Dolor y Amor

La felicidad es efímera, pasajera, a veces parece más un espejismo en el desierto de la soledad que no se puede estar seguro si se es o no se es feliz.

La felicidad es prestada, dada cuenta gotas en el torrente de las preocupaciones, en el mar de la desesperanza.

La felicidad se extingue en los reproches, en las traiciones que hielan el corazón y congelan el alma en un perpetuo sufrimiento.

Hermione habia leído muchos libros, demasiados, de todo los temas y tipos posibles, eran sus favoritos los de historia y literatura, le interesaban las leyes y las artes, y secretamente, muy en secreto, amaba las novelas de amor donde se narraban historias magnificas donde se describían tan bien los sentimientos, desde el arrebatador amor que lo consume todo, como el dolor que todo lo mancha con sufrimiento.

Pero un día se dio cuenta que por mucho que pudiera imaginarse y entender todos y cada uno de los sentimientos, todo cambia cuando puedes vivir fuera de las páginas de un libro esos sentimientos en carne propia.

Mucho había leído del dolor, del sufrimiento que oprime el pecho, mas no fue hasta el momento que se encontró con Ron en la cama con otra que todo adquirió un nuevo significado, uno para el que no alcanzaban las palabras para definirlo.

Claro que sabia muy bien lo que era el dolor y el sufrimiento, pero sin duda aquel que conoció ese día fue uno distinto, uno que le había arrebatado de golpe el aliento y se había llevado con el toda esperanza, como un dementor robándole cada momento feliz para dejarla seca, sin nada real entre las manos que no fuera la aguda punzada que le hacía saber que seguía viva pero rota.

Ella sabia que el corazón era un órgano principal del aparato circulatorio, de tamaño un poco mayor  del  puño de su portador, que bombea la sangre para que llegue a todo el cuerpo, que es un musculo controlado situado en la cavidad torácica, dividido en cuatro cámaras o cavidades que controlan su buen funcionamiento.  Que  estar enamorado tiene mas que ver con la química del cerebro que con esa cosa roja y palpitante dentro de su pecho. Pero de nada le sirvió saberlo cuando abrió la puerta y se encontró que el corazón si podía romperse.

Que la decepción puede ser tanta que se convierte en un dolor intenso en el pecho, tan intenso que dificulta volver a respirar, que aturde todos los sentidos y no te permite sentir otra cosa que no sea esa punzada partiéndote en dos desde el centro de ese órgano que nada tiene que ver con el amor, pero que te paraliza.

Duele, duele tanto y de tantas maneras que todo se vuelve negro y te encoges para sostener  y no caer a pedazos… y lloras… en un llanto agudo, abundante y las lagrimas arden, arden en los ojos pero también arden en la piel… arden en los recuerdos… porque mientras sientes ese dolor que de a poco te mata recuerdas, recuerdas que ese que te engaña es quien juro amarte y eso duele aun mas.

Porque sí, antes había sufrido y llorado, por amor… por decepción… por  tristeza… por frustración… por rabia… pero siempre había sido ocasionado en dosis bajas, controladas, con personas que quieres y te importan, pero de las que no recibiste promesas de amor o quizás por personas que te detestan pero no son lo suficientemente importantes para preocuparte por ello.

Pero que diferente es darte cuenta que  la persona que mas amas te traiciona, porque no estás preparada para algo así… porque en tu matecilla tonta piensas que quien te ama jamás te hará daño, pero no es cierto, eso también es mentira, como mentira es afirmar que el amor no se siente en el corazón, porque de que otra manera no se sentiría ese vacío que deja el desengaño.

Porque el corazón se vuelve un hoyo negro que se traga todo a su paso, todas tus esperanzas e ilusiones de una buena vida, esos sueños de envejecer a su lado, de formar una familia de tener hijos y criarlos juntos… se pierde todo en la oscuridad sin fondo que absorbe incluso la esperanza y te deja vacía, con el pecho sangrante… y te sientes mutilada, incompleta y absurda… te sientes triste y rabiosa por no haberlo visto venir.

El peso de la verdad te golpea el rostro, atontándote para negarte a admitir lo obvio… el cuerpo pesa y se desgarra mas a cada momento… todo, todo cambia a tu alrededor, y los colores son menos brillantes, las flores menos hermosas y el amor ya no es bueno, porque si lo fuera no dolería tanto.

Y después de verlo todo… después de saberlo todo… después de darte cuenta que estás viviendo una mentira y esa felicidad que creías tener no existe… sales corriendo, abrazándote a ti misma para que la sangre no brote a borbotones de tu pecho… y te pierdes en la desolada marea del sufrimiento, dejando que las olas te golpeen, que la sal de tus lagrimas se desborde y lama tus heridas para que ardan mas, para que duela mas con los recuerdos que evocas de momentos que se fueron y no regresaras.

El dolor crece y se expande haciendo que un peso se instale en la espalda y se vuelva una carga pesada… demasiado pesada, y más a cada paso… 

Duele… duele tanto que cuesta respirar… que cuesta mantenerse cuerda… que la locura de la rabia hace que duela mas y que te cuestiones si alguna vez, en algún momento tuvieron algo real.

Duele… duele tanto que lloras ya sin lagrimas hasta que se hinchan tanto los ojos que arden y escosen… hasta que la garganta se desgarra de los gritos, de tantos sollozos que no puedes contener…

Y quizas lo mas absurdo de todo, lo mas in lógico, es que te dejas envolver por el dolor, por que crees que lo mereces, por que crees que si hubieras sido un poco mas inteligente hubieras notado que el amor que te tenia no era suficiente como para detenerlo y no buscar en otras lo que tu pudiste darle.

Te dejas consumir, envolverte en un fuego lento que te quema poco a poco… pero sabes, en el fondo sabes, que cuando todo termine de arder y consumirte ya no podrá dañarte mas y serás valiente para resurgir de las cenizas y continuar.

Y haces de verdugo dolor tu espada de valor y levantas el rostro, porque después de lamber tus heridas  solo quedaran las cicatrices de guerra, esas que te hacen saber  que sigues viva y que sigues luchando.

Sí, quizás lo que había leído Hermione no era suficiente para comprender de que se trataba el verdadero dolor, pero también es cierto que jamás como ahora se sentía viva, después de todo el dolor solo es síntoma de seguimos luchando en la fragilidad de la vida.

Después de todo  la leona no solo conoció el verdadero dolor, entre sus decepciones y sus ansias de vengarse entro en un juego peligroso que le permitió vivir y no solo leer en un libro lo que debe de ser el verdadero amor.

Porque el amor tampoco es simple, es química, pero también es física cuando hace que suba la temperatura y hierva la sangre, cuando logra que las cosas cambien de estado, que las piernas sean de gelatina  y el cerebro se licue para perder la razón.

Y todo se vuelve volátil, los suspiros, las mariposas en la barriga, los besos que se roban hasta convertirse en caricias atrevidas.

Granger también conoció otro tipo de amor, uno verdadero, uno que no era compatible o posible en un inicio pero que aprendió a domar su indómito sentir y hacer que dos corazones tan diferentes latieran en la misma sintonía.

Draco cumplió su promesa no dejaría ir a Hermione y con ello ambos ganaron. Los dos vivieron juntos por el resto de sus días, formaron una hermosa familia con sus 2 hijos varones con toda la genética Malfoy y perdonaron de corazón las viejas traiciones para poder vivir tranquilos sin sombras que empañaran su felicidad.

El pequeño Fred siempre tuvo un especial cariño por Draco y para el rubio ese pelirrojo fue quien término derritiendo su frio corazón para dar ese último paso que lo llevaría a ser feliz por completo.

La felicidad no existe por completo, se da a cuenta gotas y no es un lugar al que se necesite llegar. La felicidad es un camino, es una prueba de que en las adversidades hay una luz que nos ilumina es un espejismo que nos hace sonreír en cuanto lo vemos, por lo que no importa que tan real o fantástico creamos que sea.

El amor no es perfecto, muchas veces duele y nos roba toda esperanza haciendo de nosotros muñecos rotos e incompletos con huecos difíciles de rellenar… Pero el amor vale la pena vivirlo, aun si solo quedan los recuerdos, por que bien reza el dicho, "Es mejor haber amado y perdido que jamas haber amado…" Y quien sabe si un corazón roto nos traiga a la larga un amor más grande e intenso como a la leona…

FIN

 ----------------------------------------------------

Gracias por regalarme un poco de su valioso tiempo para  leerme y llegar haste el final de mi fic.

Creo que este es el unico final que soy capaz de crear para esta historia. Espero les guste al menos un poco y quiero que sepan que puse mucho de mi corazón  en este ultimo capitulo.

Helena

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top