Extra 2. Luna azul
Capítulo Extra. Luna azul
Atsushi caminaba por la calle, había terminado su día en la agencia cuando la tela de Rashomon lo atrapó y jalo al callejón — ¡Akutagawa! — le grito molesto — te he dicho que no me jales de la nada — se quejaba
Akutagawa tosió un par de veces y le miró — tengamos una cita
— ¿en serio? — se quejó molesto
— si, vamos — reclamó mientras lo jalaba con Rashomon
— oye, no, ¡suéltame!
El azabache llevó al albino hasta un restaurante de fideos. Allí lo soltó, Atsushi sacudió su camisa y le miraba molesto — te he dicho que no me arrastres a estas citas tuyas
— es tu culpa por todavía no enamorarte de mi
Atsushi se sonrojó — tu... ¡grosero! — el mayor tomó su muñeca y lo jalo dentro.
Se sentaron de frente, más bien, Akutagawa sentó a Atsushi. Pidió plato lleno de fideos, mientras esperaban, Atsushi miraba por la ventana — Jinko, ¿ya te enamoraste de mi? — se quejó y Atsushi suspiró
— ¿como voy a decir algo así?
— Jinko, esto no tiene sentido; si te gusto tanto mi otro yo, yo soy mejor
Atsushi llevó sus manos a su cabeza suspirando. Akutagawa había tomado aquella rutina de secuestrarlo y llevarlo a citas. — Akutagawa creo que deberías parar de secuestrarme cada que quieres
— he sido discreto
— hace 3 noches entraste por la ventana de la agencia
— nadie se hubiera dado cuenta si no hubieras gritado. El rubio ese casi me corta el Rashomon
Atsushi suspiró, sabía que no iba a parar. La comida llegó y ambos entretuvieron sus bocas. Hasta que el mafioso le metió un fideo en la boca, al verlo, el tenía el otro extremo.
se sonrojó, claro que si, pero no sabía si reír o seguirle la corriente.
Desde que el albino admitió que "su otro yo" le gustaba, el mafioso estaba decido a tenerlo
Y es que él siempre lo supo pero jamás lo admitió, necesito que otro Atsushi llegara a su vida para saber que no quería perder al suyo; y allí estaba compartiendo un fideo, dejando su orgullo de lado y lleno de esperanza por hacerlo olvidar al otro.
Atsushi jamás podía decirlo, pero la verdad es que si le gustaba Akutagawa desde hace tiempo, pero el mafioso solo lo hostigaba sin dejarlo hablar
Esa era su oportunidad. Akutagawa comía el fideo de su lado, así que Atsushi hizo lo mismo; comenzaron a acercarse, y ya cerca el mafioso rompió el fideo y golpeó la nariz el albino con su dedo — compórtate Jinko.
— Pues quien te entiende — se quejó
— Jinko
— ¿mmm?
— después de esto, iremos a ver una película
— de acuerdo...
Atsushi y Ryunosuke terminaron de comer, el mafioso pago y tomó al albino de su mano para meterla en su bolsillo junto con la suya — no te separes Jinko
— ¿por que siempre me haces ir de un lado a otro? — se quejó
— por que solo así me seguirás
Llevaba al menor a su lado, Atsushi estaba ruborizado. Fueron caminando sin problemas hasta una zona residencial — Akutagawa por aquí no está el cine
— lo sé
— ¿donde vamos?
— a mi casa, compré varias películas
— ¿e-eh?
Atsushi estaba completamente rojo y sentía que explotaría cuando abrió la puerta del departamento y lo jalo dentro.
Atsushi miró alrededor, era simple, minimalista. Se sentó en el borde donde se quitaba sus botas. — ¿no deberías usar otro tipo de zapatos para trabajar?
— es mi uniforme, todos en la agencia me dieron mi uniforme, lo llevó con mucho honor — mencionó quitándose las botas — ¿porque? ¿Me comprarás alguno?
Akutagawa dejó una risa burlona — por supuesto — mencionó dejando sus pantuflas a un lado — apresúrate, veremos películas románticas
— ¿por que románticas? — preguntó poniéndose las pantuflas
— eso decían las revistas — reclamó serio — quítate los guantes y corbata también — menciono yendo a la cocina
— de acuerdo, ya voy.
Atsushi se quitaba sus guantes dejándolos a un lado, y luego su corbata dejándola colgada. Fue a la cocina con el mayor y le sonrió — ¿hace cuanto vives aquí?
— hace cuatro años, Dazai-san nos trajo aquí — mencionó y le miró — ¿Quieres gaseosa?
— sipi
Akutagawa pudo ver como el cinturón de Atsushi se acomodaba en curva. — oye, ¿tu cola de tigre?
— ¿Que tiene?
— ¿la tienes de fuera?
— ¿eh? No
— es que... vi... No, bueno olvídalo.
Atsushi lo miraba preparar aperitivos — ¿te ayudo con lo demás?
— en la alacena hay vasos
— voy ~
Atsushi entró a la cocina tomando los vasos, buscó en el refrigerador, había una de té, otra de higos y una de fresas — ¿puedo tomar de fresa?
— claro, a mi sírveme de higos
El menor continuó sonriente con su ardua misión. Akutagawa terminó de servir papas y en el otro plato palomitas. Los llevó a su sala donde tenía una mesa de centro. Miró al albino aún en la cocina — Rashomon — llamó a su habilidad moviendo el mueble y yendo por una frazada.
Atsushi llegó con los vasos servidos y le sonrió — esto si parece una cita
— estamos en una cita Jinko — se quejó.
Se ruborizó ligeramente, y de su abrigo Rashomon dejó salir una caja de regalo mediana — e-esto es para ti — mencionó apenado
— ¿e-eh? ¿Po-porque?
— Jinko — le llamó y trago saliva — yo se que no soy perfecto, tampoco soy un gran hombre de bien. Pero soy un hombre de palabra, uno que entiende lo que esta proponiendo y que sabe que puede manejarlo. — Atsushi se sonrojó más — Jinko, digo... Atsushi ¿Quisieras ser mi pareja? — Rashomon abrió la caja. Tenía un peluche de tigre blanco esponjoso. Atsushi sonrió.
Atsushi llevó su mechón de cabello hacia atrás, se acercó tomando el peluche en sus manos, lo miró con ternura y lo acomodó en su regazo, se acercó al mafioso — Ryunosuke...
Akutagawa se sonrojó por completo — ¿co-como sabes mi nombre?
Atsushi le sonrió, aunque su sonrisa era "¿en serio?". Tomó las mejillas — tu otro yo me lo dijo — mencionó alegre. — y eso me encanta, por que pude ver esta cara toda rojita — mencionó divertido.
— Jinko, no seas así de grosero. Respóndeme
Atsushi lo abrazó — Ya hace tiempo que me gustas tu, únicamente tu. Akutagawa Ryunosuke, el mafioso desoldado y perro silencioso de la Port Mafia
— ¿en verdad?
— Si bobito — mencionó sonriente y el azabache lo abrazó con fuerza.
— Ahora estamos saliendo Jinko, no puedes arrepentirte
Atsushi reía — no, no — dijo entre risas.
— entonces ahora — hablaba emocionado
— ¿veremos la película con nuestro hijito?
— ¿eh?
Atsushi puso el peluche entre ellos — nuestro hijito — dijo alegre. Akutagawa intentó no reír, el albino era definitivamente adorable.
Se sentaron juntos en el mueble para ver la película, Akutagawa había elegido un par de terror para que el albino lo abrazara (eso lo encontró en una revista de adolescentes) la película solo iba comenzando. Atsushi subió sus pies descalzos al mueble y dejó su peluche de frente para abrazarlo. Akutagawa le miró como al mago tierno — Tranquilo Jinko, yo te cuido — tosió un poco avergonzado — a nuestro hijito también
Atsushi lo miró y sonrió — Ryu, que coqueto — mencionó el menor
Akutagawa sonrió, se permitió llevar su mano atravesando la espalda del menor y tomando su hombro solo para jalarlo y dejarlo a su lado. Atsushi se sonrojó ligeramente. Disfrutaron de la película. Atsushi dio un par de saltos, más que nada por que salían de la nada. Akutagawa también tuvo sus sustos pero se mantuvo firme sin decir nada.
Para su mala suerte, la película era clasificada para adultos, pero lo que Akutagawa no esperaba es que hubiera una escena de sexo explicito.
Atsushi se puso completamente rojo pero no dejó de ver la pantalla aún cuando tapaba su rostro con su peluche nuevo. Akutagawa lo miró de reojo en aquel momento. — adelantare la película
— ¿porque?
— ah... pe-pensé que te incomodaría
— yo pensé que te enojarías conmigo por recordar al otro Akutagawa
— ¿eh? — miró al albino, miró la televisión, volvió a ver al albino, y a la televisión — ¿Que hiciste con el? — preguntó serio y molesto
— y-yo y el hi-hicimos eso
— ¿Que tu? — Akutagawa apretó el hombro del menor
— ¡Ah! Me lastimas — se quejó
Akutagawa tomó la mejilla del albino besándolo. Metió su lengua sonrojando al menor. El mayor lo tenía bien sujeto a pesar de eso él seguía forcejeando. Terminó mordiendo al mayor.
Se separaron dejando al albino respirando agitado, y con saliva a su alrededor — ¿po-porque haces eso? — preguntó avergonzado
— Por que quiero ser el único en tu mente cuando tengas sexo
— ¿que es sexo?
— ¿eh?
— ¿ah?
— ¿Qu-Que hiciste con mi otro yo? No hiciste... ¿lo que te hice?
— n-No, desperté en mi cuerpo cuando abrí los ojos así que no, no nos besamos
— ¿y que hiciste?
— e-Es que el estaba encima mío — dijo avergonzado.
Akutagawa sentía como su alma iba a salir de su cuerpo, claro ¿porque dudo de él? Era inocente y tierno. — Jinko, una di-di-discul...
— ¿intentas disculparte? ¿Porque? — le sonrió — me gustó ese beso que hiciste pe-pero me dejaste sin aire
— podría mejorar si me dejas darte más
— pe-pero no frente nuestro hijito, ¿Que va a pensar?
— Aaay Jinko
Akutagawa tiro al peluche al mueble, Atsushi protestó pero el mayor lo calló con un nuevo beso, había tomado ambas mejillas para sostenerlo, acomodaba sus labios, y había metido su lengua.
Atsushi se dejó hacer, no comprendía del todo a que punto estaban. Solo sabía que se sentía bien su cuerpo. Abrazó al mayor del cuello, lo que hice que el mayor soltara sus mejillas para abrazarlo de su espalda y pegarlo a él, así que allí estaban ambos. Compartiendo un beso que llevaría a más de una vivencia.
Akutagawa ejercía presión en Atsushi metiendo más profundo su lengua en su boca. El joven tigre no podía moverse mucho por la presión. Peor era que el azabache estaba haciéndolo sentir demasiado bien, algo que no podía explicar, sentía que sus ojos se iba y que quería abrir más su boca a pesar de no poder ni respirar.
Akutagawa aprovechó su espacio, bajo sus manos lentamente y comenzó a entrar por su camisa lo que hizo al albino sorprenderse al sentir su tacto. Sus manos frías le habían dado otra sensación. Atsushi se liberó únicamente para dar un gran gemido.
Akutagawa sonrió de verlo agitado, Atsushi tallo su rostro avergonzado — pe-perdón, no se po-porque hice eso... perdón
— está bien, es normal. Significa que te gusta
— ¿s-si?
— si, ¿me dejas darle más gusto a tu cuerpo?
— unh... n-No se, me sien-siento raro justo ahora
— Jinko, dijiste que confiabas en mi
— si...
— Haré algo mejor que ese casi beso que te dio el otro — Atsushi tapó sus labios avergonzado
— ¿otro besito así?
— mejor.
Akutagawa extendió su mano. Atsushi sonrió y tomó su mano.
Se levantó rápidamente jalando al menor, fueron juntos al baño. Allí, Akutagawa bajo el pantalón de Atsushi en un solo movimiento haciéndolo gritar. Entonces pasó sus brazos desde su espalda quitando los botones del menor — A-Akutagawa ¿Que haces?
— hot a darte un baño relajante
— pe-pero yo puedo. — dijo sonrojado — y-up me desvisto ¿si?
— ok, iré por toallas, métete a la bañera
Akutagawa salió y Atsushi suspiró — se pone loquito— mencionó el albino.
Terminó de quitarse bien su pantalón, se quitó su bóxer y lo dejó oculto en su pantalón. Se quitó los sostenedores, y los doblo. Finalizó por quitarse la camisa y dóblela.
Se estiró un par de veces. Primero se puso en cuchillas, mojó su cabello y se puso jabón, hizo lo mismo con todo su cuerpo y se enjuagó. Una vez mojadito entró a la tina.
No le daba pena, estaba acostumbrado a eso, primero en el orfanato y luego en los baños públicos a los que iba. Estaba cómodo cuando entró Akutagawa — Jinko, necesito lavarte bien
— pero ya me lave. Se bañarme bien, en el orfanato me enseñaron
— si, pero hay algo más — menciono
Atsushi salió de la tina poniéndose la toalla, Akutagawa le cerró los ojos — oye
— confía en mi
Atsushi cerró sus ojos, sintió un choque dentro de él que le hizo jadear, pero así como lo sintió se fue. Akutagawa destapó sus ojos y el menor lo miró — ¿Que fue eso?
— algo así como una aspiradora. Vuelve a la tina, relájate. Te dejaré ropa aparte y
— espera, ¿Ropa?
— si. Quédate a dormir Jinko
Atsushi se puso completamente rojo, trago saliva. — Akutagawa debo ir a la agencia
— por fis
— n-No hables tierno
— por fis, por fis
— ¡o-ok! Me quedo
— termina de relajarte. Te espero
El mayor tomó las ropas del menor y se la llevó, Atsushi volvió a la tina y tocó su abdomen — se siente raro todo... ¿está planeando algo raro?
Después de unos minutos, el menor salió fresquesito y envuelto en toalla desde sus hombros para abajo — Ryunosuke, dijiste que me traerías
— si, si. — se acercó con una playera amplia — a ver sube los brazos
— si los subo que-quedare desnudo, dime Que hacer
— ya te dije, sube tus manos
Atsushi se había sonrojado, trago saliva nervioso y subió sus manos, la toalla cayó pero el mafioso no miró, puso la camisa en el menor con cuidado y besó su frente — buen gatito, ven, vamos a acomodarnos
Atsushi se quedó quieto, estaba hipnotizado — n-no soy gatito — se quejó siguiéndolo.
Llegaron a la recámara del mafioso, este buscaba algo en su armario — ¿Que haces?
— Te seré sincero Jinko, llevo planeando esto desde aquella vez que me declare. He comprado unas cosas, así que déjame terminar de arreglar. Acomode mientras tomabas una ducha
— uhm claro, pero aaam... ¿cuando tendré algo de ropa interior?
— ah cierto. — Akutagawa buscó y sacó una caja pequeña — ten, ya tenía una preparada para la ocasión
Atsushi tomó la caja y la abrió. Se sonrojó de ver un pequeño pedazo de tela trasparente color rosa pastel. Lo sacó de la caja, era una prenda únicamente de encaje — Ryu-Ryunosuke esto no me quedara
— se llama cachetero, pruébalo
— pe-pero
— te gustará, es suavecito
Atsushi sentía que ya no debía ir más allá, aún así, prefirió darle una oportunidad. Le dio la espalda al mayor metiendo su pie primero y luego el otro. Lo subió si tiendo la suavidad de la tela y como se acomodo perfectamente en sus colgantes. Sintió vergüenza cuando la prenda ajustó sus glúteos y quedó a la mitad. — ¿suave verdad?
— s-si — Se acercó tímido pero decidido — Ryunosuke ¿Que vamos a hacer? Dímelo todo, por favor
El mayor tomó sus hombros, se miraron a los ojos — Atsushi... — al pronunciar su nombre le hizo sonrojar — No iba a seguir hasta tener todo listo. Es importante, para mi lo es; estoy seguro que para ti también, quiero hacerlo mágico — suspiró — quiero tu consentimiento para que tu, yo, ambos. Declárenos nuestro amor — Atsushi se sonrojó
— ¿Qu-Qué quieres hacer para eso?
— tocarte, acariciarte, y amarte toda la noche, quizá un poco de llanto de tu parte. Quiero hacer el amor contigo
Atsushi se sonrojó aún más — Yo... e-es que me encantaría pero n-no se que significa exactamente
— pues, no sabría explicarlo exactamente, pero es como...
— está bien, confío en ti — añadió abrazándolo — hazme lo que quieras hacerme. Yo también te amo a ti
Akutagawa se sonrojó con ello. Abrazó al albino colocando su cabeza a su lado. Se sentía feliz.
Atsushi le miró con una gran sonrisa y el mayor besó su frente — eres hermoso
— ya, me pones nervioso. — Atsushi se acercó para jugar con los mechones del mayor — oye... y... ¿Debo usar esta ropa cada que hagamos el amor?
— no, pero hoy me encanta
Atsushi soltó una risilla y el mayor lo tomó de su espalda baja besándolo. El menor respondió, su beso era cálido hasta que el mismo chico detective abrió su boca y buscó de la lengua del mayor. El mafioso aunque sorprendido continuó con la hazaña del menor. Añadió sus manos por debajo de la camisa y acariciando lentamente su espalda.
Rápidamente tenía a Atsushi suspirando a su Merced y buscado de aire extra — Eres lindo así, Jinko
— de-deja de adularme, mejor di que quieres matarme, eso no me ponía tan nervioso
— quiero matarte a besos — añadió besando su mejilla
— ¡AAAH! ¡Ryu detenteee!
Akutagawa cargo a Atsushi, este lo abrazó con sus pies de la cintura — Uh que delgado
— no me tientes Jinko
Volvieron a besarse, esta vez Atsushi podía recargarse en el y tener un poco más de control. Llevó al menor hasta la cama donde tomó sus femorales para hacerle soltar su cadera y con ello aventarlo a la cama.
Tomó un control al lado de su cama, y fue cuando el show comenzó.
Las luces bajaron. El techo de iluminó formando el espacio, las estrellas y algunos planetas. El suelo tenía un color luminoso entre amarillo y morado. Una música suave de piano y violín a dúo comenzó a sonar. — eso suena romántico
— te dije que estaba preparado
— Entonces... ¿Que sigue?
— Sigue conmigo tocándote y aflojándote un poco
— ¿aflojar? Estoy flojito y cooperando
— dame unos minutos para que entiendas
Akutagawa besó al albino, pero sorprendiendo a este por no quedarse, el mafioso fue bajando por su barbilla, besando su cuello y continuó hasta su clavícula. Allí sus manos tallaban su cintura y costillas — aaah... Ryu...
— tranquilo, te gustará — mencionó aún tallando lento, paso sus dedos entre sus pezones por encima de su camisa y comenzó a tallarlo
— ¡aah! Es-espera
— ¿te gusta?
— s-si es que e-es vergonzoso
Akutagawa bajo poniendo su boca sobre la camisa y su pezon, comenzó a succionar. Atsushi de inmediato se arqueó y comenzó a gemir, el mayor aún jugaba con su mano en el otro pezon haciendo al menor estar dudoso de que le gustaba más.
Akutagawa por fin lo soltó y pudieron ver ambos los pezones sobresaliendo de la camisa.
Atsushi también se levantó por que estaba apenado, se sentó en la cama y tapó su entrepierna. Akutagawa sabía que pasaba pero no pudo evitar reír — ¿Que pasa gatito?
— me si-siento raro.
— ¿se levantó? — Atsushi uso ambas manos para tapar la cara de Akutagawa sorprendiendo al mayor claro — ¡JINKO!
— no lo mires, es vergonzoso
— déjame ver
— nooo
Como sabemos, el perro silencioso tiene palabra pero no paciencia.
Tomó los tobillos de Atsushi volviéndolo a recostar en la cama. Aprovecho también para mirarlo. Atsushi se limitó a tapar su rostro con sus manos — Ry-Ryunosuke... — le llamo avergonzado.
— sabía que este te quedaría perfecto — mencionó llevando su dedo al miembro del albino. En cuanto lo tocó, el menor dio un pequeño salto — tranquilo, solo estoy tocándote
— E-Es por que estás tocándome — respondió avergonzado
Akutagawa lleno su mano con el miembro del menor haciéndolo gemir, acto seguido se levantó para detenerlo pero el mafioso tomó su mano — Jinko, ¿en serio quieres tratar de detenerme?
— me siento raro
— ¿no te gusta?
— me gusta, pero... me apena...
— ¿como puedo hacerte sentir cómodo?
— n-No se... ¡cerremos los ojos!
— ¿ambos?
— ¡Ambos!
— ok, los cierro
— bueno
Ambos cerraron sus ojos. Akutagawa siguió su camino por la tela de encaje mientras Atsushi siguió gimiendo. Bajo ligeramente la tela topándose con el miembro erecto del menor. La verdad, no se podía resistir — Jinko, creo que lo saqué ¿puedo abrir mis ojos y acomodarlo?
— u-uuh va-vale
Así es, el mafioso tenía mañas pero era de palabra, abrió sus ojos encontrándose con su miembro. Era pequeño, rosita y quedaba perfectamente decorado con el encaje — ¿tod-todo bien? ¿Porque no lo tocas?
El azabache sonrió — Ahora mismo lo tocaré
Sacó su lengua pasándola por lo largo. Atsushi se arqueó en un gran gemido que el mayor disfrutó.
Akutagawa se levantó para mirar mejor su rostro. Atsushi respiraba agitado, su boca semi abierta y sus ojos algo perdidos. Miró al mayor — di-dijiste que
— ¿te gusto?
— s-si...
— ¿puedo continuar?
— ¿se sentirá así de bien todo el tiempo?
— espero que si
— ¿y tú? — preguntó y tomó la mejilla del mayor — Yo también quiero que lo sientas...
Akutagawa sonrió y lo besó — déjame continuar y podré sentirlo también
— Bien — sonrió amplio — me gusta esto de hacer el amor.
El mafioso no dudo en reír. Volvió a bajar aunque Atsushi se quedó sentado en la cama. El mafioso metió la punta en su boca haciendo al menor apretar las sábanas. — Aah ¡aah! ¡Ryu!
El mafioso bajo por todo lo largo y volvió a la punta. Atsushi mordió sus labios — ¡no! ¡Sa-Sácalo! Voy...
Akutagawa lo sacó de su boca, usó su mano para seguir. Se fijó en el rostro de Atsushi, junto sus frentes mientras continuaba masturbandolo — ¡aah! No, no Ryu. Vo-voy a morir
— Que lindo te vez Jinko — mencionó tomando su boca con su dedo pulgar — ábrela bien. Quiero escucharte
— ¡aaah! ¡Ryunosuke!
Con el último grito Atsushi terminó. Soltó las sábanas, su respiración seguía acelerada. El mafioso sonrió y le acercó su mano — Mira, esto es nuestro amor
— Ryu, eso estaba dentro de mi...
— Si, me lo diste, y ahora... Yo te daré el mío
— Si, quiero el tuyo. Se siente muy bien Ryu
— Bien, acuéstate, hazlo boca abajo
— ¿por que? Será más fácil así. Te explico. Voy a meter el mío, en tu bonito trasero
Atsushi llevó sus manos a su trasero mientras se sonrojaba — pe-pero eso no cabe
— lo hará si te relajas y me dejas ponerte el lubricante
— ¿entrará? ¿Eso es posible?
— dímelo tú, chico que se transforma en tigre
— ok, ya entendí.
Atsushi se volteó y tomó el brazo del mayor — Ryunosuke me asusta no verte...
— si lo hacemos de frente podría dolerte un poco.
— ¿pero será dolor feo?
— no podría garantizarte nada
— ¿po-podemos intentarlo?
— claro.
Atsushi se quedó boca arriba. Akutagawa llevó las piernas del menor a sus hombros, una vez más el agente tapaba la mitad de su rostro, estaba tan rojo de verse en aquella posición.
Pronto sintió el látex entrando en el junto con el lubricante. El dedo que había entrado se sentía bien. Lo suficiente para tenerlo relajado. — Ryunosuke, entonces ¿cuando lo metas será hacer el amor?
— en si es todo el proceso Jinko, después te muestro unos videos
— de acuerdo y
— Jinko, te responderé todo, pero estoy concentrado en no lastimarte. No me preguntes tanto
— ok, ok; estoy nervioso
Akutagawa suspiró — ¿porque? Estoy aquí
Atsushi sonrió — si, lo estás.
El mayor aprovechó para meter un segundo dedo, dentro de él comenzó a estirar y a juntar sus dedos, los movía al rededor y los separaba para dilatar. Atsushi se dedicó a apretar las sábanas y claro, morder sus labios. Podía sentir la presión dentro de él pero no estaba mal.
Después de un rato, el mayor comenzó a sacar y a meter haciendo a Atsushi abrir de nuevo sus boca. — aaah aaah si, se siente bien, Ryu
— ¿te gusta esto?
— si, si
— ¿estás listo para el siguiente?
— si, estoy listo.
Sacó sus dedos, Atsushi pudo sentirse desesperado, quería los dedos dentro. Se vio tentado a tocarse el mismo pero se detuvo en cuando vio al mayor poniéndose el condon. — Ryu, ¿ya vas a meterlo?
— así es
— mételo ya
— Pero Jinko
— anda, anda mételo Ryu
Solo pudo tragar saliva intentando controlarse, pero no lo logró.
Aún tenía las piernas del menor en sus hombros, tomó su cadera para acercarlo más a su pelvis, y fue cuando poco a poco comenzó a entrar.
En cuanto la punta entró Atsushi grito arqueándose. Apretó las sábanas y lo miró con un semblante agradecido. — Ry-Ryu
— cálmate, cálmate.
— e-estoy calmado. Tu cálmate
— lo digo por mi — se quejó recargando su cabeza en el pecho del menor — maldicion se siente muy bien. Si la meto toda te aniquilare
Atsushi acarició su cabeza y le hizo subir su rostro — acábame, mafioso.
Akutagawa tomó los hombros del menor desde su espalda, sostenido de el y sin escapatoria, entro de lleno. Atsushi volvió a gritar por ello.
Ambos respiraban agitados, se miraron y el menor sonrió. El mayor comenzó a moverse, Atsushi no paraba de gemir con sus movimientos
Las manos en los hombros del albino los hacía ir más rápido y sus piernas levantadas los hacía ir más profundo. Sin poder evitarlo, el menor había comenzó a rasguñar al mayor.
No tardaron mucho, el mayor llevaba rato soportándolo. Habían terminado juntos, en cuanto terminaron. Se sonrieron — quiero hacer el amor de nuevo — dijo Atsushi.
Akutagawa comenzó a reír y besó su frente — te traeré agua, y me dirás mañana si quieres hacer más de dos rondas seguidas ¿te parece?
— de acuerdo, pero me gusto
— me alegra oír eso
Akutagawa se levantó y salió de la habitación — a mi me tiene con poca ropa y el solo se bajo el cierre. Grosero — se quejó en un tierno berrinche.
Después de eso, Akutagawa regreso con agua y unos aperitivos. Atsushi estaba boca abajo viendo por la ventana desde la cama. — ¿Que pasa Jinko?
— solo veía... hoy la luna es rosa
Akutagawa miró — cierto, se ve linda — añadió acercándole los apareritivos
— amo estos chocolates
— tan dulces como tu
Atsushi sonrió — oye, y ¿nuestro hijo?
— después lo traigo
— no, quiero dormir con el
— Aaay Jinko, no me hagas consentirte en todo
— solo lo haces cuando estamos solos, andaaa
— de acuerdo, gato mañoso
El mafioso fue y regreso con el peluche, Atsushi cumplió. Se abrazó del peluche dejándolo en medio de ambos. Akutagawa estaba feliz, por fin había logrado conquistar al tigre.
...
Explicación corta.
Los títulos son Luna rosa (BEATS) y luna azul.
Atsushi (BEATS) ve la luna azul y Atsushi ve la luna rosa; por que a pesar de que volvieron a su realidad, llevan consigo parte del otro.
¡Gracias por leer!
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