04

Le duele. Todo su cuerpo se siente gelatinoso. Está tenso y de muy mal humor, el cuerpo debajo del suyo lo abraza como si fueran amantes y eso lo enferma. Mira de reojo a Seonghwa recostado a su lado y vuelve a sentir las huellas de delicadas manos tocándolo, preparándolo. Ellos jamás habían estado dentro suyo al mismo tiempo, y no quería repetir la experiencia.

Se sienta lentamente y jadea al sentir un ligero palpitar, no sabe si viene de la polla de Jongho o de su propio agujero estirado a su alrededor. Lo mira buscando remordimiento, buscando culpa o algo que le dijera que esta gente no está haciendo esto porque quiere, pero solo puede ver un rostro tranquilo.

Se mueve hacia adelante buscando algo debajo de su almohada, Jongho se queja y aprieta su cintura con algo de fuerza.

―Mingi-ssi, ¿no crees que ha sido suficiente por hoy? ―murmura Jongho con voz cansada. Sin embargo, no abre los ojos hasta que siente un metal frío presionando su frente con un ligero temblor.

Jongho lo mira con asombro, todo su cuerpo se tensa y Mingi muerde sus labios con fuerza odiando a su cuerpo por reaccionar ante el calor que le proporciona el lugar donde están conectados.

Mira la mano de Jongho deslizarse lentamente hasta tomar la mano de Seonghwa y lo ve apretarla con fuerza, Seonghwa no reacciona pero quizás eso no es lo que Jongho estaba buscando. Jongho no dice nada y Mingi solo quiere disparar, quiere acabar con esto incluso si después los otros lo matan a él.

Lágrimas bajan por sus mejillas y Mingi las limpia con furia, odiándose por no atreverse a matar ni a una sola mosca. Jongho no suplica, solo continúa en silencio y Mingi no sabe si eso es bueno o malo, si debería levantarse, seguir apuntando y escapar tan lejos como pueda, ¿pero adónde irá? ¿Tomarán represalias contra su madre, la razón por la que estaba en todo esto en primer lugar? Su mano continúa temblando, ajusta el agarre en el gatillo y ve a Jongho cerrar los ojos, esperando el disparo.

Mingi lo hace.

Un gemido sorprendido sale de los labios de Jongho y abre los ojos nuevamente, Mingi mira su arma por un segundo y luego la arroja al suelo con fuerza.

Jamás ha estado cargada, solo era un arma para asustar a la gente cuando era un ladrón a tiempo completo.

Mingi se desploma sobre el pecho desnudo de Jongho y llora contra su piel, sollozando en un tono bajo para no despertar a Seonghwa. Las manos de Jongho lentamente se dirigen a su espalda y lo acaricia, consolando silenciosamente.

Mingi era un tipo grande, fuerte, podría reducirlos fácilmente, ¿qué lo detenía? ¿Era el miedo? Mingi no estaba seguro de sentir miedo hacia ellos, todo lo que sentía era confuso.

Jongho lo acuesta a su lado, saliendo suavemente de su interior y llevando sus manos ahora cálidas al rostro cubierto de humedad de Mingi, le acaricia los párpados y las mejillas huecas. Mingi no entiende por qué Jongho lo consuela después de lo que ha hecho.

―Está bien, Mingi, llora.

Mingi jamás se había quebrado delante de alguien más, solo su madre conocía esa parte vulnerable de él. Ni siquiera había llorado una sola vez después de que estos hombres hicieran lo que quisieran con él, hasta ahora.

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