La entrega
—Holly... baja así me ayudas, además que estés de vacaciones no te va a salvar de ayudar a tu hermano mayor. Y es tarde así que baja si no te querés hacer vieja.
Me despierto al escuchar la voz de mi hermano y estiró mi brazo hasta que doy con mi teléfono. Me sorprendo al ver que son más de las tres de la tarde.
—Aja, ahí voy —le respondo con la voz ronca por recien haberme despertado— .
Cuando me termino de desperezar me dispongo a levantarme ya que tampoco quiero preocuparlo porque siempre me levanto más tardar a las ocho y media.
Al llegar al espejo y mirar mi cara me llevo una gran sorpresa: a pesar de haberme acostado muy temprano tengo unas ojeras que parecen dos agujeros negros, pero como es común en mi poco me importa el maquillaje un domingo en el que no pienso salir así que solo me lavo los dientes y me hago una coleta alta antes de salir.
—Hola bello 'hermanito' —me río porque se que no le gusta que le diga hermanito lo molesto al apretarle los cachetes como hacen las tías en las películas— .
—Hola oso panda —dice haciendo referencia a mis ojeras—. Y algo de respeto me deberías tener mocosa, sigo siendo tu hermano mayor.
—Cierto que ya sos un viejo —me golpeó la frente con la palma de mi mano— .
—Si, si. Bueno quería que me ayudes con el patio. Yo voy a cortar el pasto vos encárgate de podar las rosas y las otras flores.
—¿Y por qué no llamamos a alguien que se encargue del patio?
—Porque tenes que hacer algo, ahora vamos a encargarnos nosotros y punto.
Nos dirigimos al cuarto de la casa en el que guardamos la podadora y las tijeras de podar que yo uso para las rosas. Es lo suficiente grande como para guardar desde un destornillador hasta un torno o una escalera, a decir verdad es un taller más que un deposito. Este cuarto siempre lo usabamos mi papá y yo para hacer muebles y cajitas de madera, en realidad manualidades en general. Igual para el siempre fue un hobby. Amaba darle forma a la madera hacerle calados y otras cosas más, pero ahora como esta medio ocupado y se fue de viaje de negocios con mi mamá esta casi todo el tiempo desocupado el taller si no fuera porque yo sí lo sigo usando.
Al salir con la bordeadora y con la tijera de podar me acuerdo de algo que no puede faltar, los parlantes para poner música lo más fuerte posible y divertirnos mientras acomodamos el patio.
—Voy a buscar los parlantes. Espérame en el patio, yo ahora voy.
Camino hasta la sala de estar y me aproximo a los parlantes, pero cuando me agacho para agarrarlos me duele la cabeza de una manera que no creo que fuera posible y me siento paralizada como si no pudiera moverme ni respirar, me empiezan a arder los pulmones por la falta de aire y noto en mi campo de visión gotas de sangre.
Una.
Otra.
Y cuando veo que no paran de caer me empiezo a asustar mucho. Intento gritar y llamar a mi hermano Aidan, pero no sale nada de mi boca y cada vez me duelen más los pulmones.
Lucho con todas mis fuerzas para no caerme porque estoy muy débil por la falta de aire hasta que siento mis piernas flexionarse y mis brazos también al apoyarme de la mesita que tenia delante mío.
—Ayu...d...da... Ai...daan.. —hablo lo más fuerte que puedo, pero mi voz sale como un susurro y muy entrecortada como para que alguien me entienda— .
Caigo de bruces contra el suelo y se me nubla la vista haciéndose cada vez más oscuro.
Abro lentamente los ojos por punzadas que siento en el pecho, pero me trató de calmar unos minutos para volver a mi respiración normal.
Me levanto todavía torpe y al llegar a mi celular veo que pasaron cinco minutos. Me llega un recuerdo de unos días atrás cuando me paso algo parecido y solo me había desmayado un minuto, realmente me está asustando mucho esto. No se que me pasa, en realidad no se que le pasa a mi cuerpo.
Voy al baño a refrescarme y olvidar lo que me acaba de pasar así puedo ir a ayudar a mi hermano, cuando salgo del baño busco unos trapos para limpiar la sangre del piso y voy con Aidan.
.
.
.
Pasa más de una hora entre que hablamos y arreglamos el patio y Aidan ya casi termina de cortar el pasto que rodea la fuente y yo solo pode las rosas del uno de los paredones del patio, si seguimos así nos va a llevar varios años terminar es demasiado grande, me lamento interiormente.
Ya me siento mucho mejor de los dolores de cabeza que tenia y de las punzadas también, al final no le quise decir nada a Aidan para que no se preocupe porque dentro de dos días tiene un viaje de negocios, para acompañar a mi papá en un contrato que tienen que hacer y si se entera no va a querer ir.
Escuchamos a alguien tocar la puerta y decir que es el cartero. Lo miro con ojos tiernos pidiéndole que vaya el a abrir a pesar de que me caiga bien el cartero, pero el muy cara dura empieza a hablar y a regañarme.
—Tenes que ir vos Hoo porque estas bailando más que ayudando acá y no tenes excusas.
—Esto no va a quedar así —le digo con ojos desafiantes— .
—Vas a ver mocosa.
Me paro lentamente y hago unos pasos de un pequeño baile que había visto con mi mejor amiga, Agus.
Llego a la puerta y la abro con una sonrisa para saludar a Omar y recibir lo que sea que nos hayan mandado.
—Hola Omar. ¿Como esta? —le digo abrazándolo— .
—Bien pequeña Holly, ¿y usted como esta?
—También estoy bien, estamos arreglando un poco el patio, aunque igual tengo un poco de sueño o tal vez mucho -digo con una sonrisa cómplice— . ¿Y qué trae hoy para nosotros?
Siempre hablamos así, yo por el respeto que le tengo y el porqué me trata como a una princesa por el cariño que me tiene, es como un padre para mi. De chiquita me ha venido a cuidar cuando mis padres recién empezaban en los negocios y casi no teníamos ni un centavo el se ofrecía a cuidarme y siempre ha sido muy bueno con nuestra familia, pero nunca quiso tener nada que ver con los negocios porque le gustaba su trabajo y es feliz así.
Le veo sacar un cajoncito de madera del mismo tamaño que una caja de zapatos que se ve muy detallada.
Debe ser para Aidan, pienso al darme cuenta de que si fueran mis padres que me envían cosas por su secretaria nadie mas me mandaría algo asi por cartero porque suelen venir a verme cuando me quieren envíar algo, más mi mejor amiga que prácticamente vive en mi casa y si me trae algo va lo busca y vuelve.
—Que lindo, ¿es para Aidan?
—No señorita, me dijeron explícitamente que era para usted y también le enviaron una carta que tiene la llave del cajoncito dentro. No me diga que tiene pretendientes, por más que no seas mi hija no podes irte con cualquiera y menos si no están los señores Sturb —me dice haciendo referencia a mis padre— .
—No se preocupe me voy a quedar encerrada ochocientos años hasta que vuelvan mis padres y voy a morir sola siendo una pasa de uva andante —ruedo los ojos y me río por el comentario que acabo de hacer y el se sonríe. Recibo el cajoncito y la carta. Hasta la carta tira un aire de elegancia— .
—Bueno señorita tengo que continuar con mi trabajo así que me despido.
—Ah Omar.
—Si.
—¿Te dijeron el nombre de quien lo mandó o algo? Porque en la carta no se ve un nombre.
—Él solo dijo que era Xand y que seguramente te ibas a dar cuenta quién es, y antes de que me olvide, también me pidió que le diga que son dos entregas y que en la carta te iba a explicar cuando llega la otra.
—Gracias. Adiós Omar.
—No recuerdo a nadie que se llame Xand —digo a mi misma murmurando—, es un nombre muy raro.
.
Del otro lado
.
—Ya nos volveremos a ver Holly Sturb.
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Termine la primer parte y se que dije que la iba a subir hace unos días pero estuve muy ocupada.
¿Y quien creen que es Xand?
¿Un psicópata,
Un loco,
Un amor más?,
Que se yo, escriban lo que crean o lo que quieran.
Pd: también me pasó que vino mi gatito toco todas las teclas posibles y escribió cualquier cosa, y como tengo tanta suerte -notese el sarcasmo- también la público, la parte buena es que lo pude anular y nadie vio ese desastre.
Solo eso y que espero que apoyen a la historia.
Con amor❤
~Nahi♡
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