Capítulo 5: fase dos

El tiempo pasó intranquilamente rápido y en cuanto cayeron en cuenta el día de la revisión de hogares se encontraba a la vuelta de la esquina. Para extrañeza de ambos alfas, Harry se mantenía sereno y centrado mientras que Louis era un manojo de nervios y malestares. 

A eso de las 9 de la mañana el timbre de la puerta principal irrumpió estrepitosamente. El castaño se giró con los ojos a punto de salirse de sus órbitas y apresó la mano del menor entre las suyas. 

—Tranquilo, alfa, todo saldrá bien —Harry besó su barbilla un par de veces y liberó su aroma a limón en un pequeño intento de calmar las feromonas revoltosas. Louis solo asintió aunque su rostro pálido detonaba todo menos tranquilidad— ahora solo abriremos la puerta, sonreiremos mucho y dejaremos que las cosas fluyan por si mismas.  

El equipo interdisciplinario que aguardaba en el pórtico se encontraba compuesto por Julia, la beta que les había tomado la entrevista, un alfa que se presentó como Martin y que desempeñaba la función de trabajador social y una omega psicóloga, Elisa. Todos ocupaban supresores, por lo que la pareja se relajó al darse cuenta que las feromonas no quedarían impregnadas en su espacio. 

—Buenos días, alfas —tomó la palabra el único hombre del grupo. De aspecto serio y un tanto intimidante, pero para nada generaba ese efecto en la pareja.

—Buenos días. Pasen, por favor —respondió Harry luego de codear a su alfa para que dejara de intentar imponerse por medio de su aroma. 

Los tres profesionales inclinaron la cabeza en señal de respeto antes de seguirlos dentro de la morada. Observaron todo con perspicacia y anotaron un par de cosas en las libretas que llevaban consigo. 

Harry decidió empezar el tour cuando las miradas lo pusieron nervioso. Tomó la mano del mayor y con una leve referencia indicó el camino a seguir.

—Esta es la cocina que conecta con el patio por medio de este ventanal. Nos aseguramos que la puerta quede bien asegurada con una traba para niños, aunque el picaporte se encuentre bastante alto —aclaró el rizado haciendo la prueba para reafirmar lo dicho. Martin tomó una foto y continuaron. 

—¿Podrían enseñarnos las habitaciones? —inquirió Elisa. 

—Por supuesto, síganos. 

Los cinco subieron las escaleras. Elisa sonrió ante las puertitas colocadas en los extremos, una clara señal de que cualquier accidente que pudiera ocurrir quedaba fuera de juego. 

—Esta de por aquí es la nuestra —señaló Louis la primera puerta del lado izquierdo— todas las habitaciones cuentan con su baño privado, lo decidimos así para que la privacidad fuera la mayor posible entre todos los miembros de la familia. La de en frente es para nuestro cachorro y la del final del pasillo la de invitados. 

Julia y Clarissa se adentraron a la habitación del futuro bebé y luego de unos minutos salieron bastante satisfechas con el resultado. 

Al final revisaron que tanto la alarma contra incendios como la de antirobos estuvieran activadas y funcionando, que productos de limpieza reposaran en gavetas altas y las más bajas con trabas que fueran imposibles ser abiertas por pequeñas manos juguetonas. 

—Bien, creo que por hoy es suficiente —les dijo Martin con una pequeña sonrisa de lado— elevaremos los informes y veremos que procede.

—¿Creen que podremos visitar la casa hogar de cachorros pronto?

—No manejamos ese tipo de información, pero esperamos de todo corazón que así sea —Julia les sonrió con tranquilidad, tomando la palabra por primera vez desde que habían pisado la casa.

—Lo que sí deben tener en cuenta es que una vez que se les de la custodia provisional del niño seguiremos frecuentándolos, por los menos durante el primer año para asegurarnos que todo continue en orden. Algunas de esas visitas serán pactadas y otras de completo imprevisto —Elisa señaló

—No tenemos ningún problema con ello.

—Entonces creo que nuestro trabajo por aquí está hecho —Julia dijo, a lo que lo que sus compañeros asintieron de acuerdo— esperen noticias de nosotros, señores Tomlinson.

El trío de profesionales se despidió con un estrechón de manos y cuando la pareja se encontró a solas se permitieron festejar. Harry fue elevado en un fuerte abrazo, ambos aromas alegres rodeándolos por completo y bailando por toda la sala. 

Se besaron con firmeza, intentando trasmitir todas las palabras atascadas en su garganta, esas que empujaban por salir pero con por tantos sentimientos de por medio no lograban abandonar sus almas. Estaban felices pero un tanto temerosos. 

—Ya casi, pequeño alfa— susurró Louis sobre los labios cerezas. 

—Lo estamos logrando, amor. Nunca pensé que llegaríamos hasta aquí, se me hace tan raro...

—Pero el destino así lo quiso —plantó un firme beso mientras acariciaba la mejilla contraria— te amo tanto. 

—Te amo aún más, mi alfa. 

En la tarde, luego de que toda emoción se apaciguó, decidieron que era hora de que sus familias lo supieran. En poco tiempo la segunda fase terminaría y ellos necesitaban el apoyo más que nunca. 

Decidieron empezar por la parte más complicada, la madre de Harry. Louis tomó asiento en el sofá de la sala y atrajo al alfa a su regazo. Entre los dos marcaron el número que prácticamente se sabían de memoria y esperaron. 

¿Hola?  —la hermosa voz de su madre omega los saludó.

—Hola, mamá.

¡Oh, pequeño Harry! ¿Cómo estás, cariño? no me haz llamado en un tiempo... —su madre sonaba genuinamente ofendida.

—Lo siento por eso, he estados con algunas cosas.

Ya te he dicho que deberías trabajar menos, eso te quita juventud, amor mío. 

Louis rio levemente por las mejillas sonrojadas del más pequeño, las cuales siempre adquirían ese tono cuando algo lo avergonzaba.

—No es eso... en fin. Estás en altavoz, mami, Louis está oyéndote.

—Hola, señora Styles —intervino el castaño. 

¡Louis, querido! luego de tantos años aún me dices señora, me ofendes. Díganme en que puedo ayudarlos, muchachos, justo estaba por salir a mi partido de tenis de todas las semanas, pero mi cachorrito siempre será lo primordial en mi vida. 

—No te preocupes, mamá, si quieres te llamo luego. 

Dime, amor

—Hace algo así como dos meses nos llegó una carta, era de la oficina de adopciones.

Se escuchó como del otro lado de la línea algo caía, seguramente alguna fuente de metal en la que su madre cocinaba, y luego un chillido de alegría de la mujer.

¡¿Qué les dijeron?! ¿Por qué no me lo dijiste antes, Harry Edward?

—No queríamos darles esperanzas sin estar seguros. Eres la primera a la que le contamos. Pasamos la primera fase, la de las entrevistas, y hoy vinieron a recorrer la casa y nos dijeron que es muy probable que pasemos a la tercer fase.

Estoy tan contenta por ustedes, de verdad se merecen todo esto, cachorros. 

—Gracias, mamá —Louis besó la mejilla del hombre sobre su regazo y los meció lentamente de atrás hacia delante. Ambos lobos dentro de sus pechos tranquilos y enamorados. 

¡Voy a ser abuela! —jadeó la omega—¡soy demasiado joven para eso!

—Aún es pronto para afirmar eso, pero esperemos que así sea, señora Styles —Louis rio.

No importa, empezaré desde mañana a comprar los regalos. Mi nieto será el más consentido de todos.

—No lo dudo —Harry sorbió su nariz bajo la atenta mirada de su alfa— bien... debo irme. ¿Crees poder poner a Gemma al tanto de la situación? prometo que iremos a desayunar en estos días para poder hablar al respecto. 

Claro amor, yo me encargo.

—Gracias, mami. Estamos en contacto. 

Adiós, cachorro ¡Adiós, yernito!

—Hasta luego, señora Styles.

Harry dio por finalizada la llamada y recién ahí sintió los brazos de Louis aferrados a su cintura. 

—Eso salió mejor de lo que esperaba —suspiró Harry antes de dejarse caer en el pecho contrario mientras ronroneaba con suavidad, algo raro en un alfa, pero a él poco le importaba. 

—Sí, ahora solo falta llamar a los chicos, a mi mamá y hermanas.

Decidieron que era mejor pactar una cena con sus tres mejores amigos para poder ver sus expresiones en vivo y directo y el poder ahorrarse el tener que volver a explicar la misma historia tres veces continuas. 

Llamaron a la mamá de Louis, quien les dijo de forma explicita lo tanto que la había ofendido el hecho de haber sido la segunda abuela en enterarse y no la primera. Louis solo rodó los ojos y le prometió a su mamá que sería la primera en saber la próxima noticia, viendo al alfa menor asentir desde su regazo con una pequeña sonrisa.

Sin lugar a dudas su cachorrito sería el más mimado de todos, tendría la familia más grande y amorosa del mundo y un par de alfas que darían incluso la vida por su bebé. 

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hola holaaa nuevo capítulo!!! les prometo que ya queda uno más luego de este y por fin podrán conocer al cachorrito. Estoy taaaan emocionada.

lamento si la historia se está haciendo pesada y larga, pero juro que valdrá la pena y todo tiene que ver con la trama. Intentaré subirles el próximo capítulo mañana o el lunes así no tienen que esperar tanto.

muchas gracias por el apoyo constante, más que nada a lxs autorxs que se interesaron en adaptar mis fics <3

sin más...

nos leemos pronto ❤️

A.

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