. Capítulo 21 .

—¡Yoongi! – el grito inesperado de Hoseok me atrajo a la realidad, y borrando la canción que se reproducía en mi mente, pero la sonrisa regresó a mis labios— ¿¡Pero por qué estás mojado!?  —su pregunta, fue alarmante, pero algo exagerada. 

 —¿Dónde rayos estabas metido?   —le reprochó Taehyung—. Le aventaron un balonazo a Yoongi y tú no estuviste para defenderlo.

 Mi sonrisa de labios cerrados pasó a una carcajada, el pensar en una pelea por mí, era imposible.

El peso de que alguien oprimía mi hombro me llamó la atención. Pero aquella mano fue subiendo hasta unión de mi cuello y hombro, la cual dedos escurridizos daban leve toques que barrían mi cuello. 

Pasé saliva nervioso. 

—¿Estas...

La pregunta fue interrumpida.

—La fila de la cafetería era inmensa. – la respuesta de Hoseok fue repentina y solo así se pudo excusar

—La cafetería ya estaba vacía desde hace un buen rato   —Jimin habló interrumpiendo—. Crea excusas más creíbles.

—¿Y tú por qué te metes?   —le voz seria de Hoseok me alarmó solo un poco. 

—Es que no es necesario quedar como un mentiroso; solo responde donde estabas y ya   —le dijo simple Jimin—. De cualquier manera no fuiste necesario solo fue un accidente.

La mano del alfa no dejaba de tocar mi hombro y repasar finas caricias sobre mi cuello. 

—Como sea, vamos Yoongi tenemos que quitarte ese suéter. – me dijo Hoseok ignorando todo lo dicho y quitando al fin el toque de Jimin en mí..

—Es verdad —afirmó el omega—, tenemos que irnos aún tenemos unas clases. Odio estar en último año —renegó Taehyung—. Gracias Jimin, pero creo que ya no eres necesario.

—Solo estoy esperando un gracias especial y me voy. – dijo Jimin orgulloso.

Claro que se refería a mí.

-Gracias por nada  —Hoseok se adelantó—. Vamos Yoongi.

La risa de Park fue solo una carilla a su desespero, pero lentamente nos fuimos alejando... bueno, en realidad Hoseok me tomó de la mano y a pasos cuidadosamente rápidos nos fuimos.

—Por eso no me gusta que vayas a esos lugares, Yoongi. – habló el beta preocupado.

—Tranquilo Hoseok  —respondió Taehyung—. Yoongi no puede estar encerrado siempre en el aula solo con nuestra presencia, déjalo respirar.

—Entonces, tal parece que no te importó donde estaba ayer. – le habló severo.

—Claro que me importaba, pero Yoongi, es un chico libre de tomar decisiones.

—¿Estás hablando en serio? – dijo no esperando esa respuesta— Creo que no te das cuenta de la seriedad, pudo pasarle algo y todo por dejarlo solo. No puedo creer que tú según su amigo, no reconozca que lo que hizo estuvo mal. Que no esta capacitado para simplemente desaparecer.

Ambos empezaron a charlar como si yo no estuviera presente, de pronto el pegosteo en mi vientre por la soda derramada me empezó a incomodar.

-Hoseok, Yoongi es un adulto —dijo—. Y sea como este él, seamos omegas o lo que fuera, somos humanos, sentimos y queremos huir de lo que nos molesta a veces. Estar lejos y permitirnos un tiempo a solas.

—No digas estupideces – Hoseok comenzó hablar—. Yoongi no puede cuidarse solo. Y por si fuera poco, él no se fue solo. ¿Con quien se fue? no lo sé.

—Quiero ir al baño —les avisé, me solté de Hoseok y comencé a caminar—. No es necesario que me acompañen.

Estaba cansado de mi animo desde la mañana que lo mas fácil era evitar las cosas.

—¿De nuevo quieres estar solo? – la cuestión fue más como un reclamo—. No contento con lo que paso ayer, quieres estar solo -bufó –. No seas inconsciente.

Apreté mi bastón, yo siempre soy muy paciente...

"Con Jimin no"

—Solo quiero ir al baño a secarme el suéter que me está picando. Cuando estemos mas tranquilos podremos hablar – le respondí.

—¿Es eso o quieres mejor explicarnos otra cosa? – Hoseok no se rindió. 

Y aunque su voz era baja eso no quería decir que estuviera de buen humor

—Deja de estar de pesado, Hoseok.  —le dijo Taehyung un poco desesperado.

—No, porque yo si busco explicaciones – se refirió a mí, su mano volvió con a tomar la mía con un poco de fuerza—. Solo quiero que me digas a donde fuiste ayer.

-A los campos de atrás. – mentí.

Yo nunca podría llegar hasta allá, pero escuche que varios iban a ese lugar a fumar y a otras cosas.

—Mentira – dijo completamente seguro –. Yo fui a buscarte y no estabas. ¿Me vas a mentir a mí?

Empecé a exudar y mi corazón empezó a latir más fuerte, repito yo soy muy paciente.

—Tal vez no me viste. – bajé mi cara. 

—Yoongi no te dejare ir a menos que me digas la verdad. -me advirtió.

El ambiente comenzó a ponerse tenso.

—Y yo te daré un rodillazo si no lo dejas en paz. – la voz de Taehyung sonó dura.

—¡Cállate omega! –mandó Hoseok— ¿Dónde rayos estabas ayer?

—¡Mierda, Hoseok ya déjalo en paz! ¡Que no ves que no te quiere decir! 

-¡Y yo dije que te calles! – le habló más fuerte. 

Su agarre se ajustó  más fuerte en mi muñeca.

Mis pies querían irse y así lo hice, pero apenas me solté y di un paso, el beta me detuvo abruptamente.

-¡Te dije que no te vas a ir! – hablo fuerte.

Como dije "ERA PACIENTE"

-¡Carajo Hoseok, solo quiero ir al puto baño! ¡es mucho pedir!  —le grité— ¡No me voy a caer, ni me voy a perder! – seguí hablando— ¡Podemos hablarlo después, pero estas aquí pidiéndome una maldita explicación que no te quiero dar! ¡el puto suéter me pica y estas jodiendo con lo mismo! 

El acúmulo de mis emociones fue un punto sin retorno a mi mal humor y un poco más de tristeza.

—¡He tenido un día horrible y lo único que espero al venir aquí es olvidar un poco  a compañía de mis amigos, pero también me están jodiendo! —dije sintiendo mi pecho subiendo y bajando con algo de rapidez. Suspiré cansado haciendo mis cabellos hacia atrás.

—Lamento el solo preocuparme por ti — sabia que lo habia dichó con enojo.

El acaloramiento llego a mi cuello, volteé a donde estaba el olor de Taehyung. Pero pronto el arrepentimiento me azotó cuando unos pasos rápidos se fueron alejando. Había caído en cuenta que solo me desquité con el beta.

-Se ha ido. – me avisó Tae.

- Perdón Tae, yo no quería compórtame así. – le dije algo rápido.

-No te disculpes conmigo ni con nadie, él se lo busco – me acaricio el hombro–. Aunque, no voy a negar que me has dejado sorprendido. – su risa no me tranquilizo.

-Yo no sé qué pensar. – le dije culpable.

- Yo digo que te hace bien que te rapten – bromeó—. Lo peor de todo es que, varios caminantes se han quedado sorprendidos.

Pegué una mano a mi frente apenado.

—Bueno Yoon hermoso, tengo que ir a clases si es que me dejan pasar   —me dijo riendo. – O...,  ¿quieres que te haga compañía?

-No... yo solo quiero ir a quitarme esto. – le confirmé y suspiré.

-Yoon, no te sientas mal... - me tomó de la mano–, Hay personas que se merecen cada palabra de tu linda boca. Créeme. – ambos fuimos caminado.

-Es que Tae... yo – había algo en mí que no podía descifrarlo.

—Es que nada. Yoongi no siempre tienes que ser un caramelito. – me dijo.

"Eso quedo más que claro ayer con Park."

—Ahora ve al baño y paso por ti más tarde – me tomó de las mejillas–. Porque tú y yo saldremos esta noche. – me picoteó la nariz.

Dos malditos meses tenía.

 El reloj estaba contra tiempo y lo más que había logrado es una salida con él.

Pero había sonreído, cuando mi buena suerte se pusó de mi lado y me había topado con un momento que se podría llamar casi heroico. Al principio reí un poco cuando el balón salió volando a él, pero en cuanto pude escuchar cómo se refirió al omega, eso no era bueno.

No es que me preocupara, pero nadie puede tratarlo así -no cuando yo estuviera presente-, pero la emoción me cubrió cuando Taehyung mandó al alfa a disculparse. Yo estaba esperando con ansias el enojo del omega y lo mandara a la mierda, pero este nunca llegó.

<<Tonto, cuando debes mandar a la mierda no lo haces>>

Mi alfa se ofendió un poco al ver que el otro chico no había sido insultado -bueno al menos por ese omega en especial-, Taehyung no valía, él solo era una persona más al listado de falsos que le hacían compañía a Yoongi.

"tú también lo eres"

Pero a diferencia de mí, el desagrado es mutuo. Eso no quitaba, que hoy solo quería que Yoongi supiera quien había sido su héroe, eso me elevaría puntos a mi favor.

Por eso, caminé poco a poco, para no ser cachado por nadie.  Seguir la pista del omega era necesario si quería obtener algo hoy también, pero el estúpido celular empezó a sonar. 

Bufé solo un poco, traté de contestar lo más rápido y no  perder de vista al omega.

-¿Qué quieres Namjoon?

Escuché con el ceño fruncido cada palabra saliente de mi administrador, pero no puse atención cuando miré, al omega pasar enfrente de mi completamente solo. 

Mi suerte seguía.

—Cuando llegue esta noche en a la oficina me platicas bien, ahorita estoy ocupado.

Colgué la llamada, sin esperar a escuchar lo que Namjoon decía.

Dejé que se distanciara de mí y solo pude ir detrás de él sin que el sospechara nada, algo bueno tenía su ceguera.

Cuando note que entro al baño, mordí mi labio un poco dudoso.

¿Debería entrar?

Volteé de un lado a otro del pasillo, notando que solo había una que otra persona presente, las luces de repente se prendieron y eso fue casi como una señal cuando otro omega salió del baño.

Esperé un poco más y noté que nadie más estaba ahí. El timbrado sonó de nuevo y solo ignoré cuando Namjoon se reflejaba en la pantalla de mi celular.

Con paso rápidos abrí el baño y me metí. Curioso fui entrando un poco más, le sonido de un metal cayendo me espantó y casi pude jurar que era del omega.

Los lamentos inundaron el baño por completo y mi buen humor fue decayendo cuando estos eran más sonoros; preocupado caminé lento y viendo por debajo de cada cubículo. Esperaba que no fuera el omega el quien lloraba de ese modo. Caminé un poco más hasta llegar al último, pero mi deseo no fue escuchado cuando reconocí esos deportivos rojos de tela.

El bastón estaba tirado que una parte de la punta salía del cubículo, en puntillas regresé a la entrada y puse el pestillo en la puerta principal.

Los lamentos no paraban y mi alfa se achicó solo un poco, pero me enderecé en cuanto supe que estaba flanqueando.

Me volví agachar hasta ver de nuevo sus pies, él solo estaba sentado tirando muchos papeles a su alrededor.

—Espero que hayas pagado la colegiatura completa, porque ese papel es caro – los lagrimeos pararon y el sorbo de su nariz también sonó–. No creí que fueras tan superficial y llorar por un suéter tan feo.

—¡Vete! – me gritó con voz cogestionada— ¡No quiero hablarte!

-Siempre queriendo lo mismo, pero ya te dije que no lo voy hacer.

—¿¡Solo viniste a burlarte de mí!?- me preguntó algo alterado, pero el eco del baño lo hacía más fuerte.

—No, vine a que me dieras las gracias.

—¿¡De qué!? ¡De ser un entrometido! – me reclamó.

—Tampoco. En realidad solo quiero verte, es todo. Y saber si estas bien.

Esta llorando, obvio todo está mal.

—¡Estoy bien, ahora puedes largarte! – dijo algo agresivo.

—Por qué no les contestas a si a los demás, es curioso que saques en mi todo el poder de mandar a la mierda, pero a los demás no. – le reproché en cuanto me corrió.

—Yo no lo se... – se escuchó un lamento.

Viré mis ojos y sonreí solo un poco.

—Sal de ahí, omega. – le pedí.

—No. – dijo con voz baja.

—Yoongi, por favor sal. Solo quiero verte.

—Estoy muy feo. – me dijo y yo sonreí. 

Quería que supiera que no estaba solo.

—Lo único feo aquí es tu suéter, pero tú lo haces ver muy bonito. – le dije. – Anda omega, sal. – le volví a pedir. – ¿Además como sabes que te ves feo? ... No crees que eso sería  el colmo. - me reí.

-¡Cállate! – yo sonreí.

—Podrás quedarte ahí el tiempo que quieras, pero tarde o temprano  tendrás que salir. Solo te recuerdo que las clases están por terminar y no te vas poder quedar toda la vida aquí  — le dije—. A parte de que Jungkook te buscará y te encontrará conmigo... - me encogí de hombros—, pero si sales rápido  te prometo desaparecerme en cuanto este aparezca.

Me recargué solo un poco sobre la barra de los lavaba manos, mordí un poco mi dedo pulgar en la espera y el silencio no duró mucho cuando la puerta fue abriéndose lentamente.

La mano del omega sobre salió -talvez buscando algo-, yo me acerqué y la tomé también.

Abrí por completo el cubículo y me di cuenta que este aún estaba sentado sobre la tapa del escusado. Alzo la cara y sin fuerzas este apretó mi mano para pararse, mi corazón se oprimió cuando su piel blanca que siempre denotaba ese brillo, ahora  estaba opacado por las lágrimas y la preocupación.

El omega lentamente fue saliendo del cubículo, pero tropezó solo un poco cuando pisó el bastón, lo sostuve con fuerza y lo fui acercado cada vez más a la misma barra.

—Vuelvo a pensar que ese suéter es espantoso.

—Es el más cómodo que tengo. – su cara podría estar un poco sonrojada debido al lagrimeo, pero no dejaba de ser dura, me agradaba la forma en la que Yoongi demostraba ser un omega fuerte y a la vez tan apacible.

Yo no concordaba con la idea de que era un ser lleno de amor y dulce como debía serlo, nunca me cansaré de decir que Yoongi era humanamente perfecto.

—Sigue húmedo ese suéter.  —palpé solo un poco la mancha de refresco y resguardé mi mano cuando también vi sus pantalones.

Miré a mi alrededor, observé el secamanos y  tuve una idea.

-Deberías quitártelo, hay que secarlo con el secamanos. – él llevó aun su mano tallando sus ojos y con su brazo limpió solo su nariz.

—Voltéate. – me pidió.

—Yoongi tienes una camisa por debajo. – sus mejillas seguían rojas, pero la vergüenza del omega me hizo sonreír.

—Aun así voltéate, no mires.

—No quieres que vea tu camisa azul de cuello, está bien – le sonreí, y le hice caso –. Listo. - le avisé.

Por el rabillo de mis ojos, pude ver como Yoongi se quitaba el suéter y su resplandor azulado por la camisa chocaba con lo brilloso de la luz. Como su camisa estaba por dentro de su pantalón y el cinturón le ajustaba en su cintura, por primera vez vi solo un poco de sus proporciones.

Un cuerpo delicado y proporcional a su forma, tal y como me lo había imaginado.

Voltee por completo y le quité de sus manos la prenda amarillenta con demasiados estampados de cuadros y líneas  y fui directo al secamanos.

Pasé mi mano por la maquina y de inmediato esta comenzó a soltar el aire caliente. Volteé a verlo y aunque yo quisiera que él me contara el porqué de sus lágrimas, estaba seguro que no lo haría.

Pero nada perdía en intentarlo.

—Qué tal si me cuentas por que llorabas mientras secamos esto. – le sugerí.

—No importa y no te importa.

Ese era mi Yoongi, siempre tan caprichoso a él.

—Solo dime que no te cortaras las venas y estoy por bien servido.

—No tengo ánimos de hacerlo. – me dijo sarcástico.

—Eso me pone tranquilo. – le contesté.

Miré su pose; esperando ahí parado cruzado de piernas mientras sus manos se mantenían con dedos entrelazados. Yoongi miraba a un punto exacto, sí, Yoongi miraba a un punto exacto dentro de todos sus pensamientos.

El sonido de sus pequeños quejidos, fueron opacados con el ruido odioso de la máquina, pero como no dejaba de verlo, noté una lagrima bajar por su mejilla.

Sus cabellos largos bajaban en ondas alrededor de sus ojos y su frente, su boca de pronto se abrió y rápidamente mordió su labio y lo aplastó tanto, que este se estaba sobre pasando hasta que lo quitó y quedó morado con cada marca de su diente.

Palpé su prenda y este aún seguía un poco húmedo.

"Así como su mejilla y labios"

Puse la prenda alrededor de la máquina para que no se cayera y siguiera secando, me alejé y fui directo al dispensador de papel para secar manos. Sabía que estaba muy duro ese papel, pero al final serviría para secar. 

Ahora tendría que cargar pañuelos para el omega.

Con pasos largos me acerque a él, colocándome justo enfrente. Él alzó la cara sorpresivamente y sus manos mostraron las palmas para alejarme, aunque, estas nunca llegaron a tocarme porque mantuve mi distancia.

Dirigí mi mano hasta su mentón he hice que su cara quedara directamente con la mía, y con la otra, perezosamente la dirigí a su mejilla, limpiando todo signo húmedo.

-Si esa fea prenda estará pronto seca, un omega bonito no debería llorar así. – le dije apacible. – Al contrario, debería portarla con orgullo, eso le daría el toque. – le dije sonriendo. – Tú le das el toque. – dije sincero.

Sus manos fueron bajando de poco en poco, quitando esa débil barrera. Aparté el cabello de su cara dejándolo atrás de su oreja.

Una lagrima perdida había resbalado hasta su cuello. La lagrima se veía aperlada por su color de piel, tan linda y tan estorbosa a la vez, pero una cosa era segura, las únicas lagrimas que deberían serle permitidas al omega; eran las de felicidad. 

Sin poder creerlo llevé mi dedo pulgar hasta su labio inferior, miré la marca morada que provoco su diente y la acaricie tan delicadamente que pude sentir apenas la poca inflamación. Sorpresivamente Yoongi cerró los ojos y su boca se entre abrió.

 Su aroma se disparó haciéndose más fuerte y la calidez en mi corazón no pasó desapercibida, mis sentidos se nublaron cuando su mano fue directo a mi cintura con un toque de rechazo, pero tan fuerte a la vez empujándome hacia él mientras su mano izquierda se agarraba de la barra.

Mi pulgar en su labio, bajó delineando su mentón, por su cuello y quite esa lagrima. Sin pensarlo mi palma completa se posó sobre su clavícula con la separación de su camisa. 

Miré la cara de Yoongi, aun con ojos cerrados y una respiración agitada. Mi mano izquierda que tenía el pedazo de papel lo tiré y tomé la suya.

-¿Puedo? – le pedí permiso.

 Quería besarlo..., moría por besarlo.

Él no respondió, pero cada nota de su aroma se engrosaba con mi cercanía, exhibiendo el permiso que buscaba.

Su aroma revuelto con el mío, nos envolvía como el aire a nuestro alrededor y nuestro corazón palpitaba como si fuera uno. Estábamos en un pozo lleno de deseos que solo bastaba con el toque de nuestras manos.

Rocé apenas sus belfos y cerré los ojos, pero mi maldito celular nos sacó de nuestro momento.

Yoongi respingó y se deslizó a un lado agitado, quitando todo toque entre nosotros, saqué de mi bolsillo el celular y miré la cara de Namjoon como la imagen de contacto.

"Te odio, maldito Namjoon" maldije y colgué sin responder la llamada.

Las feromonas quedaron en el aire suspendiendo de aquel momento lleno de necedad. La cara del omega estaba tan sonrojada y sus labios formaron un pequeño pico.

—Creo que la maquina ya dejo de soltar aire — la voz de Yoongi apenas fue sonora, pero esta quito todo lo tenso del momento.

—Sí, creo que... - fui directo a la prenda–, creo que ya está seca.

—Ya no importa si no esta seca – dijo—,  ¿me la podrías dar? – me pidió.

Casi de inmediato se la di. Él se la colocó rápidamente y se volteó quedando su reflejo hacia el espejo.

—Estas listo. — le dije mirando por el reflejo.

-Yo... - titubeó– No sé dónde cayo mi bastón– me dijo.

De inmediato caminé hasta el cubículo de atrás y levanté el bastón.

—Empiezo a creer que solo lo haces para molestarme. – me reí, tomé su mano para dejarlo directamente ahí.

—No, solo soy muy descuidado. – me sonrió.

—Bueno creo que es hora de salir. – le dije y él asintió.

 Caminé rápido para posarme enfrente del omega, Yoongi solo dio unos cuantos pasos y me siguió hasta esperar que abriera la puerta.

De reojo, miré mi reloj y me percaté que faltaban quince minutos, para las veinte horas.

Un pensamiento descabellado me recorrió por todos mis nervios. 

Rápidamente me volteé hacia él y ...

-A la mierda. – dije.

Y como si un imán se tratara, llevé mi mano derecha entre su nuca y su cuello y lo jalé directo a mí y di solo un pequeño paso para acercarme un poco más y así  juntar nuestros labios, mi otra mano fue directo a su mejilla y mi dedo medio rozaba el trago su oreja.

Sabía que los labios inexpertos de Yoongi jamás se iban a mover, fue por eso que mi lengua rozaba con tranquilidad la apertura de sus belfos, su respiración fue tan profunda que no pudé evitar mirar sus ojos; los cuales estaban cerrados.

Me moví solo un poco para que mis labios quedaran entre los suyos, succioné solo un poco su labio superior para abrirlo ligeramente y meter mi lengua, Yoongi los abrió un poco más y fue ahí cuando mi lengua experta entro lo suficiente para acariciar sin pudor la del omega.

Su aliento era tan cálido y su saliva era tan dulce, me movía de un lado a otro, y él torpemente  trataba de seguirme, la humedad de nuestras salivas nos invitaba a probar más de ella y fue cuando el omega soltó su bastón y este rebotó dejando en eco el característico sonido metálico, pero eso no nos importó.

Fácilmente lo fui llevando hacia atrás, hasta chocar con la barra de los lavamanos. El omega se quería separar para poder respirar y solo le di un poco de espacio para que así lo hiciera, pero ahora fue él quien busco mis labios. Mi boca desesperada, así como deseosa hizo más apasionante el beso, dejando mis manos quietas desde el principio entre su cuello y cabeza.

El omega no dudo ni un poco en poner sus manos alrededor de mi cuello uniéndonos un poco más.

El alfa en mi interior sintió explotar ante el contacto con el omega de Yoongi.

Sus labios si eran suaves y finos, con un sabor a cielo como  el de sus  ojos, combinado con  la nuez y duraznos, y su olor restante de los naranjos se entrelazaba con mi olor a mirra. Era la más hermosa conexión que pude experimentar. 

Nos volvimos a separar para buscar oxígeno, el seguía con sus ojos cerrados y la imagen de su cara era preciosa, sonrojada, deseosa y curiosa.

Él no quitaba sus manos alrededor de mí, pero yo si las quite de su cabeza y las llevé con mucho cuidado a su cintura. Sus gestos me mostraban esa curiosidad con el permiso de saber que más iba a pasar. Relamí mis labios y bajé la mirada a su cuello níveo.

Sin pensarlo, mis labios besaron su mentón, delineó con la punta de mi lengua su hueso de la quijada, hasta que besos húmedos fueron a parar en su cuello. El gemido pequeño se escapó de entre sus labios, solo eso bastó para que mis besos se cargaran en una sensualidad pura; saboreando su hermoso y largo cuello. Él omega hizo hacia atrás su cabeza, para darme más facilidad y accesibilidad, pero mis manos bajaron a sus muslos y en un tirón, lo subí a la barra. Abrí sus piernas y me puse entre ellas, sus manos habían bajado a mis hombros y este me acercaba más a mi toque.

Sabía que él quería más y no era nadie para no permitírselo. Volví a besarlo y él dejó automáticamente sus labios abiertos, nuestras lenguas se enredaban y se necesitaban una con la otra, sus manos fueron a mi cabeza, hundiendo cada uno de sus dedos en mi cabello mientras yo solo apretaba sus piernas.

Lentamente nos fuimos separando. Las respiraciones eran muy rápidas aspirando cada nota de nuestros aromas enlazados, quería seguir besándolo, pero nuestro tiempo solo era contado.

En mi puta vida, nunca había probado mejores suspiros y aliento, podría llegar a ser lo único que yo quisiese tener después de probar tal veneno angelical.

Min Yoongi era celestial. 

Dejare este capítulo.   -_-

Espero que les guste como quedo. 

Les mando un besote a todas, porque aquí solo hay amor. 

ALICIELITO.

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