Capítulo 8
Hoseok estaba sentado en una orilla mientras los trapecistas hablaban cosas que todos entendían, menos él. Recordaban chistes de hacía años, se reían de no sé qué cosa que le había pasado a fulanito de tal arriba de la cuerda floja. Miraban de reojo y hablaban de Yoongi a su espalda, y cuando lo veían, lo saludaban con respeto y preocupación.
Odiaba eso. Cada desayuno, almuerzo y cena era la misma cosa. Quería ser reasignado a otro cuarto, con personas más amistosas y más transparentes. El trío de chicos esos que tenían al perrito eran más amables y parecían genuinos. El bajito de labios gruesos había fundado el circo con Yoongi, por lo que Hoseok sabía que era una persona de confianza. Sin embargo, tenían todas las camas del autobús ocupadas. En realidad, aunque tuvieran una cama libre, no quería parecer un llorón, mal que mal, era el recién llegado.
Lo bueno era hablar con Yoongi por las noches. El jefe en algún momento había sido un fanático de dormir, le había confesado, pero ahora le costaba mucho. Pensaba demasiado en sus responsabilidades, planificaba nuevas ideas, y aunque se veía tranquilo, su mente corría a mil por hora. Yoongi le contó muchas cosas de las que no creyó tener el privilegio de saber, pero lo tuvo, y así también Hoseok sentía que podía expresarse libremente con él, reírse fuerte, mostrarse ridículo, y Yoongi jamás lo juzgaría.
Una de esas noches, en que Hoseok ya no podía más con la soledad, se refugió en su abrazo y Yoongi, sin pensarlo mucho, buscó sus labios. Como si estuvieran contra una bomba de tiempo, ambos corrieron hasta la casa rodante en donde Jung se alojaba y sacaron todo, para trasladarlo a la casa de Yoongi, y desde allí, Hoseok pasó a ser algo así como "el chupa pija del jefe".
La gente comenzó a respetarlo, no sólo por tener a Yoongi de su lado, sino también, por su talento en el trapecio. Algunos se fueron, otros llegaron, y Hoseok fue pavimentando su camino como un artista consolidado en el circo.
Hasta que llegó el día en que por fin pudo reír con todos, y ser tan espontáneo como siempre quiso, sin que nadie lo cuestionara.
Hoseok había estado pensando durante toda la mañana en lo que Namjoon le había dicho después del show de debut en Samhakdo. Había sido bastante directo, respecto a la forma injusta en que estaba tratando a Seokjin y si acaso estaba desquitándose por la forma en que él fue recibido cuando llegó al circo, hacía unos años atrás. En el momento, Hoseok no supo que decir, la verdad era contundente y simplemente agachó la mirada y revolvió la tierra suelta del suelo con sus pies. Era cierto. Estaba tratando a Seokjin tal como lo trataron a él cuando llegó.
No iba en su naturaleza ser celoso, ni vengativo, y lo sabía, se conocía bien. ¿Pero y Yoongi? ¿Sería del tipo de persona infiel? Hablaba con Seokjin por las noches tal como lo hizo con él cuando llegó. En esos años había llegado un montón de gente y Yoongi no gastaba su tiempo en conversar con ellos bajo las estrellas. Había algo distinto con Seokjin que lo hacía sentir desplazado, pero a la vez, la culpa lo carcomía por dudar de Yoongi.
Había visto a Seokjin y Taehyung bastante cercanos, pero no parecían tener nada serio, sólo una aventurilla. Le había dicho duramente a Jin que de seguro Tae sólo lo quería para tener sexo y nada más, pero eso era como hablar de alguien completamente opuesto a Taehyung, quien se enamoraba perdidamente cuando alguien le gustaba, y no podía controlarse. Si terminaban juntos, no estaría mal, ya no se sentiría inseguro respecto a Yoongi.
¿Sería necesario conversarlo? De seguro Yoongi le diría algo así como "estás siendo paranoico". Namjoon le aconsejó hablarlo, la comunicación es fundamental en una pareja, y él con Min siempre se dijeron las cosas. Pero algo lo detenía, y Hoseok sabía que era esa sensación de ser un caprichoso y egoísta.
~
Taehyung y Seokjin estaban besándose en la cama del mayor, hechos un atado de brazos y piernas enganchadas cuando oyeron a Jimin y Jungkook entrar algo borrachos al bus. Sigilosamente, Taehyung se despidió y se arrastró a su propia alcoba, sonriendo pícaro, en un acto clandestino, mientras Jin se reía también, mordiendo un cojín para no soltar una risotada sonora.
- TaeTae y Seokjin-hyung ya están dormidos, Kookie – dijo Jimin, asomándose a la pieza del rubio y luego a la del mayor.
- Ven acá
Seokjin y Taehyung escucharon risas coquetas y besos ahogados, que luego se calmaron.
- Oye...
- ¿Qué, Kookie?
- ¿No crees que Namjoon se te acerca demasiado?
- Kookie... conozco a Nam hace tantos años...
- Te toca mucho, y eso me molesta
Taehyung abrió los ojos como platos y dispuso los oídos a escuchar con precisión. Al otro lado de la pared, Seokjin hacía lo mismo, pero estaba algo lejos para poder captar todo.
- Uhm... él sólo es amable
- No lo sé, hoy lo vi contigo... y me sentí celoso
Jimin tragó saliva. No había pensado en tener que contarle a Jungkook. Sí, sabía que en algún momento tendría que hacerlo, pero su pecho se sentía atravesado por una espada de sólo pensarlo.
Quería mucho a Kookie, y quería mucho a Namjoon.
¡Eran tan distintos!
Jungkook, niñato, celoso, intenso y dramático, pero también una ternura. Su risa lo llenaba de alegría. Sus manos fuertes lo sostenían, literal y espiritualmente, en cada caída. Jungkook lo llenaba de alegría, y aunque a veces se sentía como disciplinando a un niño, Kook siempre buscaba su amor con los gestos más adorables. No solía decir "te amo" o "te quiero", pero un "vi esto y me acordé de ti" era su manera típica de hacerle saber a Jimin que pensaba en él todo el tiempo.
Jimin se estremeció cuando Kookie le dijo "te quiero" allí en el camarín, de la nada. Era como si supiera que algo pasaba.
Namjoon, por otra parte, era un hombre maduro, eso de los celos era materia superada. Era menos denso, pero también menos demostrativo. Sabía siempre qué decir para aconsejar, le daba fuerza, lo contenía, pero era más ausente. Después de tener sexo no era del todo cariñoso. Sí, lo besaba hasta cansarse, pero no era del tipo de quedarse regaloneando en la cama.
Ambos eran un mundo diferente, y a esas alturas, Jimin no podía decidir.
- No te preocupes, Kookie, no pasa nada, yo creo que Namjoon ni se da cuenta, es sólo que... me conoce desde hace tanto
Jungkook suspiró, y escondió su gesto de decepción en el cuello de Jimin, dándole un abrazo para abrigar su corazón. Por alguna razón, no se sentía convencido, y era que se había dedicado a conocer al muchachito de cabello plateado incluso más que Kim Namjoon y que él mismo.
~
La segunda noche de actuación fue completamente alucinante. Hoseok estaba más preparado para las locuras de Seokjin así que simplemente actuó por memoria muscular. El chico rosa dio su salto quíntuple a ojos vendados con un éxito aún superior que la noche de debut, pues la gente había corrido la voz de que el evento era espectacular, y llegó más público que para la noche anterior.
Así, cada noche era una celebración, y cada día ensayos, hasta que llegó el turno de despedirse de Samhakdo e instalarse en el centro de Mokpo. Viajaron junto a toda la caravana, para quedarse unas dos semanas allí y luego migrar a otro lugar.
Seokjin atesoraba cada ensayo como una muestra de la química que estaba forjando con Hoseok. No habían vuelto a tener ningún tipo de encuentro violento ni intercambio de palabrotas. Tampoco hablaban mucho, pero lo importante era que conseguían ensayar sin estarse lanzando veneno.
Yoongi le había comentado algo en una de esas noches de conversación. Al parecer, Hoseok estaba comenzando a sentirse verdaderamente triste y desconfiado con él. Yoongi nunca lo había visto así, y lo entendió, pues Hoseok le dio todas las razones de su sentir. Quizás lo había abandonado un poco, pero siempre fue sincero, jamás se le pasó por la mente engañarlo. Sólo quiso acoger un poco a Seokjin en su soledad, pero Jin ya había conseguido forjar amistades.
- Tienes que estar con Hoseok, él te ayuda mucho, te ama, y le gustaría pasar las noches contigo – le dijo Seokjin, atreviéndose a meterse en su intimidad, con algo de miedo, pero consiguiendo mover un motor dentro de su jefe.
- Tienes razón - le respondió, y fue a acostarse de inmediato – ve a dormir también, alguien te espera, tal como a mí
Seokjin se sonrojó ante la sonrisa cómplice de Yoongi. Entró a la casa rodante y se dejó abrazar por un muchachito rubio que lo extrañaba tras pasar un par de minutos sin él.
Jin ya no estaba sufriendo tanto para dormir como al principio, y ya no necesitaba de las charlas con Yoongi, que en algún momento le sirvieron de arrullo. Era mucho más llenador para su alma dejarse abrazar por Taehyung cada noche y escuchar su risita tímida.
~
La última noche en Mokpo fue multitudinaria. Había gente que se quedó afuera sin ticket, y empujaban para poder entrar y mirar aunque fuese por una orilla de la carpa. El asunto se había descontrolado un poco, hasta se armó una pelea arriba en la gradería, y Namjoon tuvo que intervenir. Al rato, estuvo más tranquilo, y como en cada presentación, cerraron con éxito. Yoongi brindó junto a Hoseok, Namjoon y los trapecistas en su casa rodante, mientras que los payasos y bailarinas tuvieron una cena al aire libre junto a la carpa. Jungkook y Jimin salieron de fiesta a la ciudad, iniciando el descanso que tendrían para el proceso de mudanza e instalación.
- Tenemos el bus para nosotros, hyung – le dijo Taehyung a Jin disimuladamente, apretando su mano con premura. Seokjin le sonrió miró atrás, y todo el mundo parecía ocupado en sus propios asuntos.
- ¡Vamos! Yo iré, cuenta hasta veinte y vas tú
- Okay hyung – exclamó el menor, emocionado. En todo ese tiempo, habían estado reprimidos por la presencia de Jimin y Jungkook. El par no parecía sospechar nada, pues, conociéndolos, ya le habrían preguntado hasta hacerlo decirles la verdad. Jimin sólo sabía que Taehyung sentía una atracción casi fatal por su hyung, pero el muchacho de pelo plateado no tenía la menor idea de que su amigo ya se encontraba satisfaciendo ese apetito.
Y sí, estaban siempre allí, con ellos. Al desayuno, el almuerzo, la cena, la hora de dormir. Simplemente no tenían tiempo a solas, y de seguro, Kook y Jimin pensaban lo mismo. A medianoche, Taehyung iba a meterse a la cama de Seokjin a besarse con él haciendo el menor ruido posible, y las cosas no habían avanzado más que eso. Besos dulces, otros fogosos, algo de petting con ropa interior, pero casi nada más. Ah, y esa vez en que Tae se corrió después de tanto roce y manchó el abdomen del mayor. Completar lo que faltaba era lo siguiente y lo sabían, pero la falta de privacidad compungía a Taehyung. Seokjin podía dejarse coger ante una audiencia y no le importaba, pero el asunto era hacer a Tae sentirse cómodo con su cuerpo, su espacio y su intimidad.
A decir verdad, no lo habían conversado mucho. Solían hablar de muchas cosas, pero no habían llegado a ningún tipo de pacto especial que los comprometiera. Sin embargo, cada noche, Jin esperaba al muchachito y le entregaba su calor, para luego dormirse envueltos en un aura de erotismo con ganas de desenfreno.
Seokjin esperó en el bus, algo nervioso. Había en ese encuentro una cierta cuota de culpa, por estar haciendo las cosas sin que los otros supieran, y compartiendo una satisfacción egoísta. Pero estaba bien, también necesitaban algo que fuese sólo de ellos. Ya era suficiente el espacio y tiempo compartido con todos, cada día en el circo.
Taehyung entró y puso seguro en la puerta, y vio a Jin acorralado, como un cervatillo, apoyado en la mesita de la cocina, mirándolo expectante. Taehyung apuró el paso y lo abrazó por la cintura, devorando su boca sin pedir permiso, y Seokjin se sostuvo de su cuello cuando el rubio lo levantó para subirlo a la mesa. El mayor gimió ante el inesperado acto, y sonrió al sentir que provocaba tanta desesperación en el muchacho. A decir verdad, él también la sentía, quemando por debajo de la piel, pero se esforzaba por parecer más sereno. Se suponía que era el mayor, el que tenía la experiencia, no podía evitar mostrarse tan vulnerable y fuera de control.
Taehyung buscaba sus labios con ímpetu, atrapaba la boca hinchada y rosada entre sus dientes, le interrumpía el aliento con la lengua. Jin intentaba seguir el ritmo frenético del instinto casi adolescente de Taehyung, pero se veía abrumado por su desespero.
El rubio comenzó a bajar con su boca, hasta besar su mandíbula y cuello. Al principio sólo rozaba la piel con los labios y la nariz, consumiendo el aroma del mayor como una fragancia deleitante, y luego, le abrió la camisa, con las manos temblorosas, tardándose un buen par de segundos en quitar cada botón. Seokjin lo miraba, con una sonrisa tierna, mientras Taehyung parecía algo avergonzado por su torpeza. El de cabello rosa estiró su cuello buscando un beso, distrayendo a Taehyung del asunto de desabotonar la ropa, y terminó haciéndolo él mismo. Apenas la piel estuvo descubierta, Taehyung la recorrió con las palmas, sus yemas apenas tocándolo, como si fuese a quemarse.
Cuando por fin puso las manos en contacto directo, sintió un impulso de energía viajar por todo su cuerpo, concentrándose a la altura de su pelvis (si es que se podía más, porque Taehyung venía sintiéndolo desde que entró al bus, hasta escalar a una sensación irrefrenable). Tocó los pezones del mayor, los cuales se endurecieron inmediatamente, y Seokjin gimió. Taehyung comenzó a hacer pequeños círculos con los dedos, alrededor de cada botoncito rosado, y Jin tuvo que sujetarle las manos para que se detuviera, porque era demasiado sensible allí.
Taehyung, terco y obstinado, obedeció a medias: sí, quitó las manos, pero comenzó a usar la boca. Envolvió el pezón entre sus labios y lo chupó, haciendo succión con los dientes, y luego soltándolo, dejándolo enrojecido. Seokjin se sentó en la superficie de la mesita abriendo las piernas, dejando un cómodo y caliente espacio para Taehyung entre sus extremidades. El rubio se sintió invitado a tocar y avanzar más y más, jugando por encima de la ropa.
El de cabello rosa cortó un último beso, para luego mirar a Tae a los ojos y pedirle una pausa mínima. Se bajó de la mesa, y se arrodilló en el piso, acariciando los muslos del muchacho. Taehyung, quien no necesitaba ser adivino, sabía para dónde se encaminaban las cosas. Jin subió por sus piernas amasando sus músculos hasta palmear su pene erecto por sobre el pantalón, y después de mimar allí un poco, jaló los pantalones de buzo abajo, deslizándolos, escurridizos, dejando el bóxer puesto.
El color gris no es precisamente un tono para disimular nada, y Seokjin podía verlo en detalle, la punta marcada por una mancha mojada mucho más oscura en la ropa interior. Rozó su cara por la dura extensión como un devoto, sintiendo la humedad en una de sus mejillas, y el aroma almizclado del sexo. Taehyung se contenía, intentando no hacer ruido, pero su respiración gruesa hacía eco en la pequeña casita. Jin metió la mano dentro de la tela, experimentalmente, y lo agarró.
Siendo honesto consigo mismo, ya lo había pensado. Cuando besaba a Taehyung, en esas noches de curiosidad, podía sentirlo, duro, empujando contra su cadera y miembro. Por fin podía verlo, en toda su magnitud, lleno a más no poder, y listo.
Jin sólo podía pensar en que amaba el color de su piel allí, un poco más morena que sus brazos y pecho, y mucho más suave. Taehyung era lindo en todo su cuerpo. Mientras su mano subía y bajaba estimulándolo, se dedicaba a observar la expresión del rubio, que traía la boca abierta y los ojos nubosos. Taehyung, con una mano, completamente roja por la fuerza, se sujetaba de la madera de la mesa, y la otra mano empuñada se acercaba a su boca para morder uno de sus dedos y ahogar sus súplicas.
Seokjin abrió la boca con una calma desesperante para Taehyung, y pasó la lengua lentamente desde la base a la punta. El sabor ligeramente salado del presemen invadió sus papilas, y cerró los ojos para potenciar sus sentidos. Comenzó a chupar, enérgicamente, a veces sólo recorriendo hasta la mitad, y en intervalos llegando al fondo. Taehyung empezó a gemir con todas las de la ley. Se sintió más que en confianza como para tomar la cabeza de Seokjin, y comenzar a moverla, con el fin de meterse en su boca con más opresión.
Tenía a Seokjin sujeto del pelo, y entre cada uno de sus dedos veía el crecimiento del cabello oscuro de su hyung. No quería distraerse pensando en cómo se vería Seokjin en su apariencia natural, pero por un segundo lo imaginó, tan precioso como un príncipe de cuento. No tuvo oportunidad de imaginar más cosas porque sintió su pene ser engullido precipitadamente y envuelto por una calidez más que exquisita. Miró abajo, encontrándose con los ojos de su hyung, humedecidos y brillantes. Tenía una expresión de calentura extraordinaria, como si amara tanto chuparla, que lloraría. Taehyung sintió excitarse aún más, si es que era posible, y tomó la cabeza de su mayor con ambas manos para comenzar un ritmo diferente, uno en el que él tenía el control, follando su boca. Podía escuchar con nitidez los sonidos mojados de cada chupada, deseando poder dejarlos grabados en su memoria para siempre.
Cara cierto rato, Jin le daba golpecitos en los muslos para parar, y dejaba de chupar para tomar aire. La saliva corría densa por su mentón, chorreando el piso. Las mejillas y nariz estaban pintadas de rosado, y en la esquina de sus ojos se formaba una lagrimita. Se limpiaba un poco el mentón con el dorso de la mano, y continuaba con su tarea. Taehyung estaba gimiendo grave e intenso, pero suavizó su trato con Jin. Comenzó a acariciar la cabeza de su hyung, despejándole la frente, y masajeando con la punta de los dedos el nacimiento del cabello.
No había pasado mucho rato cuando escucharon las voces de Jimin y Jungkook cerca. Se escuchaban un poco ebrios, con la voz pastosa, y muchas risas. Seokjin abrió unos ojos grandes, señalando sorpresa, y miró a Taehyung, quien se notaba en suspenso también, pero sin intenciones de pausar nada.
- M-más rápido, hyung – rogó Taehyung, no interrumpiría la mejor mamada de su vida por abrirle la puerta a esos dos. Jin obedeció, y aceleró el ritmo, combinando el trabajo de su boca con el de su mano, haciendo caso omiso a las peticiones de Jimin y Kook.
- DEJENME ENTRAAAAR – gritaba Jungkook afuera, simulando la voz de un alma en pena. – Soy la monjaaa – luego se reía como un desquiciado.
- Kookie, parece que están durmiendo... ¿no tienes llave?
- Durmiendo van a estar, de aquí los escucho coger. ¡No, mentira Tae! Es una broma, abre ya
Jimin se reía como un niño pequeño y luego las risas se volvieron un murmullo.
- Parece que nos quedamos afuera...
- Esperemos – Jungkook dio unos golpes a la pared y se quedaron un momento afuera, sentados en una mesita en la que comían bajo una sombrilla cuando hacía calor.
Mientras tanto, Jin continuaba practicándole el oral a Taehyung, quien pese a la desconcentración del momento, no vio interrumpida su excitación. Con un último gemido, grave y vibrante, le avisó a Jin que se corría, y el mayor continuó hasta el final, recibiendo parte de la esencia dentro de su boca, y el resto lo dejó salpicar su mejilla y nariz. Se veía completamente arruinado, y con un último gesto lascivo, abrió la boca y le mostró la lengua a Taehyung, con el semen allí, pintando la superficie con una mancha blanca y espesa, y Seokjin cuidó de no dejarlo caer, tragándoselo casi inmediatamente.
Le sonrió a Taehyung, orgulloso de su trabajo, y el rubio le devolvió el gesto alegre, acariciándole el pelo, y cogiendo un pañuelo de su bolsillo para limpiarle la cara de los restos de esperma. Le ayudó a ponerse de pie, y le dio un último y largo beso. Miró abajo, a la pelvis de su compañero, y notó que Jin aún estaba excitado, no consiguiendo culminar con un orgasmo, pero en realidad, al mayor no le importó demasiado. Sabía que vendrían muchas oportunidades más. Estaba satisfecho por el sólo hecho de complacer a Tae.
- Otro día, TaeTae, ahora hay que abrirles la puerta a estos dos
- Pero... no quiero que te quedes con las ganas...
- No te preocupes, ya lo arreglamos
Jin volvió a besarlo, casi con amor. No sabía exactamente qué era lo que matizaba a ese beso pero lo llenó de calor por dentro. Taehyung sostuvo su rostro entre sus grandes manos, y lo miró a los ojos con adoración.
- Casi me muero, hyung... tenemos que hacerlo de nuevo, quiero hacértelo también... - Taehyung se enredó en los brazos de Jin, quien lo mimó por un breve momento y luego se excusó al baño, a olvidarse de su erección y lavarse la cara y los dientes.
Taehyung se compuso un poco la ropa y salió a atender Jimin y Jungkook con una sonrisa imposible de ocultar.
- Hola chicos
- Tae, ya íbamos a ir a dormir a la carpa de los polvos, pensamos que estaban durmiendo – le comentó Jimin
- Uhm... Jin sí, está dormido ya – respondió, rascándose la nuca. No le agradaba mentir.
- Tienes cara de que estuvieron haciendo crujir el catre toda la tarde – dijo Kook, analizando su rostro, y Jimin se echó a reír
- ¡¿Qué?! – Taehyung se puso aún más rojo de lo que ya estaba, tocando sus propias mejillas, desconociéndose. La piel le ardía.
- Ay TaeTae, no le hagas caso - Jimin acarició su hombro, riéndose, y entró al bus, seguido por su novio.
Kook pasó directo a beber algo de agua, luego fue a lavarse los dientes y se acostó. Jimin se quedó mirando algo de televisión, acompañando a Taehyung mientras éste buscaba su pijama.
- Oye, ¿cuándo vas a contarme?
- ¿Qué cosa?
- Lo que está pasando, tú y alguien más... Taehyung, puedes disimular muchas cosas, pero el olor a sexo que había aquí cuando llegamos...
- ¡Sshhhhh! – el rubio lo hizo callar, con un gesto con el dedo índice en sus labios. – Voy a contarte, pero después, otro día
- Sólo dime, ¿es Seokjin?
- Sí. – Jimin estaba a punto de pararse a celebrar y abrazarlo, pero Taehyung lo detuvo, poniendo las manos adelante en señal de que parara. - Ya, demasiadas preguntas por hoy, ahora a dormir
- Tienes que contarme todo mañana, ¿ok?
Jimin le dio un abrazo y le deseó buenas noches. Taehyung fue a acostarse también, no sin antes quedarse un momento pensando, sentado sobre la cama. Acababa de subir de nivel con Seokjin, y de allí era obvio que las cosas seguirían encumbrándose más y más. Sintió su cortina abrirse desde el sector en donde dormía Jin, y vio su rostro candoroso asomarse, como pidiendo permiso. Sus ojos brillaban como pequeños luceros, y sus labios gruesos se escondían en una sonrisa tímida. Taehyung palmeó encima de la cama, invitándolo, y el mayor entró. Llevaba únicamente ropa interior, y su piel parecía de marfil bajo la luz de la luna, que se colaba por la ventana. El deseo de Taehyung no tenía descanso, y sus pupilas crecieron intentando memorizar cada detalle. Los hombros siempre anchos, el abdomen plano, la cintura delgada, con una ligera curva en las caderas. Tenía un lunar bajo su clavícula, que Tae había estado besando con celo hacía sólo un rato, y ya quería poder hacerlo suyo de nuevo.
Seokjin avanzó, pero no se sentó junto al dueño de la cama, sino que se puso de pie frente al dueño del cuarto y lo abrazó. El muchacho apoyó su cabeza en el pecho desnudo de Jin, y se relajó allí, en el calor del abrazo.
- No sueles ser tú el que se cambia de cama... – Taehyung susurró, levantando la vista para encontrarse con la mirada de su hyung. Mimaba la espalda y cintura de Jin con exquisitez.
- Es verdad, siempre eres tú, pero te estabas demorando mucho
- Ah... - sonrió - ¿me extrañabas, hyung?
- Hmm... sólo tenía frío – Seokjin tenía esa costumbre de encubrir sus sentimientos, que Taehyung de a poco comenzaba a notar. Sin embargo, se delató, echándose a reír despacito apenas Tae le cobró sentimientos con la mirada.
- Hyung mentiroso, si sólo hubiese sido frío, te habrías puesto pijama y otra manta - Taehyung, impulsivamente, le dio una palmada en la nalga y Seokjin rió, intentando con gran esfuerzo no hacer mucho ruido. – Ven acá
Taehyung abrió la cama y le dio espacio a Seokjin, quien se acostó inmediatamente. El rubio se quitó los zapatos, el resto de la ropa, y entró bajo la sábana a acompañar al mayor. Buscó su rostro y plantó besos en su mejilla, nariz, y finalmente los labios, que lo recibieron con cariño y ardor.
Quizás Seokjin en un buen tiempo no reconocería ese cariño con palabras, pero que abandonara su lecho para buscar la compañía de Taehyung, era suficiente para que el rubio sintiera el mundo dado vuelta. Envolvió al mayor en sus brazos, y cerrando los ojos con fuerza, rogó a quien lo escuchara por una oportunidad para tener algo más que sólo su cuerpo a escondidas.
Holas mi gente :3
Antes que todo les agradezco por leerme, como siempre :3 Gracias por los comentarios y los votos :3 Alegran mi existencia :3
Les cuento que me hice un perfil en twitter, allí soy JinnieAlpaca, por si desean seguirme. Posteo cosas sobre BTS y en su mayoría TaeJin. Advierto que soy hard stan, así que si ven alguna cochinada allí, no me reclamen después XDDD
Tardaré un poco en subir el siguiente capítulo ya que me voy a Argentina :) Pero volveré a fines de enero! Así que espérenme con ganas de leer n__n
Besos, los/as quiero mucho!
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