Capítulo siete.

Mi cabeza palpitaba con fuerza, los puntos de colores desaparecieron y mi visión volvió a la normalidad, parpadee un par de veces para poder enfocar algo, cualquier cosa, me sentía confundida. La vitrinas hechas pedazos, las cosas que antes se encontraban en los aparadores ahora estaban regadas por el suelo.

—Vamos —Tiró de mi brazo con poca delicadeza.

Una ventana más exploto, cristales filosos nos alcanzaron, rasgando mi ropa y la piel de mi hombro derecho, solté un grito lastimero pero Darren no se detuvo a revisarme, rodeo mis hombros con su brazo acercándome más a él, mi corazón latía contra mi pecho ferozmente. Podía escuchar los pasos apresurados de la gente tratando de llegar a sus autos, abrió la portezuela del copiloto y me introdujo con cuidado. Gotas gruesas y espesas empaparon mi brazo.

—Mantén la cabeza gacha —Ordenó

Recliné mi asiento todo lo que pude.

Me lleve la mano a mi hombro, sangraba y ardía, dolía tanto casi como en mi. . . sueño.

Darren encendió el auto y piso el acelerador hasta el fondo, a esta velocidad no tardaríamos en llegar a casa.

Mi pequeña e inocente motoneta quedaría hecha trizas. Quería volver por ella, por alguna razón no dije nada, sabía que podía llevarme una reprimenda que ciertamente merecía.

Con mi mano izquierda sostenía con fuerza mi hombro lastimado.



Darren me ayudó a bajar, incluso cuando lo hizo con suavidad dolía, contorsione la cara en un gesto de dolor, el semblante de mi acompáñate era serio, y yo no quería ni imaginar en qué tipo de estado se encontraba la herida. Muy pocas veces llegué a lastimarme así que no sabía si únicamente estaba siendo una chica quejica o en verdad era algo doloroso.

—Llama a Luci —Le pedí—. Creo que necesito ayuda.

—Yo puedo hacerlo.

Claro que podía hacerlo, mis padres no podían dejarme a cargo que alguien que únicamente se dedicara a resguardarme. Seguramente este chico era una versión de Barbie, chef, veterinario, doctor, todas las presentaciones en uno.

Me dejó en el sillón y salió de la sala. Cuando volvió se arrodillo a mi lado, me tendió un par de pastillas, las acepte y me las tome sin preguntar siquiera para que eran. Cualquier cosa que me ayudara a para el intenso dolor era bueno.

—Todavía tienes unos cuantos vidrios en tu hombro May, tengo que sacarlos y después darte unas cuantas puntadas —Su entrecejo estaba fruncido al máximo.

Saco antisépticos, un par de vendas y gasas.

—Esta vez no estás sonriendo —Fue lo único que respondí.

Se concentro en mi brazo y con una pincita comenzó a sacar el cristal incrustado, reprimí un gemido de dolor.

—Tu cabello es bonito —Solté sin querer y llevé mi mano que estaba llena de sangre a su cabello. «¿Pero qué estoy diciendo? » mi lengua se sentía adormecida y mis parpados pesados—. ¿Qué me diste?

—Algo para el dolor.

—Con un golpe hubiera bastado. ¡Bang! quedaría inconsciente. Apuesto a que eres fuerte, luces fuerte.

Alcance a escuchar el eco de una risa y mis ojos se cerraron.

—¡¿Cómo se te ha ocurrido salir sin decirnos antes?! —Preguntó Luci con un tono de voz alto, notoriamente enojada, sus mejillas estaban más rojas de lo normal y casi podría jurar que tenía un leve tic en los ojos.

Mi brazo ardía un poco, mi cabeza palpitaba y mi querida Luci no se apiadaba de mi, creo que jamás la vi tan molesta. Mi hombro cubierto con una gasa descansaba sobre una almohada.

—Siempre salgo sola —Murmuré viendo al suelo, deseando no haber despertado de mi largo sueño inducido.

—Él no está aquí como adorno —Luci señalo a Darren que se encontraba no muy lejos recargado en la pared—. No es necesario que salgas, el o yo podemos hacerlo.

—Ya entendí —conteste sintiéndome idiota, el incidente me asusto lo suficiente como para no ponerme a la defensiva—. Y. . . lo lamento.

Al terminar de regañarme Luci y Darren desaparecieron en el segundo piso.

Pasé la yema de mis dedos sobre el vendaje, me quedaría una horrenda cicatriz.

—¿May?

—¿huh? —Me removí en mi cama con brusquedad y el dolor terminó por despertarme.

Darren permanecía a mi lado, mirándome impasible. Su ceño ya no estaba fruncido, ahora era el mismo de siempre. Parecía alguien diferente.

—Tengo algo para ti.

«Genial, que emoción más medicina por qué no puede traer chocolates»

Me incorpore y sonrío, tendió un par de pastillas blancas y un vaso de agua.

—Gracias.

—Esto es lo que he traído —Dejo en mi mesa de noche los libros que compré. Creí que se habían perdido para siempre— También traje tu motoneta, nunca creí que el color rosa fuera para ti.

Quería abrazarlo, en agradecimiento, claro. Incluso pasé por alto su comentario sobre el color.

—Eso es asombroso, no sabes cuánto te lo agradezco.

Mi transporte era algo importante para mí, un regalo de mi padres, una muestra de que ya era lo suficientemente grande para tener algo de independencia.

Su sonrisa se ensancho.

—Debes de saber que tu pequeña cosa rosa no está bien, en realidad es casi chatarra. Mañana la llevaré a algún taller.

Le agradecí una vez más y el salió, me cubrí con una manta ligera y las pastillas me ayudaron a dormir con rapidez.



Buscaba alguna especie de un cursos que pudiera tomar mientras mis padres volvían, algo sencillo pero que fuese provechoso. El timbre de la casa sonó, dejé Darren o Luci atendieran, después de unos cuantos minutos me causo curiosidad, nadie a excepción de Kyle o su madre vendrían de visita y esas no eran posibilidades por el momento, bajé en silencio y me quedé parada en el ultimo escalón.

Darren entró y no lo hizo solo, un chico más alto que él pero no tan corpulento lo acompañaba. Tardé un momento en identificar su rostro.

—¿May?—Dijo el chico.


----------------------

---------------------


Las actualizaciones serán los días miércoles y sábados. 

Gracias por leer, comentar y votar <3 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top

Tags: #wattys2015