Capítulo 29
Cuando recuperó la conciencia, supo que no estaba muerta porque no había forma de que la muerte doliera tanto.
Todo su cuerpo le dolía pero el hombro sin duda merecía una mención espacial. Se sentía tan débil. Intentó mirarse el hombro herido, pero incluso la acción de encender los ópticos le supuso un esfuerzo enorme.
Gimió, y un servo se posó con delicadeza en su frente.
- Yo que tú no me movería mucho. Después de perder tanto Energion necesitas descansar.
Encendió los ópticos a duras penas: Seaspray estaba a los pies de la camilla, los brazos cruzados sobre el pecho.
- Tengo la sensación de que esta no va a ser la última vez que lo diga, pero estás jodidamente fatal del procesador- anunció el Wrecker.
Deshelia abrió la boca para protestar.
- Dale un respiro- le interrumpió Wheeljack, quien apareció en su campo de visión al girar la cabeza-, no es como si no nos hubiera salvado el maletero a todos.
Si no hubiera estado tan ida en aquel momento, Deshelia se hubiera sorprendido al ver como Seaspray se limitaba a suspirar y asentir.
Su visión aún continuaba borrosa, y supo que esta vez, no tendría tanta suerte como en Protimax: sus heridas, especialmente la del hombro, eran demasiado graves para que el holograma las ocultara. Iba a tener que ingeniárselas para ocultar la gran cicatriz que le iba a quedar en el hombro. Por no mencionar que su padre estaba allí, y dado que estaba anclada en una camilla (y si el inmenso agotamiento que inundaba su cuerpo era una señal, no dejaría de estarlo en un tiempo), aquella vez "Hestia" no iba a librarse de una conversación con el Prime.
Chatarra.
Estaba de chatarra hasta el cuello.
Notaba a la Asesina en el fondo de su procesador, tranquila pero despierta. Deshelia se lo tomó como una señal de que, aunque no había peligro de que le arrancaran la cabeza, aún había cosas que hacer y solucionar.
Sacúdete el óxido y levanta. Hay mucha chatarra de la que ocuparse.
Había visto a NightVision seguir luchando con el cable femoral seccionado, y si él podía hacer eso, ella podía levantarse de aquella estúpida camilla aunque le faltara un trozo de hombro.
Un pitido empezó a machacarle los receptores de audio cuando su hombro se movió al empezar a sentarse en la camilla.
- ¡Quieta!
- ¡Túmbate ahora mismo, chatarra!
Deshelia ni siquiera pudo distinguir quien decía cada frase, pero apretó la mandíbula y ordenó a su cuerpo a terminar de sentarse. Le temblaban los músculos de los brazos, del pecho, de la espalda y de los abdominales, todos queriendo rendirse.
El sonido que salió de Deshelia era algo que los dos Wreckers junto a ella jamás habían oído.
- Tienes que...- insistió Wheeljack.
- Déjala- le interrumpió Seaspray.
Wheeljack miró a su compañero, hastiado, pero le encontró mirando a la femme con cautela y admiración en los ópticos, como jadeaba y tiraba, luchando por incorporarse.
Sois míos- pensó Deshelia, sin reparar en que tal vez, hablar a sus músculos no era del todo normal-, sois mis músculos. Me obedecéis a mí. Mi cuerpo. Me obedecéis. Mando yo.
Y aunque temblando y sufriendo por cada kibimetro que conseguía incorporarse, Deshelia se sentó en la camilla. Todo su cuerpo temblaba, exhausto y rabiando del dolor, pero había conseguido sentarse.
- Desde luego, estás hecha de un metal diferente, femme- Hestia subió la cabeza y fue Seaspray a quien vio frente a ella, la cabeza ladeada y una mirada cautelosa en sus ópticos.
Ella comprendió que para bien o para mal, la visita de NightVision le había conseguido lo que había venido a buscar: la aceptación y confianza de Seaspray. Lo miró desafiante.
- ¿Es suficiente, entonces?- escupió.
Seaspray enarcó una ceja, sin duda sabiendo a que se refería.
- Si no hubiera huido como un cobarde, muy posiblemente te hubieras cargado al Azote de Tarn, acabando con uno de los principales lugartenientes de Megatron. Uno de la Generación de la Guerra. Así que sí, es suficiente.
- Bien.
Pero había algo de irritación en su tono y en sus ópticos, algo molesta al darse cuenta de que si NightVision no hubiera aparecido, aunque hubiera matado a todos los Vehicons que hubieran aparecido en Uraya, probablemente Seaspray no hubiera terminado de confiar en ella.
La mirada de Wheeljack se cruzó con la suya, el Wrecker con una ceja enarcada. Deshelia casi pudo oír su voz en su procesador: "¿De verdad le culpas?"
Deshelia sonrió un poco: "La verdad es que no".
Wheeljack permitió una pequeña sonrisa.
Hizo un gesto cuando al mover el hombro, un potente pinchazo se lo atravesó. Intentó mirar la herida: alguien había soldado una placa de metal de forma algo rudimentaria en su hombro, tapando el agujero que NightVision le había dejado. Deshelia solo podía esperar que al igual que la herida había traspasado a su verdadero cuerpo (lo sabía sin siquiera comprobarlo, podía sentirlo), la cura también hiciera efecto.
Subió la mirada hacia los Wreckers.
- ¿Estamos solos?
Ambos asintieron, y lentamente, Hestia se llevó la mano al lateral del casco y sus dedos rozaron el invisible disco metálico.
El holograma se desvaneció como una onda.
Deshelia abrió y cerró el servo sano, de alguna forma aliviada al ver de nuevo sus dígitos plateados, igual de afilados que los de NightVision.
- No nos atrevimos a dejarte a solas con los médicos, por si acaso el disfraz daba algún problema- anunció Wheeljack-, y temíamos que la reparación no te hiciera efecto. Pero una vez el médico cortó la salida de Energion y colocó esa placa, dijo que tus constantes mejoraban, así que supusimos que ese holograma también permite las reparaciones.
- Sí, vas a tener que explicarnos bien cómo funciona ese chisme, porque nunca había visto nada igual- añadió Seaspray.
La placa de repuesto sobre su hombro destacaba más si cabe en su verdadero cuerpo, su color oscuro contrastando contra su brillante plateado.
- Voy a tener que encontrar una manera de tapar esto- comentó en voz alta.
- Siempre puedes proyectar un holograma tuyo, pero sin la cicatriz- se encogió de hombros Wheeljack.
- Teniendo en cuenta que ese holograma ha aguantado una pelea contra el Azote de Tarn y todo el tiempo que llevas cortocircuitada (1), nadie se dará cuenta de que estás ocultando una cicatriz- apostilló Seaspray.
Deshelia volvió a activar el holograma de Hestia a la vez que los escaneaba a ambos con la mirada: parecían estar en perfectas condiciones, pero hablar de heridas y cicatrices le había recordado que había visto una herida supurando Energion en el lateral del casco de Wheeljack, cuando trataba de arrastrar a Bulkhead fuera de la línea de fuego de NightVision, en la plaza, justo antes de que Bumblebee...
Hestia abrió los ópticos al máximo y todo su cuerpo tembló cuando intentó bajarse de la camilla.
- ¡Ah no, de eso nada! Una cosa es que te sientes y otra que te pongas de pie- gruñó Wheeljack, que se apresuró a impedírselo.
- Sí, de nada servirá que casi mates al Azote de Tarn si ahora te mueres por inconsciente- dijo a su lado Seaspray.
Pero ella tenía preocupaciones más importantes en mente.
- Bumblebee- jadeó. Su amigo no estaba allí, junto a su camilla, y aquello solo podía significar que estaba herido. O algo peor-. Bumblebee.
- Por el amor de Primus, ¡¿te quieres estar quieta de una vez?!- alzó la voz Seaspray, mientras ayudaba a Wheeljack a sujetarla.
- Está bien- le dijo Wheeljack, susurrando junto a ella-, heridas leves solamente, lo cual es una hazaña en sí teniendo en cuenta de que fue lo suficientemente idiota para atraer la atención del Azote de Tarn al dispararle.
- ¿Dónde está? Bee, Bee- lloró la femme.
Su hermano, su hermano. ¿Dónde estaba su hermano?
- Está fuera, con los demás. Casi tuvimos que noquearlo para que dejara de insistir en estar contigo, pero no podíamos levantar sospechas si queremos que el plan para exonerarte funcione- musitó Seaspray, que sujetó su brazo herido con mucho cuidado, evitando que ella lo moviera.
Deshelia recordó entonces otra ocasión en la que Wheeljack y Seaspray habían sujetado a Bumblebee: cuando NightVision la había hecho arrodillarse, y Bee había tratado de correr hacia ella.
- Gracias- graznó.
Ambos Wreckers se miraron entre ellos, y luego a ella.
- ¿Por qué?- preguntó Seaspray.
- Por sujetarle cuando quiso venir a por mí.
De nuevo, silencio entre los dos guerreros.
- No serviría de mucho que perdiera la vida intentando salvar la tuya- reconoció Seaspray.
Cuando Deshelia miró a ambos, entendió el pesar y la vergüenza en sus caras: todos habían pensado que NightVision iba a matarla en ese momento, ellos dos incluidos. Pero el único que había intentado ayudarla había sido Bumblebee.
- Hicisteis lo que debíais- dijo ella entonces-. Ninguno de nosotros tenía la más mínima oportunidad contra él, ni siquiera yo. Hay veces en las que hay que correr para luchar otro día.
Ambos Wreckers asintieron, una leve sonrisa en sus caras.
- ¿Cómo lo conseguiste?- le preguntó entonces Wheeljack.
Hestia se recostó en el cabezal de la camilla antes de hablar.
- Me di cuenta de que estaba conteniéndose porque le resultaba entretenido que intentara plantarle cara, y como estaba- Hestia miró a su alrededor para asegurarse de que estaban solos antes de continuar-, oculta con este cuerpo, no podía detectar que era una de la Sexta, como él. Así que dejé que me acorralara para que bajara la guardia antes de poder golpear. Le seccioné un cable importante, y eso le ralentizó lo suficiente como para que la cosa se igualara un poco.
- No te ofendas pero, ¿hacerle pensar de que estás acabada para que baje la guardia? Es la táctica más vieja del mundo- dijo Seaspray.
Hestia sonrió.
- Funcionó, ¿no?
Seaspray hizo un gesto incrédulo que venía a significar algo similar a "pues la verdad es que sí". Deshelia dejó escapar una corta risa.
- La verdad es que a mí me sorprendió también que un truco tan sencillo funcionara con NightVision. Pero lo cierto es que tanto él como yo sabíamos que era cuestión de tiempo de que se aburriera y me matara. Simplemente le hice creer que ese momento había llegado antes de tiempo.
Wheeljack se rio por lo bajo.
- No está nada mal para una novata.
- Ey- protestó Deshelia ante el término-. No soy una novata.
- Has luchado en dos batallas en toda tu vida. Eres una novata, que seas de la Sexta no cambia eso.
Era Seaspray quien se burlaba de ella, pero a diferencia de todas las veces que lo había hecho en la Base Wrecker, no había sin malicia en sus ópticos sino... camaradería.
- Además, puede que al final vencieras, pero lo cierto es que NightVision te pasó por encima- declaró el Wrecker, sin tacto alguno-. Tenemos mucho trabajo por delante.
- "¿Tenemos?"
- Por supuesto. Tú tienes los instintos y el potencial pero nosotros- se señaló a si mismo y a Wheeljack, que la miraba sonriendo con ambos brazos cruzados-, tenemos la experiencia. Así que en cuanto te puedas levantar de esa camilla, vamos a meter tu culo en el ring de entrenamiento y no saldrás de él hasta que seas la mejor luchadora de todo el ejército.
A pesar del cansancio y el dolor de su cuerpo, Deshelia sintió como el entusiasmo empezaba a burbujear dentro de ellas. Por fin, entrenamiento de verdad.
- Vosotros diréis lo que queráis, pero soy la única que ha conseguido tocar a uno de la Generación en milenios- dijo, intentando ocultar su entusiasmo casi infantil-. Casi me da pena no poder verlo desde fuera. He debido de estar alucinante.
Seaspray dejó escapar una risa que parecía un ladrido y Wheeljack negó con la cabeza.
- Puede que me arrepienta de esto, pero lo cierto es que tengo toda la pelea grabada. Puedes verla cuando quieras.
Deshelia reprimió una carcajada.
- No lo decía en serio. ¿Por qué grabaste el enfrentamiento?
- Es algo así como una regla no escrita: ya te habrás dado cuenta de que no hay mucha información sobre ellos, así que cuando alguno aparece, todos intentamos grabarlos con las cámaras incorporadas en nuestras radios, intentando recopilar información- le explicó Seaspray.
- Se difunden las imágenes por toda la Red Autobot, por si a alguien le sirven de algo y descubre como derrotarlos, ya sea Wrecker, Guardia o Rastreador. Eso me recuerda- añadió Wheeljack, señalándola-, que eres nuestra, no de los Guardias ni de los Rastreadores. Eres de los Wreckers, ¿estamos?
- ¿Cómo?
- Prime no fue el único que apareció cuando llegaron a Iacon las noticias de que le estabas partiendo la madre al Azote de Tarn- ella se rio ante las palabras de Seaspray, quien rio con ella-, vino seguido de una retahíla de altos mandos que quieren hablar contigo e intentar que te vayas a su unidad. Todos quieren a la guerrera que casi mata al Azote de Tarn.
Hestia parpadeó antes de reír de nuevo.
- ¿En serio?
- Totalmente. No es que los culpe- Seaspray se encogió de hombros y la miró con una amplia sonrisa.
- Enséñaselo de una vez, chatarra- rio Wheeljack.
- ¿Enseñarme el qué?- preguntó Deshelia, sin entender nada.
Seaspray amplió la sonrisa y sacó una data-pad mientras explicaba.
- Cuando se corrió la voz de que todos los altos mandos te querían reclutar, mi primo Impactor me llamó por radio y me dio permiso para, y cito textualmente, "romperle la cara a cualquier listo que quiera robarnos a esa femme"- las cejas de Hestia por poco salieron volando de su cara cuando las arqueó. Seaspray se rio al ver su cara-. Así que le comenté que tu ingreso en los Wreckers no había sido del todo "legal" y...
- ¡¿Qué hiciste qué?!- chilló Deshelia, con el pánico en la garganta.
- Tranquila, pasa más veces de las que imaginas- añadió Wheeljack.
- Explícate- le dijo Deshelia.
- Hace un par de siglos, un equipo de Wreckers se vio involucrado en unas situaciones muy malas, y digamos que reclutamos a unos cuantos Neutrales para que nos ayudaran, y varios murieron, junto a varios hermanos. El caso llegó hasta Iacon, y Prime y los suyos pusieron el grito en el cielo, porque los Neutrales no son del ejército, y que murieran al verse involucrados con nosotros no daba buena imagen ante el resto de las Ciudades Neutrales que Prime estaba intentando que se unieran a nosotros y no sé que chatarra más- masculló Wheeljack.
- Estuvieron a punto de destituirnos a varios de nosotros, mandarnos a los Guardias para que aprendiéramos a "seguir órdenes"- continuó Seaspray, burlándose de aquella pretensión-. Para evitarlo, Impactor se inventó que aquellos Neutrales eran Wreckers infiltrados y les consiguió a todos ellos contratos de alistamiento Wreckers para que colara en Iacon y en las Ciudades Neutrales.
- ¿Y se lo tragaron?- se sorprendió ella. Colar un contrato falso, vale, pero, ¿varios? Por como hablaban, sonaba a que se referían mínimo a una veintena de contratos.
- Y tanto- se rio Wheeljack-. Los Wreckers tenemos reputación de que nos importa la burocracia lo que un tornillo...
- ¿Reputación?- se burló Deshelia. Wheeljack bufó.
- Bueno, sí, no nos importa lo más mínimo- concedió-. Pero justo por eso cuando Impactor se saca de la guantera cosas así, en Iacon se lo tragan porque de normal no hay documentación que valga con nosotros. Así que si la tenemos... suele ser de verdad.
- El caso- interrumpió Seaspray, retomando el hilo-, es que hablé con tu Rastreador, que me dio acceso al contrato falso que ya tenías preparado y se lo enviamos a Impactor. Y hace treinta ciclos, me envió esto- Hestia cogió la data-pad de Seaspray y se mareó al mirar la pantalla.
Donde había un verdadero contrato Wrecker, con todos los datos que ella había inventado para Hestia. Y en el borde inferior de la pantalla, había dos firmas, la de Impactor y la de Optimus Prime. Solo faltaba una firma.
La suya.
- Solo tienes que firmarlo, y serás oficialmente una Wrecker- Deshelia apenas oyó las palabras de Wheeljack.
Le temblaban los servos. Muy lentamente, como si tuviera miedo de que al tocar el contrato este desaparecería, Hestia firmó el contrato.
Lo he conseguido. Soy una Wrecker.
Y aunque no era su verdadero nombre el que aparecía en ese contrato, era oficial, no un contrato falsificado.
Temblando, subió la mirada hacia ambos Wreckers, que le sonreían abiertamente.
- Yo...- pero no había palabras.
Wheeljack pareció entenderlo, porque amplió la sonrisa al tiempo que se sentaba en el lateral de la camilla y posaba el servo en su hombro sano.
- Bienvenida a los Wreckers- dijo Seaspray.
A Deshelia le sonó a algo así como, "Bienvenida a la familia".
***
Decididamente, Optimus Prime no sabía que pensar.
Llevaba meses buscando a la Wrecker sospechosa, usando todo su poder e influencia para hacerla salir, sin resultados. Y ahora, sin que él hiciera nada, aparecía en todas las pantallas de videovigilancia de Iacon, grabada en directo por uno de sus compañeros, haciendo gala de la típica insensatez Wrecker al intentar derrotar en solitario al Azote de Tarn.
Al descubrir que aquella pelea estaba teniendo lugar en Uraya, había intentado reunir un destacamento lo más rápido posible para acudir, a sabiendas de la precaria situación en la que se encontraban los habitantes de la ciudad Neutral.
Sin embargo, todavía estaba esperando a que terminaran de organizarse cuando la ingenua Wrecker había demostrado no ser tan estúpida como aparentaba al dejar cojo a NightVision.
El Prime había tenido sus encontronazos aquí y allá con los de la Generación, pero todos habían acabado con un empate técnico. Además, teniendo en cuenta que Megatron tenía una enfermiza obsesión con ser él quien lo matara, se podía decir que los de la Generación solían apartarse de su camino para dejárselo a Megatron.
Y aquella Wrecker había conseguido derrotar sin ayuda a uno de ellos. Y no uno cualquiera, sino al Azote de Tarn. Optimus solo había llegado a tiempo para verle huir, y eso decía bastante sobre quien había tenido la ventaja en aquella pelea.
- ¿Señor?
La voz femenina le sacó de sus cavilaciones y al volverse, descubrió a una femme Neutral, de armadura verde pálido, que, a pesar de que todo en su cuerpo y postura delataba su enorme respeto hacia él, le miraba directamente a los ópticos.
Teniendo en cuenta que la mayoría de sus soldados ni siquiera soportaban mirarle a los ojos, Optimus agradeció el cambio.
La femme iba flanqueada por un Neutral, cuya postura le gritaba a Optimus que en el fondo, tenía metal de soldado (2).
- ¿Sí?
La femme carraspeó, como armándose de valor, y habló.
- Me llamo Kyrei, Señor. Os traigo esto- le alargó una data-pad anticuada, y cuando Optimus la inspeccionó, descubrió en ella lo que llevaba años persiguiendo: un comunicado oficial que declaraba a Uraya como Territorio Autobot. Firmado por el Cónsul de Uraya.
Sin dejar que la sorpresa se reflejara en su cara, subió la mirada hacia Kyrei.
- ¿A qué se debe este súbito cambio de opinión del Cónsul?
- Antiguo Cónsul, si me lo permite, Señor- había dolor en los ojos de Kyrei, y Optimus esperó-. Ha fallecido hace unos megaciclos. Fue herido en la batalla.
- Mi más sentido pésame, Kyrei.
- Intenté salvarle, pero con los recursos que tenemos actualmente...- la femme suspiró con pesadumbre- Me hizo prometerle que os traería ese comunicado, Señor. En agradecimiento.
- ¿Agradecimiento?
- A los Autobots que defendieron Uraya del Azote de Tarn. Y a la Wrecker que lo derrotó. No tenemos muchos recursos, pero tenemos soldados.
- La gran mayoría de nosotros queremos pasar a formar parte de vuestras filas, Señor- añadió el soldado tras ella-. Muchos de mis compañeros ya se han puesto en contacto con vuestros soldados y oficiales, con intención de solicitar su alistamiento.
Y de nuevo aparecía aquella Wrecker, consiguiendo en una tarde lo que él no había conseguido en años: la anexión de otra ciudad al Territorio Autobot, con sus soldados formando parte del ejército.
Optimus miró al soldado.
- ¿Cómo te llamas, soldado?
- Springer, Señor. ¿Se sabe algo de Hestia, Señor?
Optimus lo miró un segundo.
- ¿Hestia?
Ambos Neutrales se miraron entre ellos, con un aire de incomodidad.
- La Wrecker que derrotó al Azote de Tarn, Señor- explicó Springer.
- Cuando ella y sus compañeros pararon a repostar sus naves, se acercó a ayudar al hospital de campaña. Dijo que había sido Auxiliar- añadió Kyrei.
Optimus tuvo que reconocer ante sí mismo que en aquel momento, incluso si alguien le mostrara un video de la femme asesinando a Xemir, el Guardia, tendría problemas para creérselo. Eran demasiados los argumentos que respaldaban la inocencia de la femme, no tenía sentido que fuera una traidora: le había salvado la vida a él en Protimax, había salvado muchas más en la pelea, cubriendo a médicos y heridos, había acudido a ayudar desinteresadamente a un hospital de campaña, había estado a punto de asesinar a uno de la Generación de la Guerra y, lo hubiera pretendido o no, le había entregado las llaves de Uraya en bandeja.
Simplemente, no tenía sentido que fuera una traidora.
Optimus suspiró.
- Las últimas noticias de las que dispongo son que permanece sumida en éxtasis, recuperándose de las heridas. Si deseáis hablar con ella, me temo que deberéis esperar a que despierte.
Al igual que yo, añadió en sus pensamientos. Esa Wrecker no se le iba a escapar, tenía muy claro que no se iría a Iacon hasta hablar con ella y terminar de aclarar el asunto.
Y poder agradecerle el gran servicio prestado a la causa.
Ambos Neutrales asintieron ante él.
- Con vuestro permiso, Señor- murmuró Kyrei, y cuando el Prime asintió, ambos retrocedieron para abandonar la sala, una de las pocas que permanecía en pie.
Optimus se quedó solo, y miró por la ventana hacia las ruinas humeantes de Uraya. Suspiró, y entonces su data-pad se iluminó con un mensaje.
De: Impactor, Comandante Wrecker.
Para: Optimus Prime, Líder Autobot
Tengo entendido que habéis intentado colocarle a una de los míos la etiqueta de traidora, Prime. A estas alturas, debería estar claro que no hay traidores entre mis Wreckers. Me alegra que esa femme lo haya demostrado sin que tenga que molestarme en intervenir.
Te agradecería que les recordaras a todos los lacayos que te han seguido desde el Ibex que esa femme es una Wrecker, y va a seguir siéndolo.
Optimus frunció el ceño: directo y con cierta irreverencia, como todos los mensajes que venían de Impactor. El Comandante Wrecker hacía honor a todas las cualidades que caracterizaban a aquellos guerreros, incluidas aquellas que al Prime le sacaban de quicio, como el poco respeto a la autoridad.
Había un archivo adjunto en el mensaje, y cuando Optimus lo descargó, arqueó una ceja, interesado: el contrato de alistamiento de la Wrecker, fechado hacía dos siglos y medio, junto con toda su documentación.
Con un suspiro, Optimus se sentó en el único soporte de la habitación y comenzó a leer.
***
Bumblebee la sepultó en un abrazo en cuanto Wheeljack y Seaspray les aseguraron que nadie estaba espiando.
- Santa chatarra, Deshelia, a este paso me vas a matar de un cortocircuito.
Ella rió, la cara oculta en el cuello de su amigo, quien tenía mucho cuidado de no tocar su hombro.
- Hablo en serio- gruñó él, sin soltarla-. ¿Lanzarte de ese modo contra el Azote de Tarn?
- Iba a ir a por ti, Bee- dijo ella por toda explicación.
- Ya, pero... pero...- Bumblebee se separó de ella y se pasó una mano por el casco. Deshelia le dirigió una sonrisa insolente.
- ¿Algún problema?
- El problema- gruñó él-, es que los dos estamos vivos, lo que en tu cabeza refuerza la idea de que lo que hiciste está bien.
- Teniendo en cuenta que Seaspray y Wheeljack tuvieron que sujetarte para no hicieras exactamente lo mismo, no creo que seas quien para hablar, Bee- se burló ella.
Bumblebee la miró con el ceño fruncido.
- Podrías haber muerto.
- Tú también. Y yo tenía una pequeña ventaja de mi parte.
Bumblebee suspiró antes de sentarse junto a ella en la camilla.
- No te sirvió de mucho- ella suspiró.
- Lo sé. Ese pedazo de chatarra inmunda ha recibido una clase de entrenamiento superior. Pensado para potenciar cada una de las ventajas que nos da el ser de la Sexta. Yo no he tenido eso.
- Parece que eso va a cambiar, ¿no?
- Sí, Wheeljack y Seaspray ya me han dicho que me piensan machacar en el ring- dijo ella, sonriente.
- Suena doloroso- dijo Bumblebee con una mueca.
- Eh, he vencido al Azote de Tarn. Puedo con dos Wreckers cascarrabias.
- Te hemos oído- oyó la voz de Wheeljack desde la puerta donde los dos montaban guardia.
- Esa era la idea- anunció la femme, elevando un poco la voz.
Ambos amigos rieron, pero Deshelia observó que los ópticos de Bumblebee parecían apagados. No le costó saber el porqué.
Estrechó uno de los servos de su amigo en su servo sano.
- ¿Cuántos?- dijo con suavidad.
Bumblebee se encogió.
- Cuatro. De siete.
Bumblebee había perdido a cuatro amigos ese día. Deshelia apretó el servo de su amigo.
- Lo siento, Bee. Es culpa mía. No deberían haber estado ahí.
- Ellos lo escogieron Desh. Cuando me dijiste que había uno de la Sexta en Uraya, se lo dije. Les dije que no les culparía si ellos preferían quedarse. Que aquello era extraoficial y no tenían porque hacerlo. Todos escogieron venir. Les di la opción de quedarse fuera y no quisieron tomarla. No es culpa tuya.
- No es justo que seas tú el que estés intentando consolarme a mí- musitó Deshelia, apoyando la cabeza en el hombro de su amigo-. No soy yo la que ha perdido a amigos hoy.
Bumblebee no dijo nada, abatido, y ambos permanecieron en silencio, ofreciendo el consuelo que les otorgaba la mutua compañía. Había veces en las que las palabras no eran necesarias.
- Cuando... cuando hizo que te arrodillaras- ella se separó para poder mirarle-, intenté ayudarte, pero esos dos me retuvieron...
- Y estoy muy agradecida de que lo hiciera, Bee. Tenía un plan.
- Lo sé- afirmó su amigo-. Me tiraron al suelo, te miré, y yo... Tú me miraste, y supe que tenías un plan, que de alguna manera, todo aquello era un truco y sabías lo que estabas haciendo. Pero aún así... creo que nunca he tenido tan miedo como en ese momento.
- Bee...- susurró ella, conmovida.
- No puedo perderte, Desh. No puedo perder otra hermana- Bumblebee estaba llorando, y muy pronto ella estaba llorando también.
Se abrazó a su mejor amigo.
- No me vas a perder. Estamos juntos. Y vamos a sobrevivir a esta guerra, juntos.
Ambos lloraron en silencio, abrazados. Deshelia decidió que no le importaba demasiado que el agarre de su mejor amigo estuviera a punto de asfixiarla. Las lágrimas de lubricante se fueron secando, pero ellos no se soltaron.
No se soltaron, no hasta que la puerta se abrió y Wheeljack asomó la cabeza.
- Siento interrumpiros, pero tienes que largarte, Bumblebee- antes de que alguno de los amigos pudiera pedir explicaciones, el Wrecker las dio-. Prime viene hacia aquí.
Hestia se irguió a la velocidad del pensamiento, mientras Bee bajaba de la camilla de un salto, le daba un beso en la frente y salía por la puerta trasera. Deshelia respiró hondo y trató de sentarse bien contra el cabecero de la camilla, intentando estar lo más presentable posible.
- Recuerda: eres de Ky-Alexia, tus padres murieron en un ataque y te uniste a una caravana de refugiados que un grupo de Wreckers auxilió cuando fue atacada por Decepticons. Fuiste Auxiliar en nuestra Base hasta que tuviste edad suficiente para alistarte, hace dos siglos y medio.
- Ky-Alexia, caravana de refugiados, Auxiliar, Wrecker desde hace doscientos cincuenta años. Lo tengo- enumeró ella.
El Wrecker asintió y fue a salir de la habitación para montar guardia en la puerta.
- Wheeljack- lo detuvo ella-. Cuántos.
El rostro de Wheeljack se ensombreció.
- Tres.
De once. Podría haber sido mucho peor, pero seguían siendo tres vidas Wreckers perdidas. Más los cuatro Rastreadores. Siete muertes Autobots que cargarían sobre su consciencia, junto con la muerte de Xemir.
- ¿Bulkhead? ¿Ironhide?- preguntó.
Recordaba a Bulk tirado en el suelo, Wheeljack tratado de tirar de él, y en cuanto a Ironhide... bueno, ella misma lo había sacado de la línea de fuego.
- Están bien: Bulk recibió un duro golpe en el casco que lo noqueó, pero tiene la cabeza dura, sobrevivirá. Y Hide... bueno, esa médico Neutral consiguió salvarlo. Está grave, pero dicen que tiene buenas opciones.
Deshelia asintió, apesadumbrada.
Ocho vidas.
Apenas había luchado dos veces y ya era responsable de ocho vidas perdidas.
- Eh- subió la mirada hacia Wheeljack-, he visto esa cara muchas veces en el espejo para saber lo que significa, y lo que estás pensando es pura chatarra, ¿de acuerdo? Nosotros elegimos venir. Esas muertes no son responsabilidad tuya. Y si no fuera por ti, hubiéramos sido muchos más.
Deshelia sabía que tenía razón, sabía que al detener a NightVision había salvado a los demás. Pero seguía sintiéndose culpable por esas ocho vidas: si hubiera conseguido derrotarlo antes...
- Cuando te encuentres mejor y puedas levantarte- añadió el Wrecker-, celebraremos el funeral. Y se unirán a la Allspark.
Deshelia lo agradecía, para poder ofrecer sus respetos y disculparse, pero no lo entendía.
- ¿Por qué esperar?
Wheeljack la miró, serio.
- Cuando un Wrecker cae en batalla, todo el equipo está presente en el funeral. Tú eres una de los nuestros ahora, así que eso te incluye a ti.
El Wrecker salió antes de que a Deshelia le diera tiempo a llorar.
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(1) Cortocircuitada: vamos a hacer como que "cortocircuito = desmayo", y que por lo tanto "cortocircuitada" vendría a decir que está inconsciente o en un coma no provocado por éxtasis.
(2) "Metal" de soldado: he querido ponerlo como si fuera la expresión "tener madera de algo", en este caso, de soldado
Bueno, pues aquí tenéis otro capítulo!!
En este cap, tenemos dos bombas: por una parte, Desh es oficialmente una Wrecker.
Y dos, una bomba más pequeñita: oficialmente, Uraya pasa a ser Territorio Autobot!! Eso significa más Autobots que se unirán a la lucha, y, en segundo plano, es el último empujón que Optimus y compañía necesitan para creer en la inocencia de Hestia.
Como ya comenté, esto pasará a estar reflejado en el anexo de las ciudades 😊
Como siempre, espero que os haya gustado mucho mucho. Puede que este sea el último cap en un tiempo, a pesar de la pandemia, tengo los exámenes a la vuelta de la esquina, y con la obsesión de los profesores con que no nos copiemos en los exámenes online, han subido el nivel mucho.
Pero quizá unos cuantos bonitos comentarios me animen a escribir entre sesiones de estudio (¿chantaje? q va lol😜)
PD: os voy a colgar la nueva imagen de cabecera de mi perfil porque a pesar de que es más simple que un botijo, me encanta y estoy super proud jejeje
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