. Capítulo 11 .
Dolor; Una palabra profunda y tan venenosa que te hunde hasta al fondo de tus pensamientos y hasta cierto punto crees que tu vida siempre estará orillada a vivirlo.
Pero nada se comparaba con el dolor de un picor tan fuerte de las punzadas en mi cabeza. El sonido de las risas, los casilleros azotados y los continuos olores; estaban sacándome de quicio.
Metí mi cabeza por completo dentro del casillero con el fin de disminuir un poco el ruido de mi alrededor.
-- Toc, Toc --la voz de Tae y el toque metálico, interrumpieron mi estado agonizante de encontrar un poco de paz - ¿tan mal estas? – preguntó.
Saqué mi cabeza por completo y jalé mi bastón de repuesto. Recuerdo que lo había guardado desde el primer día de clases.
Desgraciadamente había perdido uno en casa de Taehuyng o al menos no recordaba donde lo había dejado resbalado de mis manos.
-- Ve el lado bueno, para ser tu primera vez no vomitaste o perdiste el conocimiento. --Sonreí al expresarse de aquella forma.
-- No hay nada de bueno – contra dije -, me duele la cabeza, siento tantas nauseas, mi cuerpo me duele y hasta siento que aún me balanceo.
-- Aún así, no están mal -– río –. Solo es la primera vez de muchas que nos hacen falta.
-- No, yo después de esta experiencia, no quiero saber nada más del alcohol. – le dije seguro.
-- Yo decía lo mismo y ahora amo el vodka y casi todos los licores – yo le sonreí–. Yoongi, no tiene nada de malo que lo hagas de vez en cuando, ¿ya sacaste todo? - me preguntó.
-- Solo buscaba mi otro bastón. – le dije.
El enganchó mi mano a su brazo, cerró mi casillero y lentamente comenzamos a caminar.
-- Como te decía. No tiene nada de malo, nada ni nadie puede limitarte a tal vez ... no se a experimentar.
-- Tae, no es tan fácil. Desde mi lado no es lo mismo. – dije.
-- ¿Por qué no sería lo mismo? – me preguntó–. Yoongi yo no te veo ninguna limitación.
-- Mi vida siempre ha tenido limites, Tae.
-- Bueno, en ese caso creo que es hora de que rompas aquellas limitantes que tanto te apresan – ambos nos detuvimos, el acaricio mi mejilla–. Hoy en la madrugada rompiste una.
--No me lo digas. – le dije apenado, las palabras y mis canticos aun vivían en mi memoria.
Reinicie la caminata.
-- A mi mente le gusta recordarte, feliz con un beta de apariencia súper caliente pegado a ti. – la risa burlona de Tae me lleno de vergüenza -- ¿Cuál era su nombre?
-- Hoseok- le dije de inmediato, apreté mis labios.
-- Uh~ - se burló –. Tu única ventaja de no perder el conocimiento anoche, fue que recuerdas tan claro el nombre del beta.
-- Como olvidarlo, si fue quien me ayudo. – agache mi cara.
-- Me alegra saber que ahora tienes un héroe cerca de ti, ayer me atreví a investigarlo. – me dijo.
-- ¿Qué? – le sonreí –, Estoy seguro que no había necesidad.
-Que si no había necesidad, dices – dijo irónico –. Yoongi ayer el tipo casi te besa y me preguntas que si no había necesidad.
¿¡Besar!? ¿¡Yo, besar!?
-- ¿Besar?- dije confundido.
-- Sí, ya sabes... Unir labios con labios, enredar las lenguas hasta que lleguen al fondo de la tráquea, y se llenen de saliva el del uno del otro. – la obviedad de sus palabras no era lo que quería saber.
--Se que es besar, pero yo... - pare de hablar.
<<Nunca he besado a nadie>>
-- Pero tu... - esperó mi respuesta que no estaba seguro de lo que iba a decir. – No lo recuerdas, ¿verdad? – mi silencio fue una claro– Bueno era demasiado bueno para ser real de que estuvieras durante todo ese tiempo consciente.
-- Cuéntame. – le pedí.
-- En realidad fue algo rápido– lo escuchaba atento--. Cuando la fiesta ya estaba acabando y los aires estaban algo románticos, yo estaba repartiendo algunos shots, ya sabes para volver animar – no supe en qué momento volvimos a detenernos--. Así que me aleje solo un ratito, cuando volteé; tu y el beta estaban abrazados bailando. Él tenía puesto sus dedos en tu mentón, y mientras que la otra mano acomodaba tus cabellos detrás de tu oreja.
Yo no recordaba esos toques.
-- En fin... las luces seguían bajas, bailaban entre un monto de botellas y vasos tirados, pero aun así la escena era muy linda – siguió hablando-–. Tu sonriendo tiernamente y después te hizo reír quien sabe con qué, pero echaste tu cabeza para atrás, después ambos se detuvieron, tu pusiste tus manos alrededor de su cuello y él se fue acercando - pronto alzo la voz-- ¡Juro que en ese momento te iba a dar un enorme beso! ¡pero... - se detuvo.
-- ¿¡Pero qué!? – le dije un poco exaltado y mi corazón estaba igual.
-- Pero ... el tonto de Jimin, un amigo de mi hermano o no sé - especificó--, tropezó con los cables del sonido haciendo un estruendo, se espantaron y se separaron– dijo rápidamente–. Quita ese entrecejo o te saldrá una arruga. – me dijo sobando mi frente.
-- ¿Y después que paso? – dije curioso.
-- Llegó Jungkook y te llevó cargando como saco de papas en sus hombros. – rio, pero se detuvo - ¡Mierda!, tengo que ir a clases o me dejaran afuera! – me avisó– Ya estas cerca de tu salón. ¡te veo en un rato! – su voz se fue alejando.
Yo me quede parado analizando solo un poco de lo que me había contado, llevé mis dedos hasta mis labios algo resecos e inevitablemente sonreí.
--Estas muy cerca de llegar... - me avisaron desde lejos – Pero entiendo si no quieres entrar.
-- Yo...
-- Te ves destruido – me dijo interrumpiendo –. Antes de que me digas algo más y tu cabeza explote; yo te he traído esto – tomó mi mano y dejó algo ahí mismo--. Espero que hayas desayunado algo, para que no la tomes sin nada en el estómago o te causara nauseas. – me dijo rápido.
-- Gracias Hoseok, pero ¿Qué es? – le pregunté.
-- Un rico y delicioso Paracetamol. – me respondió, él tomo mi muñeca y comenzamos a caminar. – Eso disminuirá tu dolor de cabeza y también traje un rico suero de manzana.
-- Gracias, no te hubieras molestado. – él no me respondió.
Dejándome guiar por los pasillos del aula, escuché que pronto los murmullos se hicieron presentes.
-- Veo que si encontraron tu bastón. Ayer un alfa te llevó en sus hombros y ya no me dio tiempo de que lo buscara.
-- Qué vergüenza. – le dije. – No puede ser que me sacaran así.
-- Nada de eso. Ha sido lo más comportable que he visto; por el momento no recuerdo una, pero no tienes que avergonzarte. – sus palabras me hacían sonreír sin ninguna preocupación.
-- ¡Buenos días chicos! – la voz de la maestra nos interrumpió, pero deje de poner atención.
-- Todos están destruidos – me susurró –. Bueno no todos, pero si la mayoría-- ¿Cómo fue que se despertaron?
-- Ni idea, yo tampoco sé cómo es que sigo aquí. – dije bromeando.
-- Deberías de decirle a tu amigo que no haga reuniones en inicio de semana. –
-- Se lo diré.
-- ¡Min, Jung! – nos llamaron - ¿Tienen algo que compartir en clase?
Rasqué mi cabeza espantado.
-- No. Una disculpa profesora. – habló Hoseok.
Me acomode por ultimo en mi asiento, traté de poner atención a lo mencionado, pero la respiración de Hoseok pegando a mi oído no me dejó por un momento.
-- Tienes uno labios muy resecos, no los muerdas más. – me dijo en un bajo susurro. Yo apreté mis puños nerviosos.
Holi.
ALICIELITO.
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