Capítulo 12
Seokjin estaba haciendo la cama cuando Taehyung entró. El muchachito se veía algo pálido, y frío ante las muestras de afecto, como nunca antes. Seokjin se había acercado a besarlo y juguetear como una pequeña gacela, y Taehyung lo miró con un gesto serio, devolviendo el beso a duras penas.
- Uhm ¿pasa algo?
- Eh... estoy algo enfermo. No quiero pegarte un bicho
- ¡Eso nunca nos ha importado! – Seokjin exclamó, cogiéndolo de las manos y balanceándose contento. – Nunca sentiría asco por ti, Tae
¿Asco?
No, no era nada remotamente parecido. Podía estar impactado como por una bala en el pecho con lo que sabía, pero jamás asqueado por Seokjin. Acercó al mayor a su cuerpo tomándolo por las manos, con los dedos entrelazados, y lo besó en los labios. Apresó la pequeña carita de Seokjin entre sus palmas y falanges largas y estilizadas, y profundizó el contacto, curioseando con la lengua y el aliento.
Seokjin le sonrió, radiante como todos los días.
¿No sentía culpa? ¿Nunca? ¿Ningún día, en todos esos años?
- Sí, así se besa – le dijo, con un tono engreído, y lo abrazó, descansando la cabeza en el hombro de Taehyung. Se separó de él a minuto, continuando con las tareas de la casa, de mala gana – Hoy he tenido que hacer un montón de cosas, solo quiero subir al trapecio a liberarme
- Hm...
- Si te sientes mal, deberías tomar una siesta, Taehyungie. La cama está lista.
- Ok, Jin hyung
Taehyung se dejó caer como un saco de papas sobre el cobertor y abrazó un cojín. Seguía sin poder creer que lo que leyó en el periódico era real, no podía ser cierto. Seokjin era una persona tan amorosa y tierna. Sí, tenía un carácter difícilmente domable y podía llegar a ser muy terco, pero solamente cuando alguien lo presionaba, el resto del tiempo era un ser de amor y luz.
Decidió cerrar los ojos y dormir hasta sentirse descansado.
~
Se levantó a la hora después, para merendar algo. No había conseguido descansar, pasando casi la mitad del tiempo pensando y dando vueltas en la cama. En algún momento de letargo, Jin le dejó un vaso con limonada en el velador, cubierto con una servilleta, para cuando despertara. Sí, sabía que había sido Jin, sólo él se preocupaba tanto con ese tipo de detalles.
Aún no sabía qué pensar exactamente sobre Seokjin. En su cabeza seguía pareciendo una pesadilla sin final. Escuchaba las risas de Seokjin, Jimin y ¿Kookie? Sí, era su inconfundible risa. Se sentía contento de que los tres estuvieran compartiendo nuevamente, pero no podía hablar de una alegría absoluta.
Seokjin le había mentido.
Se preguntaba si es que todos sabían de antes, menos él. O quizás, era un secreto que sólo Yoongi conocía y dejó pasar. O probablemente, sólo Jin sabía y se lo guardó todos esos años. Algo como eso debía ser difícil de admitir, después de todo.
Suspiró, una vez más, y salió del cuarto. El primero en verlo fue Jungkook, ya que Jimin y Jin estaban dando la espalda a las habitaciones.
- Tae, mírate por favor – dijo, conteniendo una risa a duras penas
Taehyung estaba chasconeado y con un gesto de sueño aún. Se sentó a la mesa, al lado de Jin, y el mayor inmediatamente lo acurrucó entre sus brazos.
Se sintió extraño. Pero de todas maneras dejó caer el peso de su cabeza sobre el hombro de Jin. Dios, lo amaba tanto, pero no podía concentrarse en las caricias, ni en el calor corporal de su novio. Su mente se estrechaba, como un túnel, camino hacia la desconfianza absoluta.
- No esperaba verte aquí – se esforzó por sonreírle a Kookie a modo de bienvenida. Jimin miraba la escena, ilusionado, con la expresión con la que un niño mira un regalo sin abrir.
- Uhm... sólo vine a cenar, nada más – respondió el menor de todos, esquivando las miradas, casi hablando para sí mismo. Se notó inmediatamente un cambio en la atmósfera alegre de la tarde, y Jimin comenzó a jugar con la comida en su tenedor. Jungkook no volvería, era absurdo pensar que de la nada regresaría a casa.
¿Por qué las cosas no podían ser como hacía unos meses atrás? No saber nada sobre lo de Seokjin, Kookie y Jimin juntos y felices... quizás era pedir demasiado, con tantos secretos por debajo, en algún momento todo explotaría, y ese día se acercaba a pasos agigantados.
~
Seokjin colgaba en el trapecio mientras Taehyung lo observaba desde abajo. Su cuerpo cortaba el viento, tan elegante y grácil como siempre, los músculos tan firmemente sujetos a la barra y a la supervivencia. De a poco comenzaba a entender por qué Seokjin nunca quiso sostener a Hoseok, ni a él. No era un simple capricho de divo de circo famoso. Era algo más, que desconocía, pero que entendía como miedo, probablemente.
No lo sabría hasta hablar con Seokjin, y eso era lo que precisamente quería evitar.
El mayor había estado preguntándole día tras día si le pasaba algo, que lo encontraba raro, que no era el mismo. Taehyung solo le decía que estaba cansado por los ensayos y las funciones de cada noche. "Estar cansado no explica que abraces a la almohada en vez de a mí en la noche", se lo dijo como chiste, pero sus ojos en realidad mostraban angustia.
Para peor, Taehyung quedó tan pasmado con el comentario que no supo qué responder y empezó a tartamudear, y eso para Seokjin fue respuesta suficiente. Pasó la tarde planchando, doblando y desdoblando una y otra vez la misma ropa.
- Creo que quiere terminar conmigo, y no sabe cómo hacerlo – le dijo a Yoongi en una noche de observación estelar. Le costó un montón sacar la frase completa sin que se le quebrara la voz
- Por favor Seokjin, no había visto a Taehyung tan enamorado en mi vida
- Quizás se le pasó
- No, no, el Taehyung que conozco es un persistente... ¿por qué estas pensando esas cosas? En serio, Seokjin ¿desenamorarse de ti? Estás loco. Quizás está en alguna crisis existencial y ya se le pasará
- Quisiera creer eso... pero ya... ya ni siquiera quiere besarme
Se cubrió la cara con las manos y pasó, finalmente pasó, lo que había estado reprimiendo con murallas de chistes y una obsesión por el aseo. Lloró, con toda fuerza, mientras Yoongi sobaba su espalda y hacía sonidos como "yaaa shh shhh" como consolando a un bebé. Ver a Seokjin llorar ciertamente lo descolocaba, pues la dureza en cuanto a las expresiones de tristeza era un punto en común entre los dos. Nada que dijera mejoraría las cosas, así que sólo se dedicó a dejarlo llorar, todo lo que quisiera y necesitara, y masajear su espalda afectuosamente.
Al rato, Seokjin se sonó la nariz y exclamó que no podía seguir así. Agradeció a Yoongi, por escucharlo y contenerlo, y se fue a su casa. Mojó su cara en la llave del lavaplatos, y camino hasta la pieza, en donde Taehyung ya estaba acostado. Se quitó la ropa y se metió a la cama.
Apenas estuvo acomodado, Taehyung lo abrazó firmemente y lo apegó a su cuerpo.
- Te extrañé
- Solo salí un momento... - Seokjin sonrió. Últimamente valoraba muchísimo cualquier mínima expresión de afecto por parte de Taehyung, sentía que lo perdía de tan esquivo y arisco que se había puesto en esos días.
- Sólo no salgas de mi vida
- ¿Estás hablando dormido?
- No... ¿fui demasiado profundo? – preguntó, con la voz ronca y adormilada. Seokjin podía decir que ese era uno de sus mayores placeres, escuchar la voz grave de Tae a medio despertar, para él era una de esas cosas simples de cada día que lo hacían inmensamente feliz.
¿En qué momento se había enamorado tanto de ese chico, al punto de sentir que prácticamente su felicidad dependía de él? Para Seokjin eso era una muestra de debilidad que antes no se habría permitido. Pero Tae lo había hecho tan fácil, con sus mimos, su sonrisa, su afán protector, el sexo feroz, la originalidad de sus ocurrencias. Se aferró a las manos grandes y cerró los ojos, más por satisfacción que por somnolencia.
- Tienes olor a llanto – agregó Taehyung, con esa forma tan suya de decir las cosas y que había atrapado a Seokjin desde el día uno.
- ... Sí, lloré un poco – reconoció Seokjin, tardando unos segundos en responder. Le costaba asumirlo, pero no podía negárselo.
- Amor, no... ¿Qué puedo hacer?
- Estos días has estado tan frío conmigo, que he pensado que ya no me quieres más
Seokjin podía sentirse abatido y ocultar la pena hasta el final, pero eso no quitaba que fuese frontal con lo que necesitaba sacar de dentro. Sentía como se quitaba una mochila con piedras de encima.
- Jin hyung, he estado pensando una infinidad de cosas estos días, pero si hay algo de lo que estoy completamente seguro, es que quiero estar contigo hasta seamos unos ancianitos
Seokjin sonrió. Las lágrimas brotaron solas. Usó el humor como su típico mecanismo de defensa, ante esa declaración de amor incondicional - ¿Y si nos ponemos arrugados y feos?
- Imposible que seas feo
- ¿Y si se me olvida tu cara?
- Haré que la recuerdes, todos los días
Seokjin volteó, y se dejó besar lento e intenso. Taehyung hincaba los dedos en la carne de la espalda y luego deslizaba sus manos por la piel lechosa como trazando el mapa de sus más íntimas exploraciones. El terreno ya le era conocido, pero no por ello menos maravilloso.
Seokjin se apartó un momento, para observar su rostro en penumbra. - ¿Me dirás en qué has estado pensando?
- No aún... no sé cómo empezar. Necesito tiempo... lo siento, Jin hyung
- ¿Eso es lo que quieres? Pausar esto...
- No, ni loco, hyung, a ti no te dejo ir por nada del mundo. El tiempo que necesito es para pensar en todo y no sacar conclusiones apresuradamente. Perdón por haber sido frío, no es lo que quiero, de verdad
Seokjin lo miró a los ojos. - Sigue besándome
Una risita cómplice sonó melodiosa en la boca de Taehyung, quien siguió en búsqueda de los labios carnosos que amaba. Supuso que todo aquello en lo que tenía que pensar era un punto aparte. Entendía y se obligaba a comprender, que el Seokjin que soltó a la trapecista y el que vertía su amor por él en cada uno de sus actos, eran la misma persona, por lo que no podía juzgarlo en base a un solo aspecto.
Conocía a Seokjin hacía menos de un año, pero podía decir por seguro, que para él también la situación también había sido un trauma
~
La última función en Gwangju había sido un éxito personal para Hoseok, por presentarse en su tierra natal. Incluso realizó saltos teniendo a Ken como pareja. Seokjin lo miraba sonriendo, orgulloso, pues Hoseok era increíble y por fin lo veía brillar como siempre debió ser. Nunca había sido su intención opacarlo, para nada, y al parecer, el pelirrojo por fin lo entendía, tras largos meses de adaptarse a la presencia de Seokjin. Bajaba del trapecio y le regalaba una sonrisa aún un poco tímida, y el de cabello rosa la respondía con el pulgar arriba.
Estaban celebrando la noche antes de partir a Jeonju, cuando Hoseok se le acercó con dos copas vacías y una botella de champagne recién abierta. Seokjin creyó que pasaría de largo, quizás se dirigía a otro lado, pero cuando se sentó frente a él en la mesita afuera del bus, y comenzó a servir las copas, entendió que aquello sería una reunión a solas.
Habían tenido oportunidades de conversar antes, cosas técnicas, saltos, giros, tiempos, pero nada tan personal como lo que Seokjin anticipaba. Hoseok lucía algo nervioso, pero decidido y Jin lo admiraba por dar el primer paso, que él mismo nunca se atrevió a concretar.
- Cuando llegué a este circo, me costó muchísimo encajar – sonrió, nostálgico. - No pasó mucho tiempo para que todos me odiaran – comenzó, mientras intentaba volver a poner el tapón a la bebida. – Por involucrarme con Yoongi, ya sabes
- Uhm... entiendo
- Yo no tenía interés en adueñarme del circo, ni obtener ningún tipo de beneficio como trapecista. Sólo me gustaba Yoongi, pero nadie lo entendía así. Así que decidí que todos me importaban una mierda, y trabajé duro, para ser el mejor aquí
Seokjin tragó saliva. Pensó que en cualquier momento Hoseok se dejaría dominar por algún resentimiento interior y le arrojaría el contenido de la copa en la cara. Estaba a la defensiva, pero aparentando serenidad, esperando cualquiera que fuese su siguiente movimiento.
Hoseok continuó – Y llegaste tú. Al principio sentí rabia con Yoongi por traer alguien más talentoso que yo -
- Yo sólo –
- Shhh – Hoseok lo calló, poniéndose el dedo en los labios – pero luego lo entendí todo. Así como mi mayor deseo es ser un profesional, y nunca me interesó tener un trato especial por parte de Yoongi, él tampoco se interesó en hacerme ver débil y darme todo en bandeja de plata. Él quiere lo mejor para su circo, y lo mejor para mí, y si eso significa traer a alguien con tu prestigio, está perfecto.
Seokjin empinó la copa, necesitaba pasar el nudo de ansiedad en la garganta, pero Hoseok lo detuvo, y le sonrió.
- No bebas antes de que brindemos
- Cierto, lo siento
- Salud... por el Circo Wings, por el lugar donde lo has puesto, Seokjin
- No, no, no habríamos llegado hasta aquí sin ti...
- Salud por mí también, entonces
Ambos bebieron de sus copas y Seokjin suspiró aliviado. Por un momento creyó que las cosas terminarían bastante mal, quizás hasta montando una escena. Pero estaba equivocado.
- No suelo ser tan denso...
- Bueno, los chicos te describen como alguien alegre y animado, y hasta ahora sólo he conocido al Hoseok severo
Una música estridente se oyó desde dentro de la carpa, con un ritmo que parecía ser latino. Hoseok sonrió de oreja a oreja, se puso de pie y comenzó a prácticamente arrastrar a Seokjin hacia la fiesta
- Vamos, vas a conocer a Hobi, Hoseok está en el pasado
Seokjin vació la copa de un trago, y se dejó llevar por la energía y calidez de Hobi. No había bailado tanto en su vida, menos un ritmo tan pegadizo e íntimo, sujeto de una mano y la otra en la cintura de su compañero. Hoseok tenía la suya en la baja espalda de Jin, a centímetros de lo inapropiado, pero sin avanzar más, jugando al límite. Movían las caderas de un lado a otro, con las piernas casi entrelazadas y el pecho unido por la pasión de la danza. ¡Dançando Lambada! gritaba el pelirrojo, y chamullaba una mezcla de na na na, coreano y portugués, mientras Yoongi los aplaudía y no paraba de beber y bailar solo en un rincón.
Taehyung sonreía desde lejos, con un vasito de jugo en la mano, dando tragos pequeños. La felicidad sonaba como Seokjin y Hoseok reconciliados bailando lambada, pero una pequeña parte dentro de sí no le permitía pararse a bailar desenfrenadamente como lo habría hecho en cualquier otra ocasión.
Esperaba que nadie se diera cuenta, pero era tan fácil de leer como un libro para niños.
~
Hoseok estaba plegando la carpa junto a otros circenses, con una resaca terrorífica, cuando Taehyung llegó a ayudarle. Era de los pocos que no tenía efectos de la fiesta por beber únicamente zumo y agua. Le gustaba la cerveza de vez en cuanto, pero no la noche anterior a mudarse a otra ciudad.
Se acercó a mover las estructuras y doblar la goma de la carpa con cierta pereza, pero decidido a hacerlo. Hoseok hizo algunos chistes en torno a que Taehyung y Jungkook parecían las únicas personas sobrias del grupo y aún así no parecían muy empeñosos en el trabajo, pero luego no volvió a bromearlos, no quería apagar aún más el poco entusiasmo que tenían.
Ambos estaban raros. De Jungkook lo entendía, habían terminado con Jimin hacía un tiempo y naturalmente era difícil recuperarse de algo como eso, más si se veían todos los días. Pero lo que pasaba con Taehyung era un misterio.
Habían subido una gran parte de los fierros al camión cuando decidieron tomar un descanso. Sudor con tierra resbalaba por la frente de Taehyung, quien lo secó con su propia camiseta antes de tomar asiento por un momento, en la pisadera para trepar al camión. A su lado, Hobi descansó también, respirando fuertemente tras la extenuante tarea
- Seokjin y Jimin nos deben una
- Ellos cocinan y hacen aseo, hyung, todos los días. Les toca pesado también
- Jungkook también cocina – Hoseok lo puso como ejemplo de alguien que hacía ambas cosas, labores hogareñas y trabajo pesado
- Como las pelotas
El mayor se rió a carcajadas. No era ninguna mentira.
- Has estado algo diferente Taehyung, y no, no me digas que es cosa mía, porque se nota
- Hmm... Jin también lo dice
- Ah, porque te conocemos
- Bueno, he estado muy pensativo
- ¿En qué piensas?
- Es... algo complicado
- Vamos, dime
- No le he dicho a nadie, Hobi hyung...
- ¿Ni a Jin? ¿Ni a Jimin?
- Jimin es demasiado hablador. Y no, a Jin no...
-¿Tiene que ver con él, verdad?
- Uhm... sí
- Vamos, confía en mí. Quizás puedo ayudarte con una perspectiva más... desde afuera
Taehyung lo pensó un momento. - Uhmm... ¿hay algo que nunca perdonarías de Yoongi?
- Oh... creo que... no perdonaría que fuese un criminal
- Ya, pero vender CDs piratas, o robarte una gallina te hace un criminal, y a mí no me parece algo tan terrible
- Crímenes de verdad, Tae. Matar, violar, algo así, no le perdonaría
- Uhm... - se dio cuenta que había estado haciendo ese sonido unas cuantas veces. Era cuando le costaba encontrar las palabras.
- ¿Te refieres al asunto de Seokjin con el dueño del Circo de Los Soles? Pues ahora que ha pasado el tiempo, lo analizo y en realidad no es algo tan imperdonable... está en el pasado y bueno, el del compromiso era el tipo ese, ¿verdad? No Jin. No conocemos toda la historia detrás...
- Es que... creo que sí, que sé algo más, que hubiese preferido no saber
- ¿Qué es, Taehyung?
- Uhm... bueno...
Taehyung le contó lo que había leído en el diario aquel día lavando el bus. Todo, desde el momento en que el titular le causó curiosidad hasta el temblor en sus manos al llegar al punto final. Lo dejó conocer todas sus sensaciones de ese día, y la dura batalla que llevaba por dentro desde ese tiempo hasta ese día.
Hoseok lo escuchaba atento, y la situación lo dejó tan pasmado como Taehyung estuvo en un principio.
No podía creerlo.
¿De verdad Seokjin había hecho eso? Jamás en la vida había sabido de algo así. Era como si la situación se hubiese tapado a toda costa. Pero tenía sentido, es decir, Seokjin podía darse el lujo de estar en un circo famoso y de renombre, pero parecía estar escapando como un fugitivo refugiado en un circo pobre.
¿Yoongi lo sabía?
No. De haber sabido, no habría pactado un contrato.
Pero dios, a veces Yoongi era tan indiferente a algunas cosas. Si el diablo buscaba trabajo en su circo ofreciendo hacer el salto mortal más espectacular del universo, Yoongi lo recibiría. El fin justifica los medios, era su motto, y podía dejar pasar algunas cosas escabrosas.
Algo como eso, no lo creía, pero... cabía la posibilidad.
- Es escalofriante – fue lo único que pudo decir al terminar de procesar el relato del más joven
- Lo sé... no sé qué pensar. Amo a Seokjin, más que a mi vida, hyung, pero yo no podría andar así como anda él por la vida, después de hacer algo así. Creo que no podría ni salir a la calle. Me aterra que no sienta ningún tipo de culpa, pero también pienso que de seguro para él también fue un episodio horrible de su vida, y sólo quiere borrarlo
- Seokjin siempre me pareció una persona sospechosa-
- No, hyung, no me hagas arrepentirme de haberte contado, confié en ti – Taehyung lo interrumpió. – Ustedes están llevándose bien ahora, por eso es que busqué tu opinión, no para que juzgues a Seokjin
- Taehyung, soltó a una trapecista... tú y yo, somos trapecistas, ¿no sientes la simpatía por ella, al menos un poco?
- ¡Fue un error! Acá Jin sólo salta... él llegó acá a hacer sólo saltos, nos ha protegido de sí mismo, ¿no lo ves? Nunca nos pondría en riesgo
- No sé qué pensar... - exclamó, suspirando cansado
- No le digas a nadie
- No puedo guardar un secreto como ese, Taehyung, por favor, ¿qué esperabas? Tengo que hablar de esto con Yoongi
- ¡No! Hyung, por favor
Taehyung cayó de rodillas al suelo. Hoseok sintió tristeza al verlo así, sucio como un niño, los ojos derramando lágrimas de pánico y angustia, pero simplemente no podía quedarse callado, por el bien del circo y de toda su comunidad, era su deber como hyung.
- Lo siento, Taehyung
El muchacho empezó a recoger tierra y ensuciar los pantalones del pelirrojo, enrabiado, golpeándole las piernas con las palmas y jalando la ropa para no dejarlo ir. No debí decirte nada, exclamaba lloroso, una y otra vez, mientras el mayor permanecía inmóvil, mirándolo compadecido. Pero no cambiaría de opinión. Era un tema demasiado delicado, bordeando una situación de vida o muerte, por lo que el silencio no era opción.
Wow... todo estaba sucediendo tan rápido. Nada más habían estado bailando juntos la noche anterior, casi piel con piel. Seokjin era el alma de la fiesta cuando quería, con Taehyung era un novio entregado y devoto, y en lo profesional se desenvolvía como un divo, con la capacidad de lanzar una frase mordaz en defensa propia sin ni siquiera pensarlo, pero debajo de todo eso, Hoseok no creía conocer ni un cuarto.
Definitivamente, Seokjin era una máscara.
Lo respetaba enormemente por su don en el trapecio, y hasta le había tomado cariño después de compartir con él, pero era necesario separar las cosas. Iría con Yoongi, y si era necesario discutir, lo haría, pero no pondría el circo en riesgo por un secreto enmascarado, ni por el capricho de un chiquillo perdidamente enamorado de un personaje.
Actualizando súper tarde hoy! Debería estar durmiendo, pero me entusiasmé con la escritura. Este capítulo no esta editado, simplemente me lancé a escribir y quería actualizar hoy, esos caprichos de uno, podría haber esperado a mañana pero NO. Cosas que pasan. Quizás cuando lo relea habrá mil errores XD!
Además pasé un susto y creí que había perdido todos mis fics. Pero ya pasó! Casi me da un ataque. Ahora respiro u.u
Bueno, gracias por leerme siempre! Por los votos y comentarios ♥ Amor para todos/as ustedes!
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