Capítulo 23

NOTA IMPORTANTE:

Quiero dejaros esta nota al principio porque sin ella, un momento clave del cap no va a tener el peso que le considero necesario. Todo lo que sigue a continuación es invención mía, nada de esto es canon fuera de este fic.

Empecemos desde el principio: los Transformers viven tanto tiempo que llega un momento que contar la edad por años se vuelve engorroso, así que aunque cuentan su edad en años, llega un momento que se hace pesado decir que tienes "cinco mil quinientos veintisiete años". Te pasas media hora para decir tu edad, narices. Así que coloquialmente, la edad se expresa en Generaciones, no en años.

Hasta la fecha en la que se ubica este fic, hay seis Generaciones. Me explico: la Primera Generación es la que surgió al principio de la historia de Cybertron, con los Trece Primes, Primus y todo el percal. Nuestros Adán y Eva, vaya.

La Segunda es la que vino cuando murió el último de los Trece Primes, y fue un boom porque fueron muchos sparklings, hasta entonces Cybertron estaba casi despoblado. La Tercera y la Cuarta marcan la Edad Dorada de Cybertron, los mayores años de prosperidad del planeta, pero realmente a esa época se la conoce como la Edad Dorada porque hubo dos Generaciones de sparklings en relativamente poco tiempo. Entiéndase que hablando de Transformers, ese poco tiempo a lo mejor fueron cinco mil años. La Quinta Generación apareció unos años antes de que estallara la guerra, por lo que la mayoría de los sparklings de esta Generación murieron pronto en la guerra.

La Sexta Generación es la Generación de la Guerra. Muy pequeña, poco más de diez sparklings, los pequeños nacieron cuando la guerra llevaba unos diez años.

Para que os hagáis una idea: Alpha Trion es uno de los pocos (por no decir el único) bot que queda de la Primera Generación, Ratchet es de la Segunda, Optimus y Megatron son de la Tercera, Bumblebee y Arcee de la Cuarta. Hestia, la hermana pequeña de Bee y Cee, era de la Quinta, y Deshelia, cuando le preguntan por su edad, siempre dice que es de la Quinta Generación.

Tened en cuenta que entre la Cuarta, Quinta y Sexta Generación pasó mucho menos tiempo de lo habitual, así que aunque por ejemplo Optimus y Bumblebee solo tengan una Generación de diferencia en edad, realmente la edad de Bee es más cercana a la de Desh que a la de Optimus, a pesar que entre Bee y Desh haya más Generaciones de por medio.

¡Espero que os haya quedado claro y si tenéis alguna duda... ya sabéis donde buscarme!

ALSO, también muy importante:  @LunaMoonstruk23 este cap va para ti que comentaste el anterior capítulo literalmente UN MINUTO DESPUÉS DE QUE LO ACTUALIZARA. 

***

No puede ser.

No puede ser.

No puede ser.

No puede ser.

- Oye, ¿estás bien?

La voz de Bulkhead la trajo de vuelta a la realidad. Deshelia sacudió la cabeza y murmuró su respuesta.

- Sí, solo... me ha sorprendido. Y estoy muy cansada- dijo. Realmente, no estaba mintiendo.

Creía haberse librado de eso. Sí, por supuesto que se sentía culpable, tanto que apenas conseguía recargar pero... ¡maldita sea, creía haber conseguido convencer al Guardia de que no había matado a su compañero!

Parecía que su cruel mentira en el campo de batalla de Vos había caído en saco roto. La habían denunciado. La estaban buscando por traidora. Tragó Energion. Maldita sea.

- Y... ¿cómo piensan encontrarla?- jadeó.

- Bueno... no lo sé muy bien. Debido al ataque, hay pocas cámaras que funcionen en Vos y en Protimax, así que nadie sabe muy bien como buscarla... hay algunos que dicen haberla visto... pero la mayoría solo dice que solo vieron como un borrón en el campo de batalla que se cargaba a los Cons con una facilidad que parecía irreal- Deshelia trató de reprimir un escalofrío.

Bueno, parecía que aunque una denuncia colgara de su cuello (o el de "Hestia"), ni siquiera sabían como buscarla... casi trastabilló en medio del pasillo cuando se dio cuenta de algo.

Bumblebee.

Lo había abrazado en medio de Protimax con el holograma puesto. Había estado a su lado cuando habían cruzado el Puente. El Guardia del puente la recordaría... y recordaría a Bumblebee. Jadeó.

No podía permitirlo. No podía permitirlo que su error arrastrara a su mejor amigo.

Tenía que entregarse. Antes de que aquella mierda le salpicara a Bee también.

Se giró hacia Bulkhead y se preparó para soltarlo.

- Bulkhead, yo...

- Ya hemos llegado- al girar la cabeza, Deshelia se dio cuenta de que efectivamente, estaban delante de la puerta del laboratorio de Wheeljack.

Tragó Energion. ¿Con qué cara iba a mirar al Maestro Armero Wrecker? Wheeljack se había jugado el maletero por ella, y ella le había fallado. Abrió la boca para decir que debía irse, que la llamaban de urgencia... cualquier cosa que le diera más tiempo para pensar como arreglar aquel desastre.

Pero Bulkhead ya la estaba empujando suavemente dentro de la sala, con una mano en la parte baja de la espalda, dejándola sin escapatoria. Trató de calmar el temblor de sus servos. ¿Estaban temblando por el cansancio o por los nervios? Ni ella lo sabía.

- Eh, Jackie. Mira a quien me he encontrado- exclamó Bulkhead alegremente.

Wheeljack, que hasta ese momento había estado inclinado sobre su mesa de trabajo, levantó la mirada. A Deshelia le dio tiempo a ver una genuina curiosidad... antes de que Wheeljack la viera a ella, y sus ópticos se volvieran de hielo. Un escalofrío le atravesó la espalda y muy en su interior, Deshelia notó como la Asesina asomaba la cabeza.

No, tú no. Bastantes problemas me has dado ya.

- Nuestra ingeniera estrella lleva trabajando a destajo varias semanas, y parece que necesita urgentemente un descanso. ¿Qué te parece si...- empezó Bulkhead, pero Wheeljack le cortó con brusquedad.

- Puede quedarse- nunca había oído la voz de Wheeljack tan... fría.

Se obligó a tragar Energion.

- Gracias- murmuró ella.

Pero algo relampagueó en los ópticos del Armero Wrecker, y Deshelia sospechó que su oferta no nacía de su amabilidad, precisamente. Y lo supo seguro cuando sintió a la Asesina ponerse en guardia.

Chatarra.

- Bueno, quiero pasarme a ver a Titanfist, así que os dejaré con vuestras cosas de genios- se despidió Bulkhead con un aspaviento.

- Adiós, Bulk- dijo Jackie, la voz gélida como un témpano de hielo.

Deshelia no contestó. En vez de eso, apartó la mirada de Wheeljack y se sentó en la que ya era su silla en el laboratorio de Wheeljack. En cuanto se sentó, notó como sus piernas y espalda le daban las gracias por el descanso. Pero tampoco dejó de notar a la Asesina en su nuca, atenta.

Oyó como Wheeljack volvía a trabajar, pero no subió la cabeza. La tensión se podía cortar con un cuchillo.

- Supongo que Bulkhead te lo habrá contado, ¿no? Lo de la traidora.

Deshelia volvió a tragar Energion, pero se forzó a asentir mientras que la palabra resonaba en su procesador. Traidora, traidora. Sonaba fatal.

- Sí.

- ¿Y bien? ¿Qué opinas?

- Yo... creo que... antes de llamarla traidora, deberían encontrarla y asegurarse de que... fue intencionado. Quizá... quizá fue un accidente- las palabras fueron un hilo de voz inestable y roto.

- Menuda tontería. ¿Cómo va a ser un accidente? Mató a un Autobot.

Deshelia apretó los puños en un intento de evitar que le temblaran las manos y cerró los ópticos, haciendo todo lo posible por evitar las lágrimas mientras notaba como la culpabilidad y la vergüenza la machacaban. Algo se estrujó en su pecho.

- Yo...

- Por mi parte, creo que es una traidora. Espero que la encuentren pronto. No tardarán mucho, han puesto a Magnus a investigar, y el cabrón es muchas cosas, pero concienzudo es un rato. La encontrará, la juzgarán y la ejecutarán. Puede que pida que nos la dejen un rato... se hizo pasar por Wrecker y casi mata a uno de los nuestros... se merece sufrir... sí, podríamos quitarle las piezas, arrancarle los cables, oxidarle...

- ¡Basta!- estalló Deshelia, que notó como el pánico la ahogaba mientras escuchaba todas las cosas que Wheeljack quería hacerle a Hestia.

Quería hacerle a ella.

Se le escapó un sollozo, pero ella no se permitió que hubiera un segundo. Se obligó a fingir, a alzar la máscara y a ocultarse de nuevo.

Forzó a su cuerpo a dejar de temblar, se prohibió que se le escapara ninguna lágrima más.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que ya no oía a Wheeljack trabajar. Levantó la cabeza y se encontró con que estaba de brazos cruzados, mirándola fijamente. Le sostuvo la mirada unos momentos pero... los ópticos del Wrecker estaban cargados de reproche y desconfianza.

Lo sabía, entendió Deshelia.

Volvió a bajar la cabeza y se le hundieron los hombros.

- ¿Cómo?- murmuró.

- Te vi luchando- empezó Wheeljack, susurrando. Como si temiera que alguien les escuchara-, y solo había visto a alguien luchar así una vez en mi vida: la primera vez que te metiste en el Simulador. Me llamó la atención. Así que luego me di cuenta de que llevabas mi espada. Diferente color, pero yo la fabriqué, y la reconocí.

Deshelia maldijo por dentro. Sí, pelear con esa condenada espada había sido una idea realmente estúpida.

Se obligó a enfrentar su mirada y pensar con frialdad.

- ¿Lo sabe alguien más?- preguntó. Wheeljack negó con la cabeza.

- Quería asegurarme.

- ¿De qué no soy una traidora?

- ¿Lo eres?- la réplica de Wheeljack fue instantánea. El Wrecker cogió una silla y se sentó delante de ella- ¿Eres una traidora?

Deshelia lo miró. No, no era una traidora. No había matado a ese Autobot por su voluntad. Pero, ¿quién la creería?

- Me caes bien, femme. Y realmente espero que no seas una traidora, porque vi a que velocidad matabas Decepticons, pero si lo eres, si eres una traidora, tengo que...

- No lo soy- le cortó con voz débil-. No soy una traidora, Wheeljack.

- Demuéstramelo- casi le rogó él-. Porque honestamente, lo único que no hizo que te entregase en cuanto me di cuenta fue pensar en cómo mis compañeros mataban decenas de Decepticons con las armas que tú diseñaste. Así que convénceme, Deshelia. Convénceme de que no eres una traidora.

- No quería matarlo.

Al oírla, Wheeljack rodó los ópticos y se levantó, alejándose de ella.

- ¡Es la verdad!- insistió ella.

- Vas a necesitar algo mucho mejor para convencerme, Deshelia.

- ¡No te estoy mintiendo! ¡Por eso nunca había luchado hasta ahora!- repitió ella, con algo de esperanza latiendo en su pecho.

Wheeljack quería creerla, se dio cuenta. Quería que ella le convenciese de que no era una traidora.

- ¿Te acuerdas las primeras veces que luché en el Simulador? ¿Cómo parecía que me convertía en otra?- Wheeljack frunció el ceño.

- ¿Qué tiene que ver...

- ¡Todo!- exclamó ella, desesperada- ¡Parecía otra porque no era yo! Cada vez que luchaba era como... como si un Frío me envolviera entera y no me soltara, una niebla asesina y cuando volvía a ser yo... delante de mí solo había cadáveres- prosiguió más calmada al ver que Wheeljack estaba escuchándola-. Por eso quería entrenar en el Simulador. Es el único sitio donde podía entrenarme sin... sin hacerle daño a nadie.

- ¿Y esa época en la que de repente apenas sabías manejarte peleando? - inquirió ella.

- Porque lo que quiera que dormiese dentro de mí... comencé a aprender a reprimirlo, encerrarlo dentro de mí. Pero al controlar ese frío, también dejé de poder luchar con tanta facilidad.

- Bien, pongamos que te creo- dijo, volviendo a sentarse frente a ella-. Pongamos que creo que, por cualquier motivo, dentro de ti vive algo que te hace matar. ¿Por qué scraplets te fuiste a Protimax? Sabías a lo que te exponías. Sabías que nos ponías en riesgo a todos. ¿Por qué fuiste?

- ¡Os llamaron a vosotros!- estalló- Mi padre estaba en Vos, hacía semanas que no sabía nada de él, y os llamaron a vosotros como refuerzos. Todo el mundo sabe que sois la última baza, a quien llaman cuando todo parece perdido. Yo... no podía quedarme atrás- murmuró.

Ambos se quedaron callados un momento antes de que Wheeljack volviera a atacar.

- ¿Y qué pasó allí? Porque he oído que salvaste a Prime y a un herido que llevaba a cuestas, y yo mismo te vi masacrando a esos Cons.

- No sé cómo, pero... aprendí a controlarlo. Hirieron a Bumblebee. Una lanza en la pierna. Quisieron rematarlo y yo... solo pude pensar en que lo que tengo dentro podía hacer lo que quisiera, si me ayudaba a salvar a Bumblebee primero- tragó Energion-. Cuando me quise dar cuenta... estaba luchando. Yo. No la Asesina.

- ¿Asesina?

- Lo que llevo dentro- aclaró Deshelia en voz baja-. Yo... lo llamo así.

Otro silencio.

- ¿Por qué?- preguntó Wheeljack.

- Ya te lo he dicho, Bumblebee es como mi hermano, cuando lo vi en peligro, yo...

- No- la frenó-. Por qué te ocurre eso. Por que tienes una "Asesina" dentro. Puede que estés enferma, como Auxiliar deberías saber que las enfermedades del procesador pueden ser bastante jodidas.

- No es una enfermedad. Yo... soy diferente.

Estaba pisando terreno cauteloso.

Ya había confesado demasiadas cosas. No podía... no podía decirle que era de la Sexta Generación. Nadie podía saber que era de la Generación de la Guerra.

Nadie.

- No estoy para tus dramas de la juventud, femme. (1)

- Lo digo en serio... No hay nadie como yo- dijo ella, temblando un poco-. No en entre los Autobots, al menos.

La última parte fue un susurro, pero Wheeljack la oyó. Se quedó mirándola, confuso. Ser única entre los Autobots... ¿pero no entre los Decepticons? No le gustaba. Una creciente inquietud embargó el cuerpo del curtido Wrecker. Tenía un mal presentimiento.

Repasó lo que sabía de la femme: afirmaba nunca haber recibido entrenamiento, pero luchaba mejor que muchos veteranos de guerra, ideaba armas mucho más potentes de lo usual con una facilidad asombrosa. Parecía tener un talento innato para la guerra y era muy joven...

Se frenó a si mismo a mitad de pensamiento. Su procesador era un rugido constante, luchando por conectar las ideas. Las piezas empezaron a encajar, una tras otra.

Talento nato para matar, para la guerra. Diferente. Única entre los Autobots. No los Decepticons. Joven. Muy joven.

Sintió que la spark dejaba de brillar su pecho.

- No eres de la Quinta Generación- por primera vez en milenios a Wheeljack le temblaban los servos-. Eres de la Sexta.

Deshelia cerró los ópticos con fuerza, derrotada. Por supuesto que Wheeljack iba a adivinarlo. Por supuesto que el inteligente Wrecker iba a dar con la respuesta al rompecabezas.

Su silencio confirmó la idea de Wheeljack, que jadeó y tuvo que echarse hacia atrás y apoyarse en la silla cuando entendió quien, o más bien qué, era la joven femme que estaba sentada delante de él.

- Eres de la Generación de la Guerra. Como Darkdeath, como Deathmoon. Como el maldito NightVision, que fue a Tarn y la redujo a cenizas en un día, él solo- jadeó de nuevo.

Deshelia, la femme a la que había visto llorar de tanto reír con los chistes malos de Bulkhead... ¿era una de ellos?

- No- dijo ella, pero su voz carecía de convicción-. No soy como ellos. Yo... yo no soy... yo no quiero... yo quiero luchar con vosotros. Yo quiero ser un Autobot, no un Decepticon. Tienes que creerme Wheeljack- subió la mirada hacia él, suplicante-. No quiero ser un monstruo.

El Wrecker se echó hacia atrás en la silla, anonadado, mientras que Deshelia sentía el peso del mundo sobre los hombros. Y ahí estaba lo que llevaba temiendo toda su vida: que cuando se revelara que era... todos pensarían que ella era como los monstruos al mando de Megatron, que cometían atrocidades como las que había comentado Wheeljack solo por diversión.

- Pero... todos los de la Sexta están bajo el control de Megatron. Todos. Hay diez de la Sexta, y todos son Decepticons. Diez. No once- recalcó, mirándola.

- Llevo oculta toda mi vida precisamente por eso- murmuró ella-. La única razón de que Megatron no haya venido a por mí... es porque no sabe que existo. Megatron juraría sobre su propio nombre que todos y cada uno de los bots de la Generación son suyos.

- Espera, espera- la frenó Wheeljack-. Me estás diciendo que toda eso de que no te permitan luchar... ¿es para que Megatron no sepa que existes y no pueda venir a por ti?

Ella asintió, cabizbaja.

- ¿Y se puede saber quién es el imbécil a quien se le ocurrió esa idea de chatarra?- maldijo Wheeljack. Deshelia subió la cabeza hacia él como un latigazo.

- Wheeljack...

- Uno solo de ellos, uno solo, destruyó una ciudad entera en un día. Y Megatron tiene diez. ¡Diez! Y tú... ¿te escondes? ¿Tú? ¿Qué eres como ellos y posiblemente eres la única en todo el maldito planeta que les puede plantar cara? Maldita sea, ¡¿acaso no sabes lo jodidos que estamos por su culpa?! ¡Nos están exterminando!- gruñó, los servos convertidos en puños.

- ¡Yo no quiero esconderme! ¡Fue lo primero que te dije al conocerte! ¡Yo quiero luchar!- rebatió ella.

- Y siendo lo que eres, ¿simplemente dejas que te prohíban luchar?- le reprochó Wheeljack.

- No es tan fácil, mi padre...- empezó a excusarse, pero él la volvió a contar.

- ¿Y quién scraplets se cree tu padre, que se piensa que puede negarnos eso, Deshelia? ¿Qué puede negarnos esa oportunidad de sobrevivir?

Deshelia no contestó. No. Eso sí que no. No podía... no podía exponer a su padre. Eso nunca.

- Entiendo que quiera protegerte, pero... ¿qué pasa con el resto de los Autobots? ¿Con todos los que esos cabrones asesinan todos los días?

Deshelia escondió la cabeza entre sus manos. No podía más. Sentía como si Wheeljack estuviera abriéndola en canal y exponiendo su spark. Era espeluznante.

Y mientras ella trataba de pensar algo que le sirviera para frenar aquel interrogatorio, para detener aquella cascada de confesiones, una antigua conversación rebotó en el procesador de Wheeljack.

Pensó... en aquella obsesión por esconderse, para que su padre no supiera lo que estaba haciendo.

Siendo una de la Sexta Generación, si quisiera luchar, lo tenía muy fácil. Simplemente tenía que decir que era de la Generación, meterse en un entrenamiento, dejar que la vieran luchar. La noticia se propagaría como el óxido y en menos de un par de días, tendría a todos los capitanes peleándose por tenerla en su unidad.

Si de verdad era de la Generación, y algo muy dentro de él le aseguraba que aquella femme lo era, era un arma viva. No se le ocurría ni una sola razón por la que cualquiera aparte de su padre fuera a impedirle luchar, y sabía que Deshelia era lo suficientemente lista para saberlo. ¿Y qué iba a hacer su padre cuando el mismo Optimus Prime viniera a buscarla para ponerle un arma en las manos?

Cualquier alto mando...

"A un alto mando no le haría gracia saber que me involucro demasiado en la causa"

"¿Te tiene ojeriza o qué?"

"Más bien quiere meterme en una urna de cristal para que no me pase nada."

Los pensamientos de Wheeljack se remontaron a un tiempo atrás, a la primera conversación que había tenido con la femme ante él, con una femme de la Generación.

Muy en el fondo, Wheeljack lo supo. Supo que la razón de que un alto mando y el padre de Deshelia estuvieran de acuerdo en no permitirle luchar, era porque eran el mismo bot.

- Tu padre es uno de los altos mandos. Por eso ha conseguido mantenerte oculta tanto tiempo. Y por eso entrenas a escondidas- Deshelia volvió a agachar la cabeza, ópticos cerrados con fuerza, rezando a Primus que Wheeljack no fuera más allá-, porque a pesar de ser quien eres... puede impedirte que te alistes.

Volvió a instaurarse el silencio. Wheeljack necesitaba procesar toda la información que acababa de descubrir y Deshelia no sabía que decir. Aunque no había mucho que decir. Wheeljack lo había destapado prácticamente, excepto la realidad de quien, exactamente, era su padre.

Nombres y caras se repetían en el procesador de Wheeljack, de todos los altos mandos, intentando averiguar... averiguarlo. Quien era el padre de Deshelia.

- No lo hagas- susurró Deshelia, que vio en los ópticos de Wheeljack como este se afanaba por desenmascarar a su padre.

Whelljack se centró en ella.

- Por favor, te he contado... te he contado muchas cosas que nunca debería haberle contado a nadie- la voz de Deshelia era un susurro derrotado-. Por favor... conténtate con eso y deja a mi padre fuera de esto.

- Pero...

- Por favor, Whelljack- insistió.

La miró. Deshelia tenía los hombros caídos, la espalda encorvada, sus ópticos parecían algo apagados... parecía machacada. Exhausta. Derrotada. Wheeljack nunca la había visto así de mal. Algo se sacudió en su pecho y muy a su pesar, descubrió que tampoco quería saberlo.

- Está bien.

La forma en que Deshelia se relajó resultó visible, dejándose caer sobre el respaldo del asiento.

- Tengo más preguntas- comentó el Wrecker y Deshelia volvió a tensarse-. No sobre tu padre. Quiero saber como es posible que fueras tú... pero no parecieras tú.

Deshelia se relajó. Por fin, una pregunta que no le importaba contestar. Sacó aquel pequeño círculo metálico y se lo pasó a Wheeljack. El armero Wrecker lo cogió delicadamente, tomando muy en cuenta el aspecto frágil del disco.

- Es... es un proyector de hologramas. Lo diseñé y fabriqué mientras Bumblebee estaba en éxtasis por sus heridas. La diferencia con un proyector normal, es que... bueno, que los hologramas son reales.

- ¿Reales?- inquirió Wheeljack.

- Sí, verás, implementé un elemento de terraformio (2), para que fuera capaz de producir algo más que un simple holograma. Era la solución perfecta, porque las armas que creo con esto, son efectivas realmente.

- Te vi pelear con armas ligeras.

- Y no estoy armada, Wheeljack. Eran todas holográficas, pero todos los Decepticons con lo que luché están realmente muertos.

Al igual que el Guardia de Élite.

Deshelia cerró los ópticos con fuerza y se llevó los servos a la cara. Toda la algarabía de sentimientos que llevaban acosándola semanas volvió a surgir desde su pecho, subiendo hacia la garganta y dejó escapar un pequeño gemido. Se encogió un poco y notó como Wheeljack le palmeaba el hombro un par de veces, intentando consolarla.

Deshelia le espió entre sus dígitos y vio que en los ópticos de Wheeljack había algo de sorpresa y confusión.

- Lo siento, es que... si los Decepticons están muertos, ese Guardia de Élite- se estremeció de nuevo y dejó caer los hombros- también lo está.

- No es eso. Yo... no me sabía que eso te... te podía afectar tanto- murmuró él, y Deshelia detectó un tinte avergonzado en su voz.

- ¿Creías que por ser de la Sexta no iba a sentir nada por haberlo matado por error?- musitó ella.

- Lo siento- murmuró Wheeljack-, es que... he visto vídeos, ¿sabes? De los otros. Y... los he visto matar Vehicons sin motivo y no sentirse mal por ello. No... no eres lo que esperaba para ser de la Sexta.

- No soy como ellos. No quiero serlo, Wheeljack- Deshelia se atragantó y el Wrecker vio, con sorpresa, como los ópticos de la femme estaban comenzando a inundarse.

- Por lo que estoy viendo, dudo que lo seas. Te sientes... te sientes realmente mal por... eso- dijo, de repente incómodo.

No podía dudar de ella, compredió. No podía dudar de que había sido un accidente cuando tenía a Deshelia a punto de llorar delante de él.

- Arrepentimiento, culpa, empatía, vergüenza... puede que sea de la Sexta, pero siento todas esas cosas, Wheeljack. Llevo semanas sin poder recargar por eso- Wheeljack se irguió un poco, preocupado ante la confesión-. Cierro los ópticos... y mi procesador se llena de gritos.

- ¿Gritos?- Wheeljack sintió como algo se encogía dentro de él.

- Gritos, explosiones, disparos... los Decepticons que corté por la mitad, como se sentía su Energon en mis servos. No sé... y nunca... nunca sé que si ese Energion es de Decepticons o... o del Guardia.

Deshelia parecía que iba a vomitar en cualquier momento.

- Lo llamamos el "mal del soldado" (3)- Deshelia subió la cabeza hacia Wheeljack, y encontró al Wrecker mirándola con pena-. Estoy seguro de que hay un término médico, pero... nosotros lo llamamos así. El revivir la batalla en cuanto cierras los ópticos, tanto que no te deja recargar y parece que te consume.

- Suena familiar- dijo ella, que sentía como todas y cada una de sus piezas se quejaban del cansancio-. Intento trabajar todo lo que pueda para estar cansada por la noche, pero los gritos no me dejan descansar y...- suspiró, agotada- Ratchet me ha echado esta mañana del Ala Médica de Iacon. Se dio cuenta de mi agotamiento y me mandó a descansar. Por eso vine aquí. Pumpsmoke me conoce menos pero... al final también me obligó a irme. Bulkhead me encontró... y bueno, me trajo hasta aquí. Y ya no sé que hacer, Wheeljack- confesó, por último.

- Era tu primera batalla, ¿verdad? Todos hemos pasado por eso, Deshelia.

- ¿Y cómo se supera?- preguntó ella, y Wheeljack pudo detectar la desesperación en su voz.

- Es difícil. Y lento- Wheeljack se sentía horrible por no poder decirle otra cosa, pero tampoco iba a mentirle-. Por lo general... hablar de ello ayuda. Es difícil... pero ayuda. Hablar con alguien que te entienda, que haya pasado por lo mismo.

- Lo he intentado- reconoció-. Con Bee. Pero... es como si... en el pecho y en la garganta, como sí...

- ¿Cómo si tu spark se apagara y el Energion no te llegara al procesador?- Deshelia asintió- Sé que cuesta pero... empieza poco a poco. Escribiendo, por ejemplo.

- ¿Escribiendo?

- Sí, palabras, frases... poco a poco. A Pumpsmoke le ayudó cuando se estaba recuperando de su lesión.

- ¿Y a ti? ¿Qué te ayudó?

- Construir bombas- replicó Wheeljack sin dudarlo-. Y Bulkhead. Pasamos nuestro adiestramiento juntos, combatimos lado a lado en nuestra primera batalla, así que... supongo que en aquel momento, sentía que en aquel momento era el único que entendía lo que estaba pasando en mi cabeza.

- He intentado centrarme en el trabajo de Auxiliar, pero... no funciona.

- Cada bot y femme es distinto, Deshelia. Lo que me funcionó a mí no tiene porque funcionarte a ti. Sinceramente, creo que lo mejor sería que buscaras ayuda profesional- Deshelia hizo una mueca-. No tiene nada de malo ni vergonzoso.

- Lo sé, mi problema no es ese. Maldita sea, soy Auxiliar, sé perfectamente que la mejor opción es que un Médico especializado me ayudase pero... se supone que yo no he salido del Ibex en mi vida, ¿recuerdas? ¿Cómo iba a explicar que sufro el mal del soldado si ni siquiera soy soldado?

- ¿No tienen un compromiso de no contar nada, o algo por el estilo?

- Es un juramento de confidencialidad, y sí, lo tienen, pero... es demasiado arriesgado. Y además... mi procesador no funciona igual. Ni mi procesador, ni mi cuerpo... soy diferente, Wheeljack- el Wrecker intentó decir algo, pero Deshelia no le dejó tiempo para hablar-. Maldita sea, no entiendo por qué scraplets me pasa esto. Mi primera batalla... no debería de afectarme tanto.

- Tú misma acabas de decirme que el ser de la Sexta no te impedía sentir arrepentimiento.

- No me... no me refiero a eso- dijo ella-. Por supuesto que me arrepiento de lo que hice. Daría lo que fuera por volver atrás y deshacerlo. Me mata, Wheeljack, saber que... que maté a uno de los nuestros- tragó Energion, pero se forzó a seguir hablando-. Pero la batalla en sí... chatarra, soy de la Generación de la Guerra. Nací para eso, para la lucha y el Energion. Todo mi cuerpo me estaba pidiendo que luchara, que me involucrara en esta guerra. Chatarra, meses y meses intentando controlar el Frío y al final todo lo que hizo falta fue estar en una batalla de verdad...

- Para, para- la interrumpió Wheeljack-. ¿Dices que solo pudiste controlar ese "Frío" una vez estabas luchando de verdad?

- Sí. El Simulador ayudó un tiempo porque es muy realista, pero supongo que en el fondo, siempre sabía que no era real.

- Entiendo. Pero quizás es eso lo que necesitas para superar esto.

- ¿A qué te refieres?- inquirió ella, confusa... y esperanzada.

- Bueno, dices que la batalla te ayudó a superar tu problema de furia asesina, ¿no? Quizás otra batalla te ayude a superar el trauma. No suele funcionar así, pero... siendo lo que eres, puede que a ti te funcione.

Deshelia parpadeó.

- No es tan descabellado- musitó. Algo dentro de ella cantaba y le decía que eso era exactamente lo que necesitaba. Las palabras de Wheeljack le parecían lo más acertado que había escuchado en meses-. Pero... ¿cómo? Es decir, no hay otra batalla como la de Vos ahora mismo.

Wheeljack la miró como si le faltara un tornillo.

- Estamos en guerra. Si hay algo que nos sobre, son batallas. Desde acudir a defender alguna Ciudad Neutral de los ataques Decepticon, especialmente Uraya (4), o Crystal City (5), hasta ataques relámpago a los bancos de Energon de Polyhex (6). Nos sobran las oportunidades para meterte en alguna batalla, aunque si me preguntas, deberíamos empezar por solucionar ataques en las Neutrales... es demasiado pronto para meterte en un ataque en una Ciudad Decepticon y además...

- ¿Cuándo empezamos?

Wheeljack se giró a mirarla. Por primera vez desde que Deshelia había entrado en su laboratorio, sus ópticos despedían luz y parecía que aquel aire de agotamiento tan evidente se había evaporado. Esta ansiosa, comprendió, ansiosa por combatir, por liberarse a sí misma.

Por remendar lo que había hecho en Vos.

El Wrecker se paró en medio del pensamiento, mientras le dedicaba a la joven femme una sonrisa despiadada que ella imitó.

Ya no eres el único que tiene guerreros de la Sexta, Megatron. Ya va siendo hora de que pruebes tu propia medicina, hijo de perra. 

***

(1): Dramas de la juventud. Deshelia es muy joven, no es ninguna sorpresa, y todos tenemos una época donde sentimos que no encajamos en ningún sitio, que somos diferente. Eso es a lo que se refiere Wheeljack. La cosa es que en el caso de Desh... es cierto.

(2): Terraformio: no sé cuantos de aquí habréis visto las pelis de TF, pero así es como llaman al metal del que están hechos los Transformers. En TFP nunca mencionan si el metal del que están hechos tiene un nombre como tal, de hecho, siempre me dio la impresión que era simple hierro o acero. Así que me he tomado la licencia de cambiarlo un poco, porque me gusta mucho la idea de que están hechos de un metal que no existe en nuestro planeta.

(3): El mal del soldado: el PTSD, Trastorno de Estrés Postraumático de toda la vida.

(4): Uraya: no sé si lo recordaréis, pero hace varios capítulos, antes de todo el lío de Vos, vimos a Optimus barajando que refuerzos mandar a esa zona, y se menciona Uraya. Para los que no se acuerden, Uraya es una de las Ciudades Neutrales de Cybertron, pero que en estos momentos, está empezando a inclinarse hacia el lado Autobot, así que Optimus tiene que llevar especial cuidado en no pifiarla allí porque sabe que necesita los recursos y soldados que pueda aportar Uraya en caso de convertirse a Autobot definitivamente.

(5): Crystal City: esta es una Ciudad Neutral, y para que os hagáis una idea, es la Manhattan de Cybertron. El premio gordo de los premios gordos, tanto Autobots como Decepticons están deseando que Crystal City pase a formar parte de su bando, pero la ciudad siempre había sido grande, poderosa y autosuficiente, lo bastante como para poder rechazar ataques Decepticons y permitirse ignorar los intentos Autobots por arrastrarlos a su bando con diplomacia.

(6): Polyhex: ciudad Decepticon, 100%. Tiene mucha importancia por los Bancos de Energion que he comentado en este cap.

Bueeeeeno, ni siquiera voy a intentar disculparme por lo que he tardado en actualizar. Han sido... meses duros, por así decirlo. Se juntaron los finales de la universidad con el comienzo del trabajo de verano, descubrir que mi tía tenía cáncer, a mi hermano pequeño le han operado de la rodilla... y un bloqueo enorme de esos que por más que te sientas a escribir, no hay manera de que fluyan las palabras y lo poco que escribes da asco.

En fin, espero que sintáis que la espera ha valido la pena. No es mi mejor trabajo pero no quería dejaros más tiempo sin noticias mías.

Como siempre, estaré más que encantada de leer vuestros comentarios. Nos leemos!


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top