01|"Nos conocimos en la amnesia"

17/08/2013
Abel Lavanda

En un instituto primario se encontraba un jovencito de sexto de primaria, estando en su último año de ese nivel, estaba aislado de sus demás compañeros de clase como docentes, mirando a la nada tratando de asimilar lo que hace un día en su residencia paso.

Para vista de las demás personas era un niño imprudente, antisocial y invisible pero a cierta manera daba lástima el como era apartado del grupo y recibiendo alguno que otros empujones o en casos críticos golpes por los de secundaria sin embargo hace tres años, había alguien junto a él que siempre se le veían juntos pero al parecer no duro mucho por que regreso a lo mismo.

De tanto pensar no escucho que su maestro lo llamaba repetidas veces.

-Joven Lavanda .... ¡JOVEN LAVANDA!. -El maestro de educación física se encontraba parado frente a él.

-Ah!, ¿si maestro?. -Expreso con un semblante totalmente serio.

-No me escucho joven Lavanda, es su turno, cinco vueltas ¡Rápido!.

-Si, voy...-Se dirigió junto con su grupo de compañeros a posicionarse.

-1...2...3, ¡Vamos!.-Exclamo el maestro encargado del curso.

Mientras corría seguía pensando, sus cabellos ondulados siendo acto de movimientos suaves causadas por la agradable y tranquila brisa, ya había pasado la primera vuelta el estaba entre los últimos, sus prendas impregnadas levemente de su olor corporal, entre la segunda vuelta sus ojos oscuros le permitieron ver a un joven como más o menos de su edad, su rostro volteó sutilmente a una dirección distrayendose del entorno congelando todo y solo dejando los a ellos en un mismo momento y presente, lo miro con intriga, algo tenía aquel joven que no le dejaba en paz era como algo inexplicable, ya en la tercera vuelta volvió a mirar pero esta vez el contrario también volteó, haciendo que sus miradas se entrecambiaran regalándole las miradas más profundas como si con solo ese tacto de rozes de miradas se adentraran a P-aHia, un lugar jamas antes visto con aguas lila intenso, un cielo azul zafiro cubierto por pocas nubes amarillas que daban un gusto maravilloso como algodón de azúcar, con brillos anaranjados como si un hechizo se trataría, cubriendo el pasto de un color azabache que daban un contraste increíble, donde existe la magia del sentir la cual ellos dos inconscientemente lo acababan de crear.

Sintió una corriente eléctrica en todo el cuerpo, una punzada en el corazón y una pequeña escena donde miraba a esos mismos ojos color zafiro, sin embargo el aseguraba jamás haberlos visto antes en su vida, ante tal impulso sintió sus piernas debilitarse haciendo que este cayera directamente en el suelo impactando fuertemente contra el suelo y sus compañeros solo lo mirase eh irse evitandolo, alguno que otro dándole unas patadas haciendo que emita algunos quejidos, el maestro encargado del curso se acerca fastidiado por aquel joven.

-Joven Lavanda por favor deje de estar estorbando a sus compañeros estando en el suelo y levántese. -El joven Lavanda solo se levantó sin mirar a su maestro y se dirigió a los baños de su escuela.

-¿Quien rayos era ese tipo?.- dijo entre molesto y con intriga por lo que procedio a lavarse y curar sus heridas.

En eso mira sus brazos que están con vendas que el mismo se las puso, desde hace mucho y no se las quita por que le daba repulsión el solo dejar sus brazos expuestos a la vista de todos, solo se las llega a quitar al momento de dormir y ducharse, se queda un buen rato mirando sus vendajes en eso se las apartar un poco donde se puede apreciar esas desagradables marcas que nunca le agrado sin saber el motivo solo le disgustaba, en eso las toca con su mano y viene repentinamente otro recuerdo nublado en su vista, un recuerdo donde se persive a un señor adulto mirándolo expulsando chorros de sangre refiriéndose a él como...

-"Cachorro".

En eso sintió su cabeza doler, todo su cuerpo temblar con cosquilleo por todo su cuerpo que por cierto modo le daba repugnancia y miedo, se desploma en el suelo del baño donde se hace bolita y empieza a llorar llegando a faltar a todas las clases que seguian hasta la hora de salida a lo que se levanta del lugar y se lava, luego sale con el fin de ir a su salón y agarrar sus pertenencias e irse a su hogar.

En el camino su celular vibra haciéndolo salir de sus pensamientos totalmente, cuando abrió el mensaje era de un "Amigo" que le mando un mensaje dejándolo perplejo.

"Hola Abel, disculpa por lo de ayer no estaba pensando en lo que hacía ni decía, espero un día me perdones... te aviso que me iré al extranjero y no volveré por al menos cinco años por asuntos con mi familia... te extrañaré muchísimo prometo volver y espero tener tu respuesta aunque por tu forma de reaccionar esta más que claro creo.... y no me rendire y vendré, te cuidas ... Bey bey mi ... luz de vida."

Sin ninguna razón, pequeñas lagrimas traidoras rodearon sus mejillas no sabía el por qué, solo ese día estaba pasando de mal en peor, llego como podia a su casa mansión.

-Buenas tardes joven amo bienvenido. -Dijieron al unísono las dos sirvientas del Lavanda.

-Buenas tardes señorita Anette y señorita Babette.-Sin mirarlas se dirijio directamente a su habitación encerrándose y haciéndose bolita y no salir de hay por al menos ese día.

17/08/2013
Laric Durand


Un avión que se dirigía hacia su país del cual un joven una vez nació y vivió, aquel joven estaba junto a un señor mayor el cual es su padre.

-Hijo no quiero que ocaciones problemas con los demás jóvenes de tu edad, por algo te eh traído de vuelta aquí, ¿Entendido Laric?. -Lo último lo dijo mirando fijamente a su hijo.

-Si padre... oye padre te puedo preguntar algo.- Dijo desanimado y con nervios.

-Si, dime.- Dijo mirando a su hijo que se estaba desplomándose en su asiento.

-Este lugar.... me da miedo por alguna razón, ¿Por casualidad hay algo que no recuerde?.-Dijo mientras se aferraba un poco a su padre.

-...-En este momento se tensó, estaba incluso más nervioso que su hijo.

-¿Padre?.-Pregunto al ver ninguna respuesta por parte de su padre.

-No ... todo esta bien.-Dijo mientras le regalaba una sonrisa fingida.

-Entiendo.-Dijo haciéndose bolita en el asiento.

Al llegar al aeropuerto bajaron y ambos padre eh hijo se dirigieron directamente a un departamento donde el niño se vistió para ir a su primer día de clases en aquella escuela, aquel instituto estaba a unas cuadras de su departamento a si que solo se alistó y salió en camino a su nueva escuela, antes de ingresar vio una niña sentada en una esquina del instituto al parecer no quería ingresar a lo que solo el joven se acercó y la miró a los ojos tomándola de la mano.

-Hola ¿Por que no quieres entrar?, ¿Te sientes bien?.-Miro como la contraria se sonrojaba mirándolo, lo que hizo que se incomodara y la soltara rápidamente.

-Es que mi hermana mayor no vino conmigo y me siento sola...-Dijo mientras se tapaba el rostro.

-Ohh.. entiendo, ven te acompaño hasta tu clase, soy nuevo en este instituto me llamo Laric.-dijo mientras le hacía una seña para que la contraria la siguiera.

-Gracias... yo me llamo Clemence.-Dijo siguiéndolo.

-Ok, vamos...-Dijo un poco angustiado de cierta manera no le agradaba ser muy social y le incomodaba más al ser nuevo en un país que raramente le daba escalofríos.

Ya estando en sus clases comenzando un nuevo nivel, estaba en primer año de secundaria.

Le aburría un poco las clases no era la cosa que más le gustaba hacer en específico, estaba distraído mirando la ventana que se reflejaba al patio de la escuela donde los estudiantes realizan sus clases de educación física, al ver lo grande que era le brillaron sus ojitos color zafiro le encantaba el deporte siempre acudía a ello para escapar de la aburrida realidad, miraba como los jóvenes del último año del nivel primario realizan sus deportes pero visualizo a un niño apartado del resto de sus compañeros, le quedo mirando fijamente, le causaba mucha intriga.

Tanto fue su intriga que pidió permiso al maestro del curso de matemática a poder ir a los baño, lo cual le fue concedido, corrió sin que ningún maestro lo viese hasta aquel lugar y se dirigio donde ese niño estaba sentado hace un momento pero no estaba hay, giro su cabeza tratando de ubicarlo, cuando lo encontró intercambiaron miradas, aquellos ojos negros y pequeños colores resaltantes de sus ojos daba ingreso a un mundo increíble llamado P-aHia un mundo donde se sentía seguro y en compañía admirando su creación como al son del viento un cielo que hacia reflejar y apreciar sus colores algo que lo hizo dar necesidad de protegerlo aunque no estaba seguro que paso ante esos segundos.

Un escalofrío recorrió todo su cuerpo y sus manos y piernas empezaron a temblar, un recuerdo fugaz paso por su mente, esos ojos oscuros y fríos hay estaban hay, ya los había visto antes pero no sabía dónde y juraba no haberlos visto antes en su vida, todo se esfumó cuando vio al contrario caer y como los demás lo evitaban ayudarlo y algunos lo pateaban, eso le desagradó de alguna manera no permitiría tal acción, estaba acercándose para poder ayudarlo y encarar a esos niños molestosos pero el maestro encargado de ese grupo lo detuvo.

-Oye jovencito no te acerques yo iré por el, si quieres ayudarlo lo más que puedes hacer es traerle agua y pañitos.-Dijo mirando con intriga a ese joven, ya que era la primera vez que alguien que no fuera algún niño que siempre esperaba al joven Lavanda, se acercaba para poder ayudarlo.

-P-pero... ahh! Bien.- Se dirigio a una farmacia cercana, compro lo necesario.

Cuando regresó ya había acabado aquella clase solo se encontraba aquel maestro y le preguntó por el niño a lo que el maestro solo le dijo que no volvió a venir, ante esa respuesta se desanimó, realmente quería hablar con el y saber más, el por qué de esos recuerdos.

Se dirijio a su aula, donde su maestro lo regañó por llegar tarde lo cual no lo tomo ni la mínima atención, guardo lo comprado en su mochila y espero a que terminaran sus clases para ver si encontraba a ese niño.

Acabando sus clases busco un poco a ese niño pero no lo encontró a lo que solo se dirigio a su departamento, al llegar se encontro con comida en la mesa y una nota.

"Hijo no volveré hasta más noche, duerme y cuidate por favor, buenas noches"

El solo miro el papel algo triste por que siempre era igual, nunca pasaba tiempo con su padre desde que tiene memoria.

Comio su comida, se cambió y se tiró a la cama recordando a ese niño sin dejar de pensarlo, ¿Dondo vio aquellos ojos azabache?.

18/08/2013

Ambos jóvenes se levantaron con el peor ánimo del mundo recordando el día anterior y sin respuestas, caminaban y hacían las cosas inconscientemente llegando asi hasta la entrada de la escuela.

Abel Lavanda estaba por ingresar a su escuela cuando una niña un año mayor que él se paró en frente de él y lo empezó a golpear, la chica al parecer tenía más fuerza que el común de chicas de su edad, o tal vez era por que... ¿Él era muy débil?.

-Alejate de "Larice" ¿¡Entendido!?.-Por último lo escupió.

-Bien...-Era lo único que dijo.

A pesar de no saber quién era ese tipo o tipa llamado "Larice", sabía muy bien que si seguía hablando le hiba a ir mucho peor de lo que ya estaba, eso lo aprendió durante todos esos años sometido al mismo trato.

Laric Durand estaba por ingresar hacia su escuela cuando recordó que no cambió de horario y trajo los mismos cuadernos que el día anterior, se frustró no podía seguir mal su día, luego pensó que se había olvidado alistar sus cosas por solo pensar en aquel niño de ojos profundos, de un momento a otro se sonrojo levemente.

-Rayos que me pasa paresco un idiota enamorado obsesionado con un mocos...-dejo de hablar cuando se chocó con alguien que hizo olvidarse todo lo que estaba pensando hace un momento tan prondo cuando lo reconoció.

El Lavanda después de ser golpeado por una chica se trató de sacar el polvo y se estaba parando cuando en un intento fallido volvió a caer al suelo soltando un quejido del dolor corporal, cuando llevó la mirada se quedo estático al ver quién era el que ocasionó su fallido intento.

Laric al ver quién era se sonrojo ferozmente por decir tales cosas delante de ese "Mocoso" que le había hecho olvidarse de alistar sus cosas por pensar en ¿Él?.

-H-hola... ¿Te encuentras bien?.-Se agacho para quedar a la misma estatura que el contrario.

-Me tengo que ir... -Desbio su mirada y se levanto rápido para irse al baño a limpiarse.

-¡ESPERA!.-Grito con todas sus fuerzas haciendo frenarlo y atrayendo todas las miradas de las demás personas.

En ese momento Abel tomó su mano del contrario y lo jalo hacia otra dirección, donde no haya más gente observando los a ellos dos haciendo un espectáculo.

-Que quieres.-Dijo firmemente el Lavanda.

-Este.. yo ... yo. -¿Como iba a decir a un extraño que lo conocía sin siquiera el mismo poder confirmarlo?.

-Habla tengo prisa.-Sus ojos estaban puesto fijamente en los del ojos color zafiro.

-Yo... ¡Te puedo ayudar a curarte, tengo venditas y pañuelos!.-Por un momento se salvó.

Agradeció mil veces el poder olvidarse de alistar para traer lo antes comprado, por que sinceramente esa mirada lo mataba el alma directamente.

-Como quieras ... oye tu se me haces conocido, dime la verdad, quien eres y por que me estabas viendo en mi hora de deporte.-Lo dijo directamente sin pelos en la lengua.

-Ah.. este... yo jeje ... también se me hacias conocido y me acerqué.-Estaba muy nervioso, como es posible que lo dijera directamente ¿Acaso no tenía vergüenza?.

-Bueno, ya no me importa... ¿me vas a curar o no?.-Lo dijo desviando su mirada del ojiazul.

Laric lo miro, era muy tierno para este mundo cruel, no soporto más eh involuntariamente se lanzó a abrazar a esa ternurita.

-O-oye qu-que haces, ¡Sueltame!.-dijo tratando de quitárselo de encima con las pocas fuerzas que tenía.

-Ah.. perdón, disculpa es que ... ¡ay! .. nada ... -Dijo dándose la vuelta para que el contrario no lo viera sonrojado.

-Ya.- Solto sin más.

-¿Eh?, bueno te voy a curar.-Le impresionaba bastante lo frío y directo que puede llegar a ser el contrario.

-¿Ahora por que me miras?.-Dijo tratando de no hablar mucho con ese tipo desconocido.

-Una pregunta... ¿Porque estás todo golpeado?.-Por alguna razón le desagrada verlo en ese estado.

-Por nada...-Dijo sin mirarlo, no quería decir que fue golpeado por una chica, podia soportar que lo vieran golpeado pero nunca caería tan bajo para decir que lo golpeó una niña.

-No creo que te hayan golpeado por gusto .... ¿Como te llamas?.-No quería seguir con el tema por que penso que tal vez son cosas que no quería contar y tampoco quería obligarlo a dar explicaciones.

-Abel Lavanda y tu sujeto raro.-dijo sin más.

-Oh.. me llamo Laric Durand y no soy raro.-Dijo sin más, pero le vino un recuerdo que tenía aquel nombre del chico escrito en un papel y que siempre lo tuvo sin ninguna razón, tal vez se llegaron a conocer hace mucho.

-Abel Lavanda...-pensó.

-Bien.-Dijo frío.

-En serio, eres muy directo y frio.-dijo un poco molesto por la actitud del contrario, le inquietaba que no quisiera seguir la comversasion.

-Entonces vete, no necesito a nadie que esté a mi lado.-dijo ofendido, el solo no quería involucrarlo en sus asuntos.

-Hey! Ya, ven no lo dije en serio me caes bien, seamos amigos, ¿Quieres?.-Quería saber más de esa persona que lo hacía sentir diferente en serio.

-Como quieras.-Dijo mirándolo cerrando uno de sus ojos ya que el contrario estaba limpiando su mejilla.

Laric al verlo haci no evito soltar una sonrisa se sentía tan bien platicar con ese mocoso imprudente.

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