Sí, había decidido contraatacar. A pesar de poseer en mí poder solo un arma de bajo calibre, pues algo debía hacer, la situación empezaba a presionarme.

Me asomé por un lado del cuerpo inmóvil de Optimus, disparé varias veces contra nuestros atacantes y volví a ocultarme. Recibí apoyo de ambas chicas también, referente a defendernos con disparos.

Esto era horrible; Optimus estaba herido, tal vez sin vida, Navimoon y Ermac se hallaban en peligro, yo igual, pero mi prioridad siempre fue sus vidas.
Debía pensar en algo pronto. Una segunda vez de contraataque no se los permití por miedo a que les lastimaran. Yo lo estaba, es verdad, pero el dolor no se encontraba presente aún, era una ventaja que debía aprovechar si quería que salieramos de aquello con vida. Sin embargo, cometí serios errores. No permitirles defendernos también nos llevaba un paso más cerca a la muerte de mano de aquellos infelices.

- ¡No tienen escapatoria, Made! Debieron haberlo pensado mejor antes de poner en marcha tu 《operación》.

Inaudito. Aún así se atrevía a decirnos el comandante de aquella unidad, mediante nuestros dispositivos de comunicación, lo que debíamos hacer después de lo que ellos hicieron.

Ahora que lo pienso, esa fue una razón por la que fallamos: la intromisión, de parte de Estados Unidos, a nuestras comunicaciones.

Trataba de pensar, pero ninguna respuesta de ayuda llegaba a mi mente.

Tras un corto período de tiempo de meditación mental, por fin decidí. Me asomé por el otro lado del cuerpo del Prime , no se oían más ráfagas de disparos, pero escuchamos que se acercaban, lo único que acerté hacer en ese preciso momento fue observar, a eso de 150 metros que nos separaba de distancia, el cuerpo de Smokescreen. Fue ahí donde cometí el error más grave.
Salí del 《escondite》a toda la velocidad que logré alcanzar con el terreno de nieve y congelado, abandonando a mis compañeras y poniéndome al descubierto. Ello movió a los militares a que dispararan en mi contra. No volví la mirada, la cual estaba fija en aquel bot, mi mente nublada solo ordenaba llegar hasta él.

Admito que fue todo un error, pudo acarrear problemas aún mayores, aunque por la manera en cómo sucedió empiezo a creer que así era como debía pasar. Pero trataré de no adelantarme a los acontecimientos.

A pocos metros del cuerpo de Smokescreen, al momento de disminuir la velocidad e mi carrera, recibí montón de disparos, según los impactos que llegué a sentir sobre mi cuerpo, y caí a la nieve, apenas con fuerza para recostarme de lado en la misma y ver, de manera borrosa, la imagen del cuerpo congelado de Smoke cerca de mí, sintiendo yo al mismo tiempo cómo la sangre que fluía en mi interior emanaba al exterior, recordandome con su cálida tenperatura que mi vida comenzaba a apagarse.

Después, al caer inconsciente, soñé lo que creí había sido mi vida real*, mis deseos, mis metas, mis experiencias, todo una farsa maquinada por mi propia mente al creer que mi vida llegaba a su fin, pues, no llegaría a experimentar nada de lo que tanto deseé...

Posteriormente a todo eso, llegó la luz. Observé con mucha debilidad que seguía en la Antártida. Sentía mi cuerpo desfallecido, casi inmóvil y frío, con palpitaciones lentas e inconstantes por la falta del líquido vital rojo que había perdido.

Con la poca energía que me quedaba traté de oir algo, cosa que no logré, al parecer no había ya nadie más en el lugar, tan sólo el congelante viento antártico que nos envolvía a mí y a mi querido Smokescreen.

De igual forma no me interesaba mucho si el enemigo se hallaba presente o no, no importaba ya, ellos ganaron. Todo estaba perdido ahora.

Mi vida poco a poco se apagaba, junto a Smokescreen. Todo se opacaba, las pocas fuerzas que se mantenían en mi cuerpo decidieron abandonarme y después...
Llegó la oscuridad total.

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*Ver Transformers:Mademoon y Transformers: Mademoon en The Blue Star.