis pómulos sintieron calentarse.
—De pendiendo —dudo —, ¿hablas de aquellos en donde las lenguas llegan hasta tu garganta y sientes que tu cuerpo vibra en deseo? O ¿de los que son tranquilos, pero son más respiraciones, en donde hay un sentimiento encontrado y vibras de los nervios?
Desde cuando besar a alguien incluye todo eso.
<<¿Cómo saberlo?>>
—¿Cuál es la diferencia? – le dije confundido, más que nada porque todo estaba tan revuelto en mi interior que no sabía cómo clasificar el beso con el alfa. Pero la emoción era algo que me estuvo embargando desde que nos separamos.
—Que en uno terminas follando y el otro terminas confundido. – dijo simple.
Mi rostro se sintió más acalorado, las pequeñas gotas de sudor por mis nervios comenzaban a brotar. La palabra "follar" no había pasado por mi cabeza ni en mis celos suprimidos.
—¿Por qué la ... —dejo suspendida la pregunta —, ¿Tu en la escapada con el alfa... —tampoco terminó la pregunta, más bien la emoción hizo que llevara sus manos a mis hombros —¿¡Yoongi, quien fue el desafortunado a quien le tendré que cortar la lengua!?
-¿¡Que!? – le dije también un poco exaltado, esas sensación entusiasta de pronto se estaba recuperando. - ¡Solo, pregunto!
-Si, pero esas preguntas no las haces, a menos que tú y con quien sea, se hayan dado un atracón de lenguas. – reprochó.
-¡No fue un atracón! – me indigne, pero me avergoncé cuando recordé sus toques en mis caderas, el apretón de sus manos en mis piernas y lo apretado que me sentía cuando me acorralo entre la barra.
—¡Entonces sí! —Tae me movió de un lado a otro — ¡Ya lo confirmaste! —me apure a que bajara la voz.
—¡Shh!- el sonido anglosajón salió de mis labios–. No grites por favor.
—¡Que no grite! - volvió a gritar —. Yoongi tuviste una aventura y quieres que no grite —me pidió — ¿Cómo puedes estar tan tranquilo?
—No lo estoy... en realidad quiero correr y todo. Pero sé que no estuvo bien. -sujeté mis dedos nervioso.
—¡Por la luna, Yoongi cuéntamelo todo! – me pidió –. Te aseguro que puedes confiar mi para lo que sea y juro por mi corazón y mi lobo que no mencionare nada.
Mordí mi labio, no estaba tan seguro. Pero mi pecho quería desahogarse desde hace un buen rato y que mejor que dar el primer paso con Taehyung, esa sería su prueba. Llevé mis dedos a mi barbilla encontrando la forma de explicar.
—Te ayudare – asentí y le sonreí. Formé doblé mis rodillas y las toqué — ¿Cómo fue el beso? – pregunto — ¿fue con lengua o sin lengua?
—¿importa la lengua? – le pregunté.
—Claro que sí. – me confirmó.
—En ese caso... —tanteé —, Sí, la hubo. – el chillido de Tae me hizo reír.
—¿Qué sentiste? —volvió a preguntar —, ¿Esas mariposas odiosas se hicieron presente en el estómago o un poco más abajo? – se rió.
Yo me sonroje de más.
-Estuvieron en mi estomago cuando sentí la necesidad besarlo por mi cuenta —recordé como su pecho chocaba con el mío cuando necesitábamos aire–. No soy experto en besos, pero se sintió tan experimentado, cálido, húmedo, pasional como en los cuentos. Un beso sin pensar en los demás, con olores encontrados y mezclados, nuestra nuez siendo única y tan confortable – mi verborrea se hizo presente–. Su lobo estaba nervioso, así como el mío. Pude sentir cada toque, nunca nadie me ha tocado con tanto.
No sabía cómo explicarlo.
—Tu sonrisa dice mucho amigo mío. – la risa de Tae, me callo solo un poco. - ¿Desde cuándo lo conoces?
—Solo he tenido algunos encuentros con él, pero estos últimos tres fueron diferentes. - le sonreí.
—¿Qué tipos de encuentros? – dijo confundido.
- Es complicado – suspiré–. Ha sido un idiota y no a dejarlo de serlo, pero hay algo en él que me atrae – dije –. No debería hacerlo, pero él y la conexión que me da, simplemente me gusta.
—Entonces, te gusta. – confirmó.
—No, yo dije que me atrae. No es lo mismo. – le negué.
—Va por el mismo camino que el "gustar". – me tomo de los brazos —. La atracción es el primer punto para iniciar con sentimientos encontrados, así sea el alfa más estúpido de la tierra.
Yo sonreí y mordí mi labio. Tenía ganas de llamarle y preguntarle si él tenía esa espina guardada en su pecho como el mío, pero era mejor evitarlo..., comenzando desde mañana.
No tenía la gallardía de confrontarlo después de nuestro beso y menos teniendo la sensación de sus labios sobre los míos, así como sus toques latentes.
—¿Y eso donde y cuando fue? – me preguntó.
—El beso fue hoy.
—¿¡Hoy!? – volvió a gritar – ¡Yoongi dime que no es en quien estoy sospechando!
—Lo dudo. – le dije seguro, suspiro.
—Por un momento pensé que Hoseok se había disculpado así.
Desde nuestra riña, no había pensado mucho en él y menos contando el beso.
—Que buen beso te dieron, esa sonrisa delata todo. ¿Ya sabes cómo es físicamente?
Mis ganas de conocerlo no habían sido necesitadas, pero justamente después de todo esto; cuando salió del baño casi corriendo, mi petición de tocarle el rostro ni siquiera fue escuchada.
—No, solo conozco sus manos y son muy suaves.
Su toque fue dulce, mi piel se crispó con solo pensar en su toque sobre mi pierna. Por fin me daba la sensación de la duda, y el imaginar en toques de sus dedos en mis piernas, pues debido a la tela esta era superficial, pero también me provocaban seguir aquella excitación que estaba en el alfa.
Mi lobo se emocionó con solo pensarlo. Chillé de emoción y di solo un brinquito.
—Yoongi, solo te diré que no tengas miedo.
—No lo tengo Tae. – le confirme.
(...)
Dejare un capítulo y espero que descansen muy bien. Lamento mucho mis faltas de ortografía.
Las quiero mucho a todas las que comentan, leen y votan, de verdad las amo mucho y les agradezco.
ALICIELITO.
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