🌸Capítulo 27🌸


2/5


Saltando se detuvo a ver el árbol con la casita del árbol que Taehyung le había dicho dónde se encontraba escondido Kookie.

"Esto no es una casita, es una casota" pensó asombrada por la gran construcción.

Cabe decir de más que es obvio que la vea tan enorme pues solo es una niña de 9 años, bajita y bueno, nunca había visto casas del árbol en la vida real. Solo había visto en series y animes.

-¡Kookie! -gritó.

Después de 10 minutos de estar parada gritando aún, pareciera que nadie la había escuchado. Aún estaba fascinada por los árboles que tapaban el árbol central donde estaba la casota del árbol. Realmente nunca había estado por esta parte del gran terreno donde estaba la mansión.

-¡Centellas! Tendré que traer a Copito a una nueva exploración, parece que dejamos muchos lugares sin explorar -refunfuñó, luego juntó sus cejas- También hay que llevar a Tigresito de excursión, se volvió amigo de Copito -asintió para si misma, tomando una nota mental.

Pero así de imperactiva como era, sin duda se le olvidaría con facilidad. No era buena recordando. Hasta ahora tenía una sería sospecha que el síndrome de Doris era de familia.

-¿Kookie se enojará si uno sin su permiso? -preguntó al aire.

Una parte de ella solo quería subir y satisfacer su curiosidad. Nadie le había hablado que había una casita del árbol, era sin duda decepcionante porque ella le encantaba esas, por dios, era ¡Una casa del árbol! Sin duda el sueño de toda niña o niño. Pero hasta ahora no había podido tener una.

La otra parte de ella, muy en el fondo, no quería que su hermano se sintiera invadido por su presencia, tampoco quería que se enojara o le dijera cosas feas. ¡Ella solo quería hablar con él! Con Jungkook, a pesar de que a veces lo molestaba con llamarlo "Oppa" era nada más para que le hablara o le prestará atención.

Aunque... Su hermano TaeTae le había dicho que Jungkookie le había dicho que fuera y hablara con ella. Lo que era sin duda fascinante y a la vez emocionante. Ya que kook no era el tipo de persona que hablara con ella, de hecho s veces ni la miraba. Se sentía invisible cuando la mirada del peliazul nunca la veía realmente.

Además en su mochilita Tae le había puesto unos botes de leche de banana, le había dicho que era absolutamente necesario, también algunas papas que decía que eran las favoritas de Kook. Aún no entendía cuando Tae antes de mirarla había murmurando un "Eso te pasa por no prestarme el juego de Mario" cuando ella salía al patio.

Suspirando se dió fuerzas. Ella era una niña grande, y las niñas grandes tomaban decisiones ¿Verdad?

Sin más miramientos o dudas, solo subió, o bueno, lo intentaba por la escalera, aunque admitía que tenía un poco de miedo a las alturas.



(...)




Mientras con Jungkook en la casa del árbol.

Este se encontraba ensimismado en los bocetos que tenía. Ese día había despertado con ganas de dibujar pero simplemente ahora estaba en blanco, había bastantes hojas en bolas regadas por todos lados que ni se molestó en recoger. Simplemente quería dibujar pero no sabía qué plasmar en su hoja.

Tenía los audiculares puestos con música para tratar de concentrarse, pero simplemente nada, su mente parecía conspirarar en contra.

-Mierda -se sobresaltó por la notificación de su celular al llegarle un mensaje.

Irritado por ser interrumpido y a la vez fastidiado al no poder concentrarse en plasmar algo en sus hojas en blanco. Miró con sus cejas juntas el chat de Taehyung dónde le había llegado dicho mensaje.

Tae🐻

Espero te guste mi regalo
Entregado 12:03pm


Miró el chat sin entender, cuando sintió un toquesito delicado pero a la vez persistente en su hombro izquierdo.

-¿Qué....? -se quedó callado cuando vió a la pequeña niña pelinegra parada en frente de ella, con al parecer una mochila de Kumamon.

-¡Hola Kookie! Tae me dijo que... ibas a hablar conmigo -le dió una sonrisa nerviosa jugando con sus deditos.

"Maldita sea, Taehyung. Me voy a cobrar esta" pensó Jungkook, agarrándose el puente de su nariz negando.

-Entiendo... Bueno, ya hablamos... Ahora adiós -la despidió como si nada- Pero si no hemos hablado -hizo un puchero la pequeña.

-¿Y de que quiere hablar? Estoy ocupado -dijo seco, mientras rodaba los ojos.

-Y-yo... Solo quiero conocerte más... -susurró cabizbaja.

Algo en los ojos fríos de Jungkook se derritió, se mordió el labio inferior dudoso. Inhalando profundamente y sin creer lo que diría solo asintió.

-Mantente callada -se dió la vuelta para seguir con sus bocetos, solo trazando líneas sin saber que dibujar en sí.

La pequeña solo hizo un mohin, pero el brillo de la esperanza en sus ojos era hermoso e intenso. Sentándose quedó viendo todo fascinada. El interior era muy acogedor, se desplazó gateando por el lugar. Pues aún tenía miedo de que el lugar se cayera, si, era absurdo pero en su mente creativa e imaginativa era demasiado posible.

Tuvo que reunir mucha fuerza de voluntad cuando subió, era demasiado alto... Aún sus piernas temblaban, estaba algo asustada pero eso pasó a segundo plano cuando su curiosidad fue más fuerte.

-Oh... Un corazón -su mirada se posó en una mancha en esa forma, realmente hizo que la mirara asombrada. Sus dedos cosquilleaban al querer tocar y comprobar que era verdadera.

-No la toques -la voz mordaz hizo que se sobresaltara, perdiendo el equilibrio y dándose de cara en la madera de lo que era el suelo.

-Oh, ah duele... -se quejó. Aquel golpe resonó- Maldición... ¿Estás bien? -Jungkook llegó rápidamente, esperando que no le hubiera pasado nada a la niña.

Joder, lo iban a matar si algo le pasaba a la chiquilla bajo sus narices.

Mentiroso

Haciendo caso omiso a la voz en su interior, porque cierta parte de él sabía que estaba preocupado, demasiado. Diablos, realmente esa niña despertaba un sentimiento de protección que solo había sentido con su madre.

-¿Duele mucho? -preguntó preocupado viendo el chichón rojo en la frente de la menor.

-Uhm -asintió ella queriendo tocar la zona, pero la mano de Jungkook se lo impidió- No toques -le ordenó serio.

Fue por el botiquín de primeros auxilios que tenía en la casa de árbol, para volver y poner una pomada en aquel golpe.

La pequeña miraba con asombro y admiración a Jungkook; su nariz levemente fruncida, sus ojos oscuros expulsando determinación y concentración, su rostro pálido pero no tanto como Yoongi y sus cejas juntas. Su hermano Kookie era muy guapo y lindo.

De pronto la vista de Jungkook se trasladó a su mano, viendo cómo había un raspón en su palma, que hasta ahora la pequeña no habis sentido. La curó y puso una bendita de un conejito que hizo reír a la pequeña.

-¿Algo gracioso? -cuestionó él- Me gustan los conejitos, es lindo que tenga una bendita así -respondió honesta.

Jungkook consciente de la cercanía y la atención que había puesto en la pequeña tosió y se alejó. Un rubor sonrosado instalado en sus mofletes.

-¿Por qué no me miras? -preguntó la pequeña con un puchero.

-¿Por qué quieres que te mire? -cuestionó en cambio Jungkook.

-Si no me miras no puedo hablsr contigo -respondió- No es necesario mirar a la persona para hablar -repuso Kook- Pero, yo quiero que me mires Kookie.

Jungkook suspiró y volteó a verla, los grandes ojitos marrones puesto en él lo hicieron sentir cohibido pero a la vez cómodo.

-Gracias -la pequeña le dió una sonrisa y el peliazul solo suspiró- ¡Oh! ¡Tae me dió esto! Compartamos -aplaudió la pequeña hurgando en su mochilita.

Y ahí fue cuando Jungkook se interesó, después de todo era de mala educación rechazar la comida y más cuando era leche de banana y sus papas favoritas.

-Kookie, ¿puedo llamarte Oppa?

-No

-¿Por qué?

-No entiendo porqué me preguntas si de todas maneras ya me has llamado así.

-Lo siento... Pe-pero yo quería que me prestaras atención- ahora eso llamó la atención de kook, que echando en el cesto de basura la bolsa de papas vacía prestó atención de la niña.

-No entiendo, ¿Por qué quieres mi atención? Estoy segura que mamá y los demás te la dan -suspiró mirándola desconfiado- Pero yo quiero que Kookie me vea, sé que no confías en mí... Pero ¿Puedes darme una oportunidad? -la pequeña lo miró con sus ojitos esperanzadores que hicieron que Kook nuevamente sintiera aquel sentimiento de protección.

-Escucha, yo... No soy bueno dejando entrar a personas a mi vida, menos a una niña de solo 9 años -los ojitos se apagaron, causando irritación en Kook al verse afectado, su mandíbula tensandose.

Joder, no hagas eso.

-Pero... Está bien, puedo darte la oportunidad de conocernos.... -rápidamente los ojitos lo miraron con ese brillo, causando que Kook se irritarra por sentirse aliviado.

"¿Que me has hecho niña?" Se preguntaba suspirando. Pero una ladina sonrisa estaba plasmada en su rostro.

-¿Puedo llamarte Oppa? -preguntó entusiasmada, en su pechito estaba muy emocionada y alegre.

-No me gusta que me llamen así....

-Entiendo -y otra vez los ojitos de borreguito se apagaron, la mandíbula de Jungkook se tensó, pasando una mano por su cabello azulado y mordiendo su mejilla por dentro se encontró diciendo- Pero... Puedo hacer uns excepción por ti.

Tan pronto como esas palabras dejaron su boca, se sorprendió a si mismo sonriendo al ver la mirada iluminado llena de esperanza de la pequeña.

-¡Gracias! ¡Te quiero mucho, Kookie! -los bracitos de la menor lo apresaron, se encontró con una calidez bajo el menudo y chiquito cuerpo de la pequeña entre sus brazos.

-Eres el mejor -y plantó un beso en su mejilla, causando que las orejas y mejillas del mayor se tornara rojas.

-¡Hey! -intentó quitarla de su espacio pero solo recibió risas- ¡Kookie está rojo! -cantureo feliz.

Después de ello se encontraron conversando unos minutos más hasta que Jungkook repentinamente se quedó tieso, o congelado mirando a la nada. La niña juntó sus cejas extrañadas hasta que el peliazul despabiló.

-¿Qué haces Kookie? -preguntó la pequeña ladeando su cabeza.

Pero el peliazul no respondió, demasiado inspirado y ocupado trazando líneas en el lienzo. Los colores y el pincel solo dando vida, la concentración en su mirada y su destreza con la mano solo fascinó más a la pequeña que miraba en silencio.

Unas horas después, la niña se encontraba acostada en las sábanas y cojines con los peluches. Se había quedado dormida agarrando y abrazando fuertemente a el conejito rosa llamado Cookie.

Cuando Jungkook terminó, asintió para si mismo. No era lo que tenía en mente al principio pero habia quedado satisfecho. Volteó a ver a la menor encontrándose una escena demasiado tierna para su corazón.

-Increíble.... -sonrió.

Se encontró sonriendo abiertamente, colocando una sábana en el menudo cuerpo.

Miró el dibujo en su escritorio; Un hermoso árbol en forma de hongo con hojas y flores moradas y rosas, con una figura femenina vestida de blanco se veía con su cabello siendo arrullado por el viento.

Parte de él, sentía que no siquiera la pequeña debió preguntar por una oportunidad, porque en el fondo, ya se la había dado hace mucho.




"Un regalo viene en muchas formas
pero la más linda es
cuando viene de sorpresa"






.
.
Luna🌙

Una preguntita ¿De dónde son? Yo soy de México jeje👀

El peinado de Tae me dió mil años de vida😭💕

En esto confirmo😂✋🏻


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top