-Te doy dos opciones- dijo el hombre, sentándose tras un viejo escritorio- Empieza a trabajar y pagame lo que tu padre nos debe- dijo serio- o trabaja para mi por 5 años- se inclinó hacía delante y sonrió.- Te recomiendo la segunda opción, te dejaré continuar con tus estudios mientras estás aquí. No creo que a tu edad consigas un trabajo.

Anna era inteligente y siempre pensaba mucho las cosas antes de actuar, pero el miedo que tenía en ese momento no la dejaba pensar con claridad. El hombre castaño tenía razón, no encontraría un trabajo decente a su edad, pero no sabía de qué se trataba "trabajar para él" aunque sólo serían 5 años y ella podría seguir estudiando.

-T-trabajaré... para usted- Anna cerró sus ojos con fuerza, talvez había tomado la mejor decisión. Cosa que no fue así.

-Bien- la sonrisa del hombre hizo que un escalofrío recorriera el cuerpo de Anna. Había caído en la trampa de aquel hombre. Ni siquiera preguntó la cantidad que su padre debía para trabajar 5 años en ese lugar.-Entonces empezarás la próxima semana. Y ahora, pasaremos a tu iniciación para que te vuelvas parte de este grupo- extendió sus brazos. Anna miró a todo su alrededor, habían cerca de 10 chicos y 3 chicas. Miró a Mike y su rostro lo decía todo. Fue una mala decisión.

La iniciación trataba de ser violada por todos los hombres en esa sala, primero era el jefe y luego los demás. Y así fue, Anna fue violada en ese mismo momento por el hombre castaño y los demás chicos. Su garganta terminó desgarrandose por los gritos de dolor que aquello le producía. No podía comprender cómo había llegado a todo eso, y aún esperaba que su hermano apareciera por la puerta y la salvara. No fue así.

Anna perdió todo esa noche. Su inocencia. Su sonrisa. Su fe. Todo. Su rostro se volvió frío, su mirada podía congelar hasta el infierno. El odio creció, no sólo hacia aquellos que le quitaron todo, sino también a ella misma. Se odiaba. Sentía asco. Se sentía sucia y nada quitaría esa sensación. Odiaba a su hermano por abandonarla. Odiaba a su padre por esa deuda. Odiaba vivir después de todo lo sucedido esa noche.