9 | ¡Se festeja!

—¿Le cantaste tu canción favorita de todos los tiempos mundiales hasta que se quedó dormido? Diablos, y yo que ya estaba haciendo apuestas de quien golpearía a quien primero. —Takeshi resopla—. Supongo que ahora el contacto físico será de otra índole.

Lo fulmino con la mirada por unos segundos mientras continuamos con nuestra caminata por el lago. Veo las marcas en el suelo que anuncian los metros que hemos recorrido, posiblemente para los runners que tienen sus sesiones de entrenamientos por la zona.

—Sabías que tengo corazón, ¿no? No podía dejarlo llorando de esa manera en medio de la noche.

Mi amigo levanta una ceja en señal de desaprobación.

—Sí que podías, pero decidiste no hacerlo —anuncia.

Frunzo el ceño.

—¿Qué quieres decir con eso?

Takeshi me pone una mano en el hombro que combina con una sonrisa de superioridad.

—Que te importa más de lo que estás dispuesto a admitir, elefante marino —reconoce—. Con Bárbara nos costó muchísimo acercarnos a ti, e incluso ahora que somos amigos, los tres sabemos que hay partes de ti que mantienes cerradas en un cofre bajo llave. Si tratamos de abrir esas puertas, usarás tus golpes verbales para alejarnos. Nosotros te respetaremos siempre, te acompañaremos el tiempo que sea necesario, pero...

Hago una mueca de disgusto al percatarme de su intento por generar suspenso.

—¿Pero qué, Takeshi?

—Pero este Isaac removió algo nuevo en ti, y parece que tuvieras miedo a aceptarlo. No te permites sentir, ¿capisci? —Empieza a ilustrar con las manos, como si delante nuestro tuviéramos una película a punto de empezar su función—. Es como cuando a los doce años me decía a mí mismo que masturbarme estaba mal. Me hacía sentir y decir cosas muy sucias, lo disfrutaba, y no tenía nada de malo... ¡Pero yo pensaba que sí!

—Okey, demasiada información, genio —digo un tanto asqueado por su metáfora. Lo que menos necesito ahora es imaginarme al Pepe de Takeshi siendo estrangulado por su mano.

—Lo que quiero decir es que no tienes que ser tan orgulloso. Si primero odiabas a tu vecino y ahora lo amas, ¡está bien, viva el amor, la amistad, el enemies to lovers que le gusta a Barb, o lo que sea que vayan a tener! —exclama.

—Es que...

—Escucha, deja de dar explicaciones. A mí no me las debes. No le habrías cantado una canción de Coldplay si no hubiera dicho o hecho algo que te tocara. —Hace una pausa al notar que podría malinterpretarse—. Metafóricamente hablando, claro.

Estúpido y divertido Takeshi.

—Yo soy una persona de hechos, y esto está más claro que el agua, así que deja de negarlo o no me dejarás más alternativa que sacar mis guantes.

Asiento. Sus formas pueden ser confusas y alocadas, pero creo que veo el punto de lo que me está queriendo decir.

—Fueron muchas cosas, en realidad —confirmo dubitativo.

Takeshi se frena para dar dos saltos de victoria. Luego, sigue caminando a mi lado mientras rodeamos el lago.

—Bárbara odiará su clase de química todavía más después de enterarse de la conversación que se perdió —agrega Take, riendo de su propio comentario, solo para luego gritar al cielo—: ¡Finn Bennett hablando de sus sentimientos, perras!

Mi amigo tiene razón. No suelo hablar de lo que me pasa jamás. Soy de los que se cree capaz de resolver todo por su cuenta, sin involucrar a otros en el proceso. ¿Para qué hacerlo? Las personas suelen complicar las cosas más de lo que ya están. Sin embargo, después del episodio de ayer a la noche con Isaac, hoy siento una amargura en el pecho que está gritando por un conducto de salida. Tengo emociones encontradas, arrepentimientos, preguntas sin respuesta... y un muro en mi interior que hoy pide por una mano amiga.

—Creo que me cuesta aceptar que no lo odio porque...

Me detengo, inseguro.

—¡Escúpelo, suelta esa maldita palabra antes de que tenga que sacártela de la garganta! —Takeshi se esfuerza por darme ánimo—. ¡Vamos, cuerdas vocales, no se me van a callar ahora!

Internamente no puedo evitar reírme por sus intervenciones ocurrentes. Ay, Take. Si el Barbeshi es real, más allá de lo que pueda pasar conmigo, Barb se habrá juntado con la persona indicada. Son el combo perfecto.

—Porque me equivoqué.

Espero que el mundo se detenga cuando verbalizo mi error, pero nada sucede. Mi orgullo siempre fue amplio como el océano y fuerte como una roca, obligándome a pensar que nunca podía dar el brazo a torcer porque de lo contrario me vería como una persona débil que podía ser destruida con más facilidad.

Como ahora no me siento débil, continúo.

—Recuerdas lo que hablamos... de... mi problema con... ehm, mi género...

La mano de Takeshi se estira hasta mi hombro para hacerme una caricia que ratifica su apoyo y me quita un poco de los nervios de hablar de estas cosas en voz alta.

—Tranquilo, sé de lo que hablas.

—Parte de mi negación por mi... situación nace del miedo que tengo por los demás. La gente es horrible, la sociedad me da pánico y la opinión ajena... Dios, cualquier idiota devoraría a alguien como yo si un día decidiera abrir las alas y ser quien me gustaría ser.

Exhalo hondo al notar lo difícil que se me hace mantener el ritmo de habla.

—Vengo cargando con mucho resentimiento por este mundo en el que vivimos. Muchísimo. Tanto que, como dijiste, construí una fortaleza a la que no dejo entrar a nadie —digo, tenso—. Cuando empecé a interactuar con Isaac y escuchar las cosas que hacía, las que decía y las que no... me hice una idea de él muy errónea. Creí que era del tipo de persona que se burlaría de mí y me haría sentir inseguro.

Takeshi me dedica una mirada cargada de entendimiento y seriedad, lo que me da la calma que necesito para seguir abriéndome.

—Pero la tabla de cuadrados no era ese tipo de persona.

—No, todo lo contrario. De tan consciente que soy del daño que pueden hacer otros cuando juzgan, yo terminé estereotipándolo en el primer momento —reconozco—. Fui un hipócrita.

Mi amigo asiente por razones que desconozco. No sé si porque está de acuerdo conmigo o si porque agradece que le esté hablando, pero lo hace de una forma que me indica que está comprometido con esta conversación.

—¿Pero qué fue lo que te hizo darte cuenta que no era la persona que pensabas que era? Mira si es un lobo vestido de cordero... ahí sí que ya no quedarán golpes para darle, tendría que agarrar la escopeta —dice con total tranquilidad mientras se corre su cabello despeinado.

Su pregunta, más allá de su locura, es completamente válida.

—No volveré a cometer el mismo error y juzgarlo otra vez, pero por todas las cosas que dijo se nota que está sufriendo mucho. —Recuerdo sus descargos y todavía duele reproducirlos en mi mente—. Se difamó como si fuera la peor persona del mundo y se tiró mucha, mucha mierda... y luego lloró como un niño desamparado, diciendo que estaba muy solo. ¿Qué tan sobrecargado estaba que lo mejor que pudo hacer fue deshacerse ante un desconocido?

Mi amigo asiente y contempla mis dichos por unos segundos mientras frenamos la marcha y nos corremos del camino para sentarnos en un banco al lado del lago. Mientras miramos el cuerpo de agua en silencio, Takeshi parece contemplar su próximo comentario:

—Te sientes identificado con él, ¿no?

Lo miro en desconcierto. ¿Cómo lo sabe?

—Cuando nos hablaste de tu género, con Bárbara queríamos asegurarnos de que, cuando el momento llegara, podíamos estar ahí para ti. No sentimos como tú sientes ni nunca podremos estar en tus zapatos, pero leímos y escuchamos mucho, hablamos con personas de la comunidad trans...

—No digas esa palabra —lo interrumpo al mismo tiempo que mi cuerpo se retuerce en un escalofrío desolador.

—Pero Finn, no tiene nada de malo...

—No la digas.

Takeshi suspira con pesadez.

—Bueno, la cuestión es que las personas que están pasando o ya pasaron por lo que tú pasaste... —Takeshi se detiene, frustrado—. ¿En serio vas a hacerme hablar con estos eufemismos? Parece que estoy jugando a uno de esos juegos en donde tienes que adivinar la película y no puedes decir mucho para no cagarla.

—No lo hago para molestarte. Me hace muy mal tener esa palabra en mi vocabulario.

Takeshi se encoge de hombros, rendido ante mis súplicas. Valoro el esfuerzo que está haciendo por no insistir en el tema, pero creo que él y Bárbara ya me conocen lo suficiente para saber que hay ciertos conceptos que ni siquiera puedo tolerar escuchar.

Algún día, quizá, con una paloma milagrosa que quiera venir a darme alas, podré aceptarlo.

—Mi punto es que muchas de las personas de la comunidad se sienten solas, incomprendidas. ¿No crees que por eso también te fue más fácil conectar con la tabla de cuadrados? No estarán pasando exactamente por lo mismo, pero...

Recuerdo lo que le dije a Isaac la noche anterior y una parte de aquellas emociones cobran sentido. La angustia del pecho se transforma ante mi realización.

­­­­­­­«Se puede estar solo de muchas formas, y te aseguro que no eres el único que está solo».

—Tienes razón.

Takeshi da un saltito en el banco y sonríe como un niño.

—¿La tengo?

—Sí.

—¿Y qué se hace cuando se tiene la razón?

Takeshi se levanta del banco y se quita su camiseta, lo que me sorprende. Todo lo que hace me sorprende. Sé que es de sus favoritas, pero no tengo idea de qué anime salió. Cuando lo hace, deja entrever sus brazos tonificados, producto de los muchos golpes que le habrá dado a su saco de boxeo, sus pechos inflados por el gimnasio y su espalda marcada. A sus abdominales les falta un poco de trabajo, así que supongo que su fijación por los de Isaac vienen un poquito de la envidia de no poder tenerlos como le gustaría.

—¡Se festeja! ¡Cuando se tiene la razón se festeja! —grita como un demente solo para revolear su teléfono en el banco y alejarse de mí.

Corre hacia el lago y se lanza de bomba. Su estallido capta la atención de todos los estudiantes que rodeaban el área, ya que está prohibido meterse sin autorización. Una vez que está dentro y su cabello siempre despierto y despeinado se le pega a su piel, levanta los brazos en señal de victoria y me habla con una sonrisa de oreja a oreja:

—¡Esta es por ti, Finn Bennett, que me diste la razón y aceptaste mi ayuda! —Se gira ante los transeúntes que lo admiran perplejos—. ¿Y ustedes qué miran? ¡Métanse sus ojos por el trasero, que me estoy dando un baño! ¡Para todos los que decían que los otakus no se bañan, aquí tienen!

Empiezo a reír como no lo había hecho en un largo tiempo. Mientras lo hago, lo que usualmente me tiene aterrado pierde peso. Solo soy un estudiante universitario en un lago, disfrutando con un amigo que perdió la cabeza, y que tiene preocupaciones banales y sin importancia.

Simplemente soy. No pienso en lo que podría ser, en lo que fui o en lo que seré.

Takeshi fue el salvavidas que necesitaba para que lo que pasó ayer no fuera visto por mi oscuro inconsciente como algo negativo y tenebroso, y me hizo darme cuenta de lo que en verdad importa: no todos quieren herirme y humillarme, y otros también sufren como yo sufro.

Tomo mi celular con confianza y abro Dormies. Luego, me meto en el chat con Isaac Watts.

Finn. A. Bennett

Hey, espero te hayas levantado mejor hoy.

Discúlpame por haberte juzgado. No lo volveré a hacer.

Si hablas con alguien de que te canté ayer te mato.

A ti y a Post Malone.

Ten buen día.

Te odio.

Adiós.

Dejo el celular en el banco y me permito ver a Takeshi nadar por el lago con una sonrisa que, por primera vez en mucho tiempo, siento que nace desde un lugar de luz y transparencia.

Me esperanzo con la idea de que, incluso cuando soy una persona seca, fría y distante —además de tener un millón de problemas—, ayer pude abrir una partecita de mi armadura a alguien que vale la pena, alguien que perdonará mis errores y me dará una segunda oportunidad.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

EEEEEEPALES, una declaración suculenta 7v7

Después de un capítulo triste, espero que este les haya subido un poco los ánimos. Me pareció súper interesante abordar la relación de Finn y Takeshi para un tema tan delicado como este. Creo que muestra más capas de ambos personajes, y disfruté mucho escribirlo <3 ¿Qué les pareció a ustedes?

¿Se tirarían al agua de un lago? A mí me daría verguenza ajena, pero tal vez me anime xD 

Cuéntenme cómo están que yo los leo. ¡Acuérdense que cualquier cosa es válida! Mis historias siempre serán un safe space <3 

Espero que sigan tomando mucha agua y cuidándose. Yo voy a seguir escribiendo y planeando esta historia pronto. ¡Se los quiere!

Su despeinado <33

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top