Capítulo veintidós
Una vez que bajé del automóvil la luz del sol me cegó, coloque una mano en la frente para evitarlo un poco. La casa de mi abuelo se alzaba ante nosotros, blanca al igual que la mía pero el doble de grande, me preguntaba si la fortuna de mi "familia" había sido gracias a nosotros, tal vez ellos eran ricos antes de trabajar en nosotros, el brazo de Darren sobre mis hombros me trajo a la realidad.
Tú puedes, camina. Me aliente mentalmente.
Leen se acerco a Darren y le susurro algo que no logre escuchar,
—Podemos esperar un minutos si quieres.
Sin contestar me adentré a la casa y los demás me siguieron.
Mi abuelo nos esperaba en su pulcro recibidor, las paredes del interior; altas y blancas el piso negro y reluciente. Él, a pesar de su edad se mantenía conservado, erguido, a penas tenia canas en su cabello negro, abrió los brazos al verme y yo lo abrace.
—Deben descansar y darse un baño —su voz de la misma manera en la que recordaba, era como estar en casa, en mi verdadero hogar.
—Gracias, señor por la hospitalidad —dijo Darren.
—Es necesario muchacho, Hank les mostrara cual es su habitación, ya hablaremos después cariño.
Subimos las grandes escaleras del abuelo, mi habitación fue la tercera a la izquierda.
Darren entro conmigo y dejó mi maleta sobre la cama.
—Bonito cuarto —admiró.
En realidad la habitación era sencilla, tres paredes color crema y una pared color chocolate, una cama grande a su lado un ropero, un baño, un espejo grande y un escritorio, simple.
—¿Darren?
El me observo, esperando a que hablara.
—Podrías quedarte conmigo —me sentía avergonzada pero qué más daba, perdí a Luci y quien sabe que me pasaría, así que por qué no.
Vi sus ojos brillar, coloco su mochila en el suelo y se recostó a mi lado.
Entré al baño, ya había dormido todo el camino ahora necesitaba una buena ducha; limpie el polvo que estaba acumulado en el cabello, limpie con ahínco cada parte de mi piel, al terminar, me seque con una toalla esponjosa y suave, me coloque un vestido ligero hasta las rodillas color hueso.
Las cosas de las maletas ya se encontraban acomodadas en sus respectivos cajones
La libreta que encontramos en la biblioteca de mi casa, reposaba sobre la cama, no recordaba haberla traído.
(***)
Al día siguiente busque a mi abuelo aguardaba por mí en su despacho.
—Tus papás no son malos pequeña —comenzó.
—Lo sé —dije mirándolo.
—Ellos te aman...
—También lo sé, no quiero ser grosera, dilo todo de una vez por favor.
Dio un largo suspiro y continuó.
—Tus papás entraron a un grupo de científicos que estaban buscando la cura de enfermedades, pero ellos siempre han sido brillantes y los trasladaron al proyecto transgénesis. Este consistía en transferir ciertos genes específicos de un organismo a otro para que adquieran habilidades especiales, como ya habrás visto en alguno de tus amigos; sin embargo estos dones, se modificaron y adaptaron.. Pero tú desde que llegaste e incluso antes de ser modificada, ya eras diferente: tus ojos brillaban por curiosidad; todos los niños que llegaban eran huraños, groseros y con miedo todo el tiempo, en cambio tú eras amable. Tenías algo que hacía que todos te quisieran, supongo que por eso tus poderes fueron más fuertes y eficaces.
Al ver que los experimentos estaban resultando, los principales, decidieron hacerlos completamente inmunes de una vez por todas, incluso a los sentimientos que pudieran llegar a tener. Fue entonces que convenciste a tus papás para sacarlos. Ellos anunciaron que lamentablemente las pruebas habían fallado y que en el transcurso de estas, los experimentos se habían atrofiado. Los principales se enojaron tanto que ordenaron deshacerse de todo, tal y como tus padres esperaban.
Guardé silencio. Tardé en entender que había terminado de hablar ¿Eso era todo? ¿Una breve explicación de tres minutos? Me miraba expectante. Si me buscaban porque era más fuerte es porque querían utilizarme.
Al ver que no decía nada, mi abuelo continuó.
—Leen me conto que estás entrenando que piensas enfrentarlos. Creo que deberías huir —habló pronunciando lento y con precaución lo último.
Fue cuando salí de mi estupor.
—No puedo huir, ellos solo tienen una manera de saber que estamos vivos. Tienen a mis padres, y lo que le han hecho a Luci, no puedo perdonar, ¿vas a aceptar que maten a tu hija? o peor aun que quieran utilizarla.
Mi abuelo se sentó.
Una vez que en nuestra conversación no quedo nada más que decir, nos reunimos en la sala. Les comunicamos lo que hablamos y que iríamos por mis padres
—No puedes simplemente aventarte hacia el vacío e ir por ellos —la voz de Hank resonaba con profunda molestia.
—Sí puedo y lo haré —conteste tajante.
—Ni siquiera son tus padres.
—Cállate Hank —le dijo Leen— Si no fuera por ellos no estarías aquí, egoísta estúpido.
—Solo planteo una idea, nos estamos apresurando, podemos entrenar y prepararnos para que salga bien —añadió Jaden, como siempre en ese tono de voz; tranquilo y armonioso.
—¿Estas de broma no? Si ellos nos atrapan jamás nos dejaran ir, no habrá lugar en el que podamos escondernos.
—Entonces tendremos que matarlos a todos —habló Darren por primera vez.
Todos se quedaron en silencio sopesando las posibilidades.
—Contamos con gente que puede apoyarnos, lo sabes —mi abuelo se dirigió a Hank.
Bueno, eso era algo nuevo para mí.
—Vas a matarnos —Hank salió de la habitación
—Nadie pidió tu ayuda —grité esperando que me escuchara, ni en mil años aceptaría la ayuda de ese cretino.
La bombilla de la sala explotó.
—Tranquila —Darren estaba parado detrás de mí sujetando mi hombro.
—Necesito estar sola.
—No puedes andar por ahí sola.
—Solo iré al jardín —dije dejándolo atrás.
Estaba enojada con todo, tanto que solo quería golpear algo. Comenzó a hacer fresco, el aire azotaba mi vestido y las hojas de los árboles se arremolinaban a mi alrededor.
—Oye.
El viento se calmo.
—¿Que necesitas? —dije a Jaden apretando la mandíbula hasta que los dientes me dolieron.
—Sé que quieres estar sola pero yo no quiero estarlo.
No dije nada, él solo se paró a mi lado viendo hacia ningún punto en especial.
Sentí como todo mi cuerpo se relajaba.
—Deja de utilizar tu mierda conmigo —le grité de repente a Jaden y me aventé sobre él.
Sujeto mis manos, pero logré zafarme y lo golpe como si fuera el saco que estaba en el gimnasio de mi casa.
—¿Qué diablos fue eso? ¿Estás loca?
—Por favor, por favor. Solo por 15 minutos deja de ser tan idiota —pidió Leen a Hank.
Estaba sentada debajo de la ventana. Golpeé a Jaden hasta que Hank salió y me empujó para apartarme de él. Le rompí dos costillas.
No quería hablar, tampoco comer, no hasta ver a Jade. Salí de mi cuarto y me encaminé al de él. Entré sin tocar; Jaden salió del baño agarrando su costado con su mano, además tenía un pómulo ligeramente morado.
—Lo siento —me apresuré a abrazarlo y él trató de retener un gemido—, Lo siento —me disculpe una vez más y solté un sollozo, él solo acarició mi cabello— ¿Por qué no me apartaste de ti?
Lo miré con ojos suplicantes.
—Por qué no pude —soltó por fin.
—¿Cómo qué no pudiste?
—Eres más fuerte de lo que pensé —fue todo lo que dijo,
Lamentablemente, el haber golpeado a mi amigo no fue lo peor, lo malo de esto era que casi no recordaba nada de ese lapso de tiempo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top