1.- Horus
Las palabras en cursiva en el texto, para quienes desconocen su significado, serán debidamente aclaradas al final del escrito. Las partes en cursiva y negrita, son pensamientos de los personajes.
El dibujo es de @Shun_28, quién muy amablemente elaboró este bonito dibujo :D
𓅒
Apenas transcurría la mitad de la noche, el dios sol desde hace muchas horas se ocultaba para en varias más salir como Khepri manifestación de Ra en las mañanas a recorrer los dominios de Nut que silenciosa y benévola con su vestido de estrellas y nubes vaporosas veía el andar apresurado de una alta y bien proporcionada figura masculina encapuchada que sin escoltas avanzaba por las sinuosas y solitarias calles de Uaset.
En un trecho se detuvo para contemplar malicioso las tenues luces de una antorcha que sobresalían de una ventana de una casa de citas donde la cerveza corría más rápido que el cauce del Nilo y cuyas bailarinas con sus gráciles figuras de diosas demostraban las danzas de moda en Kemet.
Pero los dioses le asignaron la tarea de gobernar las fértiles tierras que Amon amaba con devoción, extender su gloria bajo el poder arrollador de Montu y a su vez continuar con la tarea de dar al trono de Kemet, hijos con su Gran Esposa Real quien bajo las leyes cortesanas debía ser una de sus reales hermanas, pues de esa manera la sangre " del dios viviente, sería perpetua y legítima".
Unas risas lujuriosas interrumpieron sus cavilaciones como un simple mortal, sacudió la cabeza oculta por la tela oscura de la capucha, detestaba recordar siempre que sus reales sentimientos debían guardarse bajo una máscara de seriedad y misticismo, típicos de un faraón.
« Lo amas a él, entonces sé libre. No te reprochó nada, veo el amor que él también siente por ti ».
« Eres mi Gran Esposa Real, Seika. Me dijiste que guardarías mi secreto, además que no está bien visto mi interés por el ».
Seika, dulce como la miel, prudente como una madre y confidente de aquellos sentimientos que él no se atrevía a revelar a los dioses, lo consolaba bajo el abrazo de hermana.
Esa noche, luego de su última comida del día le aseguró que cubriría su espalda, pero debía ser cuidadoso, Ra no podría protegerlo y debía llevar un amuleto. Agradecido, la besó en su frente y le prometió recompensarla.
Un ebrio salió al portal de la casa de citas, tambaleante para descargar su vejiga. Temía ser reconocido y con ello las habladurías. Aguardó paciente mientras el borracho tarareaba una canción obscena y reía como tonto.
Qué fastidio esperar tanto.
Al fin el hombre entró dando traspiés dando la oportunidad para proseguir su marcha pasando con rapidez por la casa de citas, dejando atrás la estela de risas excitadas, gemidos ardientes y bailes eróticos. Torció por una callejuela ligeramente iluminada por cuatro antorchas, atestada de gatos perezosos y regordetes tumbados en los portales de las casas que a su paso alzaban sus cabezas mientras bostezaban como leones recién nacidos.
—No había visto tantos gatos que en los templos—reflexionó en voz baja.
Al final de la callejuela, en una casa alta iluminada por tres antorchas desde una ventana, descendió una escalera de cuerdas hasta el suelo, el joven faraón sintió felicidad y corrió como un niño tanto que la capucha que cubría su cabeza se deslizó revelando sus perfectas facciones...
Su rostro de fuertes y hermosas facciones cuyos huesos formaban una amalgama de dureza, atractivo y bondad rara vez vistos en un rey que siempre se jactaba de ser hijo divino de Horus, el halcón y señor de la realeza egipcia. A esas perfectas formas se complementaban con una corta cabellera del color del bronce recién pulido con deliciosos rizos que competían con un par de ojos del color del lapislázuli que embelesaban y a su vez producían un exquisito pavor por el inmenso poder que estos desprendían, estas joyas eran cobijadas por un par de gruesas y espesas cejas castañas junto a unas elegantes pestañas que bajo el khol dignificaban mucho más al joven rey.
Una cabeza se asomó por la ventana, era un hombre igual de joven que el faraón quién sostenía una antorcha y al parecer se había vestido apresurado ante su llegada. El rey subió por la frágil escalera, si caía, su anfitrión sabría que hacer y no precisamente lamentarse.
Según él, entrar de esa manera, le añadía más adrenalina a su accionar. Además que en el piso inferior de esa casa, vivían parientes del hombre con el que se veía y no quería ser fuente de habladurías cínicas.
Una vez estuvo en el interior de la casa, soltó el aire comprimido en sus pulmones ante la expresión indescifrable del otro que dejó la antorcha a un lado.
—¿ Kush te dejó exhausto, Shura?
—¡ Tú que crees!—a través de la luz de la antorcha, su cabello corto mostraba rayos dorados ante sus reflejos—pero te agradezco que me hayas enviado a Buhen, es divertido ver como los mercenarios huyen de los batallones que envío para alejarlos. Además que tengo tres días de haber llegado.
Shura se quedó sin habla cuando la capucha de su interlocutor cayó al suelo en su totalidad, el faraón ya sin sus atributos diarios se mostraba como una bocanada de aire, un privilegio que Shu le otorgaba y por ende le agradecería con una generosa ofrenda en su templo, antes de su rutina habitual con el batallón Amón. Sonrió una vez recuperado de la impresión de ver a su señor sin todo el oro, afeites y amuletos diarios. No estaba preparado para el siguiente asalto.
—¿ Te agrada la vista?—casi canturreó
—Ahm...—pero el dedo índice de la mano izquierda del faraón lo calló.
—Sabes mi nombre, general—mientras hablaba, la misma mano con la que lo silenció paseaba perezosa por un brazo decorado por pequeños tatuajes de color negro que semejaban a un papiro recientemente escrito—Ra no puede fulminarte ante mi por que yo soy su hijo también.
—Igual no soy capaz de llamarte con tu titulatura de Horus—sostuvo con firmeza su mano para que esta presionara sobre un signo que simbolizaba el nombre del dios a cuyo batallón él pertenecía—eres mi rey y te respeto aún sobre Geb. Y sin embargo, osas provocarme.
No se sentía enfadado, más bien le divertía el " puritanismo de su general", su general de piel blanca como los jarrones de Keftiu, ojos como jade de las joyas de la Gran Esposa Real y cabellera del color de la tierra fértil del Nilo como un Osiris renacido. Una belleza masculina inusual igual que la suya que en esos momentos sonrojaba a su contrario quién trataba de desviar su mirada de las formas del faraón quién siempre vestía su shenti adornado por una faja de oro, pero que esa noche lucía más vistoso que nunca.
¿ Por qué sentía ese súbito palpitar en su pecho?
Él siempre vestía así, siempre usaba shenti con pieles de leopardo, joyas, túnicas...
Quizá era porque el Horus viviente dejó su divinidad temporal en su palacio para mostrarse a su mortal favorito sin maquillaje, sin joyas tal como había nacido.
—¡ Estás loco!—dijo en un susurro ahogado—tu esposa principal...
—¿ Mi Real Hermana y Esposa?—dijo con simpleza—llevo queriéndote desde que el khopesh se acomoda en mis manos y tú lo haces igual, sólo que con castidad y cuando te conviene.
Le dio la espalda incapaz de poder sostener su desafiante mirada, en qué pensaba cuando aceptó verse a escondidas en su casa, sin temer a los ojos y bocas curiosos de ciertos espías de palacio que actuarían bajo órdenes de la madre del faraón.
—Me enviaste una nota solicitando que viniera hoy a tu casa—su mano derecha pescó una copa de plata con cerveza apoyada en una mesa de alabastro, supuso que la había servido para él—y ahora me rechazas. ¡ No te entiendo!
Su cabeza gacha pesaba más cuando vio a ambos jóvenes ser casados por el Sumo Sacerdote de Amón, desde que era un puberto, su ib lo había traicionado al enamorarse de aquel mozo de cabellos castaños oscuros al que besó eufórico tiempo atrás.
Y estaba dispuesto a culminar con todo ese sentimiento una vez que los fuertes dedos de Aioros tomaran los de Seika para descender con ella los escalones que los separaban del resto de nobles para celebrar su casamiento.
A quién mentía...
Sólo fue un vacuo pensamiento del que se avergonzaría a solas.
Dyat lo recibiría con gusto por faltar a su palabra en vista de que su determinación se fue por la borda cuando lo vio sin ningún adorno esa misma noche de recién casado camino a su alcoba, solo sin ningún escolta.
Era hermoso en el sentido masculino, el lino bordado en una túnica blanca evitaba que el calor de esa noche lo agobiara, su discurso se volvió arena mientras tanto los dedos de Aioros tomaban su barbilla para acercar su lengua y lamer un rastro de cerveza que se escapaba impertinente.
Sus piernas flaquearon, un cosquilleo carcomió su piel y su boca involuntariamente rozó la contraria, el faraón correspondió sin embargo fue rechazado a los segundos porque la nueva reina estaría esperando para consumar el matrimonio.
—¡No rivalizaré con tu reina, no es mi papel! —se apartó con el ceño fruncido, era evidente los celos en su tono y en la postura de su cuerpo el cual estaba tenso sin contar sus ojos verdes esquivos—¿quieres que te diga la verdad?
—Ya la sé, pero eres un cobarde— cuestionó pateando el suelo—pero quiero oírla ahora, antes que mi cuerpo toque otro que no sea tuyo...
—¡Imbécil!—farfulló con falsa indignación, no obstante su corazón latía atrozmente ante el beso de segundos antes—cada amanecer deseo no despertar porque tengo que verte tan inalcanzable y cada anochecer deseo que tú vengas a mi y dejes aquella divinidad y muestres al mortal al que admiro tanto, al que sin dudar amo.
—Lo hice porque no siento que pueda seguir con este chiste de vernos a escondidas—apretó su mano contra el shenti luego de ese recuerdo—mi maldita lengua se traba cada vez que trato de hablarte ante los demás con tu nombre de rey, porque sólo puedo llamarte Aioros a solas.
—¿ Y me amas así? Llamándome por mi nombre de humano—cuestionó bebiendo el último sorbo de cerveza para limpiarse con el dorso de su mano la boca para levantarse y acercarse peligrosamente a su subordinado que gruñó—yo no te reclamo cuando me besaste luego de esa batalla contra Retenu, tu valentía me asombró, al igual que tu atrevimiento que siempre deseé tener, pero ahora la reemplazas por cobardía.
El general no respondió a ese reclamo, le dio la espalda y caminó rumbo a otra estancia, Aioros molesto por su silencio, se abalanzó sobre su espalda y lo derribó de un golpe cayendo ambos sobre una piel de leopardo que había sido obsequio del faraón a su mejor general, tiempo atrás.
—¡Qué Sehkmet te maldiga por hacerme esto!—escupió furioso, el general manteniendo la calma dejó de luchar y esperó que la ira de aquel león se aplacara para zafarse y explicarse.
Pero la ira dio paso a un lamento que no se esperaba, el perfecto rostro de su rey comenzó a contraerse por la impotencia. Movido por la compasión, recogió las lágrimas en su palma para luego dejar que se desahogara. La cerveza, pensó sacó ese lado de Aioros, lado que recién conocía.
—No, no puedo seguir fingiendo que mi media hermana es mi complemento, no puedo pensar en ella como una esposa—aún lloraba, pero su voz sonaba tensa—puedo dejar el trono en manos de mi hermano, ya arreglé su boda con otra de nuestras medias hermanas...
Todos sabemos que sólo a él rindes respeto aparte de los dioses, general. No busco el trono, pero si tú eres la felicidad de Ahmose, no tengo problemas en asumir la bendición de Horus, había dicho cómplice el príncipe real, hermano menor de su rey llamado Aioria antes de ir a Buhen.
¿ Osiris le dejaría ir a Aaru, el Campo de Juncos , al morir, si permitía que Aioros abandonara el trono?
¿Hathor, diosa con la que solían identificar a la reina al igual que Isis, tomarían su mano y le darían la bienvenida por todo eso?
—Dime algo... Te lo ruego—murmuró el faraón aún sobre él.
—Tal vez tu hermano tiene razón—analizó tanteando los huesos de la nuca del faraón—pero no estaría bien visto que tú...
Aioros analizó las consecuencias de una renuncia y pensó que su nombre sería borrado de las estelas, inscripciones, templos como si nunca hubiese gobernado Kemet. Sus antecesores, dejaron el trono sólo con la muerte, pero jamás abdicando.
—Mi ib está en perfecta sincronía con el tuyo—apoyó su nariz contra la mejilla contraria, el sonrojo se acrecentó en la pálida piel del general ante el roce, el ligero aroma a cerveza penetró en su nariz mareándolo de contado.
Al ver que no respondió a su frase, prosiguió—Creo que pronto mi tumba estará culminada, supongo que sus dimensiones son titánicas—dijo vivaz el faraón mientras se incorporaba, logrando que Shura soltara un suspiro ruidoso pues no quería decirle que su peso le quitó el aire.
Sin embargo sintió un vacío cuando el rey echó un breve vistazo hacia la ventana como si estudiara la posibilidad de marcharse, se mordió el labio inferior culpable por haber sido algo arisco con su Horus vivo cuyo nombre escribía con cincel en las columnas de las fortalezas de la segunda catarata y que muchos creían que era un registro de cada campaña del faraón que era un guerrero innato que iba a la cabeza de su ejército. Un hombre temerario.
—Tengo más cerveza—ofreció—pero sólo te daré una copa más, después te caes y no quiero que mi nombre sea borrado de mi tumba por haber matado al faraón...
—Sabía que me querías—dijo entre risas mientras veía como su general quitaba el sello de la jarra para servirle—una y me voy.
Un anillo de oro con una gran turquesa en su centro fue el obsequio que le dejó no sólo por su hospitalidad, si no por su discreción al quererlo a pesar de su posición. Una posesión valiosa que lo acompañaría hasta el fin de sus días.
𓅓
Sección aclaratoria.
Khepri.- Deidad egipcia que se autocreaba a si mismo, es la representación del sol de las mañanas, su forma era de un escarabajo pelotero.
Uaset.- Nombre egipcio de Tebas, antigua capital de Egipto durante los imperios medio y nuevo y considerada la ciudad del dios creador Amón. En la actualidad sus ruinas comprenden la moderna Luxor.
Kemet.- Nombre que los antiguos habitantes de Egipto le daban a su tierra por el color de sus negras y fértiles tierra a ambos lados del Nilo, su opuesto sería « deshrest » que quiere decir tierra roja.
Nut.- Diosa del cielo, hija de Tefnu y Shu, esposa y hermana de Geb el dios de la tierra con el que tuvo a Osiris, Isis, Seth y Neftis e incluso se agrega otro hijo... Horus el viejo.
Es representada como una mujer arqueada sobre la tierra con su cuerpo cubierto de estrellas y también su imagen se hallaba en las partes interiores de los sarcófagos.
Amon.- Dios patrono de Tebas y también uno de los más importantes de Egipto, su nombre significa " el que está oculto". Considerado el dios creador del mundo y de todos los seres, fue elevado a rey de los dioses cuando Tebas fue ascendida a capital del reino egipcio.
Montu.- Dios de la guerra del Alto Egipto, considerado hijo adoptivo de Amón y Mut, la pareja real tebana. Este dios se lo representa con la cabeza de halcón y brindaba protección al faraón en las batallas.
Geb.- Dios de la tierra en la mitología egipcia, hermano-esposo de Nut con la que tuvo a los dioses osiriacos; su nombre se traduce como débil y cojo este dios también era dios de las tierras fértiles y se creía que los terremotos eran provocados por su risa.
Gran Esposa Real.- Título nobiliario que llevaban las esposas principales de los faraones y a menudo era ejercido por hermanas o medio-hermanas e incluso hijas del faraón ya que en el Antiguo Egipto, la sucesión real era legitimada por la mujer si el faraón no era hijo de la anterior reina y para ser legitimado debía casarse con una hermana. En ciertos casos, este título era dado a una esposa secundaria una vez muerto el faraón, si el nuevo rey era su hijo.
Ella vivía en la Casa Jeneret junto a las demás mujeres y en egipcio su nombre era « ta hemet nesu
Khol.- Un cosmético elaborado a base de plomo y varias sustancias más entre esas el incienso que se aplicaba en los ojos. y que aún es usado en algunas regiones de Africa y Asia.
Kush.- Nombre egipcio de Nubia, región comprendida en lo que actualmente es Egipto y Sudán que en la antigüedad proveía de oro, esclavos y demás riquezas de alto nivel de exotismo al imperio de loa faraones.
Buhen.-Asentamiento situado en Kush en la orilla occidental del rio Nilo construido para defender esa frontera y también controlar la vía comercial.
Shu.- Dios del aire y la luz, hijo de Atum y nacido junto a Tefnu, su hermana. Su representación es de un hombre con una pluma de avestruz separando a Nut y Geb.
Batallón Amón.- Nombre de uno de los cuatro batallones que conformaban el ejército egipcio que generalmente era dirigido por el faraón
Titulatura de Horus.- Uno de los cinco nombres del faraón que tomaba al ascender al trono, un ejemplo era el de Ramsés II (Toro poderoso, amado de Maat).
Keftiu.- Término que en las fuentes egipcias le daban a lo relacionado al mundo Egeo más concretamente a la Isla de Creta y su civilización minoica.
Shenti.- Prenda de vestir masculina en forma de falda corta sujetas a las caderas con un cinturón y plisadas en su parte delantera.
Khopesh.- Espada en forma de U o bien en forma de hoz cuyo filo estaba en su parte convexa, también se la llamaba « Kefresh ». Introducida por los pueblos semíticos que se asentaron en Oriente próximos luego de luchas con Egipto.
Ib.-Término empleado por los antiguos egipcios para referirse al corazón como sede de sentimientos, emociones, conciencia, adicionalmente se empleaba el termino «hapy » para referirse al aspecto físico de este órgano.
Ahmose.-Nombre egipcio que significa «Hijo de Iah » compuesto por el nombre del dios de la luna ' Iah' con la palabra ' hijo' o ' nacer' . Este era el nombre del primer faraón de la XVIII dinastía, de algunas reinas , algunos príncipes y princesas de esta dinastía.
Aaru, Campos de Juncos.- El paraíso donde reinaba Osiris y muchos dioses y que se describía como un lugar donde abundaban las cañas y de tierra fértil propicio para la pesca y caza en el que los difuntos cuyo corazón era considerado puro por la balanza de Maat pasaban la eternidad. Sin embargo para llegar a Aaru, era un viaje largo y peligroso en el que debían sortear diversos peligros gracias a conocimientos o habilidades y también ayudados por las palabras del Libro de la Salida al Día.
Retenu.- Nombre egipcio de la región comprendida entre Palestina Y Siria y que eran considerados uno de los enemigos de Egipto en esos entonces.
Sehkmet.- Hija de Ra y considerada la contraparte de Hathor cuando se enojaba. Diosa de la guerra, temible y sanguinaria representada como una leona que en las batallas protegía también al faraón.
Cada faraón al ascender al trono se aseguraba de construir la tumba más grande y fabulosa, así mismo los templos que incluso eran capaces de usurpar los de otros reyes para poner sus nombres.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top