. Capítulo 17 .


- Yoonie, tranquilo... Nada lograras con que te exaltes así -Taehyung puso su mano en mi hombro-, ¿Estás seguro que los guardaste?

-Estoy completamente seguro - le dije un poco desesperado-. ¿Puedes de nuevo ver dentro de mi casillero?

-Sí, pero ya hemos buscado como tres veces. - pude escuchar el como movió de un lado a otro al tener acceso completo a mi casillero.

Su voz ahogada no me dejaba entenderlo.

-¿Cómo dices?- le pregunté.

-Y si se cayeron en el auto de Jungkook, podría ser una alternativa.

Ladeé mis labios, pues sabía que Jungkook no había querido dirigirme la palabra durante la mañana, y eso me quedo claro cuando solo me tomó de la muñeca y me trajo casi a rastras a mi salón.

-No creo, pero estoy seguro que los guarde. Ayer que platicaba con Hoseok los metí directo a mi mochila - le dije-. E incluso le conté unas cosas de ellos.

-Yoonie temo decir que tus discman no están. - llevé una mano a mí frente y frote solo un poco.

La desesperación me estaba poniendo de mal humor.

-¿¡Como están mis omegas favoritos!? - la voz de Hoseok me hicieron respirar solo un poco en esperanza.

-Hoseok que bueno que llegas - ignoré su saludo y me acerque a él en cuanto sentí su aroma-, ¿Ayer no recuerdas si guardé mis discman?

-Mmm... Estoy seguro de que los guardaste en tu mochila, gatito.

Pase saliva en cuanto sus palabras fueron claras.

-¿Por qué Yoonie? - me preguntó.

-No lo encuentro y hoy en la mañana mientras preparaba algunas cosas, me di cuenta de que estos no estaban.

-Tal vez estén tirados en tu cuarto.

-No abrí para nada mi mochila anoche -torcí mis labios recordando, solo un poco las palabras-. Lo único que dejo a fuera es el celular y eso siempre lo cargo en el bolcillo.

-Yoonie tranquilo, si quieres después de clases los buscamos en tu cuarto -dijo bajo, así como apretó mi cintura-, y si no aparecen mañana vamos a dirección, tal vez en la caja de cosas perdidas estén.

-Si se perdieron aquí, tal vez nadie los devuelva - dijo Taehyung - ¿que?... No me veas así, también hay que ser realistas. - su voz ofendida no me hizó tranquilizarme más.

-No le hagas caso, estoy seguro de que los encontraremos. - dijo Hoseok dandome seguridad.

-Yoonie, de cualquier forma... -pausó- Encontraremos la forma de que tengas uno nuevo te lo aseguro. - su caricio mi mejilla.

Pero es que nada de sus palabras me hacía sentir menos tranquilo y mucho menos, animado. Perderlos sería una gran dolor.

Solo pude asentir, no quería que mi voz quebrada les apagara el día.

-Llevaré a Yoonie a clases, te vemos en el almuerzo Tae. - Hoseok despidió al omega, que se acercó para tomar mi mano.

-No te preocupes, los encontraremos - dejó un beso en mi nuca-. Y tu cuida bien de él, los veo en un rato.

Sus pasos sonoros se fueron alejando.

-Hoseok no estoy de ánimo para entrar a clases, ¿puedes acompañarme a la biblioteca? - más que una pregunta había sido una petición.

-Claro que sí - dijo tranquilo-. Nos quedaremos el tiempo que sea necesario.

Apreté mi bastón con un poco de fuerza.

-Hoseok, hoy no soy la mejor compañía y me gustaría si me dejaras solo. Es que de verdad me gustaría pensar unas cosas. - mis palabras salieron con muy poca seguridad.

-Oh... entiendo - dijo desanimado-. Entonces ¿solo quieres que te deje en la biblioteca?

-Sí, o si te molesta, puedo ir solo ya sa...

-No me des explicaciones, yo entiendo -él se enganchó en mí y dio un portazo dando entender que mi casillero había sido cerrado.

Comenzamos a caminar.

-¿Desayunaste algo antes de venir?

-Con lo que paso, no tengo ánimos de nada. - dije.

-En ese caso te traje panqueques de vainilla, me acorde que son tus favoritos - habló un poco más animado.

Él lo puso en mi mano, pero después lo quito.

-Mejor los guardo en tu mochila.

El beta se desengancho de mí y fue directo a mi bolsa de atrás. El silencio duro todo el tiempo que fuimos caminando. Algo que era extraño, pues el beta siempre hablaba o me hacía hablar, pero ahora no podía distinguir nada.

-Hemos llegado. - dijo.

-Gracias. - le respondí, pero cuando di la vuelta, el tomó mi muñeca.

-¿Quieres que saque tu otro bastón y lo deje en tu casillero? - preguntó.

Yo había olvidado en que lo tenía que dejar en casa. Fruncí mi ceño al recordar, lo sucedido ayer con el alfa y mi disputa, y una luz de esperanza cayó en mi.

Hablando metafóricamente, claro.

-No, está bien así- le anuncié -. Prefiero cargarlo.

-Está bien, entonces me voy antes de que se me haga más tarde. -se despidió y los sonidos de sus pasos resonaron por los pasillos.

Con facilidad pude deducir que Hoseok tal vez se había enfado debido a mi decisión, pero yo tampoco estaba de ánimos para pedir disculpas.

El pequeño ruido me hizo detenerme al querer cruzar la puerta de la biblioteca. Fue fácil detectar el aroma.

-Hoseok de verdad voy a estar bien, no tienes que estar esperando para nada.

El beta seguía ahí tal vez solo observando mis movimientos.

-Yo lo siento... - me dijo-, Es solo que te veo muy cansado y pues... -

-Nada, Hoseok de verdad quiero recordar donde los deje, a parte de que estoy capacitado para estar solo, te lo aseguro - le dije-. Ahora vete antes de que cierren el aula. - lo motivé.

-Está bien. - me dijo cortante.

Esta vez deduje que el poco aroma y sus pasos fueran continua al tiempo, asegurando que ahora si estaba solo.

"Mi querido omega, tus sentidos te ayudaran en todo. Si te mantienes atento, te guiaras sin la necesidad de simplemente creer a lo que te dicen. Los ojos pueden ser la puerta principal de tus ideas, pero nunca olvides que tus mejores armas son tus oídos y tu boca. Son como una espada, tus oídos son el mango; ellos te sostendrán y te harán entender, y con tu boca afilada cortaras todo lo que no te guste".

Las lecciones de mi maestra siempre estaban presentes, pero últimamente me estaba cuestionando sobre ellas.

Con precisión me dirigí a otra parte, estaba cansado de siempre estar encerrado dentro de la universidad. Y el hacer creer que me mantenía sereno en los lugares donde nada me pasaría estaba muy claro y este debía seguir así.

Caminé sin rumbo, pero no perdido; la sincronía de mis pasos y la monotonía de las semanas me hacían reconocer donde estaba. El sonido de la fuente, así como el azote del calor; me daban una idea del clima y los olores del frescor de la hierba recién podada, me tranquilizaron de sobre manera.

Con un poco de dificultad y uno que otro tropezón; fui directo a la banca, y suspiré agotado. No perdía nada en intentarlo. Solo sería una pregunta.

"No, con él no"

Las palabras de mi hermano llegaron a mí y apreté el puente de mi nariz nada convencido de lo que estaba a punto de hacer, pero él también estuvo conmigo el dia de ayer.

Saqué mi celular y apreté el botón de llamar.

Según mi madre este me lanzaba directo a las llamadas pasadas. Coloqué mi dedo en el botón medio y después bajé solo una vez.

Y con un gran suspiro, de nuevo apreté el botón de llamado.

Los pitidos de espera resonaban en mi cabeza, no esperaba que me contestara al primer intento.

Dejé pasar unos minutos más y volví a intentar...

Nada de nuevo.

Me quité mis tenis y los dejé a un lado. Sin temor volví a llamar...

Un pitido, dos pitidos... pero estas pararon pronto.

-¡Chico bastón! - a pesar de que su voz fue alta esta sonó muy sueve -, Perdona que no contestara, pero estaba ocupado - se excusó - Aparte de que me gusta hacerme del rogar.

-Solo quiero hacerte una pregunta.

-Que frío - su risa sonó -. Pero dime que te hizo cambiar de opinión, digo; ayer me dijiste que no querías nunca mas hablar conmigo.

-Solo escucha, ¿quieres? - le dije serio - Llamé para preguntarte algo rápido.

- Solo dilo. - las risas a través de la bocina no pasaron desapercibidas.

"Jimin ya regresa" - la vos de un tipo se alcanzó a escuchar.

-¿Viste unos discman ayer? - le pregunté, pero su risa se hizo más sonora; tal parecía que Jimin siempre se la pasaba riendo.

-Hablas de unos negros, con un disco viejo que dice "escucha la canción número siete" - dijo casual-. No, creo que no, o si... no se. - tanteó su respuesta.

Mi boca quedó completamente seca, mis manos sudaron pronto, así como mis pies se plantaron uno sobre el otro.

-¡Devuélvemelo!- dije, la felicidad así como otros sentimientos que implicaba el alivio me inundaron.

-Dije, que no se si los tengo conmigo... ¿Por qué no vienes aquí y lo averiguas? - preguntó.

-Deja de hacerte el tonto y regrésalos --mi voz que era suave, pero poco a poco fue pasando a una más dura-. No estoy para tus tonta bromas.

- ¿Ahora soy tonto? -preguntó sarcastico-, solo es para que verifiques si al reverso de estos también dicen "no quiero perder tu amor"

Aquellas palabras, estremecieron mi estómago y mis mejillas sintieron el calor.

-Déjalos de estar husmeando. - le dije firme.

-¿Vendrás por ellos? - me preguntó --, Si tanto te importan... - tanteó-, Bueno, en realidad yo digo que sí, porque me has llegado a hablarme - opinó-. Y es mas que claro que vendrás hasta acá para saber si los tengo. - se respondió a si mismo.

Mordí mi dedo y aprete mi quijada, mi lengua sintió soltarse de repente.

Y al final yo ya estaba desesperado.

-¡Deja de ser tan mierda y solo regrésalos!- le grité.

-Pero que boca tan sucia tienes -- dijo ofendido-. Quien diría que detrás de esa fachada de angelito, se esconde una fiera con agallas. - rió.

-Creo que eso ha quedado claro. - le dije seguro -. Mis agallas son más grandes que tus pelotas imbéciles. - le dije.

-Entonces por que no vienes hasta aquí y me las demuestras - me retó --. Necesito verlas o solo serán palabras vacías.

Todo era confuso, mi actitud, mis pensamientos e incluso mi valentía. Pero es que había algo en este momento que solo el alfa provocaba.

-¿Dónde carajos estas? - mi credibilidad no estaba disponible ahora.

-Lo haré fácil, ve al estacionamiento. Y más vale ir solo - me dijo-. No quiero al puto beta, o a Taehyung y menos a tu hermano. Tienes solo treinta minutos, de lo contrario dile adiós a tu vejestorio.

El sonido de colgado fue repentino, el muy maldito me había dejado con la palabra en la jodida amarga boca que tenía.

Me puse mis tenis de vuelta, me planteé bien sobre mi bastón.

"No te quiero cerca de él"

Las palabras de Jungkook no importaban, ninguna palabra importaba cuando ni yo mismo sabía que el enojo podía acorralarme tan pronto. Respiré agitado cuando di los primeros pasos.

Mi travesía comenzaba con un choque a una persona.

-¡Fíjate idiota!. - me gritó.

-Jodete y muévete. - le respondí y seguí mi caminar.

Sin tantear mis pasos no me detuve. Los pasillos estaban semi llenos y los golpeteos de mi bastón en sus pies, me daban a notar de que estos se molestaban.

El olor de la comida, me ubicó en la cafetería o estaba cerca de la cafetería. Alguien paso a un lado mío, lo paré enseguida tomándolo del hombro.

-¿Dónde está el estacionamiento? - le pregunté directo- Por favor.

- Tendrás que cruzar derecho hasta llegar a la facultad de artes, de ahí vuelta a la derecha bajas los escalones y media vuelta a la izquierda. ¿Si quieres te puedo llevar? - me dijo, talvez en otra ocasión donde no estuviera perdiendo mis estribos estaría bien, pero este no era el caso.

-No - le dije-. Gracias.

-Está bien...

Fácilmente mantuve sus indicaciones en mi cabeza.

Comencé a caminar de nuevo, mi habilidad con mis sentidos a toda su totalidad me daba la confianza con cada paso tras paso.

Nunca me había resultado tan fácil dirigirme hacia algo y menos con un alfa déspota, que me animaba a encararlo con toda esta colera.

Mamá siempre me decía que, debido a mi estado, no era bueno enojarme; que nadie desearía un omega que muy aparte de no poder ver; tuviera un carácter para nada sumiso.

Con los años mi tranquilidad y mi forma de pensar no dominaban a lo que tenía que demostrar. Incontablemente mis deseos siempre eran opacados por todos negándome todo aquello que quería, por muchos años me estuve conteniendo, y el miedo, la razón, mis emociones, mi ceguera..., todo apuntaba a que era un ser humano común y corriente con deseos, con curiosidad de saber que había de tras de mi maldito bastón.

El jalón en mi mano me hizo reaccionar y borrar todos mis pensamientos.

-Debo aplaudir porque has llegado - su voz acorraló con facilidad mis pensamientos-. Pero te aligeré el trabajo y decidí encontrarte antes.

-Suéltame. -le dije.

Sus manos apresaron mi cintura cargándome, pataleé y golpeé lo que era su espalda.

-¡Bájame ahora mismo!- mandé de nuevo.

--Que suerte que justo ya estemos entre clases, ¿no crees?

-­¡Cállate y solo bájame! ­

-No, así me pegues y grites no te voy a bajar.

-¡Que me bajes, maldito bastardo!- mandé, pero abrí mi quijada cuando una de sus palmas golpeó mi trasero. Yo le di un puñetazo más fuerte en la espalda que había sonado hueco--. ¡No te atrevas a golpearme otra vez! - pero una nalgada más fuerte fue mi respuesta.

-No te conviene desesperarme. - dijo con palabras duras.

Me removía entre sus manos para poder escapar, pero el olor de la gasolina me hizo darme cuenta que todo este tiempo hemos estado avanzando.

-¿¡Por qué quieres hacerme daño!? - le grité-, ¡Yo no te hecho nada! - mis lagrimas amenazaban en brotar.

-¡Ya no grites maldita sea! - pronto me bajó brusco, haciendo que chocara con lo que suponía era un auto --, ¿¡seguirás gritando o me vas a escuchar!?

Llevé mis manos a borrar todo signo de lagrima.

-Solo te pido me des mi discman, es todo. - mi voz no había salido entre cortada.

-Creo que habíamos quedado en algo. - me respondió ignorando mi pedido.

-Estoy aquí como me lo dijiste. - le respondí.

-Si, pero solo era para saber si estaban aquí tu cosa esa. - ladeé mi cara y fruncí mi ceño.

-Y la respuesta es no, aquí no están.

-¡Hijo de pu..! - no dejó que terminara, pues sus manos taparon mi boca.

-Eres todo un buscapleitos -su voz pegada a mi oído, me crispo todos mis vellos. Traté de llevar mis manos a las suyas y quitarme su agarre, pero estos eran más fuertes-. Ahora me escucharas quieras o no -yo dejé de moverme-. Tu vejestorio efectivamente están en un lugar, pero a cambio quiero que vayas conmigo a un lugar.

Mi respiración se cortó y muchas preguntas estaban en la punta de mi lengua.

- Ahora te soltare y más vale que no grites, ¿entendido? - yo asentí.

Poco a poco fue alejando sus brazos de mi alrededor. La respiración volvió a ser normal cuando se alejó por completo.

-¿Estarás muy imbécil si crees que me subiré a tu auto? -le respondí-. Solo dámelos y terminaremos con esto o de lo contrario le diré a mi hermano. -apreté mis puños.

El acomodó un mechón de cabello detrás de mi oreja y arrebatadamente yo me alejé.

-Oh mi querido Yoongi, es más probable que nunca vuelvas a tener tu vejestorio a que Jungkook te ayude -su voz sínica, me hicieron apretar mis labios-. Tienes solo cinco minutos para subir al auto o no vuelves a tener nada.

Llevé mis manos a mis cabellos, las ganas de llorar otra vez me estaban venciendo.

¡Maldita sea, tenía que dejar de ser tan llorón!

-Tienes tres minutos ya.. - me avisó.

Cubrí mi cara con manos nerviosas y es que no era fácil para mi decidir, el alfa era un desconocido cabron que solo se burlaba de mí, un hijo de perra que solo quería divertirse.

-Solo falta uno... - presionó.

Aun no entendía que había hecho para que Park Jimin me estuviera haciendo esto.

-Tres... dos...

-Está bien -asentí-. Tu ganas.

Su risa envolvió el lugar.

-Sube, estás justo a un lado de la manija. - tomó mi mano y me llevó directo a la manija de la puerta para no perder tiempo, y sentí cuando reboto la puerta en señal de abierta.

Con temor me quedé parado, pensando si valía la pena arriesgarme solo por un recuerdo; un recuerdo que amaba.

-¡Vamos o nos haremos viejos aquí! - su llamado me hizo dudar aún más.

Pronto sus manos rodearon mi cintura por dentro del auto y en un jalón me hizo entrar, el peso en mis piernas y el golpe de la puerta solo avisó que ya no tenía escapatoria.

-Dime Min ¿te gusta la velocidad?

Tanteé el lugar buscando mi bastón.

-¿Y mi bastón? - le pregunté, ignorando su pregunta.

-Cuantas veces tengo que decirte que no lo sueltes. - dijo divertido. - Por suerte no lo ocuparemos.





(...)

Bueno dejare otro capítulo.

Que piensan de Yoongi? Creo que ya demostró lo reprimido que esta y que en realidad solo es un chico descuidado.

Quería subir este capítulo mañana, pero creo que es justo y necesario.

Las quiere mucho.

ALICIELITO.

Cuando esta historia nació yo estaba traumada con un edit de Yoongi cabello largo, pero ahora que lo tuvo más largo, alimento mi esquizofrenia. XD 😆

Pero este es mi omeguita bonito. 🥰🥰🥰

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