Capítulo 2: La confrontación
El inesperado beso de Chaeyoung dejó a Mina aturdida. La mezcla de emociones que la invadieron en ese momento era abrumadora.
Sin duda el ambiente había quedado muy tenso dentro del bar.
Mientras trataba de procesar lo recientemente ocurrido, Jeonjun recogió su saco para marcharse entre las miradas silenciosas de los presentes. Su novia lo siguió. Viéndolo cabizbajo en la vereda supo que había llegado el momento de ser completamente honesta con él.
—¿Quién es ella? —Cuestionó Jeonjun, aflojándose la corbata que sentía que lo estaba ahogando.
—Chaeyoung, mi... exnovia —reveló frustrada.
—¿Tu exnovia? Creí que... No, más bien tú nunca mencionaste a ninguna ex... me dijiste que no hubo nadie antes de mí, ningún novio, que yo era el primer hombre del que te enamoraste.
—Y lo eres.
—No soy el primero.
—¿Eso tiene alguna importancia?
—No, no lo tendría, si no me hubieras mentido. Ahora me cuesta creerte.
—Lo siento.
—¿Por qué no me contaste de ella antes?
—No estaba segura de cómo te lo fueras a tomar, si lo entenderías.
—Y por eso la mantuviste en secreto.
—Terminamos hace tres años, realmente no tiene ninguna importancia seguir hablando de este asunto.
—Para mí sí porque me di cuenta de que no confías en mí —dijo con decepción—, es como si nos hubiéramos conocido hoy y no hace dos años y medio, como si estos años de relación no te hubieran bastado para conocerme.
—¿Y cómo te lo hubiera dicho? "Jeonjun, quiero contarte que mi primer amor fue una mujer, una cretina que me rompió el corazón y de quien todo el mundo me advirtió que no me enamorara pero como soy tan estúpida no hice caso". Sentía vergüenza y odio, pero sobretodo temor porque no me aceptaras.
—¿Que no te aceptara? ¡Acabo de ser humillado públicamente por una desconocida justo después de que me dieras el sí para casarnos! ¿Esta situación sí te parece aceptable? Me siento traicionado.
—Jeonjun...
—Ojalá fuera menos complicado hablar contigo —dijo por último antes de marcharse.
A Mina todavía le quedaban muchas cosas por decirle, pero todas estaban entremezcladas en su aturdida mente, por tal motivo no lo detuvo. Pronto la desesperación inundó su corazón, el miedo de perder al hombre que amaba y el enojo consigo misma fueron creciendo.
Al siguiente día tomó las llaves del auto y con un par de ojeras bien marcadas fue rumbo al lugar al que se había jurado jamás volver a pisar.
Mina caminaba con pasos decididos hacia cierto departamento, el eco de su corazón resonando en sus oídos. La emoción del compromiso que había sentido la noche anterior se había desvanecido, reemplazada por enojo. ¿Cómo podía esa cretina aparecer de la nada y arruinar uno de los momentos más felices de su vida? El pasillo del edificio parecía interminable, y cada paso que daba aumentaba su ansiedad.
Al llegar a la puerta del departamento, Mina se detuvo y respiró hondo. La puerta estaba cerrada, pero sabía que Chaeyoung estaba adentro. Con un golpe firme, llamó. No tardó en escuchar el sonido de pasos acercándose. La puerta se abrió lentamente, revelando a Chaeyoung con una expresión de sorpresa que rápidamente se transformó en una sonrisa nerviosa.
—Mina... no esperaba verte tan pronto.
—¿No esperabas que viniera? —replicó la pelinegra con un tono cortante—. ¿Qué te crees? ¿Que puedes aparecer en mi vida justo cuando todo parece ir bien y arruinarlo?
Chaeyoung frunció el ceño, su mirada cambiando de sorpresa a una mezcla de preocupación y desafiante.
—No era mi intención arruinar nada. Bebí mucho y sólo… fue un impulso. Te felicité como mejor supe —dijo ella, cruzando los brazos sobre su pecho como si intentara protegerse.
—Noté que estabas borracha, pero ¿un impulso? —Hizo una pausa, intentando calmarse—. ¿Un impulso es besarme en frente de todos cuando acabo de aceptar casarme con mi novio? ¿Sabes lo que eso significa para mí?
Chaeyoung bajó la mirada, claramente afectada por esas palabras. No parecía tener una respuesta lista, y eso solo aumentaba la frustración de la otra mujer.
—Ja, ¿se enojó contigo sólo porque besaste a una mujer? Entonces no te quería mucho que digamos.
—Pues nos parecemos en eso, lo mío tampoco son las relaciones abiertas.
—Tampoco va conmigo. Durante nuestro noviazgo nunca estuve dispuesta a compartirte con nadie.
—Pero por lo visto esperabas a que yo sí lo estuviera.
—¿Qué?
—¿Te refresco la memoria? Te encontré revolcándote con dos zorras en nuestra cama, maldita descarada.
—Ah...
—"Ah...", sí, ¿ya lo recuerdas?
—¿No crees que ya es tiempo de olvidar aquel tropezón? Cambié mucho desde entonces, sino entra y compruébalo por ti misma, ve lo diferente que está el departamento.
—¿Un tropezón? ¿Te burlas de mí? Chaeyoung yo te amaba con todo mi ser, enfrenté a mi familia y a mis amigos por ti, me distancié de ellos porque estaba convencida de que eras muy diferente a lo que decían de ti, aposté todo por ti y me pagaste de la peor manera. Sólo mi yo estúpida del pasado pudo creer que una mujeriega alcóholica como tú me sería fiel.
—Todavía me guardas mucho rencor.
—Y cómo no si reapareces en mi vida nada más para echar a perder el plan de mi novio. ¿Cómo se te ocurrió eh? ¿Lo pensaste bien o sólo un día despertaste y dijiste "Qué ganas de causarle más infelicidad a esa tonta ilusa a la que engañé"?
—Nada fue así, y creo que el motivo por el que todavía me reprochas el pasado es porque aún sientes algo por mí.
—¡¿Qué?!
—Aunque te cueste admitirlo sabes que digo la verdad. No superas lo nuestro y yo tampoco.
¿Cómo es que además de cretina se podía ser tan caradura? Ahí mismo fue que Mina se dió cuenta de que en ningún momento Chaeyoung se estuvo tomando la conversación en serio, cosa que no hizo más que enfurecerla.
—¡Eres una...! —Quiso abofetearla, pero la contraria la sostuvo de la muñeca justo antes de que la palma pudiera impactar contra su mejilla.
La intensidad se vió reflejada inmediatamente en las miradas de las dos mujeres como si se esmeraran en mantener bajo control sentimientos indomables. Cuando parecía que nada más inesperado sucedería, Chaeyoung tiró de la muñeca de su confusa ex para meterla al interior del departamento.
—¡Suéltame! —Exigió Mina antes de ser liberada. La puerta ya estaba cerrada— ¿Qué crees que haces?
—Mira lo ordenado y limpio que mantengo el departamento, puedes echarle un vistazo a los cuartos si quieres.
—No me importa.
—Me deshice de muchas cosas inservibles que ocupaban espacio, tenía mucha basura acumulada, vendí algunos muebles, me deshice de los cigarrillos, de todas esas películas raras...
—Tu pornografía.
—No eras mías, un amigo me había pedido guardárselas.
—Y pese a mis insistencias, te negabas a tirarlas.
—Mi amigo me suplicó que no...
—Yo era tu novia y pasé la vergüenza de mi vida cuando mis compañeros de trabajo encontraron esa mierda escondida en mi bolso.
—Era un imbécil.
—No una, sino en tres ocasiones.
—Por eso terminé mi amistad con él, es más, ya no hablo con ninguna de las personas a las que solía llamar amigos. Cuánta razón tenías cuando me aconsejabas alejarme de ellos porque eran una mala influencia. Pero volviendo al tema del departamento, ¿notaste que ya no hay olor a tabaco?
—Sí, lo noté.
—Es porque ya no fumo. Costó al principio pero lo logré, reemplacé los cigarrillos por caramelos de menta y libros de autoayuda, encontré autores geniales que hablan de cosas muy positivas para la vida. También retomé mis estudios y me inscribí a un grupo de ayuda para dejar de beber, llevo poco más de dos años ahí metida, je.
—No tenía idea de eso —dijo sorprendida.
—Sí, estoy esforzándome mucho.
—No te creo.
—Si sigo así, quizás... ¿Cómo?
—Anoche te dirigiste borracha hacia mí y me besaste justo cuando mi novio me pedió matrimonio delante de nuestros amigos más cercanos. Nos humillaste y aunque no es una nueva experiencia para mí, Jeonjun siente que lo traicioné.
—Anoche actué impulsivamente, ya te lo dije, y si bebí fue porque...
—Eres una traidora, como novia y como exnovia. Al menos me quité un peso de encima.
—Mina, detente —pidió sin ser escuchada. Frustrada, vió a la mujer que seguía amando salir del departamento que alguna vez habían compartido como una pareja.
Dentro de su auto, la confusión se apoderaba más y más de la pelinegra mientras repasaba mentalmente las últimas horas: el juego entre amigos, las risas compartidas… Y luego esa inesperada interrupción por parte de Chaeyoung.
Su viejo amor lucía tan refrescante y joven, ¿cómo es que lograba mantenerse tan guapa con el pasar de los años? El beso de anoche había sido un rayo inesperado en medio de una tormenta emocional ya existente, el torbellino de sensaciones que se apoderaron de su cuerpo cuando sus sus miradas se encontraron se lo confirmó.
Después de unos minutos sumida en sus pensamientos oscuros, decidió enviarle un mensaje a su novio para calmar sus nervios:
"Lo siento por lo ocurrido. Necesito hablar contigo."
Tan pronto como pulsó enviar, sintió un nudo retorcerse dentro de ella nuevamente. Su teléfono vibró casi inmediatamente con una respuesta que la dejó atónita.
"Lo siento. Ahora soy yo el que no puede confiar en ti, almenos no en este momento."
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top