Capítulo 10
Me hallaba tan feliz por saber que nos pondríamos realmente en marcha, que deseaba comenzar a planearlo todo, pero Chris me detuvo.
- No es el momento ni lugar adecuados. Además, si realmente deseas ponerte en marcha, tienes que entrenar.
Así lo haría, lo prometí.
De un momento a otro, me hallé en la sala de video juegos, que no era otra cosa realmente que un lugar de entrenamiento de realidad virtual. Sí, de eso se trataba.
- Bien, es momento de que pruebes la realidad virtual en 4D, o hasta 5D -. Matizó.
¿De qué estaba hablando? ¡Era de locos!
- Estás loco.
Di la vuelta para irme.
- ¡Hey! ¿Cuándo, en el tiempo que has estado aquí, te he mentido?
- Bueno...
Le hice creer que dudaba.
- ¡Oye!
- Ja,ja,ja, estoy bromeando. Lo sabes.
Realmente, en todo ese tiempo había mantenido su sinceridad. Al principio lo deduje, tiempo después fue confirmado por él mismo.
- Ten, este equipamiento te ayudará en el entrenamiento. Casco táctico de realidad virtual, así le nombré.
Me ayudó a colocar el casco, el cual tenía una pintura de camuflaje. En su interior poseía unas especies de bocinas que emitirían el sonido de la escena que debería vivir en realidad virtual, y unas almohadillas muy cómodas que se ajustaban a mi cabeza, evitando que sintiera incomodidad o presión alguna ejercida.
Antes de colocarme las gafas correspondientes, emisora de imágenes, Chris me llevó hacia un pequeño cuarto escondido detrás de una pared falsa y oscura, donde, y no con poca sorpresa, vi distintos equipos usados en estos entrenamientos: una gran pantalla de 360 grados, un arnés que permanecía enganchado de un mecanismo de seguridad aéreo, una especie de caminadora levitante con magnetismo que evitaba contacto alguno con el suelo, y, por lo que pude experimentar luego, podía simular todo tipo de superficies e inclinaciones de terreno.
Era sorprendente.
- Este es mi lugar secreto. Bueno, lo era... - confesó -. Ahora lo conoces también.
Lo miré.
- ¿Una habitación de realidad virtual, totalmente equipada, es tu lugar secreto? Pensé que sería una zona en la montaña o algo así...
- ¡Ja,ja,ja! está bien, está bien... este es mi lugar secreto artificial. Espero poder mostrarte el natural muy pronto.
Sonreí. Chris me ayudó a colocar un traje especial sobre mi ropa normal, que me permitiría sentir el clima, golpes y los disparos que recibiera en el entrenamiento virtual - lo último con ayuda de inofensivas descargas eléctricas -. Dispuso inmediatamente después el arnés de manera que me sostuviera por el torso y cadera cuando lo necesitara. Procedí después a colocarme sobre la caminadora, que se mantenía firme mientras el entrenamiento virtual no empezara.
- Recuerda moverte con agilidad, no temas caerte.
Dicho esto me proporcionó un arma falsa, que me ayudaría con el entrenamiento por su dispositivo de seguimiento y laser infrarojo integrado en él.
- Usalo en modo de defensa, jamás de ataque... sé que no deseas promover una actitud agresiva... en tal caso, yo estaré contigo cuando lo necesites y evitaré que te hagan daño. Lo prometo.
Se sinceró. Oirlo permitió que un sentimiento de tranquilidad aflorara en mi corazón.
Entonces, inició el entrenamiento.
Chris observaba con atención y, al principio, en silencio, todos mis movimientos. La gigantezca pantalla empotrada en las paredes de visión 360 le permitían ver lo que yo. Era sorprendente, mi visión del mundo cambió drásticamente cuando inicié el entrenamiento: sentía que realmente estaba en un campo de batalla. Me recordó al video juego Call of Duty, eso sí, mucho más realista.
A donde volteara observaba otras zonas del mismo campo, decidí entonces actuar.
El lugar era helado, lo pude sentir. El traje funcionaba a la perfección.
- ¡Esto es fantástico!
Expresé.
- No te distraigas. El entrenamiento ha comenzado.
Oí a través de las bocinas integradas en mi casco. Chris se comunicó mediante un microtransmisor, había tomado el papel de mi superior en este entrenamiento.
Al principio se limitaba a decirme lo esencial: información de la misión a cumplir. Pero luego me ayudó a corregir los errores que estaba cometiendo.
Pasaron horas desde que el entrenamiento inició y, aunque no había terminado, deseaba descansar.
- No no... oye el sonido de su movilización ¡está detrás de ti!..
Chris trataba de ayudarme, pero yo no lograba detectar a mis atacantes virtuales aún escuchando sus advertencias.
Di por terminado el entrenamiento. Me desembaracé del equipo y observé las pantallas en una imagen congelada del mismo. Sentí una mano en mi hombro, Chris se había acercado, detallando la situación en la que se había mantenido la imagen.
- Solo debes practicar con tus reflejos. Es todo.
Desvió su mirada hacia mis brazos, estoy segura de que detallaba las cicatrices que las heridas por bala me causaron. Dejó escapar un corto y amargo suspiro.
- Por eso fallé... no estaba lista.
- No digas eso...
- Bien lo sabes, Chris. Tú estabas ahí. Tú nos disparaste.., tú me disparaste.
Aparté con brusquedad su mano y salí del lugar, alterada.
- Made, espera. No sabes... yo no fui quien te disparó...
Trató de darme alcance, pero no presté atención a sus palabras. Seguí decidida hasta mi habitación, no me detuve. Lo último que escuché de Chris fue que contestó una llamada, al parecer importante por el tono militar que adoptó. No quise escuchar.
En mi habitación, continué con mis cavilaciones y atropelladas imágenes mentales. Los disparos, los ataques... iban y venían. Sin embargo, pronto recordé cuando fui revivida, por quién y los cuidados que me proporcionó personalmente... hasta la casa que permitió conviertiera en mía.
Chris me había ayudado mucho aún después de lo que sucedió, no cabía duda, y yo no se lo estaba agradeciendo...
Decidí corregir ese error y agradecerle realmente por todo lo que estaba haciendo por mí ahora.
Bajé del segundo piso, buscando encontrarlo ahí, pero no lo hallé. Me asomé en la panorámica esperando hallarlo afuera, no tuve éxito tampoco. Volví a subir las escaleras, creyendo que podía estar en su habitación.
- ¡Chris! Oye, lo lamento... ¡Chriiiis!
Nada. No recibí respuesta. Temí que no quisiera dirigirme la palabra por haberme comportado como una mal agradecida.
-¡Chris!
Dudosa, entré en sus aposentos, pero tampoco se hallaba ahí. ¿A dónde podía haber ido? Abajo no estaba, ni afuera, ahí arriba tampoco... de pronto, me topé con un rayo de sol que se reflejaba en la blanca baldosa del suelo, era extraño, el sol no se hallaba en posición como para que entrara por la ventana y alumbrara el interior de esta parte de la casa, además, se notaba muy vertical y el sol no se encontraba presente, ya había anochecido. Esta extraña característica me hizo levantar la mirada, ahí estaba la respuesta: una escalera aérea plegada y conectada a una especie de escotilla que dirigía hacia el techo. No tenía idea de aquello. Después indagaría, y deseando hallar a Chris para arreglarlo todo, desplegué la escalera y subí al techo.
Fantástico.
La casa poseía una linda terraza con vistas excelentes alrededor de la misma, y estaba muy bien iluminada. Mi mirada pronto se topó con un Chris, de espaldas, hablando por teléfono. Escuché algo sobre un servicio de inteligencia, más no quise darle importancia. Me alegró verle, pero no deseé interrumpir, era mejor esperar a que acabase.
Sin embargo, no sé si cometí un error al mantenerme en escucha, pero todo dio un giro muy brusco al oír las palabras que pronunció Chris, respuesta al personaje que se hallaba del otro lado de la línea telefónica. Su voz se tornó grave, parecía demostrar decepción, miedo y odio.
-... Llevarla ante el tribunal y declararla culpable...
Hizo una pausa, tensa.
- ... afirmativo, señor...
Acabó por decir, con voz derrotada.
No pude dar crédito a lo que acababa de oir, ¿llevarla ante el tribunal y declararla culpable? ¿Hablaba de mí? No podía ser.
Tapé mi boca con fuerza, deseaba gritar, pero no, me descubriría ahí, en escucha. Estaba decepcionada, golpeada por lo que había oído... me iban a inculpar por algo... después de todo lo que... Dios.
La llamada fue terminada en ese instante. Para no ser descubierta opté por bajar con rapidez e ir a mi habitación. Esperaría una espontánea explicación de Chris... ¿o era mejor huir? Ya no tenía idea de qué hacer.
Pronto Chris tocó la puerta de mi habitación.
Mis nervios se crisparon. Pero me obligué a mantener la calma y suspirando para relajarme un poco, abrí la puerta.
- Made...
- No tienes que decir nada, Chris... lo siento. No debí actuar así.
- No, yo lo siento. No te he dicho la verdad...
Detuvo su hablar, como si algo latiera en su interior y dudó, pensando muy bien lo que diría a continuación.
- ... Yo.., mañana te mostraré.
Dicho esto, bajó su mirada, evitando la mía y se retiró a sus aposentos.
Mañana sabría a lo que se refería...
El hecho que más destaco de esa noche es que, en cuanto se retiró a su habitación, cerrando su puerta, oí un sonido sordo, un grito, como si hubiera tratado de ser amortiguado para evitar llamar la atención. Sin embargo, lo oí. Sonaba desesperado. Era Chris, sin duda.
Ello me preocupó, pero no me atreví a moverme de mi cama para averiguar por qué había gritado...
Terminé durmiendome con lágrimas en mi rostro.
Fue la única vez en todo ese tiempo que, aunque dudaba, supe lo que mi presunto salvador se llevaba entre manos, o por lo menos lo que creí él había planeado...
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