Capítulo 4✅

Samantha caminaba furiosa por los pasillos de la universidad.

Su mente maquinaba mil formas de hacer sufrir a todos los que estuvieran en su camino.

Lamentablemente no todo lo que imaginas puedes hacerlo realidad, no todo lo que deseas puedes obtenerlo.

La vida no siempre es una historia cliché donde la protagonista encuentra su chico ideal, su relación atraviesa muchos baches que hay en el camino y al final se dan cuenta que deben de estar juntos. Samantha era la viva imagen de que no siempre pasa lo que todos quisiéramos que pasara.

Entonces, una de las tantas ideas que había en su cabeza llamo su atención.

<<Jugar sucio>>

Todos los que la rodeaban estaban jugando sucio en su contra, ¿por qué ella no podría hacerlo?

Tan sumida en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando llego a la puerta principal, camino a su motocicleta con la esperanza de poder ir a su lugar favorito del cual solo ella sabía su existencia.

—¿Sam? —levanto la vista hasta encontrarse con el hombre que más amaba en el mundo, el único que con una palabra mal dicha podría saber el porque de la traición.

—Dylan

—¿Cuando pase de papá a solo Dylan? —su mirada podía demostrar cuanto le dolía el ser rechazado de esa manera por su hija, la cual el quería envolver en sus brazos y besar sus mejillas como si de la pequeña Samantha se tratara

—Creí que ya sabías lo que estuve asiendo los últimos cuatro años —aún con su corazón latiendo apresurado, decidió alejarlo así fuera hiriéndolo

—¿Qué tendría que saber?, ¿qué me has traicionado con el hombre que un día juró destruirme?, si a eso te refieres, entonces si, si lo se

—Entonces deberías de saber que si te me acercas más de lo debido puedes salir muy poco beneficiado

—¿Estas amenazando a tu padre?

—Si lo quieres ver de esa manera, sí. ¿Ahora puedo saber que haces aquí?

—Vengó a recuperar a mi pequeña —Dylan se acerco a su pequeña niña para acariciar sus mejillas con los pulgares

Entonces un pequeño recuerdo volvió a él.

—¡Sam!

¿Por qué sigues buscándome? — Dylan giro para encontrar a la pequeña Samantha escondida entre los arbustos de la mansión

Pequeña, ¡Dios! nos tenias preocupados —trato de abrazarla pero ella se alejo, sujeto sus rodillas pegadas al pecho y escondió su rostro

Veté, no quiero lastimarte —un pequeño sollozo broto de la pequeña, preocupando a un más a su padre

¿ que hablas, Sam?, no me vas a lastimar, pequeña —de nuevo se acerco y esta vez Samantha solo respondió rodeando el cuerpo de su padre con sus pequeños brazos, mojando su camisa por las lágrimas que ya salían sin parar —¿qué paso?, cuentale a papá

Después de unos segundos, en los cuales solo se escuchaban sollozos, decidió confiar en su héroe.

Estaba buscando mis chocolates, cuando no los encontré decidí preguntarle a Sebas, llegue a su cuarto y lo escuche jugando videojuegos, cuando entre se estaba comiendo mis adorados chocolates —una pequeña risa broto de los labios de Dylan al escuchar mencionar el apodo de los chocolates le quité la bolsa y el se acerco pidiendo más, cuando acerco la mano se la doble, escuche como crujió y mi hermanito empezó a llorar por mi culpa

Samantha volvió a romper en llanto.

Ya entiendo porque Sebastián tiene yeso en la muñeca

Pero estuvo mal, le hice daño, por eso no volveré a entrar a la casa, viviré en un árbol —de nuevo una risa escapo por parte de Dylan

Pequeña, fue un accidente, hermano no esta molesto

¿Como lo sabes?

¡Sami! un cansado Sebastián apareció delante de ellos, sus mejillas estaban sonrojadas y pequeñas gotas de sudor caían de su cabello —te estaba buscando

Samantha se levanto y trato de correr pero su hermano fue mas rápido para impedirle el paso.

¡Perdón!

¿Perdón? se acercó a su hermana pero ella retrocedió —¿por qué lloras?

No quise lastimarte —la pequeña seguía llorando —¿estas molestó con la sexy Sami? —una risa escapo por parte de el pequeño Sebastián

Hermanita, yo no estoy molesto —la abrazo con un poco de dificultad por su mano lastimada, pero con todo el cariño del mundo —no debí tomar tus adorados chocolates, yo lo siento

Sin poder evitarlo, una risa salió por tercera vez de la boca de Dylan

Sebastián se alejó y camino unos pasos mas atrás donde estaban cuatro bolsas grandes, reuniendo fuerzas las llevo para dejarlas en los pies de la pequeña Sam.

¿Qué es? —era carcomida por la curiosidad al ver las inmensas bolsas frente a sus ojos

Gaste todos mis ahorros Sebastián abrió las bolsas sacando mas bolsas de chocolates que pronto su hermana abrazó pero no quise que estuvieras triste

Bueno, ahora ya los dos están contentos, no es necesario que duermas en un árbol, pequeña Dylan interrumpió el momento para acercar sus manos a las mejillas de Samantha y limpiar las lágrimas con sus pulgares finalizando con muchos besos en ellas y una Samantha riendo

Se giró para repetir mas besos en Sebastián pero este le dejo muy en claro que no lo hiciera.

Inconscientemente coloco sus delicadas manos en las de su padre dejándose envolver en el cariño que le habían arrebatado.

—Sabía que eras tú, pequeña

Esas palabras activaron los sensores de Samantha, bruscamente alejó las manos de su padre dejándolo confundido.

—La Samantha que esperas encontrar ya no esta, pero si buscas a una Samantha sin corazón la cual asesina a sangre fría y por la espalda, la tienes justo frente a ti—se apuntó a ella misma para terminar subiendo a su motocicleta y arrancar

...

¡¿Samantha, me escuchas?!

—Si vuelves a gritar, juro que al volver te quedaras sin hijos —susurro un poco molesta

Se encontraba en la fiesta que había ofrecido uno de los socios de Daniel, por lo tanto su vestimenta era refinada. Un vestido largo con escote en la espalda de color negro, zapatillas altas y en esa ocasión su cabello era rubio.

Su trabajo era infiltrarse.

Pasar desapercibida, llevar a un lugar solo al viejo y finalizar con una bala entre ceja y ceja.

El motivo; ni siquiera ella lo sabía.

Estaba sola mientras Cameron le daba instrucciones al oído por medió de un micrófono, pero como no podía perderse el espectáculo le colocó lentes de contacto especiales por los cuales vería todo lo que Samantha.

Vale, ya entendí

—¿Quiero que me Recuerdes por qué tengo que escucharte? —susurro mientras caminaba entre las personas mostrando una sonrisa falsa que cualquiera podría tomar por real

Primero; porque soy sexy, segundo; porque yo te voy a decir lo que le dirás al viejo y tercero; quiero ver el espectáculo

—Ya

Sebastián y Jenny estaban en la fiesta, eran encargados de ofrecer seguridad al hombre que traicionó a Daniel.

—¿Estas lista?

—No

—Entonces ve

Jenny camino en busca del hombre sin nombre, estando a unos pasos de él pudo ver como una rubia se acercaba a él.

Trato de ver el rostro de la chica pero no lograba reconocerla.

Samantha había logrado su objetivó, el viejo estaba en la palma de su mano.

—¿Qué tal si vamos a un lugar más privado? —le susurro al oído con sensualidad

—Seria un placer

Al llegar a las escaleras un hombre de seguridad le dio un asentimiento de cabeza y los dejo subir.

Entraron en una de las habitación y sin perder tiempo Samantha lo besó llevándolo hasta la cama. Cuando comenzó a tocarla ella separo sus labios para poder hablarle.

—Daniel te manda saludos —le dijo con lentitud saboreando cada palabra que hacía temblar al cobarde frente a ella

—¿Qué? —un nudo se formó en su garganta

—¿Creíste que era tan fácil traicionarlo?, Es fácil querer ser el héroe pero no serlo, ¿verdad? —una mirada burlona lucía en su rostro

—Me vas a matar, lo se, pero la próxima serás tú

—No trates de intimidarme, he visto la muerte muy de cerca

Levantó su vestido y tomo la pequeña navaja sujeta a su muslo con una liga.

—Él quería un trabajo limpió, después de todo fuiste como su hermano, pero me enteré que planeabas cometer traición a mi padre, así que esto será de todo menos limpió

...

Sebastián esperaba a unos cuantos pasos de las escaleras la llegada del hombre y la mujer una vez fue informado.

Minutos después la rubia bajó acomodando su vestido y cabello. Cualquiera que la viera pensaría que acaba de tener sexo.

Un hombre de seguridad intercambio unas cuantas palabras con ella para terminar subiendo las escaleras.

Segundos después el lugar fue desalojada rápidamente.

—¿Está muerto? —Jenny se coloco a la par de Sebastián viendo como hombres de seguridad subían las escaleras

—Si

<<Voy a encontrarte>>

Las únicas palabras que se repetían en la cabeza de Sebastián. Lo que no sabía era que la criminal estaría frente a él cada vez que viera a su hermana.

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