🌸37 pt.2🌸

Dedicado a: fxyoohe  y  Alejandragth
Se me había olvidado poner dedicatoria, pero este capítulo es dedicado a ustedes♡


Una maldita semana y nadie sabía cómo recuperar a esa niña que veía al mundo con ojos grandes y expresivos.

Taehyung lo intentó.

La encontró mirando el jardín, había sido una sorpresa verla afuera de su habitación, últimamente se la pasaba ahí todo el tiempo desde que llegaba de la escuela.

¿Te gustan las flores? —empezó torpe. Por alguna razón su lengua se sintió pesada y su estómago se retorció en nudos.

Usualmente ella era la que siempre iniciaba las conversaciones, él no. Pero de nuevo, nada parecía usual, todo se sentía como pisar tierras movedizas.

¿Ella se había sentido igual cada vez que intentaba hablar con ellos?

La pequeña no lo miró, pareció una eternidad el silencio que se asentó entre ellos, hasta que la niña habló:

—A mamá le gustaban las flores —se encogió de hombros, parecía hablar más para ella misma— Pero ella ya no está, así que no importa.

A Tae se le helo la piel y su corazón cayó, sintiendo tanto dolor por las palabras que habían salido con tanta indiferencia de esa pequeña criatura.

El dicho: Cosechas lo que siembras, resonó en su cabeza como un eco. ¿Así se había sentido ________ cuando la había ignorado y tratado con indiferencia?

La pequeña solo podía pensar: ¿Por qué no puedo sentir nada al ver las flores? Recuerdo haber sonreído, pero ahora solo quiero llorar . Si no las veo no lloraré, así que ya no importan...ellas no importan.”

Jin también quiso intentar

En cuanto la pequeña ingresó a la cocina, se armó de valor para hablarle.

—Tengo una nueva receta para galletas ¿Quieres intentarlo conmigo? Tengo moldes de animales...  —quiso sonar animado, pero su tono alegre fue bajando conforme miraba la inexpresiva carita.

—¿Hay leche? —preguntó en cambio la niña, como si Jin nunca hubiera dicho nada.

—Oh...si —sacó la leche y le sirvió en un vaso— ¿No quieres que la caliente?

La niña negó y el mayor le dió el vaso un poco desconcertado. ¿Quién quería beber leche fría con el frío que hacía?

—¿No quieres galletas? Vamos, te encanta hacerlas —se apresuró a decir en cuanto vió que la menor se iba.

—Ya no. No importa —se encogió de hombros sin voltearse, pero su voz no era desinteresada, se oía melancólica— Ya no me gustan las galletas...

Cuando se fue, Jin miró los ingredientes en la tabla con incertidumbre. ¿Así se sentía el rechazo? ¿_______ alguna vez sintió lo mismo?

Si era así, eso era jodidamente jodido. El rechazo dolía como una perra.

Mientras la pequeña pensaba: Quiero hacer galletas, solo ya no me acuerdo cómo hacerlas. ¿Por qué las hacía? Ya no importa, ¿verdad? Ya no recuerdo ese sentimiento...”

Jimin, solo quería que todo volviera a la normalidad.

Él estaba frustrado, la tensión en el ambiente era casi tangible que sentía que se estaba sofocando. Solo necesitaba prácticar, olvidarse por un momento que todo estaba mal en su hogar y perderse entre la música y los pasos.

Cuando abrió la puerta de su sala de práctica, no se imaginó ver cómo una niña mirándose al gran espejo que cubría toda la pared derecha

Se quedó estático con su mano en la puerta, hasta que logró que su cuerpo reaccionara.

—¿No quieres bailar? Una vez alguien me dijo que moverse un poco puede ser muy liberador —fue lo primero que salió de su boca.

—Recuerdo verla bailar —murmuró ladeando su mirada, sus ojos parecían perdidos— Ella lo hacía, yo lo ví en mis sueños, pero no recuerdo mucho.

Jimin intentó con todas sus fuerzas llevar el ritmo de las palabras de _________. ¿Ella? ¿Acaso...? Oh mierda, su corazón se desgarró al oír la tristeza que se mezclaba con la indiferencia entre las palabras de la niña.

—No está aquí, así que no quiero bailar —murmuró, su voz monótona.

—Hey... —Jimin hizo una mueca triste, yendo a dónde estaba ella sentada— ¿No fuiste tú qué me dijiste que si quería bailar, debía hacerlo? No puedes retractar tus palabras.

—Es diferente

—¿Por qué?

—Porque yo no quiero, no lo necesito —respondió con incertidumbre en su voz. Ella solo se paró y se fue ante la mirada conmocionada del peli rubio.

No importa, no importa cuánto intenté correr y moverme, no puedo alcanzarla.
¿Qué sentido tiene si no está para verme?

Aún así ella corrió hasta su habitación, su refugio, él único lugar donde nadie podía molestarla.

Dónde estaba sola...”

Hoseok solo quería animarla.

—Hey, pequeña ¿No quieres ir al parque?

¡No, no, no! Así no era. ¿Cómo iba a llegar de buenas a primeras y solo decirle eso? Debía ser más gentil, más comprensivo.

No estaba tratando con la ________ de hace un mes, la cuál le emocionaría tanto que; le daría un abrazo, buscaría su mejor ropa, lo agarraría con su pequeña manito y lo miraría con esos ojitos brillosos debido a la felicidad desbordante.

Él estaba tratando con esta nueva _______, la cuál los miraba con indiferencia, tendía a ignorarlos, se alejaba de ellos y parecía tan cortante cuando intentaban hablarle.

"Mierda ¿Se me acababa de formar un nudo en la garganta?" Pensó en shock.

¿Por qué se le hacía ese comportamiento tan familiar?

¿Ellos habían Sido así con ella en algún momento? Pfff claro que no, no habían Sido tan crueles ¿Verdad?

Inseguro, alejó esos pensamientos.

Armandose con un valor inexistente y con muchas dudas en su cabeza, tocó la puerta de la habitación de la única niña en la mansión.

Se asustó de muerte cuando la puerta fue abierta casi de inmediato. Unos ojos planos lo miraron parpadeando.

—Hey... —empezó con vacilando— Eh, ¿hola? Uh... ¿Todo bien?

Ella seguía mirándolo, se estaba volviendo muy incómodo. Se reprendió cuando su mente se quedó en blanco, vaya momento en que le ocurría.

—Estaba pensando salir, ya sabes, estirar las piernas —se rascó el cuello con nervios—No sé si quieras...

—No quiero salir

La respuesta clara fue como una estaca a su corazón. Diablos, ella sabía cómo rechazar y hacer sentir a uno humillado.

¿Quién le había enseñado a responder con tanta honestidad fría?

—Vamos, escuché por cierta personita que hay un puesto que vende ricos helados —intentó con la esperanza de convencerla.

—¿Helado? —Hoseok, animado asintió con ilusión.

—El helado de pistache es el más vendido —agregó casi pidiendo con la mirada una oportunidad.

—A mamá le gustaba el helado —dijo la pequeña parpadeando—El pistache era su sabor favorito...pero —Sus ojos brillaron, pero no de la forma correcta, parecían retener lágrimas—Pero no podía comerlo al estar en la habitación blanca, mamá siempre me lo daba a mí.

“Ella no volverá a darte de comer helado, porque ella...ella ya no está” Sintió un horrible dolor en su pecho ante la dolorosa verdad que todos estos días su cerebro y su corazón se negaban a aceptar.

La expresión del peli rojo se marchito, todo rastro de alegría se desplomó, él entendió que _________ estaba mal. Había una tristeza en ella, que él solo no podía sanar.

Él se retiró con su ego en el piso cuando la niña cerró la puerta en su cara.”

NamJoon luchaba por buscar una solución

"Maldición, se supone que era el hombre con más IQ en todo el país, al parecer tener un coeficiente intelectual de 148 no servía de nada en situaciones del hogar.

Y menos para intentar animar a una niña de nueve años.

¿No había un manual para devolverle la alegría y esa chispa a un niño?

¿Qué sabía él de niñas, de todos modos? No entendía lo que la pequeña necesitaba y eso lo frustraba. No poder entender un problema solo le daba dolor de cabeza.

Había solución para todos los problemas, incluso lo imposible era posible. Entonces ¿Cuál era la solución de este problema?

Caminaba por su habitación dándole vueltas al asunto, su mente giraba y procesaba cada escena desde que encontraron a la niña en el cementerio, llorando en la tumba de su difunta madre.

Nam en verdad lo sentía por ella, él como sus hermanos y madre entendían el dolor de perder a alguien que significó el mundo mismo.

Usó cada neurona para intentar buscar una solución, pero al parecer su cerebro hacía corto circuito cuando de sentimientos de una niña de nueve año se tratase.

Sus propios pies se movieron por cuenta propia y lo llevaron a la cocina.

Ahí se encontraba la pequeña bebiendo en un pequeño vaso de leche. El Yakul no había sido tocado en todos estos días por ella.

—¿Qué necesitas? —se rindió NamJoon. Sus palabras salieron sin poder ser retenidas.

El pensó que lo había pensado, pero sus labios contaron una historia diferente.

—A mamá... —y ella salió corriendo.

Dejando al peli plateado con una mirada de dolor y con una amargura en su boca al saber que era lo único que no podía darle.

Nadie podía devolverle a una persona que se había ido.

Y ella debía aprender a vivir con ello, pero ¿Cómo?”

Jungkook se sentía frustrado.

Paseaba por los pasillos de la mansión con el celo fruncido, pateaba el suelo como si el pobre fuera el culpable de algo.

—Ah, maldita sea ¿Por qué todo está tan silencioso?

—¿No te gusta el silencio?

Jungkook casi se cae ante el sobresalto, llevó su mano hasta su pecho intentando regular el ritmo de su corazón.

Era la primera vez en todos estos tortuosos días que la niña se dirigía a él.

Excepto que no era a él a quien hablaba, ella estaba en el primer escalón de la gran escalera que conectaba al segundo y primer piso. Miraba fijamente a su peluche blanco de conejo.

¿Cómo se llamaba? ¿Comando? ¿Jorge? ¿Copo? ¡Copito!

Ridículo nombre si le preguntaban, pero era obvio si se lo había puesto una niña.

—¿Te sientes solo? —la pequeña miraba a Copito como si él pudiera hablar. Tal vez así era en su imaginación— A mi tampoco me gusta estar sola —ella suspiro mientras miraba a sus manos.

En cualquier otro momento, Jungkook se burlaría de ella e iría hasta ahí solo para molestarla.

¿En este momento? Él quería llorar por alguna razón.

—Mamá dijo siempre sonreír, pero ya no puedo sonreír —una lágrima se deslizó por su tierna mejilla— No estrés triste, Capitán Copito. Estoy aquí, no me iré, no te dejaré como mamá.

Ella abrazó a su peluche con tanta fuerza, y Jungkook sintió esa misma fuerza de estrujando su corazón.

Maldición ¿Por qué sus pies no podían moverse?

¿Y así se decía llamar hombre? Ponle a esta niña en frente y toda su mente se iba a la mierda.

¡Maldita sea! Debía hacer algo, ya estaba harto de esta situación.

Solo no sabía qué hacer o quizás aún no se daba cuenta de lo que debía hacer”

¿Yoongi? Bueno, el estaba en un gran debate mental.

Estaba entre volverse científico para crear una máquina del tiempo y volver al momento en dónde se jodió todo.

O

Ingresar a la habitación de _________ y tratar de hablar con ella con la esperanza de no ser completamente abucheado como sus hermanos.

La primera opción era una dulce tentación.

Si tan solo tuviera tanto tiempo, sin embargo debía cuadrar sus hombros, alzar la cabeza y rogar a Dios porque su única arma —las palabras— salieran de su boca y anotara un gol.

Con la frente en alto abrió la puerta de su habitación y salió, más listo que nunca.




Dos horas más tarde ingresó a su habitación.

Él no había tenido el valor de hablar con ella, solo verla un momento lo hacía recordar esa vez cuando la vió tocando el piano. No quería volver a ver esa expresión en su rostro.

Al día siguiente, mientras iba a la cancha de entrenamiento para entrenar con su equipo, él tenía un pensamiento claro.

Él era un cobarde.

Y con ese pensamiento se adentró a la cancha para entrenar.

Él no encestó no una solo pelota en el aro. Todos miraban al capitán del equipo de fútbol con incredulidad. Incluso las porristas habían detenido su práctica para verlo con extrañeza.

Yoongi era conocido por no fallar ni un tiro. ¿Qué diablos le pasaba? Era lo que todos querían saber.

Por lo que adjudicaron que se sentía mal, solo para que la reputación de su capitán no fuera manchada por chismes y rumores mal intencionados.

—¡Hey, Capitán! —Yoongi levantó sus ojos ante la voz familiar. Sus manos estaban empuñadas y el sudor escurría por toda su cara.

—¿Podemos hablar? —Chanyeol pasó un brazo por sus hombros.

El azabache asintió, tomando ambos una botella de agua, se sentaron en las gradas observando cómo los demás en su equipo se estiraban o practicaban sus tiros.

El equipo de porrista de estaba retirando y algunas chicas se quedaban solo para observar el entrenamiento de los basquetbolistas.

—Con todo respeto, Capitán —empezó Yeol— Te ves como la mierda.

—Gracias por la observación, aunque no recuerdo haberte pedido una —contestó de forma seca el pálido.

—¿Me vas a decir lo que pasa por esa mente misteriosa?

—Ese no es tu puto asunto —le dijo con agresividad.

—Bueno, es mi puto asunto cuando eso afecta el rendimiento del equipo —frunció el seño ante la hostilidad de Yoongi.

Era raro verlo tan enojado ¿Qué mierda?

—¡Eso...!

—Eso te está jodiendo la cabeza, así que escupelo o sácalo de tu mente y ponla en el juego —respondió ChanYeol con rigidez, se estaba empezando a enojar.

—...Ojalá fuera tan fácil —dijo Yoongi con un suspiró, pareció que toda la ira drenaba de su cuerpo.

Ya no estaba tenso y rígido. Parecía derrotado ¿Yoongi derrotado? Jesús, algo serio había pasado.

—Todo en esta vida tiene solución, Yoon.

—No, para esto no...

—¿Qué puede ser tan serio que pienses que no tiene solución? —Enarcó una ceja ChanYeol con incredulidad.

Ese fue el detonante para el pelinegro. El habló y habló, sin importar que estaba contando de más. Diablos, estaba tan cansado con guardarse todo y las palabras solo fluyeron de su boca como un río cuesta abajo en una montaña.

Tomaba agua debido a la resequedad de su boca al estar hablando y hablando. Parecía que no podía detenerse. Necesitaba desesperadamente una solución o al menos un punto de vista diferente.

Solo algo que le ayudara a armar el rompecabezas.

Cuando terminó, ChanYeol tenía una cara tan seria que daba miedo. Sus rasgos se pusieron rígidos y parecía que había absorbido cada palabra que le había contado.

—Eres un idiota —fue lo primero que dijo— Joder, ustedes son unos imbéciles. Y aquí creyendo que era yo el que necesitaba lentes.

Las fosas nasales de Yoongi se ensancharon. Su rostro rojo de ira.

—¡Que...!

—¿Acaso no lo puedes ver, Yoongi? ¿Quieres un mapa? —lo confrontó con enojo— ¡Esa niña te necesita! ¡Los necesita! A ustedes idiotas insensibles.

—¿De qué hablas? —el pálido lo miraba como si le hubiera crecido otra cabeza.

—¡Solo ustedes...! Dios, necesitas una iluminación. Afortunadamente fuistes inteligente y se lo contaste a la persona adecuada —suspiró.

—¿De qué mierda hablas? ¡Te juro que si no te explicas...!

—Ahórrate el fuego, Yoongi —Yeol lo desestimó— ¿En serio no te has dado cuenta? ¿Ninguno? Esa niña los necesita y habla de todos. Y no me vengas con una mierda de ¿Eh? Que te juro que te golpearé.

—¿En serio pensaban que dándole el espacio y dejando que se aislará, algo iba a solucionarse? ¡Por dios! Es una niña, necesita atención. Necesita a sus padres, necesita a su familia.

Yoongi guardaba silencio.

—¿Acaso pensaban que una perdida así y un trauma se olvidaba de la noche a la mañana? ¿Ustedes olvidaron el día en que su padre murió? —Yoongi lo miró, advirtiéndole que no fuera por ese camino— Es la verdad, Yoongi. Esa niña tiene sentimientos, necesita consuelo, no aislamiento. ¡Es humana! Ella siente, llora, se frustra, se confunde y se va a perder muchas veces ¿Por qué? Porque es una niña, de nueve años, que no sabe cómo lidiar con su perdida y no sabe cómo pedir ayuda.

—¿No te has puesto a pensar en lo que ella debe estar sintiendo en este momento? ¿O solo han pensado en cómo ustedes se sienten con la situación? —Yoongi tuvo la descendencia de parecer avergonzado.

—Todo está mal ¿En verdad pensaron que podían intentar animarla con esos pobres intentos de distracción? Quizás antes, pero ella ahora se enfrentó a todo eso que llevaba guardando y no sabe cómo lidiar con sus emociones. Ella no necesita helado, no necesita una distracción. Necesita amor, sentirse amada y que no está sola en su dolor. Sentirse apoyada por su familia. —Yeol lo tomó del hombro— Y sobre todo una asistencia profesional, lo digo en serio, Yoon.

—¿En verdad es tan simple?

—¿Simple? Pff es todo menos eso. Te lo digo, les va a costar recuperar su confianza y tendrán suerte si ella los perdona.

—¿Perdonarnos? ¿Por qué?

—¿De verdad quieres que te diga la lista? La tengo desde la A a la Z. Ustedes deben pedir perdón —negó, demasiado sorprendido que los siete hermanos fueran tan imbéciles.

Ellos aún no entendían como sus palabras y acciones habían herido profundamente a __________.

—Ahora entiendo porqué la mocosa no se había conectado para una videollamada. Baek y XiuMin están muy preocupados por ella —Yeol no admitiría a Yoongi cuando horrorizado y preocupado había estado cuando la niña no contestaba ninguna de sus videollamadas.

Él le dió una palmada en el hombro a su capitán, iba a dejar antes el entrenamiento, tenía a dos chicos que calmar para que no fueran como una manada de toros a exigir ver a _________. No quería que nadie más complicara la situación.

Y aunque le doliera, sabía que esto era un problema familiar. No podía meterse.

Pero eso no evitaba que se preocupara y de una u otra forma le haría saber a la niña que él estaba ahí siempre para ofrecerle su solemne apoyo. Ella tenía a muchas personas a su lado y lo descubriría tarde o temprano.

[...]

Yoongi no podía dormir.

Seguía dándole vueltas al las palabras de ChanYeol una y otra vez. Parte de él comprendía y a la vez no lo que le había tratado de decir.

Joder, estaba más que claro.

¿Por qué mierda se complicaban tanto? Tal vez era porque al final era _________ la afectada, no cualquier persona.

Esa niña solo les había traído alegría a su casa, ellos empezaban a ver otra vez a la mansión como un hogar del que no querían irse.

Pero todo tenía que irse al carajo ¿Por qué un problema tenía que salir cuando uno era feliz?

Espera...¿Feliz?

Ellos... Él... Si, se habían sentido felices. Una felicidad que hace años creían pérdida, la casa había agarrado vida con solo la presencia de esa pequeña mocosa que revoloteaba cómo una hormiga por todo el lugar.

Era triste que hasta ahora lo había notado. Realmente aquel dicho: No sabes lo que tienes, hasta que lo pierdes. Era verdad.

Sin poder aguantar más, salió de su cama, necesitaba beber algo o hacer algo. La ansiedad empezaba a consumirlo.

Caminando por el pasillo, se detuvo en una familiar puerta. Murmullos se escuchaban, acercándose más agudizó su oído.

Esos eran....¿Gimoteos?

Un fuerte y audible sollozo se registró y él no tardó en forzar la puerta.

Azotó la puerta, no lo pensó.

Sin embargo, la imágen frente a él lo inmovilizó.

Ver a una pequeña teniendo una pesadilla era un escenario triste, pero ver a una niña de nueve años gritando y pidiendo a su madre fallecida, maldita vida, su corazón sangraba.

Se acercó con un fuerte dolor en su pecho al verla en ese estado. Ella tenía muchas pesadillas últimamente, cada cierta noche podía escuchar con Jinyoung trataba de calmarla cuando está tenía una fuerte pesadilla.

El recuerdo de su madre la perseguía cómo una sombra.

—¡_________! ¡Despierta! —le agarró las manos para evitar que se hiciera daño, intentaba despertarla.

—¡Mamá! ¡No...no me dejes! —ella abrió los ojos, lágrimas de dolor y pérdida recorrían sus pálidas mejillas.

Desorientada y vulnerable, lloró, porque sabía que quién la sostenía no era la persona que ella quería.

Y sin embargo, su alma necesitaba consuelo, se apoyó en la dulce fuente de calor tan familiar.

Poco a poco se fue calmando, aferrándose a quién fuera. Necesitaba esto, el calor, sentir que no estaba sola.

—Shhh...todo está bien, aquí estoy —trató Yoongi de calmarla mientras la apegaba a su pecho—Nos tienes a nosotros.

Por primera vez desde aquel día en el cementerio, el pelinegro podía ver una verdadera reacción por parte de ella. Tan solo hubiera querido que no hubiera sido el llanto por una pesadilla.

Solo una presa podía aguantar hasta cierto punto antes de colapsar.

ChanYeol tenía razón, quizás lo que la pequeña necesitaba era compañía y no espacio como ellos pensaron que era lo mejor.

¿Haberla dejado sola y en paz realmente había sido todo lo que podían hacer?

Ahora que se ponía a pensar, Jesús ¿Qué habían hecho? ¿Cómo pudieron pensar que una niña de nueve años podía lidiar con sentimientos como la perdida, desesperación, tristeza, confusión y soledad?

Ellos merecían una patada en el trasero, todos. ¿Acaso estaban pensando con el culo? ¿Quién dejaría a una niña sola cuando parecía necesitar más de ellos? Mierda, ellos la había arrojado al mar con un pequeño flotador.

Por fin lo entendía.

"¿Un poco tarde, no crees?" Una voz sarcástica se escuchó por su cabeza "El daño está causado ¿Cómo piensas resolverlo, genio?"

Quizás él no necesitaba resolverlo solo.

La pequeña se apartó bruscamente, sus ojos con lágrimas se veían tan tristes, ella parecía devastada...rota.

Ser quemados por las llamas del Inframundo seguro que era un castigo suave para ellos.

—¡Mentiroso! ¡No mientas! —ella se apartó como si fuera la peste.

—¡No miento! ¿Por qué dices eso? —Yoongi la veía asombrado y triste, diablos, eso había dolido.

—Mentira, mentira. Eres mentiroso, no quiero escuchar —se tapó los oídos con sus manos y sus ojos cerrados sin querés escuchar o ver.

El azabache tomó sus manos obligándola a escuchar y que esta abriera los ojos.

—¡_______! ¿Cómo puedes decir eso? —Yoongi la miraba con una expresión triste, adolorido por sus palabras.

—Malos...siempre molestos cuando hablo, no me escuchan  ¡Ocupados todo el tiempo! Nunca quieren jugar conmigo —gritó soltándose del agarre— Ustedes no me quieren ¡¿Por qué no me quieren?! ¡Prometí ser buena siempre! Pero aún así... Los molesto ¡No quiero ser molestia! ...¿Por qué?

¿Por qué no quieren ser mi familia? ¿Por qué no me quieren? ¿Qué está mal en mí? Pensó la pequeña niña con dolor.

—_________... —Yoongi trato de hablar, pero la pequeña negaba, sus ojos mostraban dolor y amargura.

—No importa, y-ya...ya no quiero ser su hermana —sorbió por su naricita roja—No quiero, solo quiero a mamá ¡Quiero a mamá! ¡Aquí! ¡Ella juega conmigo! ¡¿Dónde está mamá?!

El pelinegro la miró con su corazón desgarrado y adolorido por esta pequeña niña.

Mirando hacia la puerta, vió a sus hermanos en pijama, ellos parecían estar tan afectados como él.

—________... No llores, prometo que vamos a estar para ti —habló con voz suave.

—¿Por qué? ¿Por qué ahora? —hipó, sintiendo dolor en su corazón. Había un hoyo en su pecho— No importa, no quiero nada. ¡Déjenme sola!

No, ella no quería estar sola. Yoongi lo sentía en sus huesos, solo no sabía que decir para hacerle entender que no estaría más sola.

—No tienes que estar sola, pequeña.

—¡No pequeña! Está bien estar sola, siempre sola. Yo sola —la niña se tapó mientras sorbia por su nariz.

Un minuto después se escuchó un pequeño sollozo y después un largo silencio.

Se había quedado dormida. Llorando.

Yoongi miró a sus hermanos sin saber que decir, así que nadie dijo nada.

Los siete chicos pasaron la noche velando el sueño de una pequeña cervatilla.

En el duro suelo, apoyados en la pared se sentaron mientras la veían dormir. Pudo haber sido un poco espeluznante, pero estaría bien, empezarían con demostrar que no la volverían a dejar sola.

No volvería a despertar con ese sentimiento de soledad al ver la habitación vacía.


(...)

La pequeña esperaba pacientemente que alguien la viniera a recoger.

No sabía quién la vendría a buscar, ya que ella no había preguntaba. Había estado muy confundida está mañana cuando se despertó y vió a Yoongi sentado con la espalda en su colchón y a los demás regados por toda su habitación.

¿Por qué se habían quedado en su habitación? Ella no lo había pedido.

La frustraba estar tan confundida y rechazaba ese sentimiento cálido que se había pasado cuando despertó y no estaba sola.

No, ella no podía confiarse. Algo iba a pasar, ella no quería caer en lo que los siete hermanos intentaban.

Pero parte de su terco y obstinado corazón, quería arrojarse a sus brazos, llorar y pedirles que la aceptarán.

¿Qué tenía que hacer para formar parte de una gran familia que la amara?

No, ella no estaba pensando eso. Estaba mal, no podía ilusionarse con algo que no iba pasar.

Ella había intentado con todas sus fuerzas y ellos la seguía rechazando ¿Qué había cambiado ahora? Nada, absolutamente nada.

Pero ella era una niña y los niños se ilusionaban demasiado rápido.

Y en el fondo sabía que estaba empezando a creer. Un pequeño rayo de luz entró a la fuerza en aquel oscuro túnel en el que se había perdido, inconscientemente yendo a esa luz.

Miró sus zapatos limpios, sintiendo malestar cuando recordó como EunWoo y Shinhye habían intentado hablarle, pero ella no se sentía bien para hablar con ellos.

Incluso su maestra Lisa no hizo que se sintiera mejor, pero al menos no la presionó para que hablara.

Ella estaba considerando la propuesta de su padre esta mañana. Le había preguntado si estaba dispuesta a ir con un psicólogo. Había preguntado que si qué era eso, él le había respondido que era una persona que la escuchaba y que ayudaba a las personas que se sentían mal.

Ella no se sentía mal, solo estaba... Pérdida, eso era, se sentía pérdida.

Su padre no había presionado, pero Yoongi igual intentó animarla a qué aceptara, eso le había llamado la atención. ¿Un psicólogo la ayudaría a no sentir ese agujero su pecho? ¿A volver a ser alegre?

Si era así, ella aceptaría ir. Quería volver a sentirse ella.

Mirando detrás de sí, se dió cuenta lo extraño que se sentía. No había ido una semana a la escuela, su padre había hablado con sus maestros y había justificado sus faltas, ya que ella necesitaba tiempo.

Tiempo, tiempo, tiempo ¿Por qué todos asumían eso? ¿Tiempo para qué? No entendía, pero todos decían lo mismo.

Suspiró cuando se dió cuenta que estaba pensando mucho ya le dolía su cabecita.

Miró sus zapatos, pero en su campo de visión vió unos zapatos mucho más grandes enfrente de los suyos.

Alzó la mirada sabiendo que ya habían venido a recogerla. Ya era hora, ya la mayoría se había ido, solo quedaban pocos niños con ella y estaban corriendo a unos metros más atrás de la entrada donde se encontraba.

Ladeó su cabeza, pero eso solo aumentó un poco su dolor de cabeza leve que había empezado a tener.

—¿Quién es usted? —preguntó parpadeando, ella no conocía a este hombre que se ergía en toda su estatura.

El hombre tenía un traje negro, cómo esos que su padre usaba, con una corbata negra y su cabello peinado hacia atrás. Estaba muy cerca de ella, raro.

—Su padre me envió a recogerla, Señorita Sungk _________ —el hombre le sonrió.

Por alguna razón ella quería corresponder la sonrisa, pero solo asintió.

Su padre no me había dicho nada está mañana, pero igual solía pasar mucho que nadie estaba disponible y mandaba a alguno de sus empleados a recogerla.

Ella se encogió de hombros, solo quería llegar a casa a.... ¿Exactamente qué? ¿Estar sola en la habitación todo el día?

—Uh...yo —no sabía que decir.

—Su padre igual me encomendó comprarle un helado, oí que le gustan mucho ¿Quisiera uno?

—Si —ella asintió, por alguna razón se sentía en confianza. Su rostro no le era familiar, pero si su padre lo había enviado significaba que era bueno.

—Acompañeme —el hombre sonrió, la niña lo agarró de la mano.

El hombre le agradaba, un helado sonaba bien, así que fue con él.






“Si un día, triste estás, mi mano agarrarás. De mi no te vas a soltar y juntos la tristeza se irá”

¡Holi! Yo aquí^^

Hoy estaba muy inspirada así que les traigo este capítulo que escribí intentando transmitir muchas cosas.

Realmente sus comentarios me dan fuerza para seguir escribiendo¡Y muchas gracias por felicitarme y darme tanto amor por ingresar a la universidad!(╥﹏╥)❤️

Avísenme si hay algún error ortográfico 🥺 me ayudaría mucho, en serio.

¡Los amo y cuidense mucho, déjenme su opinión en los comentarios 🥺❤️!

—Luna🌙

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