CAPÍTULO 6

Vieron como una mujer sonriente les traía a la pequeña niña que acababan de adoptar. Una pequeña mulata de un añito de edad que se acurrucaba algo asustada en los brazos de la mujer.

Se apresuraron a firmar el último papeleo que quedaba de la adopción.

-- ¿Quieren cambiarle el nombre?

Ambos se miraron inquisitivos y sin necesidad de palabras tomaron la decisión de un rotundo No. A la edad de un año la niña ya estaría acostumbrada a su nombre, a parte era muy bonito ya de por sí.

Tras firmar los últimos documentos de adopción y tratar de intimar un poquito con la pequeña para quitarle el miedo, finalmente llegó la hora de volver a casa con su pequeño nuevo tesoro.

Nada más llegar al hogar ya fueron recibidos por los gritos entusiastas de su niño.

-- ¡Papi, papá!

Luffy extendió los brazos para alzarlo en ellos levantándolo por encima de su cabeza. Haciéndolo reír de alegría.

-- ¿Qué tal está mi pequeño trasto?

-- ¡Muy bien!

Rió feliz devolviendo al pequeño al suelo y acto seguido cogió en brazos a la niña que sostenía Law.

Se dirigió hasta la habitación del pequeño y la sentó sobre la mullida alfombra que se encontraba junto a las piezas de construcción de juguete.

-- Lukie ven aquí.

El niño obedeció algo indeciso.

-- Mira, ¿Te acuerdas que te dijimos que ibas a tener una hermanita? -- El pequeño asintió comenzando a comprender. -- Bueno, pues esta es Aluna. ¿Por qué no juegas un poco con ella?

El niño se sentó frente a la pequeña y la miró inquisitivo. Examinándola a fondo, preguntándose de donde diantres había salido.

La niña se le acercó sonriente y tocó sus cabellos llevada por la atracción del naranja intenso.

-- ¡Quita! -- La apartó de un empujón.

-- Lukie no seas malo, ella solo quiere jugar.

El niño giró la vista y se cruzó de brazos enfurruñado.

Le revolvió el pelo cobrizo y decidió salir de la estancia para dejar solos a los dos pequeños. No había mejor forma de amistar que en la intimidad.
Fue al salón dónde sabía que se encontraría su novio con Nami, la cual se había quedado esa tarde en su casa a cuidar de su niño.

Al cabo de un poco decidió volver a la habitación y abrió la puerta con sigilo. Pudo observar sonriente como los dos pequeños jugaban juntos con las piezas. Lukie cogía una y la colocaba y de seguido Aluna lo imitaba y aplaudía feliz de su propio logro.

Al parecer no habían empezado tan mal, eso era bueno.

****

-- ¿Dónde se habrá metido este gamberrillo? Mmm...

Luffy recorrió la habitación infantil de su pequeño, fingiendo que no sabía donde se encontraba a pesar de saber de sobra que se escondía tras la litera.

Se hizo el desentendido hasta llegar al lugar y sin previo aviso llevó la vista con las manos extendidas y cogió al niño sin darle tiempo a reaccionar.

-- ¡Te pillé!

Comenzó a hacerle cosquillas en la barriga sacándole carcajadas al pequeño pelirrojo.

Tras el pequeño juego de inicio para quitarle hierro al asunto, se puso serio y lo miró un poco severo. Lo poco que podía estar.

-- Sabes lo que has hecho, ¿verdad?

El pequeño agachó la cabeza asintiendo avergonzado.

-- ¿Y eso está bien o mal?

-- Mal. -- Murmuró.

-- ¿Entonces por qué lo haces? Sabes que papá se enfadará si se entera de que estuviste jugando con sus cosas. A parte te puedes cortar con los bisturí.

El niño siguió asintiendo mientras el otro suspiró agotado. Ese crío era un caso. De alguna forma incomprensible lograba colarse en el despacho de Law o en su habitación y lo desarmaba todo.

¡Hablando de Law!

-- ¡Oh mierda!

Se incorporó de un salto, pues inconscientemente por la costumbre se había puesto en cunclillas para estar a la altura de su niño, y salió corriendo en busca de su móvil.

-- ¡Eso no se dice papi!

-- ¡Perdón! -- Exclamó desde su cuarto mientras buscaba el número de su novio.

Tenía tantas llamadas perdidas de él que hasta temía que lo matara por no coger el aparato hasta ese momento. Por lo menos se hacía a la idea de que se iba a quedar sordo.

-- ¡Luffy al fin! ¡Joder, maldito despiste! ¡¿Tanto te cuesta llevar el móvil encima!?

-- ¡Perdón! ¡Es que en toda la tarde no he podido siquiera respi...! -- Escuchó un ruido de un cristal al romperse y se alarmó. -- ¿Lukas se puede saber que estás haciendo?

-- Veo que el trasto no para quieto.

-- No,... -- Volvió a interrumpirse al oír el llanto de la pequeña que lloraba en la cuna. Se había despertado. -- ¡Dios mio me va a dar algo! ¡Ven pronto!

-- Enseguida estaré allí. Solo me queda una hora de chollo. Por suerte hoy casi no tuvimos pacientes. -- Suspiró. -- Venga chao, hasta un rato.

En cuanto colgó Luffy se apresuró a ir a ver lo que hacía su niño. Estaba claro que ya andaría armando alguna de las suyas. Otro sonido de cristal y ya entró en pánico.

-- ¡Lukas!

****

El niño correteaba inquieto de un lado para otro. De vez en cuando hacía alguna manualidad o dibujo e iba corriendo a enseñárselo a sus padres.

Luffy felizmente lo alagaba por sus "magníficas obras de arte" y le revolvía el pelo para seguir a lo suyo, pero Law, sin embargo, ni siquiera le echaba una mirada. Estaba concentrado en conseguir que la niña dijera alguna palabra bien.

-- Papá mira mi dibujo.

-- Sí, sí, muy bonito. Venga Alu, di patata.

-- Atata.

-- ¡Nisiquiera lo has visto!

-- Pa, pa-pa-pa. Así. -- Hizo el movimiento exagerado con los labios para que la niña entendiera. -- Pa-ta-ta.

-- ¡Papá!

-- ¡Law por amor de Dios! ¡¿Quieres hacerle caso a tu hijo?!

-- ¡Dios! ¡¿Qué?! -- Exclamó ya exasperado mirando expectante al niño.

Este lo vio con un puchero en los labios y frunció el ceño.

-- ¡Tonto, mierda, caca! -- Exclamó frustrado.

Salió corriendo del lugar y dio un portazo al llegar a su habitación.

Luffy miró despectivo a su novio y negó con la cabeza.

-- A veces eres un imbécil. ¿Lo sabías?

Se incorporó también del sofá para ir a buscar a su pequeño. Sabía de sobra lo que le ocurría. Simplemente se sentía algo excluido por la atención extra que debía recibir su hermanita al ser más pequeña, y si para colmo le sumábamos que ahora Law casi ni caso le hacía, la cosa aún se ponía más difícil para el niño.

Mientras tanto el ojeroso no acababa de comprender el repentino cabreo de su novio. El niño solo quería llamar la atención por lo encaprichado que lo tenían. Quería cortarle esa tendencia de pedir y recibir a tajo ahora que aun podía.

-- Atata.

La pequeña metió sus dedos en los ojos grises del mayor provocando que este se apartara de golpe.

-- ¡Ah! ¡Estate quieta! -- Le hizo cosquillitas en la barriga para distraerla de sus doloridas pupilas.

La pequeña rió feliz y él con ella. Pero su sonrisa se borró en cuanto vio a Luffy mirándolo serio apoyado en el borde de la puerta.

-- Me voy a la cama. Cuando quieras acuestas a la niña. -- Se giró para ir a la habitación, pero se detuvo un momento. --  Ah y hoy duermes en el sofá, no pienso compartir cama contigo esta noche.

El mayor abrió los ojos como platos antes de oír el portazo proveniente de su habitación.

-- Vale, creo que la he cagado. -- Murmuró para sí.

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Al parecer me dio otro ataque de inspiración y ganas y seguí escribiendo XD

Dos caps en un día para compensar la tardanza entonces jajaja.

Bye





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