Cuando llegamos a mí casa, donde había mayor privacidad, me lancé sobre él para abrazarlo y cuando me devolvió el gesto, le di una patada en las bolas y me eché para atrás, Slash gimió de dolor y cruzó los brazos.

- ¿Es en serio, William? Creí que ya habías madurad...

Y le robé un besito, se puso tan rojo que tuvo que taparse la cara con las manos porque el pelo no era suficiente, reí un poco.

- Hombre, ¿sabes el puto miedo que da ser un marica en un mundo en que todos creen que tienes SIDA? Aparte, ya sabes, este... traumas... -susurré refiriéndome a un hecho del pasado que me hizo crecer como un homófobo de primera- de la infancia...

- ¿Y quién dijo que debemos ser una pareja de manera pública? -Saul seguía de brazos cruzados, muy molesto- Sabes que te quiero mucho y que pensé en eso desde el primer momento, emm... ¿Por qué crees que las cartas no sufrían interferencia? ¡Para que nadie más se enterara! No sólo cuidé mi reputación, sino, la tuya... ¿Y qué coño tiene que ver tu "trauma" ahora? Yo te haré daño, sabes que cuando prometo algo, es así.

- Este, Saul... sabes que... sabes que me pongo algo sensible y no me gust... -sin darme cuenta, me envolvió con ambos brazos y besó mi frente, mis mejillas se pusieron tan rojas como mi pelo, vaya...

- No me he arriesgado todo este rato por nada, ¿sabes? -suspiró- Debes dejar de pensar y cagarte la cabeza con lo que los demás piensan, tienes millones, fama y lo que miles de personas desearían tener. ¿Qué más da si unos idiotas te tienen rabia porque prefieras mi serpiente a la papaya de cualquier mina, eh?

- Es que... nosotros... ¡ya no somos amigos! ¿Recuerdas?

- Entonces, regresaré a la banda y podremos pasar tiempo juntos sin que nadie nos vea mal. Después de la gira con Michael Jacks...

- ¡Slash!

- Mira, que te traeré un recuerdo de los países que visite, un ramo de flores, un vinito, una caja de condones que nos gastaremos apenas regrese, unos chocolates y una nueva falda escocesa. ¿Feliz, señorita Rous?

- ¿Y crees que la cosa es así de fác...?

Se acercó a mí, creí que me daría un beso así que cerré los ojos, iluso... Me dio un golpe en las bolas, genial... Lo fulminé con la mirada.

- Te lo debía -rió-. ¿Crees que es difícil? Aún no tienes un reemplazo oficial, por tanto, despedir a ese tonto de ahí será pan comido. Los fans se emocionarán y eso. Todos felices.

- Entonces... ¿seremos una pareja cuando vuelvas de tu gira con el pedófilo ese? -alcé una ceja.

- Como quieras, princesita -guiñó y rodé los ojos.

Finalmente, nos abrazamos a modo de reconciliación. Ya todo se había solucionado.