Capítulo Siete

07.

Jeon Jungkook, 12 años.

La noche en la que Elliot Hall fue salvado de la muerte, fue la misma noche en la que Jungkook descubrió que el rojo combinaba demasiado bien consigo mismo.

Después del asesinato de su mejor amigo, Hall había decidido cuidar de su pequeño hijo, así que lo llevó al casino del cual era dueño.

Las ganancias obtenidas del juego eran invertidas en armamento y financiamiento de cocinas de metanfetamina para generar más y más dinero.

Esa noche tenían una cita con un nuevo posible cliente.

Su clientela abarcaba un amplio rango de personas, desde políticos y ex militares corruptos, hasta mafias extranjeras.

Jungkook siempre estaba con él, viendo todo a la distancia como si fuese un guardaespaldas más. Estaban reunidos alrededor del gran exhibidor de cristal donde el americano describía cada arma frente a ellos.

-Caballeros, la Beretta 92 tiene un alcance efectivo de 50 metros, un arma precisa, semiautomática de origen italiano.

Jeon observaba con asombro su habilidad verbal, impresionado por su capacidad y su profesionalismo, después de todo, este negocio se trataba sobre vender.

Todo parecía marchar bien, como de costumbre.

Jungkook desvío la vista de él para concentrarse por unos segundos en cómo uno de los supuestos compradores intentaba tomar algo oculto dentro de su chaqueta.

Todo estaba bien, hasta que el primer disparo resonó en sus oídos haciendo que se lanzara al piso.

La cita se volvió una trampa, los compradores se hicieron contrarios, y dentro de esa bodega vieja varios se convirtieron en cadáveres.

La competencia era letal, habían enviado sicarios expertos para ejecutarlos.

Dieron pelea, y aún así, uno a uno, sus escoltas fueron cayendo, su arma se quedó sin municiones y Elliot quedó completamente expuesto.

Un solo sicario contrario que había quedado en pie se acercó al blanco.

-Este es nuestro negocio, debiste quedarte en América, imbécil -dijo apuntándole al pecho. Cerró los ojos, aceptando lo que vendría.

La muerte siempre sería un destino universal.

Un disparo hizo que el frío recorriera su cuerpo y su respiración se cortase; pero no, Hall no estaba herido.

Impactado.

El último hombre yacía en el piso con una perforación en la cabeza, había sangre por todas partes. Y la bala que le quitó la vida pertenecía a la Beretta 92 que sostenía el pequeño de ojos grandes frente a él.

Jungkook soltó el arma, sus ojos estaban llenos de lágrimas y su ropa manchada de rojo por todos los cadáveres que estaban en el piso.

El chico había tomado el arma que estaba en la mesa y tragado con fuerza. No, Jungkook no dejaría que le hicieran a Elliot lo mismo que a sus padres, así que apretó el gatillo siendo certero.

Pero ahora estaba aturdido, demasiado conmocionado como para asimilar que había matado a una persona.

Elliot tomó el arma que había caído sobre uno de los cuerpos, y se acercó a Jungkook. Tomó las manos del niño y la colocó sobre ellas, manchándole literalmente con viscosa y sucia sangre de sus enemigos.

-Mírame, Jungkook -demandó-. Mírame.

El pelinegro levantó la vista, concentrándose en su rostro.-Yo lo maté, ellos eran traidores yo...- declaró casi sin poder hablar.

-Escúchame. Sí, tú acabas de salvarme la vida con un solo tiro. Muchacho, eso fue increíble. Tú, tú eres uno de nosotros.

-Yo no quiero ser malo, no quiero ser como ustedes.

-Lo eres ahora.

-Elliot...

-Tú y yo estamos solos, ¿Lo entiendes? Cuídame la espalda, y yo cuidaré la tuya. -Presionó el fusil en sus manos-. Esta arma te pertenece de ahora en adelante. Puedo verlo con claridad, es necesario que aprendas todo sobre esta vida, tu vida.

Lloraba mientras sentía el metal caliente en sus manos. Se tragó su llanto para secundarle diciendo. -Lo sé.

Era demasiado joven para entender porqué la fascinación de Hall hacia él.

Quizás fue su valentía, su puntería innata, el talento que poseía para actuar por adrenalina y aún así dar en el blanco. O quizás fue el hecho de que Elliot le vio por primera vez como un lienzo en blanco para explotar sus habilidades.

Para ser grande se necesitaba talento natural.

Sí, la noche en la que nació aquel traficante, un asesino letal, el terror de Busan, también fue la misma noche en la que la inocencia de Jeon Jungkook fue enterrada tres metros bajo tierra, junto con el hombre que había asesinado.

...

Jungkook y Yuta regresaron por la mañana a la casa del Nipón cargando con ellos ropa limpia, armas y demás cosas que el pelinegro había enumerado para poder movilizarse hasta Tokio.

El rubio encendió la televisión y se dejó caer en el sillón abatido.

Ninguno de los dos prestaba atención a lo que la gente del noticiero decía hasta que la sección de noticias internacionales apareció al aire.

"Esta mañana, elementos del cuerpo de Bomberos de la ciudad de Busan, en Corea, se vieron en la tarea de controlar las llamas resultantes de lo que parecía ser un atentado terrorista..."

Jungkook abrió la boca sorprendido ante las imágenes que veía. No, no esperaba que pasara algo como eso. No esperaba ver el edificio de Industrias Park consumido en llamas.

".... se contabilizan decenas de heridos y muertos. Las autoridades aún están a la espera de que se determine el origen del artefacto explosivo que estalló en el interior de uno de los edificios más respetados del centro de la ciudad..."

Industrias Park era un complejo de bienes raíces utilizado por esa familia para justificar sus ganancias ilícitas y cubrir el lavado de activos. Era un secreto a voces que ellos eran una mafia.

Pero ahora el edificio central, el cual representaba millones para esa organización, estaba destruído. Jungkook no podía creerlo, negó con la cabeza mientras apretaba los ojos.

¿Cómo era que los Kim habían sido tan estúpidos como para enviar una bomba a Busan? Joder.

Ese edificio era el único punto céntrico donde el líder podía ser acorralado. ¿Por qué? Porque al ser pioneros en bienes raíces, eran dueños de casi la mitad de esa ciudad. Ahora podía estar en cualquier lado.

Jungkook cerró los ojos resignando, estúpidos Kim...Kim...

....Kim TaeHyung, recordó. Mierda, ¿Dónde está a el chico?

Le había olvidado completamente.

Reaccionó buscándolo con la vista en la habitación, constatando que ya no se encontraba allí.

No, no, no, no. Ni siquiera le había visto cuando entraron. ¿Estaba en la casa aún? ¿Se había marchado? ¿Se lo llevaron?

Comenzó a respirar de forma violenta mientras recorría toda la plata baja de la casa buscando al castaño.

Su pecho temblaba por el temor que inconscientemente sentía tan solo de pensar que habían encontrado a Taehyung, que era su culpa por haberle dejado solo.

Subió mientras continuaba buscando en cada habitación, y demasiado acelerado, en medio de su euforia, incluso abrió la puerta del baño velozmente.

Justo cuando abrió esa puerta, la puerta corrediza de la ducha también se había abierto revelando a Taehyung desnudo, quien aparentemente había estado bañándose plácidamente.

-¿¡Qué te sucede!? -gritó el castaño tomando una toalla para cubrirse-.¿¡Acaso no entiendes el concepto de privacidad!?

Jungkook se quedó estático, recorriendo su cuerpo con la vista, fijamente mientras el bochorno comenzaba a crecer dentro de su pecho haciendo que su rostro se tornara rojo.

-Lo siento -dijo sacudiendo la cabeza y volviendo a cerrar la puerta de golpe.

Aún aturdido, palideció respirando despacio, regresó a la sala y se acomodó al lado de Yuta en el sofá mientras cubría su rostro con ambas manos.

Aparentemente, y después de todo, Jungkook sí era capaz de sentirse avergonzado.

El rubio que le veía de soslayo intrigado preguntó-: Oye...¿Por qué estás tan pálido? ¿Te sientes bien?

No, no lo estaba. No cuando cerraba los ojos y la imagen mental de Taehyung enfurecido y su perfecta cadera descubierta volvían a aparecer, con su cuerpo esbelto mojado y el cabello revuelto.

Quién diría que ocultaba eso bajo la ropa holgada que había estado llevando durante las últimas semanas.

Yuta volvió a hablar sugerentemente.-Oye, guapo. Cúbrete, haces que se me antoje. - Jeon reaccionó a sus palabras.

Levantó la vista para ver a Kim que caminaba tranquilo con una toalla atada a su cintura mientras se cepillaba los dientes.

¿Quién jodidos se toma tantas libertades en una casa ajena? Taehyung, aparentemente.

Se acercó al pelinegro que ni siquiera fue capaz de levantar la cabeza cuando llamó al otro diciendo.-Yuta, ¿Podrías... conseguirme ropa limpia? Por favor.

Asintió.

Taehyung se dio la vuelta, y el sonido de sus pies descalzos en las escaleras indicaron que había vuelto a subir.

En cuanto desapareció de la escena, el rubio no pudo evitar burlarse de Jungkook, y sus orejas rojas.

-¿Qué te pasa? ¿Nunca habías visto un hombre real de cerca?

-Cállate, imbécil.

-Creo que es momento de que tenga "la charla" contigo. -Le vio serio-. Es normal que sientas cosas así durante tu pubertad. ¿Tienes cuántos, 12 años?

Recibió un golpe en el estómago. Gimió del dolor.

-¿No se supone que los japoneses son recatados? ¿De dónde sacas tanta idiotez?

Arriesgándose a ser golpeado de nuevo. -¿Por qué estás sonrojado ahora? ¡Mírate! El gran Jeon Jungkook muerto de la vergüenza por un niño.

-No olvides que nunca he fallado un tiro.

-¿Eso que?

-Que si me sigues fastidiando voy a meter una bala en tu trasero.

Elevó las cejas repetidamente.-¿Estás seguro de que una bala?

Negó con la cabeza poniéndose de pie y tomó una de las bolsas de ropa que había traído para Taehyung.

Jungkook jamás admitiría que estaba nervioso pese a que sentía que sus manos temblaban. Taehyung no era común, era diferente, exasperante y de alguna forma era su amigo, eso lo hacía sentir extraño.

Llegó hasta el baño y dio tres golpes leves a la puerta.

-Oye, Tae. Soy yo... y, uhm, te compré esto, vístete y baja. Tenemos mucho que hacer hoy.

El castaño abrió ligeramente la puerta sólo para tomar las bolsas de papel y volver a cerrar inmediatamente.

Ni siquiera le había dirigido la palabra, Jungkook se sentó afuera del baño recostandose en la puerta.

-¿Estás molesto?- Taehyung le escuchaba hablar desde afuera mientras tomaba la ropa para vestirse-. No quise molestarte o a-asustarte, es solo que, no estabas por ningún lado y yo comencé a buscarte como loco...eso, supongo...

El castaño sonrió viendo la ropa, especialmente por una camiseta azul con un adorable dibujo de un pequeño tigre en ella. Joder, parecía salida del área de niños de alguna tienda, y le encantaba. Encajaba perfectamente con él.

Y además, la idea de Jungkook, con su imagen de maleante eligiendo cosas para él dentro del centro comercial le resultaba bastante... tierna.

Jeon seguía hablando. -... Entiendo que te sientas furioso o algo así, es un poco perturbador que alguien te vea desnudo y lo siento. ¿Sí? No quiero que pienses que lo hice a propósito o con una mala intención, ya sabes fue un accidente, los accidentes pasan y...

El pelinegro estaba recargado en la puerta, y cuando esta se abrió, su espalda cayó al piso, Taehyung le veía desde arriba.

Lucía feliz. -Nunca te había escuchado hablar tanto como hoy. - Su sonrisa era leve, genuina-. Acepto tu disculpa, así que tranquilo.

-¿En serio?-Pasó a su lado, Jungkook se levantó velozmente para seguirle por el pasillo.

-Sí, no te preocupes.

Ambos regresaron al primer piso en donde encontraron al rubio con su chaqueta dispuesto a irse.

-¿A dónde vas? -preguntó Jeon.

-Hoy es el día de plena floración de los árboles de cerezo. El centro estará lleno por la tarde, así que será mejor que me vaya ahora.

Se despidió con la mano, y salió por fin.

El Parque Maizuru, el cual es uno de los mejores lugares para disfrutar de tal espectáculo, estaba tan solo a un par de calles de distancia.

Había un lugar hermoso donde nadie les conocía detrás de esa puerta. Aún no había comprado los boletos de tren, así que Jungkook pensó, ¿Por qué no quedarse una noche más aquí?

Taehyung veía por la ventana para constatar que los bellos árboles de Japón comenzaban a cubrir las calles de rosa suave y espectacular pureza púrpura.

Nunca había visto un cambio de estación tan hermoso, ni mucho menos tan de cerca.

Jungkook extendió su mano a él, a sabiendas de que no había salido de casa en su vida. Y le sonrió, preguntando:

-Taehyung, ¿Quieres conocer la primavera?

El castaño tomó su mano y se acercó a él, quedando frente a frente, viéndole con ojos brillantes, expectantes a sus cálidas expresiones.

Aún con sus mano tomadas, ambos salieron de la casa caminando con lentitud, con la paz que tenían en ese momento y mientras la cercanía que parecía crecer les llenaba.

Todo era nuevo para Taehyung, la ciudad, la brisa, el cariño; pero por sobre todo Jungkook. La forma en la que parecía sonreír más seguido, en cómo podía llegar a ser inseguro, tierno.

Taehyung no sabía relacionarse con las personas, había sido invisible toda su existencia; más allí, en ese preciso instante en el que Jungkook le veía sólo a él bajo el cielo de Japón, supo lo que era sentirse especial.

La llegada de la primavera trajo consigo esperanza y flores de hermoso color.

...

[Busan]

Humo, escombros, sangre.

No había más frente a él.

De lo que algún día fue un conocido edificio no quedaba nada.

Estaba molesto, respiraba enfurecido mientras caminaba una y otra vez en la calle.

Arrugó con sus manos la hoja que tenía en su poder. Reconocía esa letra, era la declaratoria de guerra que él mismo había enviado a territorio Kim hacía un par de días; pero ahora, había sido contestada.

"¿Rendirse o morir?"

Morir.

Maldita sea, estaban muy equivocados si creían que esto era suficiente para intimidar a Park Jimin.

Tomó su teléfono, y marcó.

Cuando la línea se abrió, dijo duramente: -¿Qué pasó con la tarea que te encargué?

-Joven Park, él está aquí con nosotros, ¿Qué hacemos con el chico?

-Genial, tráiganlo a Busan, lo necesito aquí conmigo lo más pronto posible.

-Pero Señor, es peligroso que el rehén esté con usted. Los Kim podrían estarlo buscando.

Jimin negó con la cabeza, estaba demasiado ansioso por verle otra vez. -Estás equivocado, Yoongi no es un rehén. No, él no está secuestrado, él es un huésped.

Seúl sería suyo, a cualquier costo.









Recuerden que pueden comentarme sus dudas y opiniones.

Wattpad me cambia los guiones largos. :((((

Nos leemos pronto.

Manténgase con vida. J.S.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top