Drew:

Aiden y Jason chocan sus botellas de cerveza, aunque en el caso de Jason es una botella de agua del hospital.

—¿Me recuerdan por qué bebemos?—Pregunta Jason, aun postrado sobre la cama de hospital.

—Porque Drew dejo de ser un puto cobarde e ira por Aisha.—Contesta Aiden y se lleva la botella a los labios.—Y por sus sueños.

Bebo también.

—¿Ustedes también...

—¿Qué?—Me interrumpe Jason.—¿Si sabíamos qué esto no se trataba solo de Aisha? 

—Lo intuí cuando llegaste tarde a la presentación de la amiga tonta de Sidney.

Arqueo una ceja.—¿Ustedes ya no se llevaban bien?

—¿Y qué? Siempre será la amiga tonta de mi esposa.—Contesta Aiden.

—Hey.—Habla Jason.—No olvides que Drew esta aqui.

—En fin, te dedicaste a enseñar...—Aiden ignora las palabras de Jason.—Sin darte cuanta te quedaste cerca del teatro.

Es cierto.

—Disfruto enseñar.—Me defiendo.

—Si, ese no es el punto. 

Aiden vuelve a beber y Jason levanta su botella, el mismo se cree que es cerveza, que tenga la ilusión.

—Una vez más... por ti, amigo.

Me rio cuando Aiden coloca su mano sobre mi hombros, voy a volver a hacer el "Brindis" cuando la puerta se abre y la mujer rubia ingresa junto a los niños.

Aiden baja la botella y hago un intento ridículo de esconder la mía.

—¡Jane!—Exclama Jason.

Los ojos de su esposa se juntan

—¿Estas bebiendo?—Jane se pone las manos a la cintura.

—¡Papá!—Los niños van sobre el.

—No, rubia bonita, es agua...

—Bueno, es hora de partir.—Se levanta Aiden.

—Cobardes.—Murmura Jason.—No tienen que irse.

—Yo creo que si, hermano, ya llego la que manda en la relación.

Jason habla otra vez.—Jane no manda en la rela...

La rubia carraspea.

—¿Cómo que no?

Aiden se acerca a Jason y le da palmadas en el hombro.

—No sirve de nada enojarlas, créeme.

Le creo.

—En fin, buena suerte.—Mira a Jane cuando esta por salir.—Fue idea de Drew.

Escupo lo que estoy bebiendo.

(***)

—¿Es cierto que te iras?

Nancy....

Me vuelvo hacia ella.—En realidad por eso estoy aqui. —Contesto, creo que si me iré lo mínimo que puedo hacer es despedirme de mis alumnos.

Nancy me observa con una expresión triste.

—No te preocupes, seguramente encontraran a alguien calificado para enseñar.—Menciono seguro.

Mis alumnos no merecen menos.

—Y te ayudara como yo...

Entiendo que su preocupación sea con quien trabajara y si serán un buen equipo a la hora de enseñar...

—Ese no es el problema, Drew.—Me interrumpe y tal vez me equivoque.

Su respuesta me hace callar.

Trago saliva.

—Me hubiera gustado animarme a invitarte a salir alguna vez, quizás a comer.—Se sincera.—Y ahora es tarde. Supongo que esperaba que tu lo hicieras, ya sabes soy la mujer y queria sentir que el chico fuera quien me invitara.

Ya veo, podría decirle que si puedo aceptar una comida con ella, pero no quiero crear falsas ilusiones.

—Lo lamento, Nancy. —Pronuncio y ella asiente, noto la decepción en sus ojos, algo a lo que no presto atención más cuando el ruido de los niños llama mi atención.

(***)

—¿Se ira, profesor Drew?—Repite uno de los niños, mientras a los demás los veo con ojos llorosos o tristes.

—Si.

Vine para esto, no tiene caso ocultarlo e irme sin decir nada, son niños y no por serlo no significa que no lo entiendan.

Ellos son muy listos y lo menos que puedo hacer es despedirme como corresponde, en lugar de dejarlos con dudas y lastimarlos.

—¿A donde ira, profesor?—Pregunta otro niño.

—A Broadway.

Un "Ohh" en conjunto se extiende en el salón, noto a Nancy apoyada en la esquina de la puerta.

—¿Actuara en Broadway?

—Ese es el plan .—Contesto.

Otro más se une a las preguntas, es increíble cuantas te pueden hacer niños de siete años.—¿Y nos visitara?

—Si, por supuesto.—Asiento con la cabeza.

—¡Yeah!

Sonríen y comienzan a hablar.

—¿Su novia ira con usted?—Los ojos de la niña brillan, levanto la mirada a la puerta y Nancy sale del salón.

—¿La princesa?—Olvide que el día que la conocieron la llamaron princesa.

Fresita diría yo.

Sin darme cuenta una sonrisa se extiende por mi rostro.

—¡Que romántico!—Una de las niñas se lleva la mano al pecho.

Y otro de mis estudiantes saca la lengua.—Que asco.

—No sabes del amor, es romántico.

—¡Es asqueroso!

—¡Que no!

Me rio.

Extrañare a estos niños.

(***)

Espero a la fresita fuera de la casa de los Evans apoyado sobre mi coche, la puerta se abre y ella sale despidiéndose de Sidney mientras en el fondo veo a las niñas corriendo mientras Aiden las persigue, Sidney rueda los ojos y me saluda con la mano, respondo y Aisha va en mi encuentro.

—¿Cómo te fue?—Es lo primero que pregunta la fresita al estar delante de mi y lo único que quiero es sentirla.

Tomo su brazos y la acerco a mi cuerpo.

—Ellos lo entendieron.

—No me sorprende, son niños listos.—Contesta.—Y además eres su profesor, eso le da puntos extras.

Me rio.

—Son niños, son listos.

—Seguro que si, me agradan.

Me mira a los ojos y guardo silencio unos segundos.

—¿Te agradan o te agradan los niños en general?

El corazón se me acelera e intuyo su respuesta, conozco a Aisha Russet desde que tengo memoria....

Es solo que quiero oírlo.

Aisha suspira interrumpiendo mis pensamientos.—¿Me preguntas si me agradan los niños o si me agradaría tener niños contigo?

—Sabes que...

—Si.

La respuesta agita mi corazón y ella sonríe.

—Aunque aun es temprano y acabo de tener un momento anticonceptivo en casa de los Evans.

Me rio.

—¿Qué paso?

—Las gemelas y sus desastres.

—Supongo que son el karma de Aiden.

—No lo dudo.

Nos reímos.

Y de pronto ella pregunta.—¿Ya puedo comprar los pasajes, Drew?

Arqueo una ceja.—Creí que ya los habías comprado.

—Queria escucharte primero.

—Hazlo.

Sus ojos se iluminan, le tomo el rostro y junto sus labios a los míos.

—Te amo, fresita.—Le prometo.

—Y yo a ti, profesor Drew.

Me rio y vuelvo a besar a la mujer que amo.

Nuevo capítulo.

Una etapa para ellos esta por empezar...

Nos leemos.

>>Yiemir