CAPÍTULO 2.
Y de pronto, me dominó la calma y me quedé sonriendo al brillo de la muerte, como un niño con una chuchería nueva.
Edgar Allan Poe.
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Recolectar insectos no era algo que a Taemin le emocionara. Sólo que se trataba de una actividad escolar para la materia de Biología. El jardín de su casa no estaba siendo de gran ayuda, sí se tomaba en cuenta que el día anterior fue fumigado. Él podría poner como pretexto eso y no entregar el aburrido proyecto. Pero su profesor, el señor Song, fue tajante al decirles a los alumnos que ese trabajo en específico les otorgaría puntos para la calificación final.
Ciertamente, él no los necesitaba; era un estudiante de alto nivel. Siempre se podía ver el retrato y su nombre en el área de honor escolar. Solamente que en esta ocasión quería fastidiarle la oportunidad al idiota de Cho Kyuhyun, otro cerebrito. Así que se decidió a sorprender a todos los demás con un excelente trabajo. Se dirigió al parque central Hangang. Ese era un lugar perfecto para encontrar una gran variedad de bichos raros.
Ahora que había elegido hacerlo en forma, su vestimenta y utensilios parecían más de un entomólogo profesional que de un simple alumno de escuela primaria. Pidió por internet su gran equipo de primera calidad. Los Lee jamás escatimaban en gastos, y menos tratándose de su educación. Y no importaba si el chiquillo tenía solo 14 años; el dinero era para eso, para satisfacer las necesidades solicitadas.
—Tae, ya tenemos los insectos suficientes; como siempre, serás el mejor. Seguro que nadie más llevará de estos, —Minki, quien seguía siendo su incondicional, mencionó aquellas palabras mientras señalaba uno de los recipientes.
—El idiota de Cho limpiará tu trasero con su derrota.
—Eso ni lo dudes, Minki —Taemin aseveró poniendo una cara de total autosuficiencia.
La amplia sonrisa que iluminaba su rostro, al sentirse desde ya el triunfador, se desdibujó de pronto. Sus hermosos ojos avellanos se abrieron enormemente; la impresión de encontrarse de frente con la persona que él creyó jamás volver a ver le formó un agudo dolor en el estómago. Luego, un frío recorrió su menudo cuerpo, sintiendo un escozor en el cráneo, y finalmente, sus manos sudaron.
Taemin deseaba correr y así poder escapar de ese momento que le estaba ocasionando estragos en todo su ser. Esa mujer era el demonio mismo, solo que como siempre había sido, iba por el mundo como si nada, con una piel de amabilidad y decencia que estaba lejos de poseer. Pero él conocía su verdadera alma; esa maldita bruja estaba ahí, cuidando a una pequeña niña. Una inocente criatura que debía tener unos seis años aproximadamente, la misma edad que él cuando esa desgraciada arpía lo hizo sufrir tantas veces.
FLASHBACK:
—¡Nooo... Nooo! ¡Por favor, señorita Bae, no me encierre aquí! ¡Está muy oscuro! ¡Prometo portarme bien!
El pequeño Taemin imploraba compasión mientras era arrastrado escaleras abajo; el sótano de la mansión era su destino final. Su nana siempre lo llevaba allí para castigarlo por sus travesuras, que en aquel entonces eran simples e inocentes, dignas de su edad. El lugar lleno de humedad y trebejos causaba terror en el niño.
—Cállate, chiquillo endemoniado; a mí no me engañas. Tus fechorías son dictadas por un ser maligno que mora dentro de ti. Tu familia vive ignorante, pero yo no pienso permitir que sigas cometiendo más perversidades."
La mujer finalmente lo amarró, como siempre, en uno de los rincones, pero en esa ocasión fue más allá. Ella se encontraba totalmente desquiciada. Las pupilas de sus ojos estaban inyectadas de sangre. Prendió una veladora y pasó por encima del fuego un crucifijo que colgaba alrededor de su cuello, cometiendo una de las peores barbaridades. Marcó uno de los delgados muslos, como si de una res se tratara.
El grito de dolor del niño fue espeluznante. "¡AGGGGHHHHH!"
El olor a carne quemada invadió las fosas nasales de ambos. —Grita, pequeño bastardo; nadie podrá escucharte. Todos los empleados tomaron el día. —Eso fue lo último que Taemin logró escuchar antes de caer desmayado por tan retorcido castigo.
FIN DEL FLASHBACK.
Ahora mismo, ella lo miró, pero no lo reconoció. Estaba más interesada en corregir a la niña que cuidaba.
—Hanna, deja de tocar todo a tu paso. Cuando lleguemos a casa, te lavaré las manos con lejía.
—¡Nooo, mis dedos se queman con eso!
—Entonces obedece, o lo haré. Tu madre debería pagarme más por cuidarte, eres una chamaca rebelde.
—Y eso fue una confirmación extra de que se trataba de la misma mujer que le hizo mal en el pasado.
Taemin recogió todas sus cosas y con una señal, le indicó a Minki que lo siguiera. Irían unos pasos detrás de la mujer y la niña. Necesitaba saber su destino final. No caminaron mucho; el edificio de departamentos se encontraba cerca del parque. En la entrada había un vigilante, y entendió que no podrían acceder, pero por hoy eso era suficiente. Ya regresarían después.
Taemin estuvo siguiendo pacientemente a la maldita enferma, hasta que ella finalmente fue a su casa. Supo que lo hacía una vez a la semana. Vivía en un barrio marginal, en las afueras de Seúl. Y lo más interesante es que a los demás pobladores parecía no importarles en lo más mínimo esa mujer. Estando allí, se pudo dar cuenta de que Bae no tenía a nadie. Así que logró ingresar a la paupérrima vivienda sin ningún problema. En el interior, ella tenía una especie de altar, con una gran cantidad de crucifijos; era una fanática religiosa. Cuando el chiquillo vio eso, de inmediato supo lo que haría para castigar a la niñera.
Citó a Minki en su casa, cuidando que nadie los viese. No quería que los escucharan haciendo planes, sobre todo Key, quien no soportaba a su amigo.
—¿Ya tienes todo, Minki? —Sí, ya tengo todo lo que me encargaste.
—Perfecto. Bae sabrá que existe el infierno. Ella será la invitada especial para conocerlo. Sus pecados serán cenizas cuando arda en la hoguera del infierno.
—¿Tae me dejarás hacerlo como siempre?
—No, Minki, esta vez no. Esa mujer y yo tenemos que saldar cuentas. A ella le debo esto. — Taemin se bajó los pantalones y le enseñó a su amigo fiel la marca fruncida en su piel, la cual, a pesar del tiempo e infinidad de pomadas y tratamientos, esta no desapareció.
—Bae tendrá que pagarme lo que voy a cobrarle.
—Minki nunca le había visto ese estigma, pero no pudo contener una mueca de asco al verla. Dadas las circunstancias, no insistió más, y entendió que Taemin estaba en todo su derecho de vengarse por semejante maldad.
Sara Bae abrió los ojos al escuchar su nombre. Por unos instantes se encontró desorientada; no sabía lo que estaba sucediendo. No tenía fuerza para moverse, su boca estaba perfectamente cerrada con cinta adhesiva de uso industrial. Sus manos y piernas tenían amarres. Cuando se dio cuenta de su realidad, comenzó a moverse con fuerza, pero no podía hacer nada. Igualmente, quiso gritar, pero era en vano.
De pronto, un rostro sonriente se posó por encima de ella. Era Taemin, que balanceaba con una mano el dije del cristo, el cual le había quitado.
—¡Hola, bruja!
Los ojos de ella se movían hacia todas direcciones, como si estuviese buscando dentro de esa miserable habitación a alguien que pudiese ayudarle. Su garganta emitía sonidos meramente guturales; simplemente no había modo de que gritara, y mucho menos que la escucharan.
—Me recuerdas, soy el pequeño Lee Taeminie. Sí, el mismo a quien encerrabas en el sótano y a quien tatuaste con esta misma cruz hace años.
—La mujer asintió.
—Veo que no has cambiado; sigues siendo la misma idólatra estúpida. Te propongo algo, pídele a tu Dios que te salve de morir; quizás te escuche. Pero mientras lo haces, tendrás que sufrir. Eso es necesario para que alcances la gloria del perdón.
Taemin acercó una de las veladoras que estaban en ese altar y comenzó a calentar el dije con la llama de esta. Después, solo tocó alguna parte del cuerpo al azar con el metal candente. La carne chirrió suavemente y luego sacó humo.
Bae giró su cuerpo, lanzando un quejido ahogado. "¡MMGGGGGHHHHH!"
La acción fue repetida infinidad de veces, hasta que Taemin consideró que ya era suficiente, y no porque creyera que ya había pagado. No... la razón de parar es que ya se había hartado. Por lo tanto, era hora de acabar con la maldad.
—Ya me aburriste. Si fueras a seguir viviendo, te recomendaría que nunca vuelvas a beber de una botella que no sabes de dónde ha venido. Uno nunca sabe qué pueden contener en realidad.
Dejó caer otras veladoras para que la casa comenzara a quemarse, y junto con ella, la bruja. Ella seguía revolcándose del dolor y también por saber lo que le esperaba. Una muerte segura, y de la peor manera. Quemada.
—¡Adiós, nos vemos en el infierno!
Taemin salió por la misma ventana por la que entró y, resguardándose con las sombras de la noche, se marchó del lugar en su bicicleta. Cuando llegó a su mansión, entró como siempre que realizaba un trabajo, por un pasadizo secreto, el cual se encontraba en una esquina de su jardín. Nadie sabía de ese lugar, solo él y su amigo Minki.
Ya era tarde cuando se levantó; no fue al colegio. Le dijo a su abuela y hermano que se sentía algo enfermo. Y como era el consentido de ambos, lo dejaron que continuara en la cama. Una empleada le llevó el desayuno hasta su habitación, prendió el televisor para ver las noticias. Y ahí estaba en la pantalla.
"Una vivienda en las zonas marginadas de Seúl se incendió esta madrugada; una mujer que se encontraba dentro, murió calcinada. Ella se encontraba atada de pies y manos. Los vecinos, al darse cuenta de que la casucha se incendiaba, pidieron auxilio a los bomberos. Lamentablemente, cuando llegaron ya no pudieron hacer nada; el fuego había consumido en su totalidad la casa. Otros residentes del lugar informaron que la mujer de nombre Sara Bae no se llevaba con nadie y que seguramente su muerte fue una venganza o sacrificio, pues pertenecía a una secta donde adoraban al demonio."
El pequeño Taemin sonrió. Luego cambió de canal para ver sus caricaturas favoritas y poder tomar sus alimentos con gusto. Y lo hizo. Sus carcajadas se escuchaban hasta el pasillo. Así era él, pronto olvidaba las cosas terribles que hacía y luego continuaba con su vida sin aparentes problemas o preocupaciones.
CONTINUARÁ........
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