Capítulo 12
No tengo perdón de Primus, lo sé. Pero he estado realmente agobiada con miles de cosas y encima, cuando por fin terminé exámenes, exposiciones y un largo etc, me ha salido trabajo y un bloqueo de inspiración más grande que la cabeza de un ninot de Falles.
Pero por fin lo he superado, más o menos, así que aquí tenéis nuevo cap y espero no tardar con el siguiente.
En este cap hay muchas anotaciones, tanto de términos cybertronianos que tienen su equivalente real, como en expresiones coloquiales de por allí, hasta otras cosas que me he inventado (con cabeza, espero), porque san Google no lo sabe todo y bastantes vacíos de información en cuanto al mundo de Cybertron en general se refiere. Todo lo tenéis al final del capítulo, con sus numeritos.
Y ahora, os dejo a la Deshelia más manipuladora que hemos visto nunca!!!
Por cierto, esto es un ninot:
Que conste que no todos son tan... escalofriantes. He cogido esta foto porque se nota perfectamente el cabezón. Suelen ser más bonicos y las fallas son alucinantes, jurado, que este sábado estuve en Valencia.
Españoles, manifestáos y dadme la razón xD.
Os dejo ya con el cap!!!
***
When life pushes me, I push harder
Deshelia, aún oculta por el holograma, atravesó los pasillos a la carrera y entró en su habitáculo. Sin pensar en las sospechas que podría despertar verla entrar con el holograma en su habitáculo, cerró de un portazo y se arrancó el disco holográfico del pecho antes de lanzarlo a la otra punta de la habitación. Se sentó en una esquina y se llevó las manos a la cabeza: le temblaban.
Echó la cabeza hacia atrás y se mordió los labios para no gritar: casi mataba a Bumblebee. A Bumblebee.
La vista se le desenfocó por el lubricante que empezaron a derramar sus ópticos. Si Bumblebee hubiera tardado un par de nanocliks (1) más en hablar, ella le hubiera perforado el pecho.
Primus.
Una sospecha la embargó: ¿y si aquello era por lo que su padre no la dejaba pelear? ¿Y si no le prohibía pelear para protegerla a ella, sino para proteger a todos los demás? ¿Para que no los acabara matando a todos, a sus aliados, a Autobots? De repente, veía la prohibición de su padre como lo más sensato del universo, ¿cómo confiar en alguien que no sabía distinguir amigo de enemigo? ¿Alguien que casi mataba a su mejor amigo?
Ahora no podía reprocharle nada a su padre. De hecho, estaba deseando correr a su despacho y pedirle que la encerrara en la celda más profunda que hubiera disponible. Era un peligro para los Autobots.
Soy un peligro.
Soy un monstruo.
- Deja de decir tonterías, Deshelia, o te juro por los Trece Primes que te las voy a sacar del procesador a golpes- oyó un gruñido y al subir la cabeza, vio a Bumblebee cruzado de brazos.
La femme se dio cuenta entonces que había estado hablando en voz alta.
Cuando vio a su mejor amigo parado ante ella, ignorando el hecho que casi lo asesinaba hacía unos cuantos ciclos (2), Deshelia trató de retroceder, pero ya estaba pegada a la pared.
- Aléjate, Bee- gimió.
- Deshelia, por amor a Primus, no me vas a hacer daño- dijo mientras se arrodillaba ante ella y trataba de abrazarla. Ella se apartó de un salto y con un segundo salto, se plantó en la otra esquina del habitáculo.
- ¿Cómo lo sabes?- chilló, con las lágrimas de lubricante de nuevo amenazando- ¡He estado a punto de matarte, Bee!
- ¡Pero no lo has hecho, Desh!- Bee se volvió a acercar. La mirada asustada de su amiga le partía la spark. Esta vez, consiguió cogerle los servos- Escúchame, ¿de acuerdo? Tú nunca, nunca, me harás daño, ¿de acuerdo? Eres mi mejor amiga, Desh, mi hermana. Chatarra, si de algo estoy seguro en esta vida es que tú jamás me harás daño.
Ella lo miró con miedo.
- ¿Cómo estás tan seguro? Me has visto, Bee. He estado a punto de matarte, si no hubieras hablado, yo...
- Pero lo hice, ¿no? Problema resuelto.
- ¡¿Y qué pasa con Jazz?! También he estado a punto de matarle, y él podría haber hablado todo lo que quisiera, lo hubiera partido por la mitad igualmente.
- Eso no puedes saberlo, Desh- trató de razonar Bumblebee.
- Sí que lo sé, Bee. Créeme- la mirada de Deshelia convenció a Bumblebee que, muy a su pesar, se inquietó un poco-. Tú... tú no lo has sentido, Bee- susurró la femme. Recordó la sensación de fría impasibilidad embargándola, como si la misma muerte habitara su cuerpo. Sacudió la cabeza-. Es como... como si... como si...
- Tranquila, Desh- trató de calmarla Bumblebee, que veía como la ansiedad hacía mella en en su amiga. Deshelia subió la mirada.
- Estoy hecha para ser un arma, Bee. No trates de negarlo, los dos sabemos que ese era el objetivo final de crear mi Generación- Bee tuvo que asentir-. En situaciones normales, sigo siendo una femme, puedo diferenciar, puedo razonar, puedo elegir. Pero antes, en el cuadrilátero... no podía, Bee- Deshelia gimió-. Cuando peleo... no hay nada Bee. Nada. No me importa nada, no presto atención a nada. A nada que no sea mi enemigo- Deshelia vio como Bumblebee se estremecía y eso la hundió aún más. Pero no podía culpar a su amigo por tener instinto de supervivencia-. Y el enemigo no tiene cara, no tiene voz, no tiene bando... y si lo tiene, no me importa- Deshelia jadeó de nuevo, asustada, y subió la mirada hacia su amigo, temblando-. Lo único que importa es matarlo.
- Desh...- Bumblebee trató de hablar, pero ella lo volvió a interrumpir.
- En una batalla, podría acabar matando Autobots. Podría acabar matándote a ti- pensó en algo más y gimió, aterrada ante la posibilidad-. Podría acabar haciéndole daño a mi padre.
Se llevó las dos manos a la boca y le cedieron las rodillas. Bumblebee la agarró un nanoclik antes de que cayera por completo.
- Escúchame, chatarra. ¿Es que acaso has olvidado que nos pasamos más de mil ciclos estelares (3) entrenando juntos? ¿Acaso me hiciste daño alguna vez?
Deshelia calló: era cierto. Bumblebee habían entrenado juntos, apenas lo básico para que ella tuviera algo más que su instinto en una pelea, y nunca había sentido aquella fría determinación asesina.
- Antes no me pasaba- susurró, aún atrapada en los brazos de su amigo. Trató de liberarse, pero ahora no se atrevía a hacer fuerza por miedo a hacerle daño a su amigo-, y no sé porqué ahora sí, pero no creo que pueda pelear así, Bee.
- Eso es pura chatarra- discutió Bumblebee. Se separó de ella y mantuvo los servos sobre sus hombros-. Lo único que te hace falta es algo de entrenamiento, aprender a controlarlo y...
- ¿Y me quieres decir cómo voy a entrenar esto?- dijo Deshelia mientras se deshacía de su agarre con brusquedad- ¡Podría acabar matando a alguien!
- No necesariamente- terció Bumblebee-. El Simulador Wreker podría servirnos, al fin y al cabo, los enemigos no son reales así que no estás matando a nadie realmente.
Deshelia abrió la boca, pero ningún sonido salió por ella. Frente a ella, Bumblebee sonreía con expresión de suficiencia: Deshelia estaba asustada y lo comprendía, pero también conocía a su amiga. Sabía que sus ganas, su necesidad de pelear no se apagaría tan fácilmente. Que lo que había ocurrido con Jazz la hubiera afectado tanto era buena señal, se dijo Bumblebee.
Era una señal de que Deshelia seguía teniendo el procesador en su sitio, que no era ninguna psicópata asesina. Demostraba que no era un monstruo. Comprendía la diferencia entre amigo y enemigo, comprendía que el asesinato no era algo que se pudiera tratar a la ligera.
Solo faltaba que aquella parte de ella que surgía al pelear lo comprendiera también.
- ¿Qué ha pasado con Jazz?- la oyó entonces. Él se encogió de hombros.
- Está bien, te lo prometo. Solo tiene unos cuantos golpes y un buen susto- Deshelia gimió y se cubrió la cara con los servos-. Eh, está todo bien, Desh.
- Qué... ¿qué ha dicho?- murmuró.
- Le he dicho que tenías un trauma, Desh, que te dieron una paliza y casi te mataron, así que ahora reaccionas realmente mal con los golpes y que los médicos recomendaron un tratamiento de choque, a base de entrenamientos ligeros para que lo superaras- Deshelia lo miró y Bumblebee suspiró-. Sé que no es muy ético esconderse detrás de un trauma, son temas serios... pero es lo único que se me ocurrió en menos de cinco nanoclicks.
Ella suspiró y murmuró, de nuevo con la vista en el suelo.
- Gracias por cubrirme, Bee.
Bee se sentó a su lado y le pasó un brazo sobre los hombros antes de darle un beso en la sien.
- No digas tonterías, eso faltaría, hermanita.
Deshelia sonrió, su miedo poco a poco remitiendo gracias al cariño de Bumblebee. Se acurrucó junto a él. Ambos se quedaron en silencia durante unos momentos, sentados en el suelo, con la espalda apoyada en la pared.
- Entonces- musitó Deshelia-, ¿crees que los Wreckers me dejarán entrenar en el Simulador?
Bumblebee estalló en carcajadas al oírla. Ya sabía él que el miedo y la inseguridad no tardarían en volver a esconder su fea cabeza: a su amiga no le pegaba tener miedo.
- Claro que sí. Y si no, siempre le puedes pasar a Wheeljack los planos del nuevo cañón como soborno- se mofó Bumblebee.
Deshelia no tardó en reír con él. Primus bendijera a su amigo, se dijo la femme. No sabía que haría si alguna vez Bumblebee desaparecía de su vida. La inquietud no tardó en embargarla: estaban en guerra y Bumblebee era un soldado, podía morir en cualquier momento, como ya habían comprobado de la peor manera posible hacia un mes.
Por eso tenía que conseguir que la dejaran luchar: porque tenía que conseguir luchar al lado de Bumblebee, para estar segura de que nadie le hacía daño en batalla. Si alguien intentaba apartar a su mejor amigo de su lado, Deshelia estaba dispuesta a reducir todo Cybertron a cenizas.
***
Las semanas pasaron y Deshelia se afanó por terminar el diseño del cañón. Al principio, calculó que le harían falta algunos meses, pero al igual que había ocurrido con su proyector de hologramas, el diseño surgió de ella como una cascada y en pocas semanas estaba hecho.
Deshelia se lo pasó a Bumblebee, que se las arregló de hacérselo llegar a Wheeljack gracias a algunos amigos. Dos días después de haberle dado el diseño a Bumblebee, la radio de Deshelia pitó. Ella estaba en su habitáculo, recabando ideas para posible armamento, y no tardó en contestar la llamada.
- ¿Has dejado de recargar o algo por el estilo?- Deshelia tuvo que tomarse unos segundos para reconocer la voz.
- ¡Wheeljack! ¿De qué estás hablando?
- Te estoy hablando del cañón. Explícame como has podido pulir el diseño de esta manera en tan poco tiempo.
Pese a todo, Deshelia esbozó una sonrisa de suficiencia.
- Simplemente... salió. Suele pasarme de vez en cuando. ¿Qué opinas?
- Que como le dispares a alguien con esto, se va a quedar peor que si lo tiras al Mar de Óxido.
Deshelia se carcajeó.
- Esa era la intención, y que sepas que me acabas de dar una idea... sí, puede que lo haga.
- ¿De qué hablas?- preguntó Wheeljack al otro lado de la línea.
- Ya te contaré.
- Como quieras. ¿Cuándo vendrás? Te recuerdo que en los Wreckers, el ingeniero tiene que estar presente.
"Contaba con ello", pensó Deshelia. Una vez allí, le costaría muy poco convencerlos de que la dejaran usar el Simulador. Necesitaba aprender a controlarse. Era la única manera de pelear junto a Bee.
- Tendré que volver a escaparme tras un turno en el Ala Médica. Sé como entrar y salir sin que me vean, estad atentos para abrirme un Puente- recibió la callada por respuesta-. ¿Wheeljack?
- ¿Por qué? Lo digo en serio, ¿por qué molestarte en escaparte y que tengamos que mandarte un Puente? ¿Por qué no vienes directamente desde Iacon?- Deshelia se llevó una mano a los ópticos y suspiró.
- Wheeljack, escucha...- él la interrumpió.
- No, escucha tú, femme. Quiero confiar en ti, de verdad, pero tu conducta es de lo más sospechosa.
- Lo sé, Wheeljack, créeme...- suspiró Deshelia. Ojalá pudiera decirlo.
Pero no podía: apenas lo había visto tres veces, aunque el Wrecker parecía legal, no podía decirle quién y qué era ella. ¿La Hija de Optimus Prime y una de la Generación de la Guerra? Apartando el hecho de que su padre la mataría, si esa información se hacía pública, sería como dibujarse una diana en la espalda y lo peor de todo, era que sería el mismísimo Megatron quien estaría sujetando el gatillo.
Nada mejor para tener a tu enemigo sujeto bien corto que tener a alguien que le importara.
Deshelia no era idiota y hacía tiempo que sabía que la decisión de no dejarla luchar, no venía condicionada solo por el miedo a que la mataran en combate. No, había algo incluso más peligroso que aquello: ser el interés de Megatron.
Ese era el gran peligro del que su padre quería protegerla: no solo de morir en la guerra, sino que quería apartarla de la vista de Megatron. Por eso, la relación de Optimus con Deshelia era uno de los secretos mejor guardado de la facción Autobot, solo había cuatro bots que lo supieran: Ratchet, Ultra Magnus, Alpha Trion (el mentor de su padre, un bot cuya sabiduría solo podía equipararse a su vejez, por lo cual permanecía bien recluido junto a las más valiosas reliquias), y Bumblebee. Ni siquiera Arcee, la hermana de Bumblebee, sabía quien era Deshelia realmente.
- Mira, Wheeljack- le contestó al Wrecker, que no daba muestras de haberse percatado de su debate interior-, sé que no me conoces. Pero yo a ti tampoco. Pareces un bot legal, pero solo puedo decirte lo que te dije cuando nos conocimos: uno de los altos mandos me quiere totalmente fuera de peligro.
- Diseñar armas no es un peligro- Deshelia gruñó.
- Créeme, llevo toda mi vida intentado convencerle.
- Entonces...
- No puedo contártelo, Wheeljack... tiene razones para querer mantenerme lejos del combate, de las armas en general, en realidad, pero aunque lo entiendo, no comparto su opinión. Yo...
- Quieres luchar- la interrumpió el Wrecker. Deshelia suspiró.
- Sí. Créeme, es lo único que quiero- "y que necesito", añadió para sí.
La línea se mantuvo en silencio durante unos momentos. Justo cuando Deshelia comenzó a creer que no contestaría, oyó de nuevo la voz de Wheeljack por la radio.
- Bien. Veré que puedo hacer- Deshelia parpadeó.
- ¿De qué...?
- Te voy a enviar unas coordenadas por mensaje cifrado. Mañana, cuando Misyats y Tsuki (4) se superpongan.
Y sin esperar respuesta, el Wrecker le colgó.
Deshelie se quedó un rato más sin decir nada, mirando la lista de posibles armas que había ido elaborando en su data-pad. Luego, se llevó una mano a la sien y conectó su radio.
- Creo que lo acabo de mandarlo todo al desguace.
***
- A ver, explícate otra vez- dijo Bumblebee y Deshelia suspiró, hastiada, antes de hacer lo que su amigo le pedía.
- Wheeljack me ha pedido explicaciones, no he sabido dárselas del todo bien... y creo que lo he fastiadiado todo.
- Pero, ¿qué le has dicho?- insistió Bumblebee.
- Pues básicamente, que quiero luchar pero no me dejan y que tiene buenas razones, pero que me traen los tornillos flojos (5)- espetó, soez, y Bumblebee amplió los ópticos al oírla antes de soltar una risotada.
- Que fina ella- dijo entre risas y se apartó enseguida, a sabiendas de que a su comentario le seguiría un puñetazo de Deshelia. No se equivocó, esquivó el puño de su amiga por unos cuantos kibimetros (6)- Tranquila, fiera. ¿Y qué te dijo?
- Que iba ver si podía hacer algo- dijo ella. Bumblebee la miró con cara de exasperación.
- ¿Y desde cuándo eso es malo? ¡Desh! ¡Básicamente te ha dicho que te va a ayudar a luchar sin que se entere nadie!- Desh abrió la boca, pero Bumblebee seguía hablando- ¿Cómo puede ser que para algunas cosas seas tan lista, y para otras, parezcas una sparkling?
- ¡Ey!- saltó ella, ofendida. Bee le contestó con una risotada.
- A lo que voy, es que básicamente tus problemas están resueltos, Desh. Vale, miento- rectificó cuando Desh le miró con la ceja arqueada sobre su ojo aguamarina-, no resuelve todos tus problemas. Pero es un principio.
Ella se pasó la mano por el casco. Aún le quedaba mucho por hacer para poder luchar realmente... pero sí, entrenar en el Simulador Wrecker para controlar a la fría asesina que llevaba dentro era el primer paso. Solo... no podía evitar que el miedo le cubriera los músculos de hierro al pensar en perder el control de esa manera. Sabía que a Bumblebee no le haría daño, pero aún así...
- ¿Bee?- preguntó de repente, presa del pánico- ¿Vendrás conmigo, no?
Él la miró, confuso.
- Cla-claro. ¿Por qué?
- Porque... cuando pase... cuando pierda el control... tú eres el único que puede hacerme volver- murmuró.
Bumblebee miró a su amiga, cabizbaja, algo encorvada y con los brazos cruzados, como si quisiera protegerse de un frío que solo podía sentir ella. De forma instintiva, Bumblebee le pasó un brazo por la espalda y la atrajo hacia así en un abrazo. No tuvo que esperar mucho antes de sentir los brazos de su amiga en torno a su cuello.
Daba igual si ella era un metro más alta que él, daba igual que pudiera arrancarle la cabeza a un mech con sus servos desnudos: era su hermana, su mejor amiga y pese a sus intentos de que no la considerasen como tal, aún era joven, muy joven. Y a veces, necesitaba que alguien estuviera ahí para ella.
- Eh- murmuró-, voy a estar contigo, ¿vale? Vas a controlarlo, y entonces hasta el mismo Megatron perderá aceite al oír tu nombre.
La risa de Deshelia le llegó amortiguada, dado que tenía la cara enterrada en el amplio hombro de Bumblebee. Ambos se separaron.
- Gracias, Bee.
- No seas tonta. ¿Cómo has quedado con Wheeljack?
Deshelia se lo dijo y estuvieron varios ciclos planeando su escape a la base Wrecker, pero simplemente tuvieron que coordinar la salida de Bumblebee algo antes de la de Deshelia, para que a él le diera tiempo a alcanzar la salida del túnel de ventilación por el que ella se escabulliría del Ala Médica, tal y como habían hecho la última vez. Una vez fuera, Bumblebee guiaría el viaje clandestino hasta alcanzar el punto de las coordinadas de Wheeljack. Según, no deberían tardar más de un megaciclo (7).
Pero tuvieron un problema con el que no habían contado.
- Desh...- dijo Bumblebee cuando ya estaba a punto de salir por la puerta- ¿y qué pasa con Ratchet?
Deshelia amplió los ópticos: la última vez que se había escapado, el médico no se había enterado (y por consiguiente, Optimus tampoco), dado que había estado enfrascado en una operación de cinco megaciclos que le había dejado a Deshelia tiempo suficiente.
Pero ahora, Deshelia no tenía ni idea de si Ratchet estaría ocupado o no.
- La data-pad- exigió la femme.
Su amigo se la tendió enseguida y vio, estupefacto cómo tras simplemente teclear unos cuantos dígitos, el horario de Ratchet aparecía en pantalla.
- ¿Has hackeado la data-pad personal de Ratchet?- escupió Bumblebee mientras miraba a su amiga, indignado por lo irrespetuoso del acto, pero ella sonrió con insolencia.
- Por supuesto. Más nos vale tenerlo controlado. Tiene vía directa con mi padre y no es como si no supiera que le cuenta absolutamente todo lo que hago.
Deshelia tronó los dedos: aún seguía inmensamente enfadada con su padre por mentirle sobre el ataque al escuadrón de Bumblebee.
La joven femme, rencorosa como ella sola, iba a tardar mucho en perdonarle a su padre. Llevaba días sin hablar con él, evitándole por los pasillos, ignorando sus llamadas y mensajes, fingiendo que estaba ocupada. Confiaba en que él también lo estuviera para que no la molestara, pero sabía que aquello era temporal.
Las pocas veces que Deshelia ni había contestado las llamadas de su padre por cualquier motivo, las había devuelto al momento o incluso, se había presentado en su despacho. Deshelia adoraba a su padre y aprovechaba cualquier momento que tuviera con él.
Pero desde el ataque a Bumblebee, entre los dos había surgido una grieta que se ensanchaba cada vez más y Deshelia sabía que su padre lo había notado. No podría evitarlo siempre.
- Chatarra- maldijo Deshelia al revisar el horario de Ratchet.
Tenía la mañana completamente libre. A no ser que tuviera alguna urgencia, Ratchet simplemente estaría de guardia, revisando y controlando a los enfermos.
- Te descubrirá- declaró Bumblebee.
- No si le doy trabajo- gruñó Deshelia, que empezó a revisar el horario de Ratchet.
- ¿Desh? ¿No estarás pensando en provocar un accidente o algo por el estilo, verdad?- la interrogó Bumblebee.
- Para nada, llamaría mucho la atención- contestó seca. Bumblebee enarcó una ceja.
- ¿Eso es lo único malo que le ves?- ella se encogió de hombros y Bumblebee rodó los ópticos
Claro, lo malo de provocarle un accidente a alguien era lo llamativo y aparatoso del asunto, no las repercusiones negativas que pudiera tener el accidente en ese alguien.
Ignorante de lo que pasaba por el procesador de su amigo, Deshelia siguió revisando el horario de Ratchet hasta encontrar con que el médico tenía una larga operación con un soldado dos días después de su quedada con Wheeljack. La operación era para reemplazar un arma. Por lo que pudo leer en las notas personales de Ratchet, Deshelia vio que el antiguo arma había sufrido un impacto directo en combate y el bot se quejaba de daños internos por el desplazamiento de los componentes del arma.
Ni se lo planteó: modificó horario y fecha de la operación para que Ratchet estuviera ocupado en las horas que le interesaban.
- ¿Y qué pasa con el bot que tiene la operación?- dijo Bumblebee, que había visto su maniobra en la data-pad. Ella sonrió.
- Lo tengo cubierto.
Lo bueno de tener hackeada la data-pad de Ratchet no era solo el acceso a su horario, sino también a su base de datos de pacientes. No le costó encontrar el código numérico con el que Ratchet había clasificado al bot en la base de datos, y una vez lo encontró, tuvo también su nombre y su frecuencia de radio.
Con una sonrisa maliciosa, Deshelia usó un hardware que localizaba todas las frecuencias de radio Autobots, cortesía involuntaria de Ultra Magnus (en otras palabras, también hackeado), para localizar la del bot. Una vez la tuvo localizada, hackear también su data-pad fue cosa fácil. Una vez dentro, accedió también a su horario y cambió la fecha de la operación, asegurándose que el paciente se presentara.
Una vez consiguió cubrirse las espaldas, dejó la data-pad sobre el escritorio y se echó hacia atrás en su asiento con una sonrisa satisfactoria.
- Eres diabólica, Desh- le dijo Bumblebee. Ella dejó escapar una carcajada.
Sin embargo, la alegría le duró poco. Oyó como la puerta de su habitáculo se deslizaba al abrise y se giró. Perdió la sonrisa en un segundo y tuvo que recurrir a todo su autocontrol para mantener una expresión neutra: su padre acababa de personarse en el cuarto.
Optimus Prime entró en el habitáculo de su hija con la seriedad escrita en el semblante. Mientras Bumblebee se ponía firme al ver a su máximo superior, ella se contuvo para no echarle una mirada mortal: le había mentido, sí, pero él debía seguir creyendo que ella no sabía nada.
- Señor- oyó a su mejor amigo. Deshelia tuvo que cerrar los puños en sus costados, rabiosa.
- Rastreador Bumblebee- contestó su padre, mirándolo brevemente antes de volver a clavar su mirada zafiro en el estilizado cuerpo de su hija-. Deshelia.
La femme se mordió la lengua de acero para no replicar con una mala palabra.
Actúa normal, no puede saber que lo sabes, no puede saber lo que sabes.
Aquello se repetía en su procesador en bucle, así que se arrancó un saludo, y trató de que sonara afable.
- Hola.
Pero su voz salió fría, afilada y cortante. Como una cuchilla. Deshelia se maldijo a sí misma, pero solo una vez, a cambio de las al menos 100 que insultó a su padre en su cabeza.
Le había mentido. La había visto destrozada, llorando por su amigo. La había abrazado, consolado, y luego le había mirado a los ópticos y le había mentido como un bellaco. Deshelia sintió como el Energion le hervía por todo el cableado.
A su lado, Bumblebee los miró ambos, tanto Prime como su amiga lo ignoraban. El Rastreador carraspeó y el sonido no consiguió romper la tensión en el ambiente.
- Yo... tengo que ir a...- estaba claro que el pobre explorador no sabía que decir, solo ver la mirada de su amiga le entraban escalofríos.
- Vete, Bumblebee- le dijo ella, tras mirarle durante un instante. La voz no salió tan cortante como en el saludo a su padre, pero distaba mucho de ser su tono usual.
Él no necesitó que se lo dijeran dos veces y avanzó hacia la puerta. Optimus se apartó para dejarle paso y Bumblebee le dedicó una respetuosa inclinación de cabeza que el Prime correspondió.
Cuando ambos se quedaron solos, la tensión en la habitación se multiplicó. Deshelia tuvo que dejar de mirarlo y recoger su data-pad para no hacer o decir algo de lo que luego pudiera arrepentirse.
Pero deseaba tanto echarle su mentira en cara... oh, Primus, como lo deseaba.
- Deshelia...- le oyó, y su procesador vocal respondió sin ser ella realmente consciente.
- ¿Qué quieres?- espetó. Justo después, se recriminó aquello interiormente, pero no podía evitarlo. Estaba colérica y la furia escalaba a cada momento en el que él estaba en el mismo espacio cerrado que ella.
- Llevas semanas evitándome, ¿por qué?- directo al punto, como siempre.
Está tan ocupado que no puede permitirse perder ni un nanoclick, ni siquiera conmigo, refunfuñó ella en su procesador.
- He estado ocupada- dijo, simplemente.
- ¿Con qué? Cada vez pasas menos tiempo en el Ala Médica- respondió de inmediato Optimus.
Confirmándole a Deshelia, sin saberlo, lo acertado de la idea de hackear la data-pad de Ratchet.
- El trabajo de Auxiliar no se acaba en el Ala Médica, padre- tuvo que obligarse a escupir la palabra "padre" y en cuanto lo dijo, supo que no había sido una buena idea. Incluso ella se dio cuenta de que había quedado muy forzada-. Por si no te acuerdas, Bumblebee estuvo a punto de morir- gruñó esta parte. Me mintió, me traicionó, me miró a la cara y me mintió-. He estado con él, vigilándole y ayudándole a recuperarse. Sus heridas fueron graves.
- El Rastreador hace días que está fuera de peligro- contestó Optimus, seco. Hacía rato que se había dado cuenta de que su hija no le estaba contando la verdad y que estaba realmente enfadada con él. Pero seguía sin saber porqué, dado que el Prime seguía convencido de que la joven no se había enterado de su jugada.
- Quería asegurarme- rebatió ella, mientras le daba unos cuantos golpes a Ratchet en su procesador. ¿Es que el condenado médico no podía apagar su procesador vocal?
Oyó los pasos de su padre separándose al fin de la puerta y avanzando hacia ella. Adivinó sus intenciones y se separó de la litera, vagabundeó hasta la litera con la data-pad en la mano. Sintió la confusión de su padre cuando rechazó de manera tan obvia su contacto y sin mirarle, apagó la data-pad, asegurándose de que no viera nada por accidente.
- Deshelia...- empezó Optimus.
La ira comenzó a llegar a Optimus, pero el Prime consiguió controlarla. Siempre dueño de sus emociones, el líder Autobot consiguió que el enfado que comenzaba a embargarle al ver los continuos cortes y desplantes de su hija, no se dejara ver.
- Es mi mejor amigo- le interrumpió de nuevo. Su voz cortaba la tensión como una cuchilla bien afilada-, el único que tengo. Así que si no me quiero quedar sola aquí dentro, más me vale asegurarme de que no se muera.
- Deshelia- cortó Optimus con voz serie, enfadado e indignado por la connotación tremendamente egoísta de las palabras de Deshelia-, no te consiento que hables así de ninguno de mis soldados.
Ella dejó escapar una risotada irónica. Que no hablara así de él, decía. Pues no le había importado coaccionarle para que no le contara nada. Deshelia tampoco olvidaba que por órdenes suyas, Ratchet le había ordenado a Bumblebee que tampoco le contara la verdad sobre el ataque. Para su fortuna, su amigo había ignorado por completo la orden.
Optimus frunció el ceño, sin entender el significado de esa risa, a todas luces sarcástica. Suspiró, buscando tranquilizarse, y dijo, con un tono de voz más amable.
- No tiene por qué ser tu único amigo, Deshelia.
- Ya, claro, fácil decirlo- replicó ella.
- ¿De qué hablas?- inquirió Optimus. Deshelia, movida por un impulso, se giró hacia él y Optimus retrocedió medio paso al verle los ópticos.
Deshelia no estaba molesta con él, como había supuesto. Estaba furiosa. Colérica. No entendía porqué su hija estaba tan sumamente enfadada con él.
- Puedo hacer amigos pero, ¿qué les digo cuando me pregunten que porque no me he unido a los Autobots, por qué sigo siendo una Neutral, cuando vivo en Iacon?- Optimus abrió la boca, pero ella no le permitió hablar y sus ópticos chispearon, rabiosos- ¿Cuándo me pregunten por qué no voy armada? ¿Cuándo me inviten a ir a Twin City a por algo de Energion sobrecargado? (8) ¿Cuándo me inviten a entrenar con ellos? Me niego a hacer amigos para estar mintiendoles en todo momento.
Optimus trató de buscar palabras para formular una respuesta, pero no las encontró: Deshelia tenía razón. No podría contestar a ni una sola de esas preguntas sin decir que era una de la Generación de la Guerra o que él era su padre, dos cosas que él le había prohibido terminantemente.
Al ver que su padre no respondía, Deshelia gruñó y enfiló hacia la puerta.
- Voy a trabajar- dijo, con toda la intención de meterse en el Ala Médica para enfocarse en los heridos y no pensar en nada durante unos cuantos megaciclos.
- Espera- dijo Optimus, agarrándola del antebrazo cuando pasó por su brazo.
Sin embargo, no contaba con que su hija se revolviera.
- ¡Suéltame!- bramó la femme, e hizo amago de soltarse.
Sin embargo, Optimus sujetó su brazo con aún más fuerza, convencido de que ella no podría liberarse. Y tenía razón, por fuerza no habría podido, Optimus era mucho más fuerte que ella.
Pero el brazo de Deshelia hizo un quiebro a la vez que giraba sobre si misma. Como resultado, el brazo de Optimus quedó retorcido, y este se vio obligado a soltarla para no hacerse daño él mismo. Antes de que le diera tiempo a procesar aquello, una Deshelia tremendamente enfadada y que no pensaba en lo que hacía dio un golpe seco con una sola mano en el poderoso pecho de Optimus, con fuerza.
Él sintió como su cuerpo se iba hacia atrás por el impacto y de no ser por sus rápidos reflejos, que le permitieron echar una pierna hacia atrás para usarla de contrapeso, el gran Optimus Prime se hubiera ido de culo al suelo por el fuerte empujón de su hija.
Deshelia no lo miró dos veces y salió como un vendaval por la puerta mientras un estupefacto Optimus procesaba que su hija había sido capaz de librarse de su agarra y lo había echado hacia atrás de un simple empujón. Se llevó un servo al pecho, donde ella le había golpeado: le dolía.
Se irguió, asimilando lo que acababa de pasar, aún con la mano en el pecho. ¿Qué hubiera pasado si ese empujón se lo hubiera llevado cualquiera de sus soldados? Optimus sabía muy bien la respuesta, la había notado en toda su carrocería: Deshelia lo hubiera mandado volando. Con una sola mano.
Miró a su alrededor mientras trataba de controlar el miedo que le empezaba a atenazar el cuerpo, Deshelia cada vez era más difícil de controlar, ahora veía claro porque estaba tan enfadada: por su obsesión con unirse a las filas Autobots y pelear.
Abandonó el habitáculo mientras ocultaba su preocupación: empezaba a dudar seriamente si podría controlar las ansias de guerra de su hija. La fuerza de su Generación estaba empezando a manifestarse.
La puerta se cerró tras él y Optimus no llegó a reparar en el enorme bollo de la pared, tapado por la litera.
Sí, la fuerza de la Generación estaba empezando a surgir en Deshelia, como un volcán. Y Optimus no tenía ni idea de lo desastroso que eso podía llegar a ser.
***
La cosa entre Optimus y Desh está tensa.... ¡veremos si se soluciona o por lo contrario, la cosa empeora! Qué opináis de esto? Y sobre todo, qué pensáis de la actitud de Deshelia en este cap?
Como siempre, estoy encantada de leeros!!
Aclaraciones:
(1) Nanoclik: unidad de tiempo, alrededor de un segundo.
(2)Ciclo: más o menos, corresponde a un minuto y medio.
(3)Ciclo estelar: más o menos, un año.
(4) Misyats y Tsuki: los nombres de las dos lunas de Cybertron. Dado que no he encontrado ningún sitio donde dijeran los nombres de los dos astros, me los he inventado jugando un poco con el traductor. Respecto al momento que hace referencia Jackie, cuando ambas se superponen, viene siendo nuestro mediodía, más o menos.
(5) "Me traen los tornillos flojos": la idea es que Desh ha dicho el equivalente a "me la trae floja", "me importa una mierda" o "me lo paso por el papo". La idea es que ha soltado una burrada de esas xD
(6) Kibimetro: más o menos, un centímetro.
(7) Megaciclo: una hora y media.
(8) "Cuándo me inviten a ir a Twin City a por algo de Energion sobrecargado": de las ciudades de Cybertron poco se sabe, apenas algunos nombres (sacando Iacon y Kaon del saco, claro está), así que me he tomado algunas licencias en este aspecto. Twin City es la capital de Nova Cronum, territorio tradicionalmente Autobot y en este fic, va a ser una de las pocas ciudades Autobots que no está en ruinas y que es "famosa" porque queda un bar donde los soldados Autobots suelen ir a relajarse. La ruta entre Iacon y Twin City es completamente segura, al igual que la ciudad (todo lo segura que puede ser en una guerra), así que de ahí que la única razón por la que Desh no puede ir es por ser quien es, ya que Optimus no quiere siquiera que salga de la Ciudadela. En resumidas cuentas, que si se echa un par de amigos y ellos la invitan a ir, ella tendría que decir que no puede y ellos no lo entenderían porque en principio, no hay razones de peso para no ir.
Y eso es todo por hoy! Nos leemos!!
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