0025.
Salió de la farmacia con un montón de medicinas, el doctor le había informado que tenía tifoidea, que no era grave si se cuidaba y que pasaría pronto.
Le había costado tener quieto a Ethan cuando le inyectaron, le dolía verlo mal, cansado y sin ganas de jugar como siempre, le dolía no verlo reír y sin energías, porque Ethan era todo menos aquel niño enfermo.
—Ya he avisado a su profesora que no irá a la escuela y me ha mandado una lista de deberes para entregar cuando se mejore— le dijo Jacob, se acercó rápidamente al moreno para ayudarle con su corbata.
Thomas lo miró y tragó saliva.
—Oye Jacob, acerca de lo de ayer...
—No te pido que me ames— Jacob le interrumpió —. Sólo quiero que estés aquí para nosotros, Ethan y yo somos un paquete, ¿lo sabes no?— Thomas no dijo nada, pero apartó sus manos de su corbata.
—Estoy aquí.
—Lo sé y él es muy feliz con tu presencia— empezó a moverse por la cocina para limpiar—. Ayer que no estuviste en todo el día porque te la pasaste en el hospital se puso muy triste, casi no comió ni jugueteó como siempre y ahora está enfermo.
—Tiene Tifoidea, Jacob. Y eso fue por comer en la calle— le dijo con voz seria, no sabía porqué se estaba sintiendo tan presionado.
—Yo sólo digo que no puedes darle algo a un niño para después arrebatárselo y esperar a que no lloré ni se ponga mal, él creé que somos una familia desde que has venido a vivir aquí y no te lo dice, pero tiene mucho miedo de que un día simplemente ya no estés a su lado, que lo abandones como lo has hecho todo este tiempo.
—Todo este tiempo— repitió irónico—. Ni siquiera sabía que existía.
—Pero ahora ya lo sabes— le dijo finalmente—. No te atrevas a lastimarlo porque me lo llevaré y no lo verás de nuevo.
—Estas siendo irracional.
—Solo me preocupo por él— se encogió de hombros y antes de que Thomas le pudiera decir algo al respecto ya se estaba yendo dejándolo solo.
Suspiró frustrado, Jacob tenía razón, no se trataba de ellos, ni de Dylan, ni de nadie más, sino de Ethan, su hijo y ahora su prioridad.
Tal vez si no iba a la empresa podría ir a ver a Dylan un rato y después regresar con Ethan, sólo tenía que mover su agenda un poco y...
¿En que estaba pensando? Dylan no quería verlo, lo quería muy lejos de él, tres metros bajo tierra si es necesario.
—Me quedare en casa hoy— le dijo a Jacob que estaba cargando la ropa sucia—. No te preocupes, no voy a ir a ningún lado.
Jacob sonrió—. Gracias, él se pondrá feliz, ha dicho que quiere ver "Los Increíbles" contigo, dejaré esto aquí y prepararé palomitas.
—Yo las hago, tu sigue con eso— sonrió—. No soy tan desastroso como para no saber meter las palomitas en el microondas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top