2. El encuentro 2/2

Narra Samuel:

Estuve como quince minutos esperando a aquel idiota, a quien debía entregarle el paquete...

Yo, realmente, no disfruto este trabajo... Claro, normalmente soy mi propio jefe, gano buena pasta, tengo todo lo que quiero... pero esto me alejó de todo lo que quería... Mi ex novio, Frank... Yo verdaderamente lo quería pero al enterarse de lo que hacía, se alejó de mí.

Volvimos a los tres meses, él había comprendido que aunque mi trabajo no fuera el más honrado... nunca tuve otra opción.

Estuve con Frank por un año, pero un día algo salió mal. Él llevaba tiempo tratando de sacarme de este mundo, pero no lo logró. Un día me siguió cuando fui a donde se encontraba uno de los peces gordos de este negocio, tratando de pararme, pero ellos lo vieron.

Frank se fue a casa y yo continué con mi trabajo, cumplí con mi transacción y me fui de vuelta a mi hogar, en el que estaba viviendo con mi chico.

Al llegar encontré lo que nadie querría haber visto, ellos habían acabado con la vida de mi amado.
No pude hacer nada ya que si ellos caían, yo también, y no podía permitir eso.

¿Mis padres? Ellos me abandonaron cuando tenía dieciséis, se fueron del país y me dejaron absolutamente solo.
Sobreviví gracias a Miguel Ángel, un tío que conocí en las calles de Madrid, y me ofreció lo que necesitaba... hogar y trabajo.

Él fue quién me metió en este mundo, no es mala persona, si no fuera por él; ¿qué sería de mí, ahora? Aunque siempre deseé tener una vida normal.

-¡Eh, tío! -Sentí como me llamaba el joven de pelo negro al que tenía que venderle la mercancía.

-Estuve mucho esperándote. -le respondí.

Entramos en el callejón más cercano y comenzamos la transacción.

-Aquí tienes lo que acordamos, suelta la pasta. -le dije.

-Toma, está todo. -me respondió. -Mañana necesito otro encargo. -añadió.

-¿Otro? Sé que no es de mi incumbencia pero ¿no es mucho? -mi voz sonó con preocupación. Sabía perfectamente que ese era mi trabajo, pero no quisiera que un chico tan joven acabase terminando con su vida por abusar de las drogas.

-No es para mí, sino para unos amigos.
Mañana a la misma hora vendrá uno de ellos a recogerlo.

-¿Cuánto quieres?

-Cinco de estos -respondió sacudiendo la bolsa.

-Está bien, estaré por aquí.

En ese momento sentimos un golpe, alguien nos estaba escuchando.

-¡Mierda! -habló el pelinegro para a continuación salir corriendo.

Me acerqué a aquel chico, que se encontraba tirado en el suelo, y le apunté con el arma que llevaba encima.

-¿Así que espiando, no? -le dije, y comencé a esbozar una sonrisa al ver su cara de terror.

-N-no, n-no, no. -tartamudeó el chico con miedo en sus ojos, cosa que me produjo risa.

Lo tomé, lo amenacé y lo llevé conmigo. Era peligroso que alguien supiera de mi "trabajo".

A mis 23 años el único que supo de esto fue Frank, y él ya no estaba...

Le enseñé mi casa y le advertí que no se le ocurriera intentar escapar.

Una vez tuve a otra persona encerrada aquí, por eso la seguridad. Rubius, el tío con el que estuvo obsesionado Miguel Ángel o, como yo lo llamaba, Mangel.

Él fue quién me obligó a retenerlo aquí. Me pregunto qué habrá sido de ese joven...

Le estuve diciendo que se quedaría por un tiempo a vivir en mi casa, no iba a permitir que se chivara de lo que había sucedido anteriormente. Le quité el teléfono móvil, a lo que él se quejó, y me lo guardé.

Me acordé de que no había cerrado la puerta con llave, así que me levanté para hacerlo.

Cuando volví a sentarme, el chaval se alejó de mí. Sinceramente el tío era muy guapo, de hecho sus mofletes eran muy tiernos, sus ojos, oscuros y rasgados, eran lo que más me gustaba, su piel blanca y su cabello negro... Es hermoso... además irradiaba un aura de inocencia, tal como mi Frank.

-¿Te ha dicho alguien que te alejes? -Él ni siquiera se volvió hacia mí cuando le hablé. -¿Me estás escuchando? -le dije tomándolo de la camiseta y acercándolo a mí.

- Sí, sí. -respondió muy nervioso.

Sonreí al darme cuenta de que parecía un niño pequeño asustado... él era muy tierno, pero sabía mi secreto.

Me acerqué a su figura para respirar el olor de su cuerpo, si algo me gustaba eran los olores, y el de él era especialmente embriagante.

-Esto va a ser divertido. -dije más para mí mismo que para él. Este chico será quién me divertirá por mucho.

(Autora palomakiessling)

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