Debía pensarlo en profundidad, anotar mentalmente los pros y contras de la situación, si aceptaba o no.

A pesar de lo que puedan creer, Chris nunca había demostrado ser un militar malo. Toda la esencia que se tiene de él ha sido a causa de mi sueño pre mortal, donde él se había convertido en nuestro enemigo principal.

Ciertamente él fue el principal responsable de la desactivación de aquellos cybertronianos. Pero como me dijo y me insistió: 《Sólo seguía órdenes》.

Debió tener sus razones para hacerlo. Es un militar. Está entrenado para seguir órdenes; supongo que no hacerlo ataca su moral, ética profesional y el sentiento patrio de su persona. Es algo que las demás personas tal vez no logremos entender nunca. No en el ámbito militar defensivo.

Sin embargo, aquel ataque a mi base y el posterior asesinato de mi padre y nuestros hombres fue puesto en marcha por un equipo militar especial, del cual Chris no tuvo nada que ver.

Pero mi sentimiento interno de odio hacia él estaba fundamentado precisamente por haber puesto en marcha aquella operación en contra de los bots. Aunque no supe hasta que me encontré frente a ellos, que también había atacado a Megatron y a Lockdown. Eso significaba que no se limitaron a un bando, sino a toda la raza si es posible. Ello me ponía aún más furiosa, pues sentía que querían eliminarlos de la faz de la Tierra, y del universo si fuera posible.

Pero dentro de todo ese odio, tuve una gran duda: ¿por qué solo lograron capturar, del bando Decepticon, a Megatron nada más?
La respuesta a mi pregunta llegaría mucho después.

Pero retomo el relato.

El Comandante fue bueno conmigo desde que lo conocí, aquella vez que me capturó sólo para advertirme que los ojos del gobierno estadounidense estaba sobre todo y que cuidara mis espaldas... con su ayuda.

Así que si ahora me prometía continuar ayudándome, ¿por qué no aceptarlo? Después de todo, necesitaba de esta más que nunca.

Pero no le respondí de inmediato, como dije debía cavilar sobre esa situación. Así que para tener mi respuesta, debía esperar, más no se lo hice saber directamente.

-Vete.

Fue mi respuesta. Él parecio entenderlo, pues solo respondió con un asentimiento leve de cabeza y se retiró de la habitación.

Pero no desapareció ni dejó de visitarme o de esperar mi respuesta.

Cada día de los siguientes era él personalmente quien se encargaba de atenderme cuando lo necesitaba. Con respecto a las horas de comida, y hasta se preparó médicamente para asistirme y hacer un seguimiento al estado diario de mi organismo. No permitió durante ese tiempo que nadie más me atendiera.

Yo me sentía intrigada sobre todo eso que él estaba haciendo por mí, es decir, ¿era realmente necesario tomar de su tiempo para atenderme o cuidarme? ¿Sólo para recibir un perdón de mi parte? Me parecía extraño, sinceramente.

Mi primer pensamiento era que él deseaba obtener alguna información confidencial de mi país o tomar el control de él. Pues, este último siempre fue el deseo de Estados Unidos. Pero no le quise dar muchas vueltas al asunto, me causaba dolores de cabeza.

Hubo un día en que procedió a inyectarme un líquido. Dudé de él, pero pronto me calmó confesando que era parte del protocolo luego de una resurrección.

Su tecnología militar llegaba a límites insospechados.

El hecho de saber que me habían revivido me inquieto e intrigó ¿cómo podía ser posible? Por ello, le pedí una explicación.

-El procedimiento completo - me dijo- es información clasificada del cual no puedo ahondar mucho. Sin embargo, te explicaré superficialmente de lo que sí puedo hablarte. La resurrección de un individuo se realiza con la estimulación de un par de diminutos nódulos (descubiertos por nuestros científicos) ubicados en el hipotálamo. El proceso y la sustancia usados para ello es alto secreto. Pero ya puedes estar segura de que no se trata de nada sobrenatural.

Sonrió.

Me pareció sorprendente, aún sólo sabiendo información tan limitada.

-Pero... clínicamente estaba muerta. - repliqué, anonadada.

- Así es, y de hecho, los médicos civiles creen que existe un tiempo límite muy corto para volver a hacer funcionar el corazón o el cerebro, evitando que la persona muera. Pero esto no es así, no existe límite más corto que el comienzo de la autólisis en el cuerpo, el cual inicia veinticuatro horas después de la presunta muerte, todo esto descubierto por nuestros médicos militares. Y ese tiempo es bastante como para lograr revivir el individuo, pues el proceso de resurrección dura apenas unas tres horas, desde la estimulación hasta la respuesta fisiológica de la persona revivida.

La autólisis es el proceso de autodestrucción de las células, en este caso, que conforman nuestro cuerpo. En pocas palabras, la misma no inicia poco después de la muerte, sino 24 horas siguientes. Y durante ese tiempo se puede revivir al individuo.

-Claro que esta información - continuó - y su puesta en marcha se limita sólo a militares.

- Como no lo imaginé.

Respondí irónicamente. Chris solo rió.

- Entonces...

- Entonces, veinticuatro horas fueron suficientes para que nuestros médicos pudieran sanar y volver a poner en funcionamiento tu organismo, y así poder revivirte.

- Increíble.

- Increíble es que Jesús haya tenido ese poder sin poseer nuestra tecnología.

- De eso no se habla, Chris. Más respeto por favor.

- O.k! Pero qué humor el tuyo.

- No es algo gracioso.

Insistí. Una cosa era que hayan podido lograr tal proceso, y otra que se burlara del mismo... y de quien siempre poseyó el poder de hacerlo.

- Ah, está bien. Disculpa.

La situación era que él comenzaba a darme información. Ya era un paso. Pronto sabría donde estaban Ermac y Navimoon seguramente.

Una semana después fui dada de alta, fue donde me percaté por mis propias observaciones, que todo ese tiempo me encontraba en la base Edwards de Estados Unidos. Eso me alertó. Pero Chris me tranquilizó, asegurándome que esa base era propiedad de su equipo militar y ningún otro tenía autorización de ingresar. Eso significaba que nadie más podía causarme daño... sin embargo eso no me tranquilizó, pues su propio equipo, bajo su mando, fueron los responsables de matarme... ¡y luego revivirme!

Pero ya que, todo estaba hecho y ya era hora de que saliera de aquel lugar de encerramiento.