40. Un pedido desesperado
Debería ser capaz de quedarme dentro del hospital y esperar a que los médicos salven a mi madre. Tiene sentido, ¿no? A tu madre le da un infarto. Entonces te quedas esperando paciente a que algún señor o señora de bata te diga que la han salvado. O, si no tienes tanta suerte, de que perdieron a tu ser querido en el camino.
Pero nada de esto tiene sentido, así que no, no soy capaz de quedarme ahí parado, mirando unas básicas y frías cortinas mientras escucho los gritos de las enfermeras y las órdenes de los doctores.
Me rehúso a hacerlo. Mi mente y mi cuerpo parece que acompañan mi deseo, porque ya no puedo respirar. Siento que me ahogo y que el oxígeno se queda atascado, siento como los latidos de mi corazón aumentan en ritmo y también en intensidad. Una nube muy negra pero también muy caótica de sensaciones arruina la poca estabilidad que había encontrado al hablarle a mi madre.
Corro muy lejos de la zona de terapia intensiva en busca de aire fresco. Necesito respirar, siento que en serio no puedo, siento que me estoy muriendo con ella. Me llevo las manos a la garganta mientras corro, alguna enfermera trata de detenerme y pronuncia algunas palabras ininteligibles mientras la esquivo y sigo moviéndome en la misma dirección. Siento pasos a mis espaldas, alguien me está siguiendo, pero estoy demasiado desesperado como para poder detenerme.
Llego hasta un patio del hospital. Sigue lloviendo tan fuerte como cuando mamá y yo chocamos en la ruta. Creía que si miraba al cielo e inspiraba hondo las palpitaciones se calmarían o mi respiración volvería a normalizarse, pero los temores son los mismos.
Isaac.
Isaac.
Una voz me llama. ¿Soy yo? ¿Está dentro de mi cabeza? ¿De dónde viene?
Luego dos manos me toman los cachetes. Son unas manos húmedas, pero muy conocidas. Las mismas manos que sostuvieron mi rostro de esta forma muchas veces en el pasado.
Finn.
—Estás hiperventilando. Necesitas calmarte, necesitas respirar conmigo —me dice repetidas veces, pero no logra hacer que me tranquilice. Ni él ni yo sabemos cómo detener lo que me está pasando, no hay técnica de respiración ni años de terapia que puedan hacer que pare.
Siento culpa. Una gran, y profunda culpa. No le pedí disculpas a mi madre por todo el mal que le hice porque creí que estaba muy débil como para escucharme. Pero ahora quizás no vuelva a tener otra oportunidad para pedirle perdón. ¿Mamá va a morir pensando que la odio? ¿Mamá va a morir pensando que en verdad creo todas las cosas horribles que le dije?
No veo cómo podría seguir viviendo mi vida si ella no está y nuestra relación acabó así.
Me suelto de las manos de Finn y miro hacia arriba. Las gotas de lluvia mojan mi cara más de lo que ya está. El cielo está oscuro, igual a como se siente mi corazón en estos momentos.
Hago entonces lo único que siento que puedo hacer para salvarla: un pedido desesperado.
—Si hay... si hay alguien ahí arriba mirando esto... —Mis palabras salen atropelladas, es difícil hablar cuando uno respira de forma tan inestable—. ¡Sálvala, lo que sea que hagas, Dios, sálvala! Si tú... si tú la salvas... ¡yo te prometo... te prometo que volveré a cuidar de mí, te prometo que volveré a terapia, no volveré a quitarme valor! ¡Por favor, Dios, sálvala, por favor!
Lloro mientras me arrodillo y junto las palmas para elevarlas al cielo. Le ruego a algún ser todopoderoso en el que nunca creí que salve a mi madre. Una vida por una promesa, es lo único que pido.
—Isaac, amor, ¿de qué estás hablando? Tú no hiciste nada mal, solo...
—¡Hice todo mal, Finn! —Lo interrumpo, me duele saber lo mucho que no sabe de mi historia, lo mucho que no le he compartido, lo mucho que escondí para priorizarlo a él—. ¡Ella me advirtió que se estaba repitiendo, que lo que sentía por ti se estaba convirtiendo en algo... dependiente! ¡Y yo te amo, te juro que te amo, pero no pude evitarlo, volví a repetir el patrón una vez más!
Finn no entiende en absoluto de lo que le estoy hablando. Me levanta del piso y toma mis manos, que están más frías que nunca, mientras sigo llorando sin parar y sus ojitos tan lindos se llenan también de agua:
—Te amo tanto y con tanta fuerza que me olvidé que yo existía, Finn. Maltraté a mi madre cuando me habló de esa posibilidad. La culpé cuando te permitió ir a hablarles a tus padres de tu identidad. —Empiezo ir para atrás con mis recuerdos, son tantas las cosas que ahora tienen sentido—. Me olvidé de mis clases, de mis gustos, de mi tiempo a solas, de hacer el duelo por haberla perdido a Violet... por ti. Porque lo único que quería era que tú estuvieras bien. Si no lo estabas, entonces yo tampoco. Y esas no son formas de vivir, bebé, en serio que no lo son...
—Isaac, yo...
—Tú no tuviste la culpa de nada —le ratifico, veo la duda en su mirada queriendo cargar con esto que no le corresponde, así que me fuerzo a mantenerme firme—. Esto ya me pasó antes... después de que mamá casi muriera. Empecé a temer que los que amaba me abandonaran, así que me pegué a algunos como garrapatas y me desviví por ellos porque tenía miedo que, si no lo hacía, me dejarían. Solo que creí... creí que eso había quedado en el pasado, por eso me rehusé a aceptar las palabras de mamá cuando me lo dijo, y ella ahora...
Finn no me deja terminar la frase. Sabe que no tiene sentido que lo haga, así que detiene mi descargo y me abraza. Nos hemos dado muchos abrazos en el pasado, pero este viene cargado con algo distinto. Siento que cuando una de sus manos acaricia mi espalda empapada por el agua de lluvia y la otra reposa sobre mi nuca, algo en mí empieza a tranquilizarse.
Gritarle al cielo, explicarle todo lo que siento y por lo que estoy pasando me hace sentir que ahora sí estoy siendo una persona cien porciento genuina. Él había sido tan valiente todos estos meses, y yo lo único que había hecho en el mientras tanto era negar que tenía un problema. Por primera vez desde que nos conocemos, quizás eso haya cambiado.
Solo espero no haberme dado cuenta demasiado tarde.
—Look at the stars, look how they shine for you.
Empieza a susurrarme en el oído al ritmo de la canción. Su voz, siempre tan placentera, hace que cierre los ojos y solo quiera concentrarme en ella mientras nos mantenemos abrazados.
—And everything you do, yeah, they were all yellow.
Justo como cuando nuestra relación empezó a tomar un rumbo diferente. Cantándome Yellow de Coldplay mientras me desvivo en lágrimas. Siendo vulnerables con el otro.
—I came along, I wrote a song for you, and all the things you do... and it was called yellow.
Sigo llorando, aunque ahora de una forma diferente. Dije todo lo que tenía para decir, hice mi promesa... siento que si la moneda cae del otro lado y el destino elige la muerte, no hay más nada que hubiera podido hacer para cambiarlo.
—So then I took my turn, oh, what a thing to have done... and it was all yellow.
Finn no me suelta. Yo tampoco a él. Lo amo. Él me ama también. Ambos amamos a mi madre, nos sostenemos juntos porque sabemos lo que Tanya Watts significa en nuestras vidas. Es la persona que nos trajo hasta aquí en primer lugar.
—Your skin, oh yeah, your skin and bones turn into something beautiful.
Por favor, mama. Sálvate. Queremos amarte por mucho tiempo más.
—And you know, you know I love you so.
Por favor.
—¿Hijo?
La voz de papá interrumpe la voz angelical de Finn. La canción se termina. El pedido de ayuda también.
—Necesitamos que vuelvas a entrar.
Respiro.
—Mamá tuvo un infarto, pero la estabilizaron.
Miro al cielo y sonrío.
Quizás el médico la salvó. Quizás fue Dios. Quizás fue mi promesa. O la canción de Finn. O un poco de todo.
Algo la salvó.
Así que sigo sonriendo.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
POR FAVOR CUANTO ESTRÉS, SI MI CORAZÓN APENAS PODÍA CON TANTOS CAPÍTULOS DESESPERANTES, NO ME IMAGINO EL DE USTEDES.
¿Qué sintieron al leer este capítulo? Para mí fue muy interesante que Isaac pudiera por fin sincerarse y aceptar que también necesita ayuda. Nuestro golden retriever también tiene cosas para trabajar, y eso está bien.
¿¿¿CÓMO LES FUE ESTA SEMANA??? Yo ya volví a clases, así que a todo ritmo ya con uno de mis últimos semestres. ¿Ustedes qué cuentan? ¿Tuvieron días agradables?
ÚLTIMOS. CUATRO. CAPÍTULOS. Prepárense.
Gracias por seguir acompañándome. Son los mejores <3 Sigan tomando awita, les hace bien.
Los quiere,
Su despeinado <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top