VII
Disclaimer: Ni Hetalia ni el Universo Alterno me pertenece. Sólo soy poseedora de la obra que van a leer.
Avisos: (Indicado) Temática slash (Hombre x hombre) Mención de creencias religiosas (Católicas, judías y germanas)y mitológicas
Parejas: En prólogo
-No consentirás pensamientos o deseos impuros.-
La mente de Feliciano había sido un caos total.
Y no poder hablar con nadie sobre ello le estaba volviendo loco. Aunque omitiese algunos detalles, no le podría contar nada a Lovino sobre su "situación".
Eliza estaba fuera de contacto y, ¿cómo le iba a contar eso a Feliks o a Lily?
No, no, prefería guardárselo para sí mismo.
Se guardó para sí mismo las ideas sobre Kiku y sobre Ludwig, se guardó sus sentimientos respectivos hacia ellos dos, se guardó absolutamente todo.
Habían pasado varios días desde que había hablado con Ludwig, después de aquel beso bajo ese árbol prohibido.
¿Y cómo hacerle frente a Kiku después de lo que había pasado?
Tan sólo estar en la misma habitación que él, aún sin mirarse ni hablarse le era incómodo, ¿por qué se sentía así? Había rechazado a más personas en su vida, amigos incluso, ¿por qué con Kiku era diferente? (Bueno, técnicamente no le había rechazado...)
¿Sería por la tensión que se respiraba tras los ataques a la barrera?¿Por el miedo de que su romance fuera descubierto?¿Miedo a la represión, al castigo...?¿A qué?
Ludwig le había sentido algo más, algo que no experimentaba desde hace mucho tiempo, algo en la boca del estómago que le empujaba a seguir, a pesar de que su cabeza le gritase que parase esa insensatez.
No mentiría, muchas veces se imaginaba a sí mismo, debajo del manzano, en frente de Ludwig diciéndole que eso que tenían (¿Qué era 'eso'?¿Por qué no lo podía definir con palabras?¿Era realmente tan complicado?) debía parar inmediatamente.
Pero entonces imaginaba las manos del demonio encima de su piel, sus labios con los efectos adictivos de la nicotina y sus palabras dulces susurradas a su oído.
Y su mente iba mucho más rápido, a zonas mucho más peligrosas, y algo dentro cambiaba y murmuraba y después se ponía a imaginar: "¿Qué pasaría?¿Cambiaría algo?¿Cómo se sentiría realmente?" Y entonces no podía evitar tocar en zonas indebidas, zonas que no deberían jamás ser tocadas en esa manera, mucho menos con esos pensamientos y ese contexto.
Todo alrededor de él se lo decía.
Estaba mal.
Terriblemente mal.
Sabía, y a veces por la noche, cuando no podía dormir, cosa que se estaba volviendo cada vez más usual, pensaba en las consecuencias.
Podría morir.
Podría hacer que sus seres queridos murieran.
¿Qué estaba haciendo?
¿Realmente era tan importante?
¿Por qué?
¿Por qué había tenido tanta curiosidad en saber cómo era la tierra?
Podría haber dejado que Ludwig se desangrara en el bosque aquel día, podría haber no vuelto jamás, podría haber sido... Normal.
Seguir las normas, tener su rol en la sociedad, quizás tener una alianza con otro ángel, ¿tener hijos quizás?
Ser otro más.
Podría haberse quedado ese día en el hospital y, oh dios, ¿y si Kiku se hubiese confesado antes?¿Lo habría aceptado?¿Se casaría con él?
Feliciano sabía la respuesta.
Y eso es lo que no le dejaba pensar con claridad, ¿por qué Ludwig le atraía de esa manera?
¿Por qué no podía evitar volver?
Se sentía como si estuviera en un ciclo que nunca para y que siempre acabará mal.
Y esos pensamientos, imaginarse a sí mismo en esas situaciones... No era él.
¿En qué se había convertido?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top