. Capítulo 1 .


Solo es cuestión de concentración. Únicamente concentración.

Trece, catorce, quince...

 Vuelta a la derecha.

 Tendría que llegar más rápido, antes de que el pasillo se abarrote de personas.

El poco bullicio me hacía entender que, solo algunas personas estaba cerca de mí o pasaban apresurados entre los pasillos. Tragué saliva con nervios, dado a que aún no sabía ubicarme y los aromas me contrariaban.

<<Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve...>>

Daba gracias a mi hábil lobo que siempre me procuraba para permitirme hacer un poco mas accesible mi entorno. 

La brusquedad del golpe hizo que soltara mi bastón y el sonido solido del metal resonó por todos lados, llevé mi mano a mi hombro del cual había sido empujado. 

Me agaché de inmediato y mis palmas palparon el frío piso queriendo buscar el bastón, pero mí nariz se agudizó al percibir un aroma.

- ¡Muévete estorbo! ¡Por tu culpa llegaré tarde a clases! —La voz de un hombre, bramó inconforme. 

- No te estoy deteniendo para que te vayas. —Mi respuesta esperaba que fuera tomada con lógica. 

Pero no podría evitar que me expresara con sarna, porque era un hecho y lo que menos quería eran problemas. Aunque deseara defenderme, era mas que evidente que yo sería el perdedor. 

- Personas como tú, deberían estar lejos de las personas normales. —Él atacó y habló buscando tal vez ofenderme. 

Sin embargo, mi risa quiso salir, pero estaba seguro de que si me reía esto podría empeorar, es mejor solo ignorar; de todas manera he aprendido a lidiar con personas altaneras durante toda mi vida. 

Rechazo. 

La siguiente palabra de una lista que congeniaba a mi descripción física y personal. 

Los aromas dejaron de lado el enfoque que mi omega le estaba dando al alfa. Por un momento  las voces, los aromas y los susurros, no se desvanecían, tal vez algunos estuvieran viendo el desacuerdo que tenía con esta persona.

- ¿Acaso me estas dando la espalda? —preguntó con tono ofendido. 

Me pregunto si su mente puede lograr procesar mi condición y la situación de que me encontraba mas ocupado queriendo buscar mi bastón. 

-Eso depende de donde te encuentres, amigo. – le dediqué una sonrisa. Solo esperaba que no fuera la burla que me delatara. 

-No me digas "amigo". – su voz sonó un poco mas furiosa.

Que buen día para empezar con una persona que tengo un mal carácter.  Es todo alfa malhumorado. 

-Deberías ir a clases en vez de perder el tiempo conmigo – le dije-. Anda. - lo animé.

- Tonto ciego. - insultó.

Algunas risas a mi alrededor sonaron, así como los pasos alejándose y eso marcaban el final del encuentro. Bueno ahora sabía de donde venían los olores suspendidos.

¿Por qué no me sorprende el hecho de mi neutralidad antes las burlas?

- ¿Alguien, podría pasarme mi bastón? – pregunté. 

Pero fácilmente fui ignorado y de eso estaba seguro.

Esto era más común de lo que pensé que me pasaría. Apenas habían pasado dos largas y pesadas semanas, en donde lo único que había recibido era una gran muralla de insultos, rechazo y demasiadas críticas  escondidas en ser constructivas tratándose de lo estorboso que era.

Durante toda mi vida me habían preparado para ser una persona independiente, teniendo que aprender escritura, lectura o como decía mi maestra:

"Te prepararé para que te hagas cargo de tu extraordinaria vida, en donde crecerás con la importancia de lo que eres, y realices tus metas explícitas y manifiestes las competencias de destrezas y habilidades en cuestión de toda tu vida. Yo te daré tu independencia."

Pero dado a el caso de que ahora estaba gateando para buscar mi bastón -que por  cierto-, escuché que había sido pateado y acompañado por algunas risas-, risas que estaba seguro de que les pertenecían a los bromistas de pocos escrúpulos que olfateaba.

-¡Escucha bien, gatito~! ¡Es por aquí~!

Los canturreos solo provocaban mi humillación, pero no le tomaba importancia y solo prefería escuchar como mi bastón lo golpeaban contra el piso, y  aunque fuera vergonzoso, tendría que ir detrás el.

Creo que no podría darle tanto crédito a mi maestra con respecto a sus enseñanzas heroicas y llenas de un profundo valor en orgullo.

Valor que se me había impuesto y crecer con el. Pero en la realidad que fácil era ser una presa en un mundo intolerante.

Las pisadas a mi alrededor y los roces me hicieron darme cuenta que el pasillo ya estaba abarrotado.

-Anda gatito, solo ven por el. No estás tan lejos.

Me exalté cuando, un golpe no tan fuerte con la punta de mi bastón fue dado en mi trasero.

—¿Podrías devolverlo? — resignado, tuve que pedírselo.

La dureza de la punta de mi bastón, pasó por mi espalda y mis vellos se crisparon ante las cosquillas inocentes de mi espalda.

—Que curioso, pensé que no sabías hablar. —habló burlón.

Su olor estaba tan cerca de mí, que mis sentidos se alarmaron cuando su respirar se escuchaba aún más cerca.

Es un Alfa, su olor era penetrante, así como alarmante.
Dos fríos dedos se posaron en mi mentón e hicieron que poco a poco levantará mi cara.

— Que pena que un omega así de bonito sea tan defectuoso.

Defectuoso

— Por favor. ¿Podrías devolver mi bastón? —Ignoré su cometario, pues a mi solo me importaba que me diera mi bastón.

Nunca bajé la cara. Sus dedos se recorrieron y pude sentir como acariciaba mi mejilla.

- Ya te lo dije: ven por el. - su voz fue baja y solo para mí. 

Acomodó un mechón de cabello detrás de mi oreja.

- ¡Devuelve eso ahora mismo, Kim Namjoon!

Volteé para dónde se escuchó aquel mandato.

-Cariñito, pero nosotros solo tratábamos de ayudarlo. - dijo el alfa.

-¡Si no supiera que eres  un animal al igual que tus amigos, no estuviera exigiendo que pares!

Mi hombro fue tocado para después tocar mi antebrazo.

-Párate corazón, no tienes nada que hacer ahí.

-Pero...

-Nada de peros. Ven levántate. – me ayudó a parame. - ¡Ahora deja de ser un imbécil y dale el bastón, Namjoon!

-Está bien, ya voy mi lindura.

El aroma del alfa fue cayendo cuando el aroma a cidra fue más cercano. 

- ¡Y no me digas lindura, alfa estúpido!

El omega que me estaba ayudando me hizo empuñar el bastón.

-Deberían de estar avergonzados, bola de animales. Ahora largo de aquí.

La voz del omega dejó de ser alta, pero nunca quitó la seriedad.

- ¡Nos vemos luego!- fue lo último que escuché del alfa.

- Muchas gracias. – dije en cuanto los olores fuertes se alejaron.

- No tienes nada que agradecer corazón. Solo ten cuidado, en esta escuela abundan las personas idiotas – no sabría si él me estaba sonriendo, pero yo le dedique una cuando  comenzamos a caminar. –. Pero si eres todo un pastelito. Ahora dime ¿adonde te dirigías?

-A la biblioteca, ahí me vería con mi hermano.

-¿Tienes un hermano?

-Sí, es mayor que yo.

-¿Y cómo se llama?. Tal vez lo conozca.

-Min Jungkook.

Su agarre se tensó, apretando el torso de mi mano. A parte del incomodo silencio que de pronto se hizo presente.

- ¿Pasa algo? – No pude evitar preguntar.

-¿Cómo es que eres hermano de ese alfa?

-Bueno... - titubeé. – Como explicarlo... – le sonreí. 

- Perdona por mi pregunta tonta. 

-¿Lo conoces? 

- La pregunta es: ¿Quién no lo conoce? - dijo- Es un alfa conocido.

Estaba tan metido en la plática que me había sorprendido el grito cerca de nosotros. El aroma a romero me hizo sonreír.

-¡Yoongi!

-¡Oh, Jungkook! ¿siempre tienes que aparecer de la nada? – traté de calmar mi voz. -. Un día de estos me mataras de un infarto.

Llevé mi mano directo a mi pecho, el omega que me sostenía del brazo me dejó de sostener de poco a poco.

- Te estuve buscando por toda la biblioteca, pensé que ya estabas en clase. También te estuve marcado a tu celular, Yoongi.

- Perdona Jungkookie, no fue mi intención que te preocuparas por mí, es solo que tuve unos inconvenientes en el pasillo, pero gracias a la ayuda de ... - me detuve al no saber su nombre - Por cierto... ¿Cuál es tu nombre?

-Taehyung.

-Taehyung.

Tanto como el omega y mi hermano hablaron al unísono. El ambiente se tensó y el silencio solo duró unos segundos hasta que el carraspeo por parte del omega rompió el silencio.

-Soy Kim Taehyung y estudio en la facultad de Derecho. Mucho gusto ¿y tú eres?

Por alguna extraña razón, aquel nombre  me parecía familiar, pero todo podría ser una coincidencia.

- Yoongi... Min Yoongi y estudio en la facultad de Psicología. - me presenté y solo dejé mi mano suspendida en espera de que me correspondieran el saludo, el cual no tardo. 

-¡Tu facultad queda justo a un lado de la mía! ¡Podremos ir a almorzar...

-Estoy seguro que Yoongi no podría ir a la cafetería. – la voz de Jungkook resonó, interrumpiendo de repente, su olor era cada vez más fuerte.

-¿Qué?, ¿por qué no?- pregunté.

Si no fuera por mi instinto, no estaría tan seguro  de que existiera un mínimo pasado entre ellos, hasta el punto de hacer un ambiente así de pesado.

-No le hagas caso Yoongi, estoy seguro de que nos volveremos a encontrar.

- Si como sea, Yoongi vámonos. - Jungkook trató de cortar toda platica.

-Pero Jungkookie, yo quería pedirte si ...

-Solo vámonos, me lo pides en el camino.

-Está bien - me resigné -. Adiós Kim...

-Solo dime Tae, Yoongi. – me pidió. – Cuídate quieres, estaré pasando por tus pasillos para encontrarte, ¿ok?

-Está bien. Y una vez más, muchas gracias Tae – le sonreí.

-No hay de que.

Los pasos alejándose, fueron la señal de que el omega se había alejado.

-Es muy amable ¿Por qué no te despediste de él? – Le pregunté.

El suspiro de Jungkook a penas si fue sonoro, pero sabía que solo suspiraba cuando no le agradaba o se sentía intimidado. Empezamos a caminar mientras Jungkook se enganchaba en mí.

- No te dejes engañar, él es muy engreído y egoísta. – me respondió.

- Siento que te equivocas Jungkook. Puedo sentir que es una persona amable, cuéntame ¿Cómo es? tanta amabilidad debe tener un rostro lindo.

- Lo que tiene de belleza, lo tiene de egoísta. Ya te lo dije Yoongi, así que deja de insistir, es mejor que te alejes de él. Es una pérdida de tiempo enredarse con él.

- Si no te conociera, diría que solo has visto acciones superficiales por parte de él, pero hasta acá puedo percibir el resentimiento. ¿Te hizo algo?

-No, Yoongi solo aléjate. ¿Puedes?

No respondí, yo nunca rechazaría a una persona que no conozco y no tendría alguna razón para hacerlo. Me era muy difícil simplemente hacer lo que todos hacían conmigo.

-¿No lo harás, verdad?

-Ya me conoces.

Hola 👋

Espero que estén muy bien.

Alicielito.

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