Capítulo 10
I'm lifting you up with all of my might
- ¡Doctor, doctor! ¡El Rastreador está despertando!
Ratchet dejó de inmediato lo que le ocupaba para acercarse a la camilla de Bumblebee. Los ópticos del Rastreador parpadeaban. Ratchet tardó apenas un par de nanociclos en establecer una comunicación por radio con Deshelia.
<<Me pillas en mal momento, Ratchet, estoy ocupa...>>
- Bumblebee se está despertando.
El médico oyó los primeros pasos apresurados de la femme antes de que cortara la comunicación. En unos cuantos nanociclos Deshelia atravesó la puerta, derrapó en la entrada y casi se estampó contra la camilla de un herido.
- Perdón, perdón- se disculpó jadeando con el herido y con un Auxiliar que se había tenido que apartar de su trayectoria, antes de andar a paso apresurado hasta Ratchet, que la miraba acusador-. Perdón, es que...- comenzó a disculparse de nuevo con el médico.
Pero un gemido de Bumblebee la distrajo y no llegó a terminar su disculpa. Con su chispa palpitando como si fuera a entrar en combustión, Deshelia se colocó al otro lado de la camilla y aferró el servo de su mejor amigo entre sus manos.
- Vamos, Bee... venga...- susurró.
Deshelia trataba de controlarse para no ejercer demasiada fuerza en su agarre sobre la mano de Bumblebee. Si lo hacía, podía llegar a romperle la muñeca. Ahora, Deshelia era mucho más consciente de su propia fuerza, debido a las pruebas que iba realizando poco a poco y en secreto en la intimidad de su habitáculo cuando Ratchet y su padre la obligaban a separarse de la camilla de Bumblebee.
Su padre. Al pensar en él, a Deshelia se le frunció el ceño y tuvo que redoblar sus esfuerzos por no romperle la muñeca a Bee, puesto que la rabia le hacía apretar más fuerte el servo de su amigo sin darse cuenta. Habían pasado siete ciclos solares desde que Optimus había mentido descaradamente a su hija sobre el ataque a los Rastreadores y ella aún se lo había perdonado.
Deshelia reprimió un gruñido de rabia y se esforzó por concentrarse a su amigo, que luchaba por salir de la inconsciencia. Relajó de nuevo el agarre y lo trasladó a su antebrazo.
- Vamos, Bee...- volvió a susurrar.
Y esta vez, tuvo respuesta: los ópticos del Rastreador dejaron de parpadear para dejar un estable aunque débil brillo color zafiro. Deshelia sonrió y a duras penas reprimió el lubricante que amenazaba con desbordarse de las cuencas de sus ópticos.
- Ey...- consiguió decir Bumblebee cuando reconoció a su amiga. Deshelia amplió su sonrisa.
- Ey. ¿Cómo que ya está bien de recargar, no? Te vas a oxidar en esa camilla de tanto estar ahí tumbado.
Mientras que Ratchet se giraba a mirarla por su poco tacto, Bumblebee rió.
- Es que... aguantarte todos... los días... al final... uno se cansa- Deshelia rio un poco mientras el lubricante terminaba por escaparse de sus ópticos. El pobre Bumblebee estaba tan ido que ni siquiera se dio cuenta de aquello.
- Pues la próxima vez, me lo dices, no hace falta que te dejen listo para desguazar si te quieres librar de mí un tiempo- Deshelia contuvo un sollozo mientras Bumblebee reía débilmente-. Voy a llamar a Arcee, ¿vale?- él asintió.
Ratchet le hizo una seña y Deshelia se apartó para que pudiera seguir revisando a su amigo. Mientras empezaba a hacerle preguntas rutinarias, la femme buscó la frecuencia personal de la hermana de Bumblebee en su radio y al localizarla, contactó con ella.
- Arcee.
<<¿Deshelia? Por favor, dime que tienes buenas noticias>>
Desh sonrió: no tenía la misma relación con Arcee que con su hermano pequeño, pero apreciaba a aquella femme con sinceridad, aunque no eran amigas en el sentido estricto de la palabra.
- Gracias a Primus, sí. Bumblebee acaba de despertarse, puedes pasarte a verle.
Oyó a Arcee suspirar de alivio al otro lado de la línea.
<<Gracias a los Primes. Me pasaré en cuanto pueda, Deshelia, gracias por avisarme>>
- Nada. Y hazme un favor, y recuérdales a todos esos mechs arrogantes y machitos lo bien que se nos da a las femmes patear maleteros.
Oyó como Arcee contenía la risa.
<<Cuenta con ello. Dile a Bee que iré a verle pronto, ¿vale?>>
- Claro.
Tras eso, volvió junto a su amigo, quien poco a poco mostraba más señales propias de la consciencia: sus ópticos habían recuperado parte de su luminosidad y ya no arrastraba las palabras al hablar, aunque el tema de moverse aún lo llevaba fatal.
- ... tendrás que quedarte por aquí unos meses, Bumblebee, hasta que estemos seguros que los daños en tu cámara de chispa no te matarán- estaba explicando Ratchet en este momento.
Al oirlo, Deshelia tragó Energion, asustada ante la posibilidad. Pero al nanociclo siguiente, estaba conteniendo el enfado, contra Darkdeath, el Con de su Generación que casi mataba a su mejor amigo, y contra su padre, por haberle mentido descaradamente. Percibió la mirada inquisitiva de Bumblebee y sacudió la cabeza. Trató de sonreír y rodeó a Ratchet para tomar asiento junto a la camilla.
- Me quedaré contigo hasta que estés bien, Bee- juró ella mientras le ponía un servo en el brazo. Su amigo le sonrió, agradecido.
A Deshelia casi se le escapó la mirada de advertencia que Ratchet le dedicó a Bumblebee. Casi. Fingió no darse cuenta e intercambió una mirada con Bumblebee. Con aquella mirada ambos amigos entendieron que los dos habían visto la mirada de Ratchet y también les sirvió para acordar que tenían que sacarse al médico de encima cuanto antes para poder hablar de ello. Deshelia no miró a Ratchet hasta que él le habló directamente.
- Sigo necesitandote como Auxiliar, Deshelia.
- Seguiré haciendo mis turnos, Ratchet- prometió ella-. Simplemente, pienso pasarme cada uno de mis descansos aquí y voy a tener un óptico encima de Bee en todo momento.
- ¿No crees que te estás pasando, amiga? Ni que me fuera a morir de un momento a otro- dijo Bee con una sonrisa. Deshelia le miró, seria.
- Por si no has escuchado a Ratchet, eso es exactamente lo que puede pasar. Así que cállate y acepta que esta vez vas a ser tú el que va a estar sin poder moverse de una camilla mientras yo te torturo.
- Gracias- dijo Bumblebee con ironía-, significa mucho para mí.
- De nada mech- replicó Deshelia con una sonrisa-, si voy a disfrutar muchísimo siendo tu parche de óxido en el maletero personal.
- ¿Y dices que es tu mejor amigo?- ambos se volvieron hacia Ratchet, que los miraba con una ceja enarcada.
- Claro- contestó la femme mientras lo miraba como si al médico le faltaran unos cuantos tornillos.
- En realidad, que Deshelia sea tu parche de óxido personal en el maletero es un gran privilegio- añadió Bee. Ratchet no pudo discernir si hablaba en serio o no.
- ¡Exacto!- fanfarroneó ella- Mi tiempo es muy valioso, no lo malgasto con cualquiera.
Ratchet miró a uno y a otro, sin saber que decir y por supuesto, aún sin saber si estaban bromeando o no. Algo le decía que sí... aunque solo a medias. Al final, el médico acabó por suspirar y miró a su Auxiliar.
- Que no se levante, que no haga movimientos bruscos y dale un bote de Energon cada siete ciclos.
Deshelia asintió y levantó ambos pulgares.
- Dalo por hecho.
- ¿Me vais a matar de hambre?
- Claro que no, no morimos a los siete ciclos sin consumir Energon, sino a los siete ciclos y un nanociclo- apostilló Deshelia. Ratchet suspiró y el Rastreador lo miró.
- ¿Está mintiendo, verdad?
- Sí, está mintiendo. Se necesitan muchos más ciclos para que muramos por inanición, Bumblebee- Deshelia lo miró, acusadora.
- ¡Pero para que le dices nada! La idea era asustarlo...- Bumblebee la miró mal.
- Muchas gracias, de verdad. Eres la mejor amiga del mundo.
- Cuéntame algo que no sepa, imbécil- se burló ella mientras se recostaba en su soporte y subía ambas piernas a la camilla de Bumblebee.
- Tengo mucho trabajo como para escuchar esta ridícula conversación- gruñó Ratchet mientras les daba la espalda.
- ¿Y quién te ha pedido que te quedaras?- escuchó la voz sarcástica de Deshelia tras él, seguido de un golpe- ¡Auch!
- Apaga tu procesador vocal, anda- le dijo Bumblebee, que ignoró la mirada acusadora de su mejor amiga-. Y dame un bote de Energon, tengo hambre.
- Ratchet ha dicho que cada siete ciclos- se cruzó de brazos ella.
- Que comenzarán después de mi primera ración- replicó Bumblebee.
- ¿Y si no me da la gana dártelo, qué?
- ¿Me vas a hacer levantarme?- Deshelia rodó los ópticos, pero se levantó y le pasó el bote a Bumblebee. El Rastreador sonrió, y ella le ayudó a incorporarse para que pudiera beber más cómodamente.
Aquel paripé les dio el tiempo suficiente para que Ratchet terminara de dejarlos a solas. Cuando Bumblebee se volvió hacia su amiga, arqueó la ceja.
- Ratchet me ha hecho prometer que te iba a decir que estoy así porque nos superaron en número y nos lanzaron una granada- Deshelia parpadeó.
- Vaya. No se te da bien guardar secretos- no obstante, sonrió.
- Ag, no jodas, nosotros no funcionamos con mentiras, Desh, pero nos viene bien que Ratchet y tu padre se piensen que estoy dispuesto a mentirte. Porque estoy totalmente seguro de que tu padre le ordenó a Ratchet que me dijera eso.
- No tienes que jurarlo, pero baja la voz- siseó ella-. La cosa va un poco más allá de lo que tú crees, Bee- el Rastreador frunció el ceño-. Me mintió, Bee. Cuando le pregunté que os había ocurrido, me miró directamente a los ojos y fue capaz de mentirme descaradamente.
- No es que esté de acuerdo con él, pero voy a romper una lanza en su favor- ante la mirada indignada de ella, Bumblebee miró a su alrededor antes de bajar más la voz-. Tanto tu padre como yo sabemos como funciona tu procesador, Desh. Los que nos hicieron esto... son como tú. Pero eso ya lo sabías- añadió al ver que su amiga no parecía sorprendida.
- Uno de tus compañeros despertó hará unos meses. Lo pillé en un momento a solas y me lo contó todo. Parece que mi padre no pensó en obligarle a callar a él también- gruñó. Bee suspiró.
- A lo que iba. Dime una cosa, Desh: cuando supiste quien me había hecho esto... ¿exactamente cuánto tardaste en sentirte mal contigo misma por no haber estado allí, cuánto tardaste en pensar que podrías haber hecho algo porque eres de la Generación? Me refiero- añadió mientras hacía un aspaviento-, después de procesar que tu padre te había mentido y destrozar algo.
Ella bajó la cabeza, apesadumbrada, aunque su chispa emitió un breve destello complacido: podía llegar a intimidar un poco, pero lo cierto es que le encantaba que su amigo la conociera tan bien. Bumblebee no había necesitado ni una palabra por su parte para saber que tras enterarse de la mentira de su padre, se había enganchado con cualquier cosa hasta hacerla pedazos.
- No mucho, la verdad.
- No te lo contó- susurró Bumblebee-, porque si ya le cuesta controlarte de normal, se lo complicarías mucho más al saber que muy posiblemente eres la única que podría acabar con ellos. No quiere que te creas invencible porque lo cierto es que nadie lo es en una guerra y viendo pelear a esos cabrones de acero, es difícil de creer. Tu padre quiere mantenerte a salvo.
- ¿Y tú no?- replicó la femme. Su mejor amigo/hermano la miró, mortalmente serio.
- Claro que sí. Pero soy tu amigo, Desh, y no quiero que para poder sobrevivir, tengas que dejar de vivir. Y sé que hasta que no te dejen luchar... no estarás viva del todo.
Deshelia no dijo nada durante unos segundos mientras que sus dígitos hacían girar constantemente un disco de metal. Con un aire pensativo lo elevó, dejándolo a la vista de Bee. El rastreador herido frunció el ceño, sabiendo que aquel movimiento por parte de su amiga era totalmente intencionado.
- ¿Qué es eso?- Deshelia lo miró con una sonrisa torva.
- Lo que me hará sentir que estoy viva- dijo mientras que, de un fluido movimiento, conseguía que el disco girara sobre la punta de uno de sus dígitos.
- ¿De qué hablas?
- Es un pequeño invento mío...- musitó Desh mientras el disco seguía girando sobre su dedo- que me abre muchas puertas.
Ninguno de los dos dijo nada hasta que ella se guardó el disco y Bee suspiró.
- ¿Me lo piensas explicar?
- Aquí, no. Hay muchos receptores de audio encendidos. Cuando puedas salir de aquí, tendremos mucho de qué hablar. He hecho unos cuantos descubrimientos...
Bumblebee miró a su amiga con la cabeza ladeada y el ceño fruncido. Cualquier otro robot estaría derramando lubricante del miedo al ver la sonrisa que acababa de aflorar en la cara de la femme, pero Bumblebee no. El Rastreador amaba a la hija del Prime como si fuera su hermana y jamás podría tener miedo de ella, porque si había algo que Bumblebee tenía claro, es que la espeluznante facilidad de matar que tenía la femme nunca se usaría en su contra.
***
Cuatro meses después
Bumblebee gruñó mientras se incorporaba, con esfuerzo.
- Con tranquilidad, Bee...- dijo Deshelia mientras pasaba el brazo de su amigo sobre su hombro.
- No creo que seas el robot más indicado para decirme eso- gruñó el Rastreador, recordando cierto episodio que protagonizaban su amiga, una bandada de scraplets y mucho, mucho Energion.
- ¿Sabes? Creo...- comenzó Deshelia, pero la hermana de Bee, Arcee, que sujetaba al recién nombrado por su otro costado, la interrumpió.
- Dejaros de bromas unos minutos, ¿queréis?
- Uy, Cee, no sabes lo que acabas de decir- medio rió medio gruñó su hermano pequeño-. Eso es imposible por su parte.
- Ah, ¿y por la tuya no, cabrón?- retrucó Desh.
Tanto Arcee como Ratchet suspiraron, rindiéndose con aquellos dos. Bee y Desh rieron por lo bajo.
Afortunadamente, la cámara de chispa de Bumblebee no había dado problemas y la cirugía de Ratchet había sido un éxito, la nueva pierna de Bumblebee respondía a la perfección. Aún así, el Rastreador tardó cerca de cinco horas en poder mantenerse él solo de pie y otras tantas para poder andar con normalidad. Pero en cuanto lo hizo, tanto él como su mejor amiga quisieron desaparecer para ponerse al día, pero no contaron con algo: Arcee. Durante la recuperación de Bumblebee no había podido visitarlo mucho dado que ella sí era soldado, una de las mejores, y raro era el día que no tenía obligaciones que atender, así que no había tenido tiempo de visitar a su hermano.
Así que a pesar de que se moría por contarle a Bee las diferentes novedades, Deshelia comprendió que Arcee también tenía derecho a pasar un buen rato con su hermano pequeño. Así que tras despedirse de ambos (con mirada de "luego te cuento" hacia Bumblebee incluida), abandonó el ala médica.
Mientras atravesaba la Ciudadela en dirección a su habitáculo, ignoró todo y a todos, jugueteando con su preciado disco metálico. Deshelia irradiaba júbilo y una sonrisa le atravesaba toda la cara. Su radio pitó, señal de que alguien quería contactarla. Desh frunció el ceño al ver que era Whelljack. Permitió la comunicación mientras apretaba el paso.
<<¿Qué pasa contigo, ScrapZone? Estás realmente desaparecida, ¿tanta guerra te está dando ese cañón?>>
- Sí, bueno, no han sido unos meses agradables, la verdad. Me los he pasado al lado de una camilla.
<<¿Disculpa? Después de verte en el Simulador, me cuesta creerlo>>
- Hirieron a Bumblebee en su última misión, he estado atendiéndole.
<<No te noto muy afectada, así que supongo que el Rastreador no es uno con la Allspark, ¿cierto?>>
- Afortunadamente, no- medio sonrió ella.
<<En ese caso, ponte las pilas y termina ese cañón. No te puedes imaginar lo pesado que está Seaspray con el tema>>
Al recordar su último encontronazo con el Wreker, Deshelia no pudo evitar carcajearse.
- Estoy segura de que me echa de menos.
<<No sé qué le dijiste cuando estuvisteis aquí, pero los demás han tardado en dejar de reírse de él>>
Deshelia volvió a reír.
- Se lo tenía merecido.
<<¿A esto se refería tu amigo cuando dijo que no le gustaría estar en su pellejo?>>
- Más o menos- sonrió ella. Para entonces, ya había llegado a su habitáculo y no tardó en recostarse en su silla, lo único de su habitáculo que se había recuperado tras su arrebato.
Oyó como Whelljack se reía por lo bajo.
<<De cualquier manera, aligera con ese cañón>>
- Haré lo que pueda.
<<Bien>>
- Te llamaré en cuanto tenga algo.
Colgó y se puso manos a la obra. Lo cierto era que a aquellas alturas, podría haber acabado ya el diseño del cañón de plasma, pero lo cierto era que había estado más pendiente de disco holográfico y de lo que podría hacer con él. Y sobre todo, había estado investigando sobre los que eran como ella, sobre un con en especial: Darkdeath, el casi asesino de Bumblebee.
Era un con de armazón negro mayoritariamente, con detalles rojos. El detalle más destacable era los lanzamisiles que llevaba acoplados en ambos hombros.
No era el mayor guerrero de la Generación, lo sabía. Al parecer, ese era un tal NightVision. Pero no había conseguido encontrar gran cosa acerca de él, aunque todo sea dicho, no lo había intentado con verdadero ahínco. Todos sus esfuerzos se habían centrado en Darkdeath, porque su venganza por casi matar a su mejor amigo iba a ir contra él.
Habían unos diez de la Generación luchando en las filas de Megatron. No muchos, pero al líder Decepticon no le hacían falta más, si solo dos de ellos habían acabado con un grupo de cincuenta. Deshelia también había averiguado que había cinco femmes de la Generación en el bando Decepticon. ¿La más letal de ellas? Deathmoon.
Muy a su pesar, Deshelia sentía una ligera curiosidad e incluso admiración por ella. La había visto luchar en varios vídeos que pululaban por la Red, y era asombrosa. Letal y decidida, rápida como una cuchilla, más difícil de atrapar que un scraplet y tan mortífera como una bandada de ellos.
En el fondo de Deshelia, había un sentimiento de celos hacia aquella femme. Porque Deathmoon era libre de pelear pero ella no.
Sacudió la cabeza, luchando por desterrar aquellos pensamientos de su procesador. No, no. Aquella femme era despreciable. Todos aquellos mechs y femmes eran despreciables, a pesar de ser como ella. Eran despreciables porque luchaban por Megatron, y debían de ser eliminados. Como fuera.
Desplegó el holograma del cañón de plasma, en un intento de aislarse de aquellos sentimientos contradictorios, y trabajó en él hasta que alguien cruzó la puerta de su habitáculo a la carrera: Bumblebee.
- Pero, ¿qué chatarra haces? ¡Aún estás convaleciente!- chilló la femme mientras se ponía de pie de un salto para agarrar a su amigo, que hacía amago de caerse. Le cedió su asiento y Bumblebee se sentó agradecido, aunque desdeñando su preocupación con unos cuantos aspavientos.
- Estoy bien, Desh, y tenía prisa. Tienes mucho que explicarme- el Rastreador se sentó mejor en la litera y alzó la mirada hacia su amiga, que le observaba de brazos cruzados. Aunque no por ello dejó de notar que la litera de su amiga no estaba donde él recordaba-. ¿Has movido tu litera?
- Mira la pared de detrás- Bee se giró y vio un enorme abollón en la pared.
- Ay va.
Deshelia se encogió de hombros.
- Es lo único que no he podido arreglar después de destrozar este sitio por... bueno, ya lo sabes- Bee asintió un momento antes de girarse de nuevo hacia la hendidura de la pared y reprimir un escalofrío-. ¿Qué?
- Solo me estaba imaginando lo que habría hecho la fuerza de ese golpe contra un Con.
- Hablando de eso...- Deshelia se sentó junto a él y sacó su pequeño proyector de hologramas reales de entre sus piezas.
- ¿Vas a explicarme de una vez de qué va esto? Por que no entiendo como nos va a ayudar un disco.
- Es un proyector de hologramas, lo inventé mientras estabas en éxtasis.
- Siento bajarte de tu nube, pero los proyectores se inventaron antes de que alguno de nosotros dos naciéramos.
- Ya lo sé, imbécil. Este pequeñín es diferente porque lo hologramas que proyecta son reales- Bee frunció el ceño.
- ¿A qué te refieres?
- Veamos- empezó a explicar ella-, pon que usas otro proyector para simular que una vara en realidad es un enorme cañón de plasma, de los que van anclados al suelo. Y un disparo de ese cañón holográfico le da a una nave en pleno vuelo. ¿Qué pasa con la nave?
- Que sigue su camino tan campante, el disparo sigue siendo un holograma que no le afectaría- contestó él, sin entender a donde quería llegar su amiga.
- Exacto. Pero si usas este proyector para simular el cañón y le disparas a la nave, la haces chatarra- Bee frunció el ceño.
- Eso es imposible.
- Eso creía yo, hasta que sin querer proyecté un suelo de lava aquí dentro y la falsa lava casi derrite los soportes de la litera.
- Venga ya, Desh- rió el Rastreador.
Ella le dio un zape y le indicó que mirara con un gesto. Bumblebee rodó los ópticos, convencido de que su amiga estaba bromeando. Por eso frunció el ceño al ver los soportes de la litera. Deshelia les había dado una mano de pintura para disimularlo, pero era evidente que el metal se había derretido en algún momento.
- Pero qué...
- Te lo dije. Los hologramas que proyecta son reales, Bee, y eso viene siendo la solución a todos mis problemas- Deshelia sonrió, exultante.
- ¿Qué mierdas, Desh? ¿Qué pretendes hacer, simular armas con esa cosa?
- La cosa va un poquito más lejos- dijo ella sin dejar de sonreír y haciendo girar el disco sobre uno de sus dedos.
Bumblebee la miró con el ceño fruncido, sin comprender nada. Ella amplió la sonrisa. Él recordó el ejemplo que le había puesto, de la nave y el cañón. Que había usado para que el suelo se convirtiera en lava. Y entendió lo que su amiga tenía en mente. Abrió los ópticos todo lo que sus cuencas dieron de sí.
- Ni de coña. Desh, es la mayor locura que se te ha ocurrida en toda tu vida, y mira que se te han ocurrido unas cuantas.
La sonrisa de la femme se tambaleó. No se esperaba aquello, Deshelia había contado en todo momento con el apoyo de su mejor amigo. Que el se mostrara en desacuerdo era algo que le desmontaba todos sus esquemas.
Pero entonces Bumblebee sacudió la cabeza y se llevó las manos al casco antes de soltar una risa.
- Chatarra, es la mejor idea del mundo.
Volvió a reírse y esta vez, Deshelia rió con él.
- Bueno... ¿y ya has elegido el color y las armas?- dijo Bumblebee.
- Tengo algunas ideas, pero quería hablarlo contigo antes- contestó Deshelia con cierto grado de timidez.
Bumblebee frotó sus servos.
- Oh, Primus, esto va a ser divertido. Voto por...
- No me lo digas. ¿Amarillo?
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Yiiiiiiiiiiiiiiii, Deshelia is back bitches!!!
Al igual que yo xD, que hago por manteneros en la inopia un capítulo más, sin desvelar cual es la idea de Deshelia para el disco... aunque alguna pista os he dejado jajaja
Espero que os haya gustado, de corazón, y añadir que las dos imágenes no son mías!!! Los créditos a quien corresponda, yo las encontré en Pinterest (bendito Pinterest)
Bye!
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