Capítulo 31
Sentía el procesador embotado por la pérdida de Energion.
El poco que le quedaba en su sistema hervía de rabia ante lo sucedido, ante la humillación, ante la burla de sus hermanos, ante la cólera de su maestro.
Primero le hacían acudir a esa maldita ciudad para destruirla, algo sin sentido a su parecer, ya que la ciudad se caía a pedazos por sí sola, pero encima, una vez allí, sufría la mayor humillación de su vida.
Todavía tenía las burlas y cometarios despectivos de sus hermanos y hermanas resonando en el fondo de su procesador. Todos se pensaban que aquellas heridas era porque la femme le había cautivado con sus bonitos ópticos azules.
Nada más lejos de la realidad. Seguía dándole vueltas, ¿cómo había podido engañarlo con tanta facilidad? Repasaba la pelea en su mente a todas horas, y aún sabiendo que era una treta, seguía sin ser capaz de donde estaba el engaño. Su forma de moverse, sus gestos. Era todo real, el cansancio, el dolor, la falta de rapidez. No podía detectar ni un solo fallo en su actuación.
No había detectado nada hasta que ella había cambiado su conducta radicalmente y le había sonreído antes de atravesarle la pierna.
Tenía esa sonrisa burlona y descarada grabada a fuego en el procesador.
Jamás se olvidaría de esa cara: ópticos zafiro, faz plateada, casco azul oscuro y antenas color púrpura, acompañadas de un cuerpo ligero que escondía mucha más fuerza de lo que aparentaba.
¿Cómo era posible?
¿Cómo una simple femme había podido...?
A no ser que...
No. No, no era posible. Su maestro se había encargado de ello.
Tenía que encontrarla y hacerla pagar, pedirle respuestas sobre su extraña fortaleza, sobre la facilidad con la que fingía y cambiaba su forma de moverse. Cómo había podido engañarlo.
La pierna le falló y cayó al suelo con un gruñido. El impacto le subió hasta el costado, donde tenía la segunda herida.
Ambas heridas ardían como el metal derretido cuando se incorporó con un bufido.
De nuevo pensó en ella.
No iba a rendirse.
Iba a encontrarla.
La encontraría.
Y cuando lo hiciera... oh, cuando la encontrara.
Aquella maldita femme se arrepentiría de haber pisado Uraya.
***
Deshelia sintió como la Jackhammer tocaba tierra, aterrizando en el hangar de la Base Wrecker. Oyó y sintió el instante justo en el que ocurría, a lo largo de toda la espalda.
Con un suspiro, se incorporó: habían pasado tres días desde la batalla de Uraya, y aquella era la vuelta "oficial" de Hestia a la Base Wrecker. Por supuesto, Deshelia había vuelto a Iacon (que no a la Base Wrecker), mucho antes, a sabiendas que más le valía que Ratchet la viera aunque fuera un poco, aunque fuera unos ciclos en el Ala Médica si no quería que su padre pusiera el grito en el cielo cuando se enterara que había pasado tres noches fuera.
Su cuerpo respondió con ligereza cuando se dirigió a la compuerta trasera de la nave.
- No tan rápido- el servo de Seaspray la sujetó por el antebrazo. Deshelia lo miró, interrogante-. Aunque lleves el disfraz puesto, se supone que casi te mueres hace tres días. O finges un poco más, o se te van a ver las tuercas (1).
Deshelia bufó, pero hizo caso: descompensó su figura, quedando ligeramente inclinada hacia el lado herido, dobló el codo para que su servo reposara sobre su abdomen, liberando peso del hombro, y dejó que la cara de Hestia reflejara cansancio.
Desde su asiento de piloto, Wheeljack sintió un escalofrío: era espeluznante como podía cambiar de cara y de cuerpo, en un absoluto control del más mínimo gesto y postura que pudiera descubrir su fachada. Era una suerte que estuviera tan convencido de que Desh no era una traidora, porque desde luego, sería una espía de primera.
Mientras, y ajena a los pensamientos de Wheeljack, Hestia se volvió a girar hacia la compuerta de la nave Wrecker y trató de no pensar en que tenía que pasarse por el Ala Médica Wrecker para hablar con Pumpsmoke y recordarle su parte del trato, y que eso tenía que hacerlo en menos de veinte ciclos, porque en menos de medio megaciclo tenía que estar de vuelta en el Área Médica de Iacon si no quería que Ratchet sospechara nada.
El que su padre se hubiera quedado en Uraya había ayudado a librarla del recelo del experimentado médico de campo, que estaba mucho más atareado de lo habitual siempre que Optimus abandonaba Iacon, pero desde luego, el hecho de haber tenido que fingir que unos días atrás no le habían arrancado un trozo de hombro le complicaba un poco las cosas en Iacon.
Quizá fuera eso, el dolor que le subía desde el hombro, lo que hizo que los vítores que estallaron cuando puso un pie en el hangar la tomaran tan de sorpresa.
Frenó en seco, tanto que Wheeljack casi se estampó con su espalda. Apenas oyó la queja de su compañero: estaba demasiado ocupada en recordar cómo se cerraba la boca.
Cientos de Wreckers abarrotaban el hangar y todos gritaban y aplaudían. Y la señalaban, y gritaban su nombre.
- ¿Wheel-Wheeljack?
- Eres la primera en tocar, no digamos derrotar, a uno de la Generación de la Guerra en combate. En serio, ¿qué te esperabas?
Tuvo que tragar Energion, la imagen del cadáver de Xemir relampagueó en su procesador. ¿Qué harían si lo supieran? Algo totalmente distinto a vitorearla, estaba segura.
Cruzó una mirada con Wheeljack, quien la miró con confusión, incapaz de descifrar todos los sentimientos que se arremolinaban en sus ópticos.
Chatarra, como echaba de menos a Bumblebee.
Pero su amigo había tenido que volver a Iacon el día anterior, siguiendo a su Comandante, y aunque ella le había prometido al menos diez veces que no haría ninguna locura, aún así su amigo había hecho jurar a los Wreckers que la mantendrían controlada.
"Me falta medio hombro. No voy a ponerme a correr, Bee"
"Intestaste hacerlo te faltaba medio cuerpo por culpa de una bandada de scraplets, Desh, no eres lo que se dice muy de fiar en respecto a tu propia salud"
"¿Que qué?"
Ninguno de los dos había hecho caso del exabrupto horrorizado de Seaspray ante la mención de los scraplets, pero Wheeljack le había prometido al Rastreador que cuidaría de ella.
Volvió en sí cuando Bulkhead dejó caer su manaza sobre el hombro sano. Aún así, el otro hombro se quejó aunque Deshelia no dejó que se reflejara en su rostro.
- ¡Abrid paso, por Primus!
Ante el vozarrón de Bulk, los Wreckers que le obstaculizaban el paso empezaron a despejar la salida del hangar, pero no cesaron en su empeño de vitorearla. Ella se sentía fatal, pero se esforzó por levantar la cabeza y sonreír: era una guerrera, victoriosa de una gran batalla, había quien murmuraba que aquello podría cambiar el curso de la guerra. No tendría sentido que agachara la cabeza.
Así que siguió a Bulkhead, paso seguro aún con el brazo herido recogido contra su cuerpo, cabeza alta y sonrisa torcida en el rostro: segura, brillante a pesar de la mugre que aún cubría su carrocería, herida pero victoriosa. Saludó con el servo sano y el rugido de los Wreckers retumbó en el hangar.
Forzó una risa que no sonaba para nada lo falsa que era.
Abrió un canal de comunicación por radio con Bulkhead, que se encargaba de abrirle paso:
- Al Ala Médica, Bulk. Tengo que hablar con Pumps.
- Eso está hecho.
Y efectivamente, en menos de quince ciclos, Bulk consiguió que le abrieran paso hasta la misma puerta del Ala Médica. Ese mismo trayecto, en cualquier otro día, le hubiera llevado cinco ciclos. Con la que había montada fuera y sin Bulkhead, probablemente treinta.
La puerta se abrió al detectar su cercanía, y los cuatro se deslizaron dentro: Pumpsmoke estaba allí, inclinado sobre una camilla en la que a duras penas cabía un enorme Wrecker de carrocería negra. Deshelia apretó el puño sano: era Ironhide. Herido e inconsciente, pero vivo.
Teniendo en cuenta la gravedad de sus heridas y los escasos recursos de Uraya, haberlo trasladado a través de un Puente a la base había sido arriesgado, pero era la única oportunidad de salvarlo. Se alegraba de que el Wrecker siguiera sin unirse a la Allspark, pero por su aspecto, no le faltaba mucho.
Pumpsmoke los miró, y gruñó al ver quienes formaban la comitiva.
- Maldita sea, Wheeljack, ¿dónde está mi Auxiliar?
Hestia parpadeó.
Chatarra.
Aún llevaba el holograma. Y había estado tan preocupada de proteger su tapadera en Iacon, que no había caído en cuidar la que tenía en la Base Wrecker, con Pumps.
- Eh...
Wheeljack se quedó bloqueado durante un nanoclick, pero el médico no le dio tiempo.
- Sé que te llevaste a Deshelia, mi Auxiliar que no es que no sea una Wrecker sino que ni siquiera es una Autobot, a Uraya, y como hayas dejado que maten a la única Auxiliar competente que me han mandado en un milenio, te pienso cortar las piernas.
- Pumpsmoke, yo...
- No está muerta- intervino Seaspray-, ha vuelto a Iacon.
- ¿Y por qué chispas ha ido allí, eh? Ahora es mi Auxiliar- algo parecido a la alarma pobló los ópticos del médico-. ¿Está herida? ¿Es eso?
- No- respondió Wheeljack, algo más repuesto, y la señaló a ella-, pero ella sí. Y teniendo en cuenta que es la heroína del momento, ¿puedes hacer tu trabajo durante dos ciclos y seguir preocupándote por tu Auxiliar después?
Pumpsmoke se giró hacia ella un momento y bufó.
- ¿Qué, el Azote de Tarn te arrancó la lengua además del hombro?
La verdad, la razón de que Desh no hubiera dicho nada era que estaba intentando no reírse: Deshelia empezaba a conocer a aquel médico tan cascarrabias, y podía ver en sus ópticos que todas las amenazas eran pura fachada. El viejo Pumps estaba realmente preocupado por ella, y no tenerla ya por allí lo ponía de los nervios.
- Mi lengua está bien, gracias. Es el hombro lo que me está dando problemas.
Con un gruñido, Pumps le señaló una camilla, y ella se sentó. El médico procedió a escanearle el hombro herido, y Deshelia rezó porque el holograma aguantara la inspección del médico.
- Solo a una idiota se le ocurriría enfrentar sola a uno de la Generación- masculló el médico.
- La mayoría piensa que es algo formidable- replicó ella, reprimiendo un siseo cuando Pumps palpó con delicadeza la herida para comprobar las suturas.
- La mayoría son completos idiotas- dijo el médico-. Dime, ¿en qué estabas pensando?
No le podía decir que había pensado que ella era la única capaz de derrotarle, ¿verdad?
- En nada, la verdad. Mis compañeros corrían peligro.
- Lo que yo decía- resopló el médico-, una idiota.
Hestia desvió la mirada para que Pumpsmoke no la viera sonreír. Se giró hacia sus compañeros (mis compañeros de verdad, de verdad, porque ya soy una Wrecker, y- céntrate, Deshelia), y vio que Bulkhead le sonreía, mientras que Seaspray estaba concentrado en su data-pad y Wheeljack no perdía de vista los movimientos de Pumpsmoke.
El médico tocó la zona, y todo lo que Deshelia sintió fue una leve molestia. Pumpsmoke aumentó la presión, y la molestia aumento a un dolor leve. Fingió una mueca de dolor, aunque quizás lo más apropiado sería decir que no la reprimió. El médico la miró de lado, y aumentó aún más la presión.
Deshelia siseó y trató de apartar el brazo cuando aquella vez, un buen pinchazo le atravesó el hombro.
La expresión de Pumpsmoke era imposible de leer. Se apartó dos pasos y le dijo.
- Levanta el brazo.
Ella lo hizo, y el brazo morado subió 30 grados(2), aproximadamente lo que Deshelia sabía que debería subir un brazo que había sido tan terriblemente herido como el suyo.
Su mirada se cruzó con la de Pumpsmoke, y aunque adivinó el movimiento del médico, su brazo herido no le dio tiempo a impedirlo: Pumps la agarró del codo y en un movimiento rápido, le subió el brazo hasta los 180 grados.
Deshelia rugió de dolor y tratando de apartarse del médico, se echó hacia atrás con tanta brusquedad que poco le faltó para caerse por la camilla.
- ¡Pumpsmoke!
- ¡Qué haces, maldito idiota!
Sus compañeros la ayudaron a incorporarse mientras Wheeljack lanzaba un puñetazo que el médico esquivó con relativa facilidad.
Mientras Seaspray y Bulkhead la ayudaban a incorporarse, Deshelia se sujetaba el brazo contra el pecho.
- ¿Estás bien?
No, no estaba bien, aunque quizás no por la razón que Bulkhead se creía (el dolor). Deshelia no estaba bien porque sabía que Pumpsmoke la había pillado.
Su procesador iba a mil por hora, evaluando y sopesando opciones, excusas, mentiras. Pero el dolor de hombro ya no era leve ni mucho menos fingido, sino un pálpito abrasador que le impedía pensar.
Deshelia gruñó.
- ¿A qué scraplets ha venido eso, viejo?- maldijo Seaspray.
Wheeljack apareció a su lado, sustituyendo a Seaspray, y Deshelia se apoyó en él cuando el Wrecker le pasó un brazo por la espalda.
- Vosotros tres, fuera. Quiero hablar con la femme a solas.
- ¿Después de lo que le has hecho? Ni de broma- replicó Seaspray mientras que Wheeljack secundaba a su compañero con una mirada mortal.
- Fuera de mi hospital.
- Se quedan- consiguió jadear Deshelia.
Los ópticos de Pumpsmoke brillaban, llenos de ira.
- Bien, entonces, explícanos a todos por qué scraplets tienes una herida tan leve pero estás fingiendo estar a medio ciclo de que se te caiga el brazo.
- ¿Leve?- gruñó Wheeljack, que recordaba demasiado bien el aspecto del hombro de Deshelia tras el enfrentamiento con el Azote.
- ¡El Azote de Tarn casi le ha arrancado medio hombro!- exclamó Bulkhead.
- El maletero de Unicron, medio hombro- ladró Pumpsmoke-. La herida no llega al esqueleto y los músculos ni siquiera están seccionados por completo.
- Pumpsmoke, no soy médico, pero estaba allí cuando le hicieron la herida- intervino Bulkhead, conciliador-. ¿No te estarás equivocando?
- No seas condescendiente conmigo, Bulkhead. Puede que no sea mi trabajo ideal, pero soy un buen médico y sé de lo que hablo. Esa femme- dijo, apuntándola con un dedo-, está fingiendo. Sí, al subirle el brazo le duele, pero si la herida hubiera sido tan grave como me decís, no hubiera podido subirle el brazo y sobre todo, hubiera gritado de dolor en el momento que le toqué la herida, pero ni siquiera le cambió la cara. Y qué coincidencia, que justo esto le pasa a la femme a la que acusaban de traidora.
- No es una traidora- gruñó Wheeljack, que aún la sujetaba.
- Ha derrotado al Azote de Tarn, Pumpsmoke. Es de los nuestros- declaró Seaspray.
- Entonces, explícame por qué scraplets no había visto su cara dentro de esta sala hasta hoy. Me da igual lo buena que sea en combate, nadie aguanta más de un año sin pasar por aquí.
- ¡Ese monstruo casi la mata!- reclamó Bulkhead.
- NightVision es de la Generación de la Guerra, Bulkhead- replicó el médico sin achantarse-. Estoy seguro de que sabe como hacer que una herida parezca mucho más grave de lo que es.
- Oh, por Primus, Pumpsmoke, ¿te estás oyendo?- se quejó Seaspray.
Mientras que Seaspray Y Bulkhead se afanaban por defenderla, inventado una excusa tras otra, Wheeljack le dio un suave apretón en el brazo, un sutil intento de hacerla reaccionar.
Hestia había mantenido la mirada en el suelo desde que Pumpsmoke la había descubierto, y a pesar de que lo había intentado... no se lo ocurría nada. Así que solo le quedaba una opción: decir la verdad de tal forma que no pareciera que solo lo hacías porque no te quedaba otra.
Así que tragó Energion y cerró los ópticos, un nanoclick, dos, y subió la cabeza. Sonrisa torcida, mirada segura, y...
- Tu Auxiliar no está en Iacon.
Seaspray y Bulkhead se callaron al oírla hablar, Wheeljack le dio un segundo apretón en el brazo en advertencia, y el miedo atravesó los ópticos de Pumpsmoke como un rayo.
Se irguió, dejando de fingir que necesitaba el apoyo de Wheeljack y el brazo de este se deslizó por su espalda. Rodó los hombros, dejando que Pumpsmoke viera el verdadero estado de su hombro, herido sí, pero infinitamente más recuperado de lo que era normal, y cuando los ojos del médico se cargaron de sospecha e ira, aumentó su sonrisa.
- ¿Qué le has hecho a Deshelia, pedazo de...
- Tu Auxiliar está justo aquí.
Antes de que ninguno de los tres Wreckers pudiera detenerla, Hestia se llevó la mano a la nuca y tras un leve roce con el dispositivo, su disfraz cayó. Adiós oscura pintura morada, hola brillo acerado.
La ira desapareció de los ópticos de Pumpsmoke, sustituida por la más absoluta estupefacción, a la que se unían los tres Wreckers, que no podían creer que Deshelia hubiera destapado su identidad tan a la ligera.
- Pero qué scraplets...
- Si ibas a decirlo tan fácilmente, podríamos habernos ahorrado tanto secretismo- gruñó Seaspray.
- Si vamos a seguir adelante con esto, vamos a necesitar a alguien de confianza que me repare. No soy tan ingenua como para creer que siempre voy a salir indemne- replicó Deshelia.
- Ya, bueno, pero aún así...-
- ¿Deshelia? ¿Tú eres...? ¿Cómo has...?
Deshelia le dedicó al médico una sonrisa burlona al ver que este seguía sin poder formular frases completas.
- Yo también me alegro de verte, Pumps. Que te preocupes tanto por mí es conmovedor.
La burla de Deshelia hizo que los ópticos de Pumpsmoke relampaguearan, apartando la sorpresa.
- ¿Por eso venías tanto a esta Base? No era para trabajar con Wheeljack, era para... ¿qué, exactamente? ¿Luchar disfrazada? Y, ¿cómo scraplets haces para cambiarte de cara?
- Reconozco que el venir a trabajar con Wheeljack en el laboratorio solo era una excusa para acabar alistándome en las filas Wreckers- dijo Deshelia.
- Espera, ¿qué?- saltó Wheeljack- Todo lo de las armas que diseñas, ¿era un montaje?
- Sí y no. Es verdad que diseño armas y es verdad que eres el único que se interesó por el diseño de la M-5.8.6- aclaró Deshelia-. Pero nunca hubiera accedido a reunirme contigo ni a trasladarme fuera de Iacon si no hubieras sido un Wrecker. Sabía que seríais los únicos dispuestos a saltaros las reglas y me dejarías alistarme.
- ¿Me has estado manipulando todo este tiempo?- Wheeljack la miraba entre sorprendido y dolido.
Deshelia casi se sorprendió de la punzada de vergüenza que le atravesó la spark.
- Jackie...- Bulkhead intentó intervenir.
- Vamos, Wheeljack, que no es para tanto. De algún modo tenía que ponerse en contacto con nosotros, y Deshelia tiene una buena razón para hacer todo esto- la defendió Seaspray de repente.
Wheeljack suspiró.
- No fue nada personal, Wheeljack. Es solo que... fuiste el único que se interesó por mí y por mi trabajo. Y eras un Wrecker. No podía desaprovechar la oportunidad de venir aquí.
- Lo entiendo, ¿vale?- masculló el Wrecker- Sé por qué lo haces. Sé por qué necesitamos que lo hagas. Pero no me gusta enterarme que me has estado manipulado durante todo este tiempo.
- Realmente no te he manipulado- dijo Deshelia. Wheeljack la miró con reproche y ella se apresuró a explicarse-. Es decir, vine aquí con la intención de construir armas que salvaran vidas Autobots, y lo hice. Tenía la esperanza de que me dejarais alistarme, pero a decir verdad, solo era eso: una esperanza. Ni siquiera tenía un plan, estaba improvisando la mayor parte del tiempo. Pregúntale a Bumblebee- añadió ella-. Luego la cosa se desmadró con el Frío y con el desastre de Vos, y...- Deshelia gruñó. ¿Por qué le constaba tanto encontrar las palabras? Normalmente esto se le daba bien-. Mira, sé lo todo lo que os la estáis jugando por mí, y os lo agradezco muchísimo. Y siento no haberos contado desde un principio que era lo que pasaba, pero no os conocía de nada. No sabía si podía confiar en vosotros. Además, ¿acaso me hubierais creído?
Seaspray y Bulkhead se miraron entre ellos, y después ambos miraron a Wheeljack, que seguía mirándola a ella.
Silencio.
- De acuerdo, ¿alguien piensa contestar a mis preguntas? Porque tengo unas cuantas- intervino el médico Wrecker.
Wheeljack apartó la mirada de ella, y Deshelia se resignó. Se recostó contra el respaldo de la camilla, subiendo la mirada al techo.
- Dispara.
Y empezó el interrogatorio. Otro más.
Pumpsmoke era como un scraplet con un trozo de acero, lanzando una pregunta tras otra con voracidad.
El médico era Wrecker de la cabeza a los pies, la sutileza no la conocía ni planeaba hacerlo, hasta tal punto que Wheeljack estuvo a punto de darle otro puñetazo cuando le soltó a Deshelia que el problema del Frío podía venir de un trauma y que, tu madre murió. ¿Acaso le arrancaron la cabeza y tú lo viste, o algo así?
Deshelia no la había visto morir. De su madre apenas tenía recuerdos de dos ópticos claros mirándola con cariño, una voz dulce que le susurraba palabras tiernas, y delicados servos rosas que la mecían con amor. A Deshelia le costaba encajar aquello con las pocas fotos que tenía de ella.
Recordaba con todo detalle, sin embargo, el instante en que Optimus le había dicho que mamá no volvería, que se había unido a Primus. Recordaba haber preguntado si no podían irse con ella.
Dado su profesión médica, Pumpsmoke no cesaba de volver al tema del Frío y la Asesina una y otra vez. Durante un momento, Deshelia casi creyó que había olvidado todo lo demás.
- ¿Qué pasó en Vos?- silencio durante unos momentos- Han retirado la acusación contra la Wrecker misteriosa, pero ahora resulta que eres tú, solo que con otra cara. Si has podido ocultarle la identidad a todo el mundo, incluso a Prime, y hacerte con un contrato de alistamiento por el camino, quien sabe si lo demás es cierto.
Silencio.
Deshelia mantuvo los ópticos en el techo, pero sobre su regazo, sus servos se convirtieron en puños. Casi deseó que el hombro le doliera con aquel gesto, pero el dolor no llegó. Se curaba a pasos agigantados.
Seaspray, Bulkhead y Wheeljack la miraban, ella miraba el techo, y Pumpsmoke los miraba a los cuatro.
Silencio.
A veces, el silencio dice más que las palabras.
- Es verdad, entonces. Sí que mataste al Guardia- la voz del médico sonaba vacía, pero Deshelia reconocía el intento de Pumpsmoke por enmascarar el dolor de la traición.
- No conseguí controlar el Frío hasta la mitad de la batalla en Vos. Cuando desperté... ya estaba hecho- Deshelia se obligó a tragar Energion-. No recordé haberlo hecho hasta que Prime me enseñó la foto del cadáver.
Ante aquello, los tres soldados la miraron: aquello eran nuevas noticias. Wheeljack la examinó con ojo crítico, y aunque sabía que la culpabilidad la carcomía por dentro (la propia Deshelia se lo había dicho hacía tiempo), no pudo encontrar ni una señal de esa culpa y abatimiento en ella.
La postura erguida, barbilla alta, ópticos relampagueantes. Parecía un general dando órdenes, administrando una sentencia, no alguien que había matado a un compañero por accidente. Se acordó de cómo había cambiado su postura antes de salir de la Jackhammer, y de nuevo pensó en lo buena que sería en misiones de infiltrada.
Deshelia no se inmutó, pero los tres Wreckers dieron un salto en el sitio cuando Pumpsmoke dio un puñetazo en el borde de la camilla. Pumpsmoke se giró hacia ellos, furibundo.
- ¿Por qué no la habéis entregado? No, peor, ¿por qué la habéis ayudado a encubrirlo, eh?-
Deshelia quería tirarse al suelo y suplicar perdón, pero se quedó quieta, manteniendo su postura altiva.
- Porque fue un accidente- dijo Bulkhead.
- ¡Mató a uno de los nuestros!- rugió el médico.
- Hay una razón, Pumpsmoke- dijo Seaspray, con voz calmada.
- ¡Maldita sea, ¿qué scraplets puede justificar algo así?!
- Nada lo hace, Pumps, lo sé- dijo Deshelia, que había vuelto a mirar al techo.
- Deshelia...- Bulkhead, siempre conciliador, posó un servo en el hombro sano- no...
- Maté a un Autobot, Bulk. No intentes quitarme la culpa que me corresponde.
- Si tan dispuesta estás a cargar con la responsabilidad, ¿por qué mentir? ¿Sabes a lo que se exponen si los pillan encubriéndote? Si de verdad han desestimado el caso, al compañero lo juzgaran en un Tribunal de Guerra por difamación. ¿Vas a permitir eso?
- No le juzgarán. He hecho un trato con Prime- anunció Deshelia.
- ¿Qué has hecho un trato con quién?- saltó Wheeljack.
- El mech es muy de seguir la Ley, ¿cómo has...- Deshelia interrumpió a Seaspray.
- Dijo que la "Causa" me debía un favor por lo de NightVision, y por conseguir que Uraya se declarara Autobot. Yo le dije que me lo pagara asegurándose de que no juzgarían a Smadbrin y de que recibiera ayuda profesional.
Durante un segundo, los cuatro Wreckers se quedaron callados.
- El propio Optimus Prime te dijo que te debía una... ¿y lo has gastado en eso?- escupió Seaspray.
- Seaspray- amonestó Wheeljack.
- Es noble- admitió Bulkhead.
- Lo sería, sino fuera porque asesinaste a su compañero y luego te las arreglaste para cargarle el muerto a otro- rebatió Pumpsmoke-. Nunca mejor dicho.
- Pumpsmoke- intervino de nuevo Wheeljack, la voz cargada de reproche ante el comentario.
- Sí, muy bonito, pero es una estupidez- metió baza Seaspray-. Menuda forma de malgastar una oportunidad.
A Deshelia le hubiera gustado soltar algo similar a "¿Qué clase de monstruo crees que soy?". Pero al fin y al cabo, era una asesina. Así que sí que era un monstruo.
Seré mejor. No puedo borrar el pasado, pero me aseguraré que no se repita. Ningún Autobot volverá a morir por mi culpa.
Grabó a fuego aquella promesa en su procesador, en su spark, y dejó que pasara a formar parte de su identidad.
Nunca más, se juró.
- Sé que pensáis que soy un monstruo- interrumpió Deshelia la conversación-, y no os lo puedo discutir. Pero no soy ese tipo de monstruo.
- Sinceramente, ahora mismo no me puede dar más igual si el gastar un favor de Prime en eso es noble o estúpido. Lo que me importa- insistió Pumps-, es que seguís sin explicarme el porqué. ¿Qué razón puede ser motivo de peso como para que cuando salga de aquí y no me vaya derecho al despacho de Impactor para denunciarte?
- No podemos permitirnos que la detengan, Pumpsmoke.
- ¡Pero por qué, maldita sea!
- Porque la necesitamos, Pumps. Es la única que puede darle la vuelta a todo esto y conseguir que ganemos la guerra- dijo Wheeljack. Deshelia creyó oír en su voz un fervor que se le hacía muy extraño en él.
El médico se rió.
- ¿Qué puede hacer una única femme que no pueda hacer cualquiera de nosotros?- se burló Pumps.
- No es casualidad que haya sido la primera de derrotar a uno de la Generación de la Guerra- Deshelia sabía que no era momento que su orgullo la hiciera hablar, pero las palabras de Pumps picaban.
- ¿Derrotarlo? Tuviste suerte, se distrajo, y salió corriendo porque llegó Prime. No has derrotado a nadie.
- Ha sido la primera desde que esos hijos de Unicron aparecieron que ha conseguido herirlos, aparte de Prime, y él tampoco consiguió matarlos- dijo Seaspray.
- ¿Qué estás diciendo, que una Auxiliar novata que ni siquiera forma parte de las filas Autobot es mejor que Prime?- se burló Pumpsmoke.
- Aún no. Pero lo será- sentenció Wheeljack, mirándola con tanta seriedad que Deshelia se removió en su asiento, nerviosa.
- Estáis todos locos- masculló Pumpsmoke-. Impactor tiene que enterarse de esto.
Deshelia seguía anclada bajo el peso de la mirada de Wheeljack, sin poder moverse, pero cuando Pumpsmoke se dirigió a la puerta, sin que nadie se lo impidiera, se obligó a reaccionar. Apartó la mirada de Wheeljack, intentando por todos los medios no estremecerse.
Pumpsmoke adelantó una mano para accionar el sensor de apertura de la puerta.
- Si pude aguantar contra NightVision, es porque soy como él. Soy de la Generación de la Guerra, Pumps.
El médico se quedó paralizado delante de la puerta, que nunca llegó a abrirse.
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Os juro que yo intento actualizar más deprisa, pero es que no puedoooo. Solo diré que estoy con el agua al cuello con el trabajo de fin de carrera.
Y que el hecho de que en menos de 15 días se estrene en Netflix "Sombra y Hueso", y que acabe de publicar "Rule of Wolves", y que en nada también publiquen "A Crown of Guilded Bones" me tiene es una puta nube que hace que no me concentre en nada.
I love you guys so fucking much.
(1) Se te van a ver las tuercas = se te va a ver el pelo.
(2) 30 grados: el rango de movilidad máximo de un brazo es de 180º, más o menos (depende del paciente). Os lo pongo para que comprendáis la falta de movilidad que tiene Deshelia.
PD: por si nota, esta parte la ha escrito mi yo fisioterapeuta LOL.
PD2: Como ha pasado tanto tiempo seguro que no os acordáis de nada LOL, así que si tenéis dudas ya sabéis donde estoy jeje.
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