Capítulo 6: El primer paso
Una semana había pasado desde aquella noche que cambió todo; una semana de silencio, de llamadas ignoradas y de un dolor punzante en el pecho de Mina que no parecía desvanecerse. No podía seguir así, atrapada en su propio laberinto de sentimientos encontrados. Necesitaba aclarar las cosas de una vez, debía hallar la manera.
Mientras caminaba por el parque, sus ojos se encontraron con una figura más que conocida sentada en un banco, absorta en un libro. Se detuvo un momento, observando cómo una pequeña bola de pelo se acercaba a esa persona. Ésta sonrió y le ofreció un trozo de su hot dog al amigo perruno, una escena tan cotidiana y dulce que hizo que el corazón de Mina se apretara. ¿Cómo habían llegado a este punto? ¿Cómo habían terminado así?
Finalmente, armándose de valor, se acercó. Ambos pares de ojos se encontraron; por un segundo, el mundo a su alrededor desapareció. Sintió una mezcla de alivio y ansiedad al ver la expresión en el rostro de Chaeyoung: sorpresa, pero también una chispa de alegría.
—Hola —dijo con voz temblorosa—. ¿Puedo… puedo sentarme?
La de ojos felinos asintió, controlando los feroces latidos de su corazón y le hizo un gesto para que se uniera a ella en el banco, cosa que la otra hizo, sintiendo cómo la tensión comenzaba a acumularse entre ellas.
—No esperaba verte aquí —murmuró Chaeyoung mientras cerraba su libro y lo dejaba a un lado.
—Lo sé… Disculpa las llamadas no devueltas.
—No te preocupes.
—Gracias. Yo... he estado pensando mucho —Miró sus manos entrelazadas en su regazo—. Quería hablar contigo.
El silencio se hizo pesado entre ellas. Mina luchó contra las palabras que parecían atorarse en su garganta. Finalmente, decidió ser honesta.
—Me siento horrible por lo que pasó... No sé cómo pude dejarme llevar así... —su voz se quebró—. Jeonjun… él no merecía eso.
Chaeyoung bajó la mirada, como si cada palabra de Mina fuera una herida abierta que ella misma había infligido.
—No, no fue tu culpa, Mina. Yo realmente lamento cómo se dieron las cosas. Tu pasado conmigo no hizo más que complicar tu presente con... con él.
—Nos besamos después de comprometerme.
—Fui yo la que te besó.
—Y eso es algo que nunca debió haber pasado.
Chaeyoung suspiró y miró hacia el parque lleno de gente disfrutando del día soleado.
—Lo sé, Mina... Pero no puedo evitar lo que siento por ti.
La nombrada sintió un nudo en el estómago. Ciertamente la conexión que compartían era intensa y complicada, como un hilo frágil que podía romperse con el más mínimo tirón.
—Eso no justifica lo que hiciste —respondió con firmeza, poniéndose de pie—. Jeonjun estaba emocionado por su propuesta, y tú viniste, vienes a recordarme lo que teníamos. No es justo.
La otra dejó el banco también y dio un paso adelante, su mirada llena de intensidad.
—Mina, por favor escucha… No quiero ser la villana, no quiero interponerme en tu felicidad. Simplemente no sé cómo dejarte ir.
—Es muy... irónico. Renegaba tanto de tu traición y le hice lo mismo a Jeonjun, encima contigo —Lamentó.
Chaeyoung pareció desmoronarse ante esas palabras; sus ojos brillaban con tristeza. Tuvo que sentarse para no caer.
—Seguiríamos juntas si yo no lo hubiera echado a perder. Esa noche, como cada año en esa fecha desde que nos separamos, quería emborracharme hasta perder la conciencia. Entonces te vi... Te vi siendo feliz. Cuando tu novio se arrodilló supe que era mi fin —Sonrió con amargura—. Soy una cretina, sí, pero quería ser la cretina que te sacara esas sonrisas, la cretina que te ofreciera un anillo de compromiso y luego pudiera llenarte de besos como en el pasado. Quería ser esa persona a la que le dieras el sí. Y lo sería si no me hubiera comportado como lo hice hace tres años.
—Una vez te hablé del matrimonio y...
—Fingí haberte ignorado. En realidad la idea me asustó, era muy inmadura, arriesgada y estúpida, tanto que mientras intentaba convencerme de que una vida sin responsabilidades era la mejor opción, pasó lo que pasó. Cuando te perdí me di cuenta de que había perdido mi futuro también. Me hundí en un pozo del que solamente pude salir llenándolo de optimismo. Me propuse madurar y mejorar mi estilo de vida para que cuando finalmente estuviera lista pudiera pedirte con toda dignidad que me dieras otra oportunidad. Pero entonces te vi en el bar... Aceptaste su propuesta y yo... Sentí que ya era muy tarde.
—¿Qué quieres que haga? —preguntó Mina, sintiendo cómo las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos.
—No quiero que hagas nada... Solo deseo que estés bien y que pienses en lo que realmente quieres.
—Estoy muy confundida.
—Lo sé y te entiendo, pero ¿no sientes que hay algo más entre nosotras que quedó inconcluso?
El corazón de la otra mujer latió con fuerza al escuchar esas palabras.
—No quiero perderte otra vez —admitió finalmente Son—. Aún sigo muy enamorada de ti, pero no sé si alcance después de lo que pasó.
Las palabras resonaron como un eco familiar. Mina también tenía sentimientos que había estado tratando de ignorar durante toda la semana. Pero cada vez que pensaba en el hombre que lastimó, la culpa volvía a inundarla.
—Yo también siento algo por ti —confesó, sintiendo unas lágrimas brotar de sus ojos—. Pero no quiero hacerle daño a Jeonjun más de lo que ya lo he hecho.
La contraria extendió una mano y le tocó suavemente la muñeca, un gesto tan simple pero lleno de significado.
—Quizás deberíamos ser honestas con nosotras mismas primero antes de tomar cualquier decisión —sugirió.
Mina asintió lentamente, sintiendo cómo sus corazones latían al mismo ritmo mientras compartían ese momento vulnerable juntas.
Al cabo de varios minutos llenos de pensamientos silenciosos y miradas significativas, una de las dos rompió el silencio.
—¿Y si hablamos con Jeonjun juntas? Quizás necesite entender lo que pasó entre nosotras en el pasado.
La propuesta hizo que Mina frunciera el ceño; esa idea era aterradora pero también liberadora al mismo tiempo.
—Tal vez... tal vez eso sea lo mejor —respondió finalmente.
Ambas sabían que la conversación sería difícil y dolorosa; sin embargo, también era necesario para cerrar ciclos y abrir otros nuevos sin lastimar más corazones en el proceso.
Mientras se levantaban del banco para irse juntas, Mina sintió una mezcla extraña: miedo por lo que vendría pero también esperanza por poder encontrar respuestas que la ayudaran a esclarecer mejor sus sentimientos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top