Darren

Los gritos de May se escuchaban por toda la casa, las pesadillas que desaparecieron por un corto tiempo ahora se intensificaron. May tenía miedo de dormir, grandes ojeras negras se impregnaron debajo de sus ojos y como siempre no podía hacer nada para ayudarla.

Subí las escaleras corriendo.

—No despierta —dijo Leen en cuanto entré, el rostro de mi amiga no se veía bien, necesitaba dormir.

Me senté a su lado y sacudí su hombro, el rostro de May era angustia pura, su frente sudaba y lagrimas recorrían su rostro.

Abrió los ojos y parpadeo repetidamente antes de abalanzarse y encerrar mi cuello con sus brazos.

Sus lagrimas comenzaron a mojar mi playera.

—¿Esta noche si hablaremos sobre tus sueños? —acaricié su espalda con mano.

Esto me estaba matando.

Negó con la cabeza y se acerco más a mí, la estreché.

—¿Puedes quedarte esta noche conmigo Leen? —su voz sonaba pastosa y su aspecto no hacía más que empeorar.

—Claro que sí —Leen acaricio su cabello y la ayudo a recostarse, se metió a la cama con ella y abrazo.

Dejé la luz prendida esperando que eso le fuera de algo de ayuda y salí de la habitación, solo estorbaba.

—Te ves como un vagabundo.

Un cuerpo esbelto salió a la luz, ya me había acostumbrado a la presencia de nuestros nuevos amigos, sin embargo no confiaba en ellos del todo.

—Sun, deberías estar durmiendo.

Se encogió de hombros.

—Sus gritos —señalo en dirección a la puerta— es imposible.

—No sé qué hacer —solté.

—Tal vez Jaden podría de dormir con ella.

No lo pensé antes.

—Puede que la haga soñar con duendes y arcoíris, no seas egoísta Darren —dijo observándome con interés.

—¿Y tu compañero? —pregunté para cambiar de tema.

No estaba siendo egoísta, haría cualquier cosa por May aún si eso incluía que durmiera con Jaden por la mañana hablaría con él de esta idea, aunque una pequeña parte de mi esperaba a que May se reusara a compartir la cama con él.

—Sale durante las tardes y vuelve en las mañanas, digamos que le gusta dormir bien.

—No creo que sea conveniente —lo que no era conveniente era no tenerlo a la vista, me gustaba tenerlos vigilados a ambos.

—Aram sabe cuidarse.

Como sea, no me importaba mientras no nos pusiera en peligro.

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May

—Esto es todo lo que tengo —extendí sobre la mesa todos los planos que encontré en el dispositivo azul, hice que Kyle se las ingeniara para imprimirlos, no les entregaría el aparato, en caso de que yo lo necesitara.

Kyle insistió en que debíamos mostrar los planos, ellos nos iban a ayudar, ya no estábamos solos. 

Sun y Aram se dieron una larga mirada, mientras en el otro extremo de la habitación Darren me daba una recriminatoria.

La falta de sueño no me dejaba pensar con claridad, debí de haber mostrado estos planos antes a mis amigos, era obvio que Darren estaba molesto pero no dejaría que ellos lo notaran, le di una mirada de disculpa.

—Estos de aquí —dijo Aram sacando el último plano— son en donde hacen los experimentos.

Asentí, aquel plano era el que tenía más pisos inferiores de tan solo verlos me hacía sentir encerrada, por lógica era el centro de todo.

—Y los demás son complejos, del tamaño de ciudades pequeñas —terminó Sun, ella se encontraba a lado de Aram, siempre estaba cerca de él, cuidando de su espalda. Me preguntaba si entre ellos dos había algo más.

—¿Más laboratorios? —Hank preguntó sorprendido —debe ser una broma

—No, no son laboratorios —Sun dijo al mismo tiempo que negaba con la cabeza— estos están vacios y ahora gracias a estos planos comprobamos que no tienen pisos por debajo.

—¿Entonces para que los querrían?

—Por si algo sale mal tal vez, no lo sé, eso es lo que menos importa ahora para ser sinceros —se mordió el labio inferior.

—¿Cómo es qué ustedes sabían que se encuentran vacías? —Hank clavó sus ojos en los de la chica y por un segundo ella se vio más joven, como una niña.

—Hacemos nuestro propio trabajo muchacho —salió Aram en su defensa.

—No me llames así mi hombre es Hank, ahora responde.

—Tu abuelo, el nos dio los planos antes, fuimos a investigar y eso es todo lo que sabemos.

—Para la próxima trata de decirnos todo lo que sepas —dijo Darren antes de abandonar la habitación.

Y yo salí tras él

—Oye, Darren espera un segundo  

Se giró bruscamente

 —¿Qué May?  ¿Ahora si quieres mi opinión?   

Mis ojos pican, no creí que fuera a reaccionar de esta manera.

  —Yo...

—Tú nada May planeabas irte, dejarme atrás ¿tanto es tu miedo y tu dolor? 

—¡No hablas conmigo de nada, no puedo leer tu mente, no sé qué es lo que necesitas! —se pasó las manos por el cabello claramente desesperado.

Me senté en la cama.

—Sueño contigo —sentí una lagrima escapar de mi ojo y la retiré rápidamente con el dorso de mi mano, Darren seguía sin verme su vista estaba clavada en el suelo— te he soñado muerto de todas las formas posibles y en otros tantos sueño la persona que acaba contigo soy yo.

Darren al fin eleva la cabeza y camina en mi dirección, se inclina hasta quedar a mi nivel y besa mi frente.

—Perdóname —dice ahora con su frente en la mía, nuestro aliento se mezcla formando uno solo— no puedo aceptar la idea de perderte sin luchar, no te alejes de mi.

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Trague un par de pastillas esperando que pudieran calmar mi dolor de cabeza, no era muy fanática de la medicina pero en serio las necesitaba.

No quería dormir, de igual forma era justo que mis compañeros tuvieran una noche de sueño corrido.

La casa se encontraba hundida en las sombras y no dejaba de pensar en la pequeña discusión que tuve con Darre, atribuí eso a su falta de sueño así que lo obligué a dormir toda la tarde.

Por el rabillo del ojo percibí una sombra; mi cuerpo se tenso, me acerque silenciosamente a la ventana, mi corazon aleteaba contra mi pecho.

—¡Bu! — grito una diminuta voz, y al mismo tiempo lo hice yo.

—Te dije que no hicieras eso —reprendió alguien a la criatura más fascinante que vi antes.

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—Ellos son Evolet, Owen e Ibi—Presentó Aram, Evolet parecía tener el cuerpo de una bailarina, su cara era alargada y compartía el mismo color de cabello que Sun. Owen era un chico delgado y alto; usaba unos lentes grandes, su cabello era largo y castaño. Ibi bueno Ibi era la cosa más peculiar que vi antes, una pequeña de unos cuatro años con el cabello morado, azul con mechones rubios, dos hoyuelos marcaban sus mejillas y su porte era el de un adulto con la barbilla elevada y los ojos vivaces.

—Esto es lo que ocultabas —Jaden palmeo el hombro de Aram.

—Tu hubieras hecho lo mismo por ellos —Aram nos señalo con la barbilla

Chico listo, no trajo a su familia a nuestra casa hasta confirmar que era cien por ciento seguro.

—Hola Ibi, soy Maybreth —extendí mi mano en dirección a la pequeña

Ella se escondió tras owen

—Lo siento Maybreth, no está acostumbrada a los desconocidos.

—No te preocupes, está bien —les sonreí a ambos sin dejar de ver a Ibi.

Mi abuelo los saludo como si los conociera de toda la vida, pero el tenia un don nato para establecer relaciones con gente desconocida. 

—No se supone que llegaran el día de hoy. 

Escucho discretamente la conversación que mantiene Aram con Owen

—Tratamos de apegarnos al plan pero Ibi, el clima empieza a cambiar necesitamos un lugar fijo y caliente para ella.

Aram asiente y mi corazón se encoje de pensar en esa niñita pasando algún tipo d