¿Cómo iba a explicarle a Rose todo lo que había sucedido? Claramente tendría que darle una explicación cuando llegara a casa. Mike se había encargado de llevarla, después de dejarla llorar por casi una hora. Apenas podía ponerse de pie, así que Mike la cargó en su espalda.

-¿Cómo es la iniciación de los chicos?- preguntó Anna al oído de Mike. Aún sintiéndose débil.

-Los golpean hasta que quedan inconscientes o casi muertos-

-¿Por qué estás ahí?

-Son mi família.

-¿Cómo puedes llamar família a eso?

-...- Mike la bajó de su espalda- esta es tu casa, ¿cierto?

Rose salió de inmediato, caminando a gran velocidad hasta Anna, dejando caer todo el peso de su mano en la mejilla de Anna.

-No puedes irte y regresar cuando tú quieras. Y menos por querer pasar el rato con ese grupo de delincuentes- Decía con odio en cada palabra.

-Mamá...

-Entra- la tomó del hombro con fuerza, haciéndola caminar a tropezones a la casa.

La llevó a su habitación, tirandola dentro de ella y cerrando su puerta con llave.

Anna no paró de llorar esa noche. Pensó en todo lo que había ocurrido ese día y toda su vida. Esa noche marcaría un antes y un después. Anna no volvería a ser la misma niña que creía que todo podía ir mejor, no podía ser más optimista.