Kibo estaba paseando por un parque como hacía cada día luego de acostumbrarse a su nueva vida, hasta que vió algo extraño; una chica de pelo negro, ojos morados y vestida muy formalmente. Lo extraño no era la chica en sí, sino que ésta la miraba fijamente.

Kibo, pensando que alguien o algo estaba detrás suya, se dio vuelta para notar que no había absolutamente nada. Efectivamente, la miraba a ella.

Cuando volteo de nuevo para encarar a la chica se arrepintió al instante; ella estaba enfrente suya.

-Ah! -Grito Kibo, echándose hacia atrás por el susto.

-Eres muy... Extraña. -Dijo la chica, sonriendo.

-Quién eres y de dónde vienes? -Preguntó Kibo, un poco nerviosa por sus respuestas.

-Qué te hace pensar que te lo diré? -El tono sarcástico de ella empezaba a irritar a Kibo.

-No sé, quizás el hecho de que tú puedes verme mientras que nadie más puede? -Ahora Kibo estaba siendo sarcástica.

-Tienes un punto ahí -Rió la chica- Soy LuckyDream, puedes llamarme Lucky, soy la diosa de los sueños y vengo de el reino de los sueño -La tal "Lucky" la miraba fijamente, como si hablara de enserio.

-Ja! Ja... Uh? -Kibo rió pero se detuvo cuando vio que la seguía mirando seriamente.- Oh, ésto no es una broma, verdad?

-Pensabas que lo era? -Su cara seguía igual de seria.

-Sinceramente, si.

Luego de muchas horas, hablando de tonterías y riendo, ambas tuvieron que separar sus caminos. Una tenía que volver a su reino y la otra tenía que volver al lugar que ella llama hogar.

-Que tipa más rara. -Dijeron ambas cuando ya estaban lejos de la otra.

El Diario de Kibo:

28 de Septiembre de 1972. 01:30 P.M.

Cuando llegué a mi casa (desde que las personas que estaban se fueron, me adueñé de ella) me acosté en mi habitación por fin. Caminar y hablar con Lucky al mismo tiempo no era una buena idea para nada.