Capítulo 6✅
Lo pensó por unos segundos para terminar aceptando, subió a una de las camionetas donde pronto avanzo.
Si de algo estaba segura, era que cualquier cosa que David quisiera hablar con ella debía ser sin que Daniel se enterara, tal vez pensaba cometer traición, lo que fuera debía manejarlo con discreción.
Después de medía hora, las camionetas se desviaron a un camino de tierra, pudo ver a lo lejos una gran mansión, una reja con la letra P en el centro les dio pasé, observo por la ventana, cientos de hombres vigilaban y se dio cuenta que David debía de estar en problemas.
Pararon en la entrada principal donde un hombre le abrió la puerta.
–El señor la espera
La condujo por los pasillos de la casa hasta llegar donde supuso era la oficina de David.
El hombre toco con cautela la fina madera y después de recibir respuesta afirmativa Samantha entro.
Lo primero que vio fue a David sentado detrás de su escritorio revisando unos papeles, mostrando el mínimo interés en la próxima charla, camino hasta el pequeño librero para pasar su mano por la pasta de aquellos viejos libros.
–No me equivoqué, si estás aquí
–Creí que odiabas tanto a tu padre como para tan siquiera usar su apellido
–Lo odió –rio con burla –pero ser un Peterson tiene sus ventajas
–¿Qué hago aquí?
–Quiero darte información que te interesará
Samantha dejo de prestar atención a los libros para enfocar su vista en David.
–¿Qué clase de información? –tal vez era algo sobre cargamentos de su padre que podría sabotear y hacerlo rabiar, todo venía bien
–Sobre tu mamá
Pero se equivocó y apenas escucho aquella palabra su cuerpo se paralizó.
–No me la darás por qué te caiga bien –vio como esbozó una sutil sonrisa de lado –¿Cuál es el precio? –su vista siguió perdida en aquellos labios
David sonrió aún más cuando vio la dirección de su mirada, joder que aquello lo calentó, aún así ella siguió sería y lo miro a los ojos, sin siquiera intimidarse.
–¿Por qué te pediría algo a cambió?
Ahora fue turno de sonreír para Samantha, coloco sus manos encima del escritorio para estar más cerca, joder que su mirada era pesada y quién se vio obligado a bajar la mirada fue él, claro, solo unos segundos.
–No me traerías hasta este lugar ni te molestarias en investigar acerca de mi madre a menos que quieras que pague con algo
–Hace tiempo entrene a un hombre, era mi competidor estrella, pero como todo traidor, apenas vio la oportunidad para largarse lo hizo
–Ve al punto –rodo los ojos
–Quiero que seas mi corredora –en ese momento no hubo burla, ni risa seductora, no podía estar hablando más enserio
–¿Son ilegales?
–Por favor Samantha, somos escorias así que son las únicas que están en nuestra vida, carreras ilegales como en los viejitos tiempos, ¿no las extrañas?
Sabía que estaba metiéndose en un gran lío al aceptar participar, pero si le daba información de su madre haría cualquier cosa por ella.
–Muy bien, pero escucha muy bien, si esa información es falsa o tratas de engañarme, vas a sufrir cada segundo de tu miserable vida –susurro
Sebastián caminaba por los pasillos de la universidad, estaba preocupado. Por la mañana cuando llego siendo ya tarde no había nadie en el estacionamiento, pero logro ver a Samantha subir a una de las camionetas negras, pensó preguntar por ella a sus nuevos amigos, pero al acercarse y escucharlos decir que no sabían nada de ella descarto la idea.
Llegó donde sus amigos desayunaban, tomo asiento con toda normalidad, al menos así fue hasta que los nervios lo traicionaron para tomar todas las botellas de agua de sus amigo y beberlas lo mas rápido posible. Un gran defecto de él era beber agua cuando estaba nervioso o preocupado y ambas no eran buenas.
–¿Estas bien? –cuestiono Anthony al ver como bebia de su agua y miraba la puerta de entrada
–Todo bien
Sebastián miro por instinto hacía la mesa donde siempre estaba su hermana sentada, con la esperanza de encontrarla pero lo mas raro fue solo ver a Natalie, esta lo miraba y le hizo una señal para que lo siguiera.
La chica caminaba rápido, así que apresuró el paso para no perderla.
Llegaron aún pequeño parque que está alejado de la universidad, detrás de un árbol Natalie se debatía entre hacer o no lo que tenía pensado.
–Tienes suerte, esta vez solo fui yo pero si alguien más te descubre así de nervioso el día que Samantha desapareció date por muerto
–¿Por qué hablas conmigo?
–Eres el hermano de mi amiga –de repente todo de él llamo su curiosidad
–Tú debes de saber donde esta, ¿Verdad?
–Nadie la ha visto desde esta mañana, su coche está en el estacionamiento lo que es raro
–¿Me trajiste aquí para decir que no sabes dónde está?, Eso es estúpido –fruncio el ceño molesto
–No –Ella repitió el gesto, ¿como se atrevía a ser altanero con ella? Chico estúpido pensó –quiero decirte que todo lo que Samantha esta haciendo es por ustedes, pero lo único que hacen es dificultar su trabajo, sobre todo la Black, debes alejarla de nosotros, Tal vez Samantha no se atreva a hacer más de unos golpes pero nosotros podemos hacer eso y más, y creeme que no dudaremos
–Entonces dime qué está pasando –el enojo se esfumó y en su lugar dejo que el chico suplicara
Natalie miro por unos segundo su rostro, no sabía cómo describirlo, joder que era guapo, pero ella no sería suficiente. Escucho bullicio a lo lejos y paso su vista por todo el lugar hasta detenerse frente a la Universidad, había hombres de Daniel revisando el auto de Samantha. Tomo el brazo de Sebastián para obligarlo a esconderse detrás del árbol.
¡Joder!
–¿Qué pasa? ¿Quienes son?
–Escucha, estoy jugando mi vida al estar contigo, pero tienes que saberlo, Samantha esta en riesgo, esta jugando en muchos bandos, no sabemos cuales pero sabemos que un mal paso puede tener graves consecuencias, ella no es una traidora nunca a traicionado a su padre, esta protegiendo a toda su familia e incluso a nosotros, debes ayudarla, obligala a abandonar todo e irse lejos –lo miro por unos segundos esperando que viera la súplica en sus ojos —hay algo ni siquiera ella sabe
Sebastián estaba desconcertado, ¿de que estaba hablando esa chica?
–Joder, explícate
–Cuando Samantha llego por obligación a la mansión de Peterson, este nos hablo de algo que hasta el momento no creó, dijo que Samantha sería única, nada ni nadie podría igualar esas habilidades que permanecían ocultas en lo más profundo de su cerebro, que en su debido momento sería un arma con el poder de terminar con el mundo si se lo proponía, que existe una barrera que le permite tener el control sobre ella misma
Tomando en cuenta que todo aquello fuera verdad, hablo –¿Qué pasa si esa barrera desaparece?
–Estará en descontrol total, no reconocerá nada de su vida, será el fin de todo lo que conocemos
–¿Cómo lo evito?
–Manten a la Samantha salvaje enjaulada, debes alejar todo aquello que pueda provocar que esa balanza se incline más hacía un lado, debe estar en perfecta sincronía, debes hacer que el control lo siga teniendo tu hermana
Una única pregunta rondaba en su cabeza y tomo valor para formularla.
–¿Y si llego tarde?
–Entonces deberás matarla –sus ojos se llenaron de agua pensando en esa posibilidad, era su amiga y dolía –mete una bala correctamente en su cerebro o será el fin
–¿Y si no puedo?
Ella sonrió tristemente ante su pregunta.
–Al final del día todos podemos, es ella o todos nosotros
Antes de que Sebastián dijera otra palabra un arma se coloco en su nuca y escucho como quitaron el seguro.
–Traidor
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